Otro roll&write en el blog, en este caso Rolling Ranch, una novedad de TCG Factory.

Se trata de un diseño de Jordy Adan (Cartographers) que cuenta con el arte del maravilloso Weberson Santiago (Pot de Vin, King’s Struggle (aquí su reseña)), ilustrador inseparable de ThunderGryph Games. Se trata de un juego de 2 a 20 jugadores, según la caja, pero que puede jugarse con tanta gente como se desee siempre que vean bien los dados lanzados. La duración del juego es de unos 20 minutos y la edad mínima recomendada es de 14 años, algo elevada en nuestra opinión.


¿DE QUÉ VA?

¡Hay que ponerse las pilas para adecentar esta granja! Como poseedor de un inmenso terreno con unos sólidos rediles, deberás rescatar animales, construir edificios y ver como algunos se reproducen. Sobra decir que debes ser ordenado, intentando no mezclar distintos animales en un mismo cerco si quieres que todo vaya bien…

En Rolling Ranch encontramos un roll&write que usa solamente dos dados personalizados, haciendo que éstos puedan utilizarse de varias formas distintas. Algo muy interesante para una categoría algo saturada, haciendo que tenga más libertad de decisiones que otros en su categoría.


¿QUÉ LLEVA EN LA CAJA?

La colorida caja ilustrada por Weberson Santiago, con detalles UV, incluye:

  • 100 hojas de rancho a doble cara.
  • 2 dados personalizados, uno amarillo y otro verde.
  • 4 lápices.
  • 20 cartas de objetivo oculto.

El reglamento nos recuerda la posibilidad de usar la caja del juego como bandeja de dados, haciendo que no se necesite nada más para disfrutar de este título en cualquier lugar, como un tren o una cafetería.


¿CÓMO SE JUEGA?

En Rolling Ranch los jugadores compiten por crear la mejor granja y obtener la mayor cantidad de puntos de victoria. Como buena granja, no solo necesitamos adquirir ganado, sino que deberemos edificar silos y algún que otro edificio para poder ser lo más eficientes posibles.

Para empezar la partida, cada jugador toma una hoja de juego, en la que sale su rancho, y una carta de objetivo oculto. Esta carta nos indica dos objetivos que nos ofrecerán puntos adicionales si logramos completarlos durante la partida.

Detalle de carta de objetivo. En este caso nos pide que tengamos diez o más cerdos en nuestra granja y que cerremos, al menos, cuatro rediles llenos de gallinas.

El juego se divide en una serie de turnos hasta que algún jugador llene su última casilla en su granja. La granja está dividida en rediles, marcados con un borde más grueso, compuestos de varias casillas con un valor en cada una de ellas.

En cada turno, un jugador lanza los dos dados, los cuales serán usados por todos los jugadores de la mesa. Todos los participantes usarán los mismos dados, pero estos dos pequeños cubos nos ofrecen varias opciones para que el resultado varíe entre jugadores.

Así, los jugadores pueden colocar el animal del dado amarillo en una casilla del valor indicado en el dado verde o viceversa. Si esta opción no les interesa, pueden obtener, en lugar de un animal, los recursos que vemos en la esquina superior derecha de ambos dados, obteniéndolos todos ellos.

Detalle de casillas y rediles.

En cuanto a la colocación del ganado, os interesará saber que nos ofrecerán muchos puntos si no mezclamos distintos tipos en un mismo redil. Cada animal ofrece puntos en relación a la frecuencia de aparición en los dados. De esta manera, las gallinas dan muchos menos puntos que las vacas, que son el animal más valioso pero menos frecuente en los dados. Si por desgracia acabamos colocando un segundo tipo de animal, el valor del redil disminuirá drásticamente. ¡Intenta evitarlo!

No hace falta ser Van Gogh para jugar a Rolling Ranch, faltaría más. Han sabido simplificar los dibujos de los animales de modo que un triángulo invertido es una gallina, por su pico, un círculo pasa a ser un cerdo, por su peculiar hocico y un cuadrado es una vaca porque… sí. Esta referencia geométrica está descrita en la leyenda de la esquina inferior izquierda de tu hoja de granja. ¡Aun así, puedes tomarte libertades artísticas y hacerle orificios a los hocicos de los cerdos!

Además de la leyenda de la iconografía, también vemos como las vacas dan más puntos por cabeza que el resto de animales.

