Reinos Rodados [Reseña]

Tras la pandemia, Jamey editó el print & play que había liberado para que podamos obtener en tiendas ese juego que se inspira en todo su catálogo.

En Reinos Rodados tenemos guiños a todos los juegos de Stonemaier Games en un roll & write que aboga por los minijuegos y una complejidad superior a la media.

¿DE QUÉ VA? 

En Reinos Rodados se nos plantea un viaje por todo el catálogo de la editorial de Stegmaier. Con once minijuegos que visitar, los jugadores deberán gestionar sus dados para sacarle provecho a cada forma de puntuar de cada carta. A todo esto se le añade un sistema de recursos para obtener algunas habilidades que nos permitirán darle la vuelta al azar, modificar los dados o tener más facilidades.

¿CÓMO SE JUEGA?

Una partida a Reinos Rodados está formada por tres rondas de nueve turnos cada una. En cada una de las rondas se revelarán tres cartas, que todos los jugadores deberán buscar en su mazo personal, teniendo así el mismo reto que superar compuesto por tres minijuegos inspirados en tres títulos del catálogo.

En cada uno de los nueve turnos, un jugador lanzará los dos dados cuyo resultado utilizarán todos los jugadores de la mesa.

Con cada tirada, los jugadores deberán registrar en su tablero accesorio los dos valores del dado y, posteriormente, utilizarlos. Cada dado debe utilizarse en una de las tres cartas, no pudiendo utilizarse los dos dados sobre la misma carta.

El elemento más original de Reinos Rodados es que cada carta incluye un minijuego único que se inspira en algún título como Viticulture (su reseña aqui), Wingspan o Scythe. En todos los minijuegos encontramos dos elementos comunes: unas reglas en la zona superior que indican como obtener estrellas, que son nuestro objetivo en la partida, y una serie de recursos en forma de calabazas, corazones y monedas, que nos servirán para mejorar nuestras tiradas futuras.

Para llevar la cuenta de los recursos que vamos obteniendo tenemos un tablero accesorio en el que registraremos lo que vayamos obteniendo. Para gastarlos solo tenemos que tachar los recursos que ya hayamos marcado anteriormente. Las calabazas nos permiten modificar el valor de los dados, e incluso repetir un mismo Reino en el mismo turno. Los corazones y las monedas van más encarados a obtener dados adicionales y aprovecharnos de las tiradas con resultados dobles.

Tras los nueve turnos habremos llenado el registro de nuestro tablero, por lo que nunca olvidaremos el final de cada ronda. Solo nos queda sumar los puntos obtenidos en forma de estrellas. Entre ronda y ronda perderemos todos los recursos obtenidos y no gastados, pero nos otorgan 0,1 punto cada uno, por lo que los resultados suelen tener un decimal.

En cada ronda algún jugador revela tres nuevos Reinos que el resto deberá buscar en su mazo, así que en cada partida nos enfrentaremos a nueve de los once retos incluidos en el juego, con combinaciones más o menos benévolas. Tras las tres rondas de juego se suman los puntos para determinar el ganador.

¿QUÉ ME PARECE?

Reinos Rodados nació como un entretenimiento durante el confinamiento y acabó publicándose para todos los que quieran conocer el roll & write inspirado en el catálogo de Stonemaier, ofreciendo una solidez digna de cualquiera de sus otros juegos publicados.

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La historia detrás de Reinos Rodados es que fuera lanzado como print & play durante los meses de confinamiento del año pasado, en plena pandemia por COVID. Esta buena obra, que pretendía mantener entretenidos con pequeños retos a los seguidores de la editorial, acabó siendo jugada por miles de personas que, a su vez, solicitaron una versión publicada para poder tener en la estantería el juego que les había mantenido ocupados y entretenidos durante esos malos momentos. Gracias a eso llegó a publicarse lo que hoy tenemos entre las manos que, dicho sea de paso, luce bien y mantiene los estándares de producción de Stonemaier.

Lo que tenemos aquí son once minijuegos que aparecerán en un orden distinto en cada partida, dando cierta sensación de rejugabilidad por sus distintas combinaciones. Respecto a la inspiración en los juegos que lleva por nombre, no todos se pueden plasmar en un pequeño minijuego, pero se intuye que originalmente fue más un entretenimiento de libre acceso que ahora puede parecer un juego que aspira a ser publicidad de su catálogo.

Los distintos minijuegos varían de complejidad, siendo algunos de ellos más obtusos en su primera partida pero finalmente comprensibles con la pequeña ayuda que viene en el reglamento. Otros son directos y nos recordarán a formas de puntuar en alguna de las secciones de otros roll & write que podamos tener por casa. Lo interesante más allá de la mezcla de los minijuegos es la gestión de los recursos que nos permite hacer virguerías con los resultados. Si bien esto puede molestar a más de uno, esta capa adicional nos permite modificar mucho los dados, las tiradas y los turnos en general a costa de tener que dominar las seis habilidades que nos ofrecen los distintos recursos. Queda en mano de los jugadores darle más o menos importancia a los recursos, o si preferimos guardarlos para convertirlos en puntos a un ratio algo bajo de 10:1 pero que pueden darnos esa estrella que no podíamos conseguir por otra vía.

En cuanto a la producción nos quedamos con los geniales dados sobredimensionados y la inclusión de gamuzas para borrar las tarjetitas, un añadido que debería ser más frecuente. Todo ello completa un juego lleno de cartas autoborrables y dos manuales con ese acabado lienzo que Stonemaier lleva produciendo desde Wingspan (su reseña aqui). Este contenido por debajo de los 20€ lo hace muy competente cuando buscamos un juego en esta categoría.

La escalabilidad del juego es tan buena como cabría esperar dado lo multisolitario de su desarrollo. Hasta seis jugadores pueden sentarse alrededor de la mesa y todos usarán los mismos reinos y los mismos resultados de dado, así que se agradece la inclusión de material para un número tan elevado. Algo que ya es marca de la casa de Stonemaier es el modo solitario, y Reinos Rodados no podía ser menos. En este juego encontramos un modo solitario independiente inspirado en 18 hoyos de un minigolf en el que se mezclan cartas de reinos con modificaciones sobre ellas.

En definitiva, Reinos Rodados es un título que agrupa minijuegos lanzados bajo libre acceso durante el confinamiento y que funcionaron tan bien que la comunidad solicitó su publicación. Gracias a esto llega a tiendas con un precio muy competitivo y un formato que nos ofrece partidas variadas sin grandes revoluciones a la hora de puntuar pero con una gestión de recursos más compleja de lo que suele acompañar a este tipo de juegos. A esto no solo se le suma una producción cuidada y unos dados muy especiales, sino también un modo solitario propio, dejando así un producto muy competente.

Este juego ha sido cedido por Maldito Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.