El gato y el ratón, o polis y cacos, eso es lo que nos trae Diabolik.
Con un sistema de movimiento algo diferente al resto y una franquicia poco conocida en nuestro país, Diabolik propone un juego de movimiento oculto que genera grandes momentos de tensión por su cantidad de cartas y una variabilidad superior a la media.
Diseñador/a: | Luca Maragno |
Ilustrador/a: | Matteo Buffagni |
Editorial: | Ares Games |
Idioma: | Inglés |
Número de jugadores: | 2-4 |
Duración: | 90 min |
Edad mínima recomendada: | 10+ |
¿DE QUÉ VA?
En Diabolik encontramos dos bandos enfrentados. Mientras que Diabolik y Eva pretenden llevar a cabo sus impresionantes golpes de guante blanco, Ginko y Morrigan encabezan a la policía que intentan perseguirles y atraparlos, por mucho que corran en su Jaguar.
¿CÓMO SE JUEGA?
Durante una partida de Diabolik uno o dos jugadores controlarán a los criminales más escurridizos de Clerville, mientras que los investigadores Ginko y Morrigan serán controlados por los rivales. En este juego de movimientos ocultos encontramos un formato de partida en la que los golpes tendrán importancia para dar variedad.
Aunque en Diabolik podamos jugar hasta cuatro jugadores, vamos a describir el funcionamiento de la partida exclusivamente desde el punto de vista de dos bandos, explicando las escasas diferencias entre partidas a dos o más jugadores.
El objetivo de Diabolik y Eva será completar tres golpes, de entre los siete disponibles en la caja básica, mientras intentan eludir a la policía, puesto que si el nivel de peligro aumenta, perderán la partida.
Durante la partida, tanto Diabolik como Eva se intentarán mantener ocultos a los ojos del bando contrario. Ambos bandos se desplazan por el tablero teniendo en cuenta los distintos tipos de vias. Como en otros juegos de esta categoría, el tablero cuenta con ciudades conectadas por tres tipos de vías con distinta dificultad para movernos por ellas.
Los tres golpes que hayan salido al azar en la partida pueden ser completados en el orden que deseemos. Mientras que los policías buscarán pruebas para perjudicar a los criminales, Diabolik y Eva deberán llevar a cabo sus golpes en localizaciones aparentemente secretas.
En Diabolik tenemos muchos elementos secretos y un sistema de movimiento que merece especial atención. Para empezar, en cada partida, la guarida de los criminales cambiará tomada al azar de un mazo de cartas en el que tenemos todas las ciudades del tablero. De ese mismo mazo se obtendrán las localizaciones de cada uno de los tres golpes que los criminales deberán llevar a cabo. De esta manera, todos estos elementos los conocerán los malos de la película, mientras que los detectives deberán empezar a ciegas e intentar descubrir los planes de Diabolik.
Dado que el bando de la ley empieza sin demasiada información, cada uno de los golpes le proponen una manera de ir buscando pistas en relación al robo que Diabolik está planeando cometer. Esto es el guión que tiene el bando de los investigadores, que pretenden, de varias maneras, hacer subir el marcador de riesgo hasta que alcance el límite, momento en que habrán ganado la partida que, por lo contrario, ganarán los criminales si completan dos de los tres golpes.
Lo más interesante de Diabolik que pretende diferenciarlo de otros juegos de movimientos ocultos es que los pasos de cada uno de los criminales vendrán marcados por los tres últimos pasos de cada uno de ellos.
El formato de turnos es sencillo, en el que primero se activarán los criminales invirtiendo una serie de puntos de acción, que dependerá del número de jugadores, y tras esto los policías.
Cualquiera de los dos bandos tienen como principal limitación no poder repetir sus acciones a excepción del robo o uso de cartas. Eso significa que moverse será complicado y que la policía deba organizar bien una redada que pueda ir estrechando el cerco.