Cuando obtengamos recursos podremos pintar las casillas correspondientes de alguno de los edificios. Contamos con establos, almacenes e invernaderos.

Los recursos en Rolling Ranch son la madera y los clavos, siendo éstos últimos mucho menos frecuentes.

En el momento en que coloquemos el último recurso de algún edificio deberemos colocarlo en alguna casilla de nuestra granja. Siempre hay que dibujar los edificios, algo que a veces puede ser olvidado en las primeras partidas. Estos edificios nos permiten completar rediles sin tener que mezclar animales, algo que puede ser especialmente interesante para completar objetivos de final de partida.

De izquierda a derecha tenemos los establos, los almacenes y los tres invernaderos. Todos ellos piden madera y un clavo.

Los establos nos ofrecen un beneficio pasivo para el resto de la partida, que se activará cada vez que un valor idéntico sea mostrado en los dados. De esta manera, aunque depende de la suerte, su beneficio no se agota.

Por otra parte, los almacenes ofrecen un beneficio activo y limitado a dos usos por partida, teniendo que marcar cada activación en la casilla correspondiente. Uno de ellos nos permite cambiar el valor del dado mientras que el otro nos permite cambiar el animal de alguno de los dados lanzados. Además, este edificio ofrece puntos por cada casilla en el redil que lo coloquemos, haciendo que sea interesante colocarlo en rediles de gran capacidad.

Detalle de un almacén, con todo lujo de detalles.

Por último, los invernaderos solo nos ofrecen puntos al final de la partida. Por cada uno que construyamos incrementará la cantidad de puntos obtenidos, haciendo que sea especialmente interesante hacer los tres que tenemos disponibles para obtener 20 puntos.

Si en la tirada actual se muestra un corazón en la esquina inferior derecha de cada uno de los dados, ¡veremos como nuestro ganado se reproduce! Los jugadores que tengan a dos o más animales de la misma especie en un mismo redil, podrán dibujar otro animal en ese mismo redil. De esta manera, sin usar dados, habremos ganado una cabeza de ganado adicional.

Recuerda que necesitas un corazón en cada dado para reproducir, lo cual se lleva a cabo al final del turno, dejándote una última oportunidad de meter un segundo animal en algún redil para aprovecharte de la procreación.

Cuando algún jugador llene su última casilla en el último redil, pasaremos a puntuar y determinar el ganador de la partida.

Los jugadores obtienen puntos por cada redil basándose en el tipo de animal que contenga. Recuerda que si mezclaste animales, su valor se reduce a uno por cada animal, independientemente del tipo.

Sumaremos los puntos que otorguen los invernaderos, los puntos de los rediles donde hayamos edificado un almacén y puntos por no haber usado las habilidades de éstos almacenes.

Finalmente, se revelan los objetivos ocultos que harán que, con suerte, obtengamos algún punto que los rivales no esperaban y podamos ser los vencedores.


¿CÓMO QUEDA EN LA MESA?

Para jugar a Rolling Ranch solo necesitamos sacar las hojas, los lápices incluidos en el propio juego y un lugar donde lanzar los dados. Podemos usar la propia caja, pero no olvides que los dados deben ser visibles para todos los jugadores, pues todos usarán la misma tirada de forma simultánea.


¿QUÉ NOS PARECE?

Rolling Ranch es una grata sorpresa pese a la oleada de roll & writes del panorama actual.

Esta claro que tras los juegos legacy o los juegos en tiempo real, los roll & write han sido una nueva moda que parece que sigue sin saturarse. En esta categoría hay cabida de juegos muy distintos, algo sencillo y rápido como el clásico Yahtzee o el venidero Rome And Roll. Llegados a cierto momento, el cual creo que ya hemos excedido, para poder sacar un nuevo juego en esta categoría necesitas aportar algo nuevo, y Rolling Ranch lo hace.

Aunque ThunderGryph Games lo tiene fácil gracias a las ilustraciones de Weberson, necesitamos algo más que un producto colorido, sobre todo cuando nos movemos en estos sectores de juegos de caja pequeña, duración contenida y público más familiar que especializado. Para ello, Jordy Adan se apoya principalmente en el uso de dos dados totalmente personalizados. A diferencia de la mayoría de juegos de este tipo, aquí no encontramos una gran cantidad de dados, sino que con solo un par se nos presenta un abanico de posibilidades más amplio que en títulos competidores.

