Con cierto sigilo, DLP ha lanzado un juego de lo más recomendable y acabamos de recibirlo en español de la mano de Arrakis Games.
En Monasterium encontramos un interesante juego de gestión de dados que toma prestadas buenas ideas y nos permite desarrollar estrategias muy variadas.
Diseñador/a: | Arve D. Fühler |
Ilustrador/a: | Dennis Lohausen |
Editorial: | Arrakis Games |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 2-4 |
Duración: | 90-120 min |
Edad mínima recomendada: | 12+ |
¿DE QUÉ VA?
En Monasterium encontramos un eurogame de corte medio con una temática religiosa en el que nuestro papel es el de mandar los mejores novicios a los distintos monasterios mientras intentamos crear la mejor de las vidrieras para nuestra propia catedral. ¡Elige bien los dados e intenta desarrollar las habilidades que más se encaminen a cumplir tus objetivos!
¿CÓMO SE JUEGA?
Monasterium se desarrolla durante tres años. Cada uno de estos años se compone de tantas rondas como jugadores haya en la partida.
Cada una de estas rondas tiene un formato de dos fases bien diferenciadas:
FASE DE COLOCACIÓN DE DADOS
Durante esta fase los jugadores colocarán sus dados en el tablero central. Cada jugador empieza con un solo dado de su color, y una cantidad de dados neutrales, de color blanco, que dependerá del número de jugadores.
Estos dados determinan las acciones que se llevarán a cabo en la siguiente fase, dependiendo del valor nos permitirán hacer cinco acciones distintas.
En cada turno los jugadores lanzan sus dados y eligen qué valor quieren usar. Deben coger todos los dados que hayan lanzado con dicho valor y colocarlo en el tablero central, en la columna del valor coincidente. De esta manera, los jugadores eligen qué valor usar en cada turno, pero no pueden elegir la cantidad de dados, sino que deben colocar todos los lanzados que muestren dicho valor.
Cuando todos los jugadores hayan colocado sus dados pasaremos a una segunda fase en la que los dados se activarán.
FASE DE ACCIÓN
Empezando por el jugador inicial, los jugadores irán activando uno o varios dados de las distintas columnas del tablero central. Los jugadores pueden usar dados de su color o los neutrales, pero nunca de los colores de sus rivales.
En todas las acciones se nos permite coger de uno a tres dados, excepto la columna del valor seis, que solo puede cogerse un dado por turno, sirviendo este de comodín, de modo que podremos ejecutar cualquiera de las otras acciones.
Mediante estas acciones los jugadores podrán obtener recursos, mandar novicios y hacer avanzar al mensajero. Nuestra mayor fuente de puntos de victoria será colocar los novicios del modo adecuado y obtener piezas para nuestra vidriera. Alternativamente también habrá seis misiones que podremos cumplir, que variarán entre partidas y que suponen un componente de carrera, otorgando más puntos a los primeros en cumplirlas.
La acción principal será mandar novicios a los monasterios, una acción asociada a los dados de valor uno. Los novicios solo pueden ser enviados a los monasterios conectados con la posición actual de nuestro asno mensajero. Más adelante, una vez coloquemos algún novicio en la capilla, podremos añadir más novicios a ese monasterio sin presencia del mensajero.
En Monasterium tenemos cinco monasterios distintos, cada uno con alguna diferencia estructural y con un tipo de vidriera único. Como veremos más adelante, obtener distintas vidrieras es indispensable si queremos montar la vidriera de nuestro tablero principal, una interesante fuente de recursos y puntos de victoria.
Durante la partida, los novicios que vayamos colocando en los monasterios se irán retirando de nuestro tablero personal, desbloqueando así nuevas habilidades asociadas a la columna correspondiente. De esta manera, a medida que avance la partida iremos obteniendo acciones alternativas para cada uno de los valores de los dados. Cada fila permite colocar un novicio en una sala distinta de los monasterios, pero debes fijarte bien en qué columna quieres desbloquear, potenciando los dados de ese valor en concreto.
Y es que un monasterio tiene varias partes. Por un lado, los novicios pueden colocarse en la capilla, permitiendo que sea más sencillo añadir nuevos monjes en el futuro y sirviendo, como veremos más adelante, de fuentes de punto de victoria. También hay habitaciones en las que los novicios pueden ser colocados y obtener así algunos recursos y puntos inmediatos. Por último, el claustro requiere de novicios en habitaciones adyacentes y sirven también como multiplicador de puntos de victoria. Pese a todas estas localizaciones donde colocar a los monjes, tener presencia en cada monasterio tiene premio al final de la partida y tener la mayoría de monjes en cada uno de los monasterios nos otorgará puntos adicionales.
Mediante el avance del mensajero no solo accederemos a nuevos monasterios en los que colocar novicios, sino que también nos permite desbloquear más dados de nuestro color. Esto nos ofrece un control más estricto de las acciones, a costa de invertir dados en el avance del asno.
Por otra parte, tanto con ciertas acciones desbloqueables como con el avance del mensajero podremos ir obteniendo vidrieras. Habitualmente deberemos tener presencia en el monasterio para tener acceso a los cristales, los cuales, además, son limitados. Estos fragmentos de vidrieras nos permiten conformar un puzle en nuestro tablero personal, el cual deberemos construir de izquierda a derecha, eligiendo en que fila queremos añadir las nuevas losetas. De esta manera, jugando con las intersecciones ganaremos recursos y, si completamos filas o columnas, puntos de victoria. ¡La única pega es que la misma vidriera no puede estar repetida en ninguna fila o columna!
