Viajar a la Toscana nunca fue mal plan, y en este juego no podría ser diferente.
Con este Viticulture encontramos un colocación de trabajadores apto para todos los públicos que se complementa de forma magistral con Tuscany para ser un título todoterreno que satisface a un amplio abanico de jugadores.
Diseñador/a: | Jamey Stegmaier, Alan Stone |
Ilustrador/a: | Jacqui Davis, David Montgomery, Beth Sobel |
Editorial: | Maldito Games |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 1-6 |
Duración: | 45-90 min |
Edad mínima recomendada: | 12+ |
¿DE QUÉ VA?
En Viticulture llevaremos la gestión de una bodega de vinos con todo lo que ello conlleva. Planta la vid, procesa la bebida espirituosa, pero no te olvides de los visitantes que te echarán un cable. Lo importante no solo será planificar sino tener en cuenta las estaciones del año para ser el más productivo del lugar. A todo esto se le añaden las mejoras introducidas por Tuscany, de las que hablaremos en detalle más adelante.
¿CÓMO SE JUEGA?
Viticulture es una carrera por conseguir 20 puntos de victoria, para lo que deberemos desarrollar nuestra bodega, fabricar y envejecer vinos, completar pedidos y recibir visitas. Las reglas básicas no se modifican en Tuscany, pero durante esta explicación haremos referencia a los elementos que se implementan en la expansión.
Para empezar nuestra partida recibiremos una carta de “padre” y “madre” que nos señalarán los recursos iniciales, los cuales variarán en cierta medida entre jugadores, e incluirá algunos trabajadores, imprescindibles para jugar en Viticulture.
El orden de turno en este juego será variable, ya que los jugadores deberán elegir a qué hora quieren levantarse. Cuanto más madruguen menos beneficios tendrán pero podrán ser los primeros en colocar sus trabajadores. A quien madruga Dios le ayuda, decían… Este formato de orden de turno varía ligeramente en Tuscany, en el cual no habrá una ficha de jugador inicial entre rondas, sino que el primero en pasar deberá elegir una nueva hora para la siguiente ronda, además de incluir una mayor cantidad de beneficios.
Una vez tengamos el orden de juego, deberemos turnarnos para ir colocando trabajadores sobre el tablero. Mientras que en el Viticulture original encontramos dos mitades de tablero, representando verano e invierno, en Tuscany se subdivide en las dos estaciones restantes. Esta división del tablero hace que los jugadores deban planificar donde invertir sus trabajadores, ya que solo podrán colocarse en la estación actual y, a su vez, no serán recuperados hasta que finalice el año completo.
Los espacios disponibles dependen del número de jugadores, pero siempre serán menos abundantes de lo que nos gustaría. Es por eso que cada jugador tiene un trabajador grande. Este sobredimensionado meeple puede colocarse en una acción en la que no haya espacios y evitar así uno de los frecuentes bloqueos.
Las acciones que encontramos en Viticulture son las de poder mejorar nuestra bodega pagando con oro algunas mejoras, plantar vid en nuestros tres terrenos, traer visitantes y producir vino. El sistema de procesado del vino es sencillo pero temático. Por una parte, en un mismo terreno podremos plantar varias vides siempre que no sumen más del total de valor del terreno. Agrupar vides nos interesa para poder cosechar con más facilidad. Cada planta ofrece en sí misma una uva de un valor idéntico al de la vid de la que proviene.
Una vez sacadas las uvas, tras cada ronda irán envejeciendo y aumentando su valor. En cualquier momento podremos convertir las uvas en vino, pasándolo a nuestras cubas. Cuando se convierta la uva en vino también envejecerá automáticamente al final de cada ronda, pero deberemos mejorar nuestra bodega para que los vinos lleguen a los niveles más altos, los cuales suelen ser requisitos de los mejores pedidos.
No podía faltar la opción de combinar uvas de sus dos colores para hacer vino rosado, o incluso el lujoso vino espumoso.
Los jugadores podrán formar a nuevos trabajadores para que rondas venideras sean más fructuosas, así como vender los vinos en forma de pedidos. Los pedidos completados nos ofrecen beneficios residuales, que suponen ingresos recurrentes al final de cada ronda.
Tras acabar el año los jugadores recuperan todos sus trabajadores, algo que no ocurre tras cada estación. No podemos olvidarnos de envejecer nuestras uvas y vinos, así como recibir los ingresos generados por los pedidos completados. Todo ello viene referido en el propio tablero de juego:
La mayor variedad viene dada por la cantidad de cartas de visitantes, ofreciendo mazos de una gran cantidad de cartas que, por si fuera poco, podremos completar todavía más con las dos pequeñas expansiones de Visitantes.