El elemento más destacable es el uso de los dados, que como hemos contado más arriba, permite que se combinen unos con otros, juntando el animal y el valor de forma cruzada, o sumando los recursos de ambos. Este uso es similar al que vemos en Cat Café, aunque en este último los dados son d6 sin modificación alguna.

Siendo los dados el principal protagonista, se agradece que estos sean de un tamaño considerable y de un plástico sólido que hace que se sientan bien en mano. Su impresión está a la altura, mostrándose con claridad las siluetas de los animales y los diminutos, pero visibles, corazones que simbolizan la reproducción. El resto de componentes son de una calidad más que aceptable, con un buen bloc de hojas para que nuestras partidas se repitan hasta que queramos, contando con impresión a doble cara. Y ahí viene uno de sus puntos flacos, y es que mientras que el anverso de las páginas es simétrico entre jugadores, su reverso contiene rediles asimétricos pero, por desgracia, no hay ningún elemento gráfico que nos permita diferenciar su cara A de la cara B. Un error poco importante que parece más fruto de un despiste.

A diferencia de lo que otros han podido decir acerca de este juego, a nosotros nos parece que el juego ofrece cierta profundidad sin caer en la sobrecomplicación. Es un juego que mezcla la mecánica clásica de dibujar en casillas pero, a su vez, nos permite desarrollar edificios con efectos beneficiosos para el resto de la partida, ofreciendo así cierta estrategia, especialmente con los almacenes que no dependen del azar de los dados de valor doble.

También nos gusta el hecho de que no sea un juego limitado a ciertas rondas, como pasa en HexRoller (aquí su reseña) o Sunflower Valley (aquí su reseña), sino que nos transmite una interacción indirecta basada en la presión que podamos ejercer obteniendo más animales o, por el contrario, ralentizando la partida al edificar más, obteniendo recursos en lugar de ganado. Esa dicotomía marca el ritmo de la partida y hace que debamos estar pendientes de nuestros compañeros de mesa. No es una interacción directa, pero os aseguro que os obligará a levantar la cabeza y mirar a los otros para ver si la partida está llegando a su fin o podemos construir ese último invernadero que tantos puntos nos ofrecerá.

Los objetivos ocultos son un tema que no nos ha acabado de convencer. Por una parte, nos gusta ese añadido, haciendo que debas ir a un tipo de ganado u otro, conduciendo un poco tu partida. Lo negativo de esto es que hay objetivos poco eficientes, especialmente los basados en conseguir gallinas, las cuales ofrecen pocos puntos de victoria que no se compensan con los puntos adicionales por completar el objetivo. Como apaño casero es tan sencillo como ofrecer alguna carta adicional a cada jugador y que se elija una de ellas, disminuyendo así el peso del azar.

Antes de acabar, nos gustaría mencionar que su modo solitario, algo que la editorial ThunderGryph prometió ya en el preorder del juego, ya está disponible en la BGG.

En resumen, Rolling Ranch es una grata sorpresa en una categoría sobreexplotada. Pese a ello, ha sabido sorprendernos y, sobre todo, ofrecer un juego rápido pero con libertad de movimiento, haciendo que te sientas en control de cada decisión y ofreciendo varias alternativas basadas en solo dos dados. Un diseño interesante y que, como es habitual en la editorial, se presenta de forma vistosa y producida con mimo. Sin duda alguna, si te gusta dibujar y lanzar dados, tienes un gran título a tener en cuenta.


PUNTOS POSITIVOS

  • Varias opciones con solo dos dados: nos ha gustado como con la personalización de dos d6 se pueden ofrecer tantas posibilidades a nivel de juego.
  • Distintas vías hacia la victoria: pudiendo elegir desarrollar varios edificios o no parar de adquirir ganado. Esto hace que, como la partida termina al cerrar tu último redil, tengamos que tener en cuenta el ritmo de los rivales para jugar en consecuencia.
  • Hojas de juego a doble cara: con un reverso asimétrico para que las partidas se sientan algo distintas, con una disposición de valores y de rediles distinta entre jugadores. También se agradece que se imprima a doble cara, aprovechando mejor el papel.

PUNTOS NEGATIVOS

  • Objetivos ocultos poco balanceados: nos parece que aquellos basados en la adquisición de gallinas no ofrecen los puntos suficientes para que valga la pena completarlos, algo que se soluciona repartiendo cartas adicionales a los jugadores.

Este juego ha sido cedido por TCG Factory para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.