Tras los tres años solo nos quedará puntuar los novicios que hayamos podido enviar. Como ya hemos comentado, no solo se obtienen puntos por mayorías sino que también diversificar para tener presencia nos ofrece puntos de victoria y la multiplicación de nuestros monjes en la capilla por los monjes en los claustros. Una ensalada de formas de puntuación que ofrece varias posibilidades.
¿QUÉ ME PARECE?
Monasterium usa dos elementos de otros grandes juegos y los mezcla de forma elegante, ofreciendo un juego en el que se aprecia un gran desarrollo durante la partida y un sistema de mayorías que se disfruta incluso al número mínimo de jugadores.
Este nuevo lanzamiento de DLP que nos ha traído Arrakis casi por sorpresa tiene muchos elementos que han hecho que sea disfrutado desde la primera partida. A todo eso hay que sumarle unas expectativas nada hinchadas por el hype, algo que cada día es más difícil y que, en este caso, han hecho que la sorpresa sea todavía mayor.
Las premisas del juego ya apuntaban maneras al leer sus reglas, y es que nos recordará a la forma de colocar dados que encontramos en el maravilloso filler Las Vegas, y el modo de usar acciones multiplicadas por el número de dados que vemos en Gran Austria Hotel, otro juego de cabecera de mi ludoteca, del que incluso toma prestado el 6 como valor para el dado comodín. Estos dos elementos son centrales en el juego, pero no desmerecen el resto de mecánicas que combinan especialmente bien y permiten que las sensaciones del juego sean de desarrollo, algo que define muy bien a Monasterium.
Y es que ya sabemos como colocar y usar los dados, pero es que todo el tablero personal nos ofrece un mundo de posibilidades dividido en dos zonas bien diferenciadas. Mientras que la mitad izquierda nos permite flexibilizar las opciones que cada valor de dado nos ofrecerá, la mitad derecha es un magnífico puzle que nos permite obtener algunos puntos, pero sobre todo obtener esos recursos en el momento oportuno. Es aquí donde nacen las opciones de desarrollar distintas estrategias y ofrecer muchas posibilidades a los jugadores, algo que hace que en la primera partida queden ganas de una segunda, casi necesaria para interiorizar tal cantidad de opciones.
Curiosamente, aunque pueda parecer mucho de entrada, este abanico de opciones permite que los jugadores tengan libertad en desarrollar estrategias sin una tremenda profundidad. De esta manera, aunque haya margen de mejorar y ser eficiente, cualquier mejora en nuestros novicios suele tener beneficios que aprovecharemos en algún momento de la partida. Puede que sea por eso que es uno de los juegos que más opciones ofrece, desde el primer momento, pero que no te hace sentir perdido, ya que los beneficios que se pueden desbloquear son claros y directos, sin grandes combinaciones.
En cuanto a la escalabilidad, es un juego que me ha funcionado al mínimo y máximo número de participantes. El tablero a doble cara permite ajustar los espacios de las distintas estancias de los monasterios, haciendo que la tensión se mantenga, pese a que los empates puedan ser más frecuentes. De esta manera, dado que el tempo en la colocación de novicios no es vertiginoso y nos permite ir viendo por donde se mueve nuestro rival, incluso a dos es un juego de lo más interesante, sin riesgo a frustrarse por las mayorías sobre todo por las distintas formas de puntuar.
Este nuevo título de la editorial alemana cuenta con un estilo mecánico y artístico muy clásico, que aun así, personalmente, creo que luce mejor que otros títulos de su catálogo. Más allá de la portada, que no es lo mejor a nivel de ilustración, encontramos un apartado gráfico muy bien resuelto, que lo hace agradable a la vista sin romper cánones en el estilo eurogame de hace una década o dos. La única pega es la falta de un “X3” en las misiones de las letras A y B, algo que no costaría nada y evitaría algún olvido puntual en la primera partida.
En resumen, Monasterium no ha hecho todo el ruido que debería, pero tras un perfil bajo se encuentra un título más que recomendable. Apoyándose en una mecánica de gestión de dados que a muchos os resultará conocida, el juego se centra en un amplio tablero personal que nos permite, no solo desarrollar un puzle que nos ofrece tanto recursos como puntos, sino un grado de personalización para los dados que transmite la sensación de poder generar una estrategia a largo plazo. Además de esto, su sistema de puntuación, parcialmente dictado por mayorías, no se resiente especialmente a dos jugadores, ya sea por el modo de generar presencia como también por sus maneras de puntuar adicionales a ésta. Todo ello dentro de un peso medio, sin grandes complicaciones, pero que se mantiene sólido tras varias partidas y suficientemente fresco tanto por su variabilidad en las misiones como por la libertad de mejorar tus dados personales de formas muy distintas.
Pros
- Una gestión de dados que, sin ser original, combina elementos de forma elegante.
- Un peso medio pero que permite partidas bien diferenciadas.
- Mayorías como parte de su puntuación, pero que permiten que se disfrute a dos jugadores.
- Un estilo artístico agradable y cuidado, que entra por los ojos y no se olvida de la claridad.
Contras
- Una iconografía poco clara en las misiones A y B.
Este juego ha sido cedido por Jugamos Una para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
Artículos relacionados
Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!