Los segundos son escasos. La bomba hace tic-tac. Pide ayuda a los expertos, o no tanto, desactivadores que tienes como compañeros de equipo.
Mezclando una necesaria aplicación y un manual impreso que le da esa esencia a juego de mesa, Keep Talking and Nobody Explodes propone una experiencia corta, intensa e inmersiva en la que se intenta apañar el efecto líder con la asimetría.
Editorial: | Steel Crate Games |
Idioma: | Multilenguaje incluido español |
Número de jugadores: | >1 |
Duración: | 7 min |
Edad mínima recomendada: | 12+ |
¿DE QUÉ VA?
En Keep Talking and Nobody Explodes tenemos un juego cooperativo asimétrico en el que un jugador será el que tenga acceso a la bomba mientras el resto del equipo podrá leer el abrumador y desorganizado manual de desactivación. Deberemos ser rápidos y certeros o en pocos minutos la bomba explotará.
¿CÓMO SE JUEGA?
Para jugar a Keep Talking and Nobody Explodes no necesitamos nada más que un dispositivo para que un jugador sea el encargado de desactivar la bomba y un Manual de Desactivación, ya sea en formato PDF o, preferiblemente, impreso.
El juego nos propone un reto cooperativo asimétrico en el que un jugador tendrá una bomba que desactivar mientras que el resto de jugadores, sean los que sea, tendrán acceso al manual de desactivación y guiarán a dicho jugador.
Las reglas del juego son sencillas y vienen controladas por la propia aplicación. Cualquiera de las bombas tiene un tiempo, una cantidad de errores permitidos antes de la explosión y una cantidad de módulos a resolver. El jugador que desactive la bomba usará controles táctiles o en realidad virtual para simplemente activar botones o cortar cables.
El funcionamiento de los módulos en realidad genera distintos acertijos con mecánicas diferentes que siempre se basan en la comunicación entre el desactivador de la bomba y el resto del equipo. Cada módulo tiene su mecánica que habitualmente requiere de ciertos condicionantes que deberán transmitirse unos a otros para llegar a una solución. Todo ello viene presentado en el Manual de Desactivación de una forma desordenada con el claro propósito de que los jugadores deban integrar estas mecánicas, interiorizarlas y agilizar la resolución partida tras partida. A través de la aplicación el juego permite que cada módulo pueda variar entre partidas, con distintos resultados ante un mismo módulo.
La partida solo puede terminar en una explosión o una resolución exitosa. Tras cada bomba los jugadores irán desbloqueando nuevos retos en los que la única variable que cambia es el tiempo y la cantidad de módulos. Adicionalmente, podremos configurar las bombas al gusto del grupo de juego en lugar de seguir el orden propuesto, adaptando el título a todos los públicos ya sea con más flexibilidad de errores o una presión menos intensa respecto al tiempo.
¿QUÉ ME PARECE?
Keep Talking and Nobody Explodes es, si lo cogemos con pinzas, un juego de mesa llevado a varias plataformas. Sin lugar a dudas, uno de los dos protagonistas es un manual de desactivación de bombas que requiere, para la mayor comodidad, de una copia impresa, por lo que aceptamos pulpo como animal de compañía.
Lo que Keep Talking and Nobody Explodes propone es un juego cooperativo en el que la mitad de la experiencia no tiene nada que ver con un juego de mesa pero que, en resumidas cuentas, se apoya mucho en un manual que, si nos decantamos por imprimirlo, será el protagonista de nuestra experiencia. Este juego propone una cooperación asimétrica, contrarreloj y muy estresante que juega con una aplicación para ofrecer una variabilidad entre partidas muy satisfactoria.
Keep Talking and Nobody Explodes puede ser jugado en varias plataformas, ya sea un ordenador, un móvil de cualquier marca o una tablet. Adicionalmente, han lanzado dicho juego en realidad virtual, estando disponible para las Oculus Quest 2, plataforma en la que hemos disfrutado del juego. Sea cual sea la plataforma elegida, siempre necesitaremos un Manual de Desactivación que, aunque puede leerse en PDF, es más que recomendable imprimir, y ahí sí que entramos en el campo de los juegos de mesa.
Aunque el elemento digital sea imprescindible en este título, el jugador con la bomba solamente debe transmitir los códigos que sus compañeros le vayan descifrando. En ese sentido, tenemos un juego asimétrico en el que lo atractivo puede ser sentarte frente la bomba pero lo interesante, a largo plazo, es gestionar la presión de ir resolviendo los módulos y eso depende del resto del equipo. Gracias a ser una aplicación, la variabilidad es suficiente con la versión de manual publicada. Cada una de nuestras bombas incluirá algunos módulos con distintas soluciones que, pese a echar varias partidas, solo nos permiten aprender el método de descifrado pero no las soluciones. Adicionalmente, el manual cuenta con un código que lo identifica y deja abierta la puerta a que en un futuro, que aún no ha llegado, se puedan publicar nuevos módulos y métodos para descifrar dichas bombas.