Mientras que lo habitual por parte de los criminales será moverse hasta las localizaciones de los golpes para poder llevarlos a cabo, en muchas ocasiones necesitarán obtener algún set de cartas para poder completar los golpes. Respecto a los movimientos, mientras que los investigadores y sus secuaces cuentan con sus peanas sobre el tablero, el bando criminal se desplaza a través de cartas y marca sus posiciones tras la pantalla, oculto del bando de la ley.
Los investigadores también deberán intentar investigar y dar caza a los escurridizos ladrones. Para ello pueden, incluso, intentar atacar a los criminales. El sistema de golpes se basa en una tirada sencilla de dados que beneficia al bando del mal, el cual no suele atacar si no ha sido antes expuesto, siendo siempre preferible quedarse en la sombra. Esta sencilla tirada de dados puede generar heridas que lo que hacen es limitar la capacidad de cartas que el jugador herido puede tener en su mano, y ya sabemos que las cartas son una herramienta primordial en Diabolik.
Desgraciadamente, no será fácil moverse para Diabolik y Eva. No solo deberán informar al otro bando si han pasado a través de alguna localización con presencia policial, sino que cada vez que estén en lugares críticos como su guarida o la localización de alguno de sus golpes, deberán colocar su peón en dicha carta volteada. Eso no hace que el policía sepa la ubicación exacta pero sí intuir los planes o sus próximos movimientos.
Durante la partida el medidor de riesgo no solo avanzará si los investigadores descubren a los criminales, sino que podrán ir completando sus investigaciones para subir varios niveles de dicho marcador. De esta forma, Diabolik y Eva no solo deben cumplir dos de sus tres golpes sino que deberán intentar progresar en aquellos que los investigadores estén desarrollando, dado que al cerrar el golpe el marcador de riesgo volverá a bajar.
En Diabolik el uso de cartas es un elemento primordial. El mazo de cartas de cada bando es completamente distinto e incluye cambios de reglas o movimientos mejorados. La variedad de cartas es amplia y las sinergias entre cartas da lugares a turnos muy épicos. Estas mismas cartas, además, contienen un icono en su borde superior dado que funcionan, a su vez, como un recurso necesario para algunas partes de los golpes o las investigaciones.
Tanto si el nivel de riesgo aumenta hasta la ultima casilla como si los criminales completan el segundo golpe, la partida termina inmediatamente con el ganador correspondiente. El bando del mal pretende completar los golpes mientras que la ley solo quiere que Diabolik y compañía se sientan acorralados con un nivel de riesgo inasumible.
¿QUÉ ME PARECE?
Diabolik es otro juego de gato y ratón que sabe que no es el primero en aparecer y se apoya en sutilezas para ofrecer algo sólido, conocido pero distinto. Todo un acierto para una categoría en la que no es fácil sorprender.
Seguro que si pensamos en juegos de movimientos ocultos en los que un bando persigue a otro nos viene a la cabeza Sombras sobre Londres o Furia de Drácula, pero lo cierto es que ARES ha lanzado otros títulos en esa categoría, algunos que pasaron sin hacer mucho ruido como La Búsqueda del Anillo (su reseña aquí). Nos encontramos ante una categoría interesante y agradecida por su tensión pero que suele dar problemas en la escalabilidad por lo que no es común ver demasiados juegos en esta categoría para la que parece que la editorial italiana tiene especial cariño.
En Diabolik tenemos un buen apoyo temático casi imprescindible en este tipo de juegos. Una franquicia que personalmente no conocemos, pero que debe contar con un mayor apoyo en Italia, algo que le dificulta su exportación a otros países como el nuestro. Los cómics del ladrón enmascarado son una buena base sobre la que apoyar un diseño que encaja perfectamente, incluyendo elementos accesorios como el Cadillac que permiten que se pueda mecanizar algún que otro elemento icónico.
