Reiner Knizia vuelve con fuerza este último año y nos muestra en Mille Fiori unas mecánicas alejadas de su zona de confort y un juego apto para todos los públicos.
En Mille Fiori encontramos una ensalada de puntos basada en un sencillo y dinámico draft de cartas en el que todas las localizaciones ofrecen una buena dosis de interacción entre jugadores.
Diseñador/a: | Reiner Knizia |
Ilustrador/a: | Stephan Lorenz |
Editorial: | Devir |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 2-4 |
Duración: | 60-90 min |
Edad mínima recomendada: | 10+ |
¿DE QUÉ VA?
Mille Fiori nos pone en el papel de artesanos del cristal que intentan fabricar elementos de este frágil y preciado material para sacar el máximo beneficio. Para ello deberán comprar, producir y exportar productos de la mejor manera posible.
¿CÓMO SE JUEGA?
En una partida de Mille Fiori los jugadores empiezan con cinco cartas en la mano. Mediante una selección simultánea de cartas, los jugadores eligen su siguiente acción que revelarán al unísono. Tras esto, todos los jugadores revelan su carta y se llevará a cabo la acción en sentido horario desde el jugador inicial.
El tablero de Mille Fiori está dividido en distintas secciones que coinciden con un color que las representa y con una manera de puntuar propia. De esta manera, y como pasa en otros juegos de este estilo, tenemos una carta en el mazo por cada casilla que vemos en el tablero, aunque como veremos más adelante, no siempre las utilizaremos para dicha acción.
Cada carta tiene una acción representada en el centro, con un fondo que coincide en color con la sección del tablero central que la representa. Si elegimos dicha carta podremos activar la acción descrita, pudiendo puntuar de una manera única tras esto, o, si lo preferimos, utilizar su valor de timón para avanzar el barco.
Las distintas secciones proponen los siguientes modos de puntuación:
- En la zona naranja los jugadores obtienen distintas materias primas. Para ello se colocan en el icono que coincida con la ilustración de la carta y, tras esto, se obtienen puntos por todas las fichas de cristal adyacentes a dicha posición. De esta manera, intentaremos expandirnos de forma ordenada para ir amasando más puntos mientras que intentamos cerrar a otros jugadores.
- En la zona morada los jugadores se colocan en la casilla vacía más a la izquierda posible. Los puntos obtenidos serán acumulativos, por lo que cuanto más acudamos de forma consecutiva, más puntos obtendremos. Los jugadores deberán cortar la progresión de sus rivales para evitar grandes cantidades de puntos.
- Las dos zonas verdes funcionan idénticamente pero con iconos distintos. En estas zonas podremos colocar cristales de forma piramidal desencadenando que se puntúe esa misma ficha más todas las inferiores de dicha pirámide. Como suele pasar en otros juegos, debemos respetar la física y solo podremos colocarnos sobre localizaciones que ya tengan dos cristales debajo, formando una base para dicha colocación. En este lugar otorgaremos puntos también a otros jugadores, los cuales dependen de la altura en la que se encuentren posicionados. Estas son las únicas zonas en las que podemos colocarnos donde decidamos, pero puntuaremos el doble si coincide con el icono de nuestra carta.
- La zona azul claro nos permite puntuar por columnas. Cada columna simboliza un producto distinto que da tantos puntos por ficha de cristal como cristales totales haya en dicha columna. De esa forma, cada vez que nos coloquemos obtendremos más puntos que la vez anterior, puntuando los cristales previos, pero otorgando también puntos a los rivales.
- La zona azul oscura simboliza el puerto, en el que se pueden hacer envíos y exportaciones. En ella podremos colocar un barco en cualquier fila disponible. Estas filas, a la izquierda de la zona azul claro, se puntuarán cuando se cierren con tres barcos de cualquier jugador. Al cerrarlas, cada barco, independientemente de su dueño, recibe 1/3/6/10 puntos dependiendo de los productos en la zona azul clara que haya en la misma fila en ese momento. Adicionalmente, avanzaremos nuestro barco tantas casillas como indique la carta, obteniendo así los puntos descritos en la casilla de llegada.
Los jugadores pueden, en lugar de realizar la acción descrita en el centro de la carta, usar exclusivamente su valor de timón para avanzar el barco en el marcador del tablero. Esto puede otorgar beneficios de hasta 10 puntos o acciones adicionales, así que no está mal echarle un ojo a los valores que van del 1 al 5.
A estas formas de puntuar hay dos elementos más a tener en cuenta. Por una parte, para darle un elemento de carrera, cada zona cuenta con una forma de puntuar adicional para los jugadores más rápidos en colocarse sobre ciertos símbolos. De esa forma, centrarte en una sección del tablero tiene su recompensa de 20/15/10/5 dependiendo de nuestra posición al completarlo.
Por otra parte, cada zona cuenta con un modo de obtener acciones adicionales, marcado con un icono que coincide con el reverso de las cartas. Cada sección del tablero cuenta con un modo distinto de obtener dichas acciones extra, que el jugador ejecutará inmediatamente haciendo uso de alguna de las cartas que haya expuestas en el mercado central.