Temáticamente tenemos un título que presenta todo lo que podamos esperar. A nivel gráfico es resultón y fluido, pero sobre todo funcional, sin perder una buena dosis de inmersión. Para evitar que el jugador que controla la bomba pueda aburrirse de simplemente describir los módulos y darle vueltas a la bomba, se ha prestado cierto cuidado a incluir efectos para que se complique el rol del desactivador. Veremos como las luces se apagan o un sonido irritante molesta lo más importante en Keep Talking and Nobody Explodes: la comunicación.
Keep Talking and Nobody Explodes es, en esencia, un juego de comunicación con mucha presión detrás. A medida que avancemos el tiempo será nuestro único enemigo y, evidentemente, eso exige una comunicación más fluida. De esta forma se generan dinámicas de grupo que necesitan que los jugadores que tienen acceso al manual de desactivación deban mecanizar su forma de descifrar, usando papel y lápiz.
A nivel de escalabilidad el juego requiere un mínimo de dos jugadores, pero las experiencias más memorables necesitan algún jugador más. Partiendo de la base que la propuesta de Keep Talking and Nobody Explodes es eminentemente temática y que el manual de desactivación sobrepasa las 20 páginas, un grupo de tres o cuatro suele ser lo ideal para poder gestionar rápido y eficazmente toda la información. Aun así, el juego propone una lista de bombas en forma de campaña que, sin una narrativa contínua, propone retos de cada vez mayor envergadura. De esta forma, se autorregula el grupo de jugadores a la dificultad que propone el propio juego.
Otro punto muy positivo es la duración de sus partidas. En el peor de los casos hay bombas con tiempos de desactivación de 8 minutos, pero la mayoría rondan los 2-5 minutos. Esta volatilidad lo vuelve más adictivo, con cierto elemento de prueba y error, que facilita que una partida acabe convirtiéndose en una docena de intentos. Si a esto le sumamos la inmersión de la realidad virtual, superior a la aplicación de tablets o de ordenador, la experiencia suele ser tan original que es difícil de rechazar.
Quizás se echa en falta un poco más de narrativa, un hilo conductor que nos incite a seguir desarrollando la historia o avanzar. Por desgracia, a medida que desbloqueemos nuevas bombas solo cambiará el tiempo, el número de módulos y la cantidad de errores permitidos. Sin duda, suficiente para el divertimento sencillo que propone, pero es su punto más flaco.
En definitiva, Keep Talking and Nobody Explodes puede ser un juego de mesa cogido con pinzas, pero requiere de una comunicación entre jugadores y un manual de desactivación que deberíamos tener impreso. Esto, unido a una aplicación digital necesaria pero bien implementada, ofrece una experiencia cooperativa asimétrica muy divertida, que no se vuelve tan repetitiva como cabría esperar y que se amolda a distintos grupos de jugadores ya sea como un divertimento esporádico o un reto contrarreloj muy exigente.
Pros
- Un juego cooperativo asimétrico que encaja perfectamente en la temática que propone.
- Sencillo y necesariamente rápido, incrementa la capacidad de engancharnos y acabar invirtiendo horas en él.
- La opción de jugarlo en cualquier dispositivo, incluyendo las gafas VR, dan un plus de diversión a un juego que te mete en el papel.
- Gran elasticidad en cuanto a la escalabilidad, pudiendo juntar a un grupo de expertos que se divida el manual.
Contras
- No hay ningún nexo narrativo que incentive el progreso del propio juego.
- Aun con suficientes módulos, se echa de menos un nuevo manual con módulos y reglas de desactivación diferentes.
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2 Comments
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!
Es difícil categorizar a KTANE, se queda a medio camino entre un videojuego o un juego de mesa. Es una experiencia lúdica bastante gratificante. Es intenso, complicado, hace que las dos partes creen un lenguaje y se hace muy divertido ver cómo a lo largo de las partidas se optimiza cada “puzzle” al máximo. En definitiva, me parece un título que se encontró un hueco que no cubría ningún otro juego y años después de su lanzamiento sigue sin rival. Por cierto, me alegro de ver aquí una reseña de un producto tan dentro como fuera del mundo de los juegos de mesa y tan inclasificable.
Gracias por el comentario. Hace años seguro que los puristas lo colocaban fuera de la categoría pero al final ambos mundos se dan la mano y KTANE no es nada sin un manual de desactivación que, en nuestro caso, siempre va impreso, y una comunicación en vivo que requiere de cooperación exigente. La bomba, aunque sea en VR es un soporte para resolver los puzzles como puede ser una app de un escape room u otras más centrales en la experiencia como Soviet Kitchen, Destinies o Mansiones de la Locura. Un placer llegar a gente tan agradecida!