Lo cierto es que las reglas de Diabolik no sorprenden si hemos jugado a los títulos mencionados arriba, pero sí que encontramos algunos detalles necesarios para hacer a Diabolik un título diferenciado y poder generar el suficiente interés. Lo que más se puede destacar en Diabolik son pequeños cambios que son significativos sin cambiar por completo lo que todo el mundo espera encontrar.
Por una parte, el desplazamiento con cartas, dejando ese rastro de tres localizaciones sobre la mesa es más interesante de lo que impresiona sobre el papel. No solo permite un trazado físico sobre el tablero, sino que nos alejamos de las hojas de jugador sobre la que el bando escondido va escribiendo sus movimientos. Este cambio no es tan insignificante como suena, puesto que si algún ladrón se desplaza a localizaciones especiales como la guarida o las localizaciones de los golpes, deberá colocarse físicamente sobre dichas cartas y el bando de la ley sabrá que está en un momento crítico, aunque desconozca la localización.
Tampoco es habitual en la categoría encontrar un peso tan importante en las cartas como lo vemos en Diabolik y eso es muy agradable. En este juego el mazo de cartas para cada bando es inmenso y cuenta con una variedad muy amplia de cartas distintas. Dicha variedad es la necesaria para que no podamos conocer o intuir las intenciones de nuestro rival, generando así una tensión mayor en pos de una pérdida de control. Eso genera momentos muy tensos, con reacciones oportunistas de cartas que los jugadores pueden guardar para el momento oportuno. Dicha importancia también se ve reflejada en la mecánica de heridas de Diabolik, en la que los jugadores pierden capacidad de mano cada vez que son atrapados.
La variabilidad entre partidas sin ser exagerada, es suficiente. Los distintos golpes hacen que varien un poco las sensaciones, algo que normalmente tampoco suele tenerse en cuenta en dicho tipo de juegos. Si bien es cierto que no se tienen que ejecutar en orden, por lo que la variedad se recorta bastante, pudiendo dejar de lado uno de los tres golpes sin necesitar completarlo. En este apartado ya tenemos claro que aparecerá una expansión, puesto que hay componentes en el juego base que ya han sido ideados para material adicional en el futuro.
En cuanto a la escalabilidad es algo sorprendente. Mientras que Diabolik es un juego de 2 a 4 jugadores, incluyendo reglas de comunicación para Diabolik y Eva de una forma original, y que incluye cambios de reglas para jugarlo a dos; lo cierto es que el juego fluye mejor en su número mínimo de jugadores. El bando de Morrigan y Ginko necesita actuar de una forma tan sincronizada para rodear zonas que no se encuentra especial beneficio en dividir las decisiones entre más de un jugador. Posiblemente funcione mejor a cuatro que otros juegos de su categoria, como Sombras sobre Londres, pero tampoco me parece el número ideal.
En definitiva, Diabolik tiene elementos suficientes para darnos sensaciones diferenciales respecto a otros juegos de su mismo estilo. La producción aquí no es tan exhuberante como el juego del Señor de los Anillos de la misma editorial y se apoya en una franquicia mucho menos conocida, algo que hace perder parte del interés en un diseño que, mecánicamente, es sólido y muy disfrutable. Se trata de un juego que encaja bien en una categoría en la que muchos no suelen tener más de uno o dos títulos y que genera situaciones de tensión muy agradable con un sistema de movimiento muy interesante.
Pros
- Un juego de movimientos ocultos con detalles suficientes para diferenciarlo.
- El sistema de movimiento tiene un giro interesante que genera mayor tensión durante la partida.
- En Diabolik el uso de las cartas tiene mucha mayor importancia que en otros títulos de su categoría, generando partidas más emocionantes y con más flexibilidad de reacción.
Contras
- Un modo básico que no transmite las sensaciones del juego completo.
- Una escalabilidad en la línea de esta categoría, en la que cuantos menos seamos más control tendremos.
- Una franquicia no tan conocida como las de sus principales rivales.
Este juego ha sido cedido por ARES Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!