Cuando queden dos cartas en la mano tras elegir una de ellas en nuestro turno, en lugar de pasarlas a la izquierda las colocaremos en un mercado central, boca arriba, que pasará a estar disponible para las acciones extra de los jugadores. Tras esto, se pasará la carta de jugador inicial a la izquierda y se repartirán cinco nuevas cartas a cada jugador.
En Mille Fiori la partida se desarrolla en un número indeterminado de rondas hasta que se agoten las cartas del mazo o un jugador se quede sin sus cristales. A los puntos obtenidos inmediatamente durante la partida solo queda sumar los bonificadores de cada sección del tablero para determinar el ganador.
¿QUÉ ME PARECE?
Mille Fiori es un título familiar combero que sorprende por lo agradable en su desarrollo y la interacción constante pero inevitable que hace que los movimientos de los rivales sean importantes para nuestras acciones.
Aunque no lo parezca, por la demora de editoriales españolas a la hora de traernos los juegos, Reiner Knizia ha sacado varios títulos reseñables, nunca mejor dicho, este último año. Entre ellos encontramos Mille Fiori, un título que recientemente se ha confirmado en nuestro idioma por parte de Devir pero que desde Essen ha venido dejando buenas sensaciones a todos los que lo probaban.
En Mille Fiori encontramos una mecánica sencilla de una acción por carta y localización, de modo que contamos con un grueso mazo de cartas que representan cada supuesta casilla del tablero central. Mediante un sencillo draft el juego nos propone un turno tan sencillo como simultáneo que hace que la partida no cese en su ritmo. En cuanto a ese ritmo, siendo un punto muy agradable del juego, en el reglamento encontramos una variante avanzada en la que los jugadores eligen sus cartas en sentido de juego, no simultáneo. Este cambio de reglas, aparentemente anodino, reduce el ritmo de partida en pos a un mayor control que, personalmente, no compensa por extender, demasiado, su duración.
Con la buena selección de métodos de puntuación de cada una de las zonas de juego y el mazo perfectamente equilibrado, el juego nos ofrece una interacción necesaria al tener no solo que compartir posiciones en localizaciones como el puerto, sino ser oportunistas en muchos distritos o agresivos como con las llaves de la sección morada. Todos estos métodos proponen que los jugadores se deban pisar de una forma obvia y natural, haciendo que la selección simultánea de la siguiente carta no esconda demasiada premeditación.
Sin una curva de aprendizaje palpable, Mille Fiori sin duda puede esconder sus dinámicas en las primeras rondas hasta que podamos tantear como puntuar de forma eficiente o no otorgar demasiados puntos al rival más fuerte. Eso lo hace interesante para todo tipo de públicos, dado que la inmediatez de reglas se da la mano a una transparente forma de puntuar que, en muchos casos, otorga beneficios a los rivales, por lo que deberemos saber a quién ayudar. Es la profundidad justa para tener que pararse a pensar y valorar en qué lugar el beneficio neto es mayor, sin tener una gran capacidad de estrategia a largo plazo por las limitaciones propias del draft. Lejos de ser una parte negativa, en mi opinión es la excusa perfecta para aligerar las decisiones sin poder jugar en modo automático.
A nivel de escalabilidad el juego cambia ciertas dinámicas sin cambiar las reglas. A pocos jugadores, por ejemplo, deberemos invertir cierta atención en evitar que las adyacencias de nuestros rivales en la zona naranja sean un pozo de puntos sin fondo. Por el contrario, a más jugadores el atractivo de los barcos del puerto se incrementa al poder tener una mayor presencia en la zona azul claro. Todo ello depende de las acciones de los jugadores, pero una mayor presencia de cristales potencian esas zonas en las que los puntos dependen de los cristales que ya hubiera, siendo éstos más abundantes a más jugadores.
A nivel artístico encontramos un cuidado por encima de lo que Schmidt nos suele tener acostumbrados. Una portada clara y agradecida y un interior que no se distancia demasiado de los euros clásicos pero que cuenta con unos componentes agradecidos y temáticos, con plástico transparente que nos pretende recordar al cristal. Sin duda una buena elección tener especial cuidado a nivel gráfico para poder calar al público al que va dirigido.
En definitiva, Mille Fiori es otro gran título de Knizia en el que sin mucha complicación de reglas propone un ritmo de partida que divierte en su desarrollo. Se trata de un juego agradecido turno tras turno, con ciertos momentos satisfactorios al encadenar puntos y turnos extras que dejan buen sabor de boca. Todo ello con una producción exquisita sin excentricidades y un estilo artístico por encima de la media en dicha editorial. Sin duda alguna un juego más que recomendable que escala estupendamente cambiando la importancia de distintos distritos del tablero.
Pros
- Un título que propone reglas sencillas y una selección simultánea de acciones haciendo que pueda calar fácilemente en el ámbito familiar.
- Una buena ensalada de puntos con formas de puntuar que suelen tender a la interacción.
- Una producción cuidada y visualmente agradable, algo imprescindible a día de hoy.
- Otro Knizia que, sin parecerse a otros títulos del autor, muestra una solidez que lo convierten en una clara recomendación.
Contras
- Su variante avanzada no supone grandes cambios y, además, suele alargar demasiado las partidas.
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!