Si algún jugador llega a los 20 puntos de victoria, o 25 en el caso de jugar con Tuscany, se desencadenará el final de partida en la ronda actual. Tras completar el año solo deberemos contar los puntos de victoria, por lo que si jugamos con Tuscany deberemos sumar la influencia que haya obtenido cada jugador en las distintas regiones del mapa.
Esta pequeña mecánica añadida al Viticulture original es una fuente de pequeñas mejoras durante la partida y una competición de algunos puntos de victoria, determinantes en muchos casos, que se disputan por mayorías.
¿QUÉ ME PARECE?
Viticulture logró colocarse en la cima de los juegos de colocación de trabajadores y, pese al paso de los años, se mantiene en ella. Encontramos un juego accesible, temático y bien producido, con mucha variabilidad entre partidas gracias al sistema de visitantes y ha logrado expandirse de una forma magistral, ofreciendo una capa adicional a la que los jugones querrán acceder desde un primer nivel, y que asegura que los menos experimentados tengan un escalón al que, en un futuro, querrán acabar recurriendo.
Viticulture fue y sigue siendo un gran hit de la editorial Stonemaier. Esta edición Esencial salió hará ya seis años y desde entonces se mantiene muy arriba en la BGG, algo que no me parece ninguna casualidad. Con este título Jamey Stegmaier ya tenía clara su línea editorial, la cual se apoyaba en una comunidad que le aclamaba y cuyo mayor valor se encontraba en el segmento familiar. Con una producción más cuidada que la media, supo acertar no solo en la dureza sino en el producto al completo. Encontrábamos un juego que incluya un modo solitario elaborado, cuando no era lo habitual, y una gran variedad de cartas que se alejaban de los euros más clásicos, pero pese a todo, se mantenía conservador en su idea original, siendo un colocación de trabajadores como los que más habían triunfado unos años antes. Por si esto fuera poco, en un momento en el que el tema que reinaba era el rústicomedieval, en Viticulture viajamos a una Toscana más actual con, de igual manera, cierta tematización de las acciones, algo que tenía mucho que ver con el éxito de los clásicos juegos de colocación de trabajadores.
En Viticulture todo jugador se va a sentir cómodo. No es un juego que abrume por su dureza, no hay comida que ofrecer a tus trabajadores. Al contrario, el juego nos propone una carrera a una cifra concreta, evitando así frustraciones personales y haciendo que cada jugador pueda avanzar, aunque sea a ritmos muy distintos sin sentirse penalizado. Eso permite que la puerta de entrada sea exquisita, y que se apoya en unas acciones variadas y totalmente accesibles desde el principio pero que no abruman por su simpleza. En ese sentido, Tuscany ofrece una mayor exigencia, de lo que hablaremos más adelante.
Los elementos agradables del juego no se acaban ahí. El hecho de que las uvas envejezcan sin necesidad de pasarlas a vino y tener que mejorar nuestra bodega hace que podamos, al menos al principio, despreocuparnos sin perder materia prima. Este es otro elemento que evita frustraciones, pero que sigue permitiendo que el jugador experto tenga una ventaja significativa.
La variabilidad entre partidas la ofrece la cantidad de cartas de visitantes que tenemos tanto en verano como en invierno. Este elemento con sabor americano ofrece una serie de eventos y ventajas circunstanciales agradables y que, sin tener que entrar a valorar si una a una son todas equitativas, se apoyan en el azar y beneficios menores para los rivales para que lo que genere sea una ventaja constante que nos desahoga y nos permite recibir más recursos para pisar el acelerador de la carrera que propone de fondo.
Con Tuscany no encontramos un parche como podría parecer, algo que sí hemos vivido con en el caso de Tapestry. Con la expansión encontramos esa capa adicional que mejora el juego en la medida que lo complica un poco más, algo parecido a lo que vemos en Stress Botics. Es por eso que para cualquier jugador con recorrido Tuscany pueda ser indispensable, porque en mi opinión lo es, pero solo desde mi punto de vista. Lejos de parecer que Tuscany deba estar incluida dentro del juego base, me parece que ha sido habilidoso el dividir así, ofrecer un juego completo y sólido, pero dejar como segundo plato algo a lo que casi todos acabaremos accediendo, ya sea de entrada o tras muchas partidas si no tenemos un hábito tan arraigado en los juegos de mesa.
No podía faltar una producción elegante y vistosa, que usa madera con formas personalizadas y una buena calidad en sus cartones. A esto se le une un estilo gráfico limpio y unas ilustraciones agradables que generan cierta calidez y armonía al conjunto.
Tuscany no solo ofrece otro tablero, unas mayorías y una división en dos estaciones adicionales, sino que ese es el módulo más importante de la caja de los tres que la componen. Tenemos un segundo módulo que introduce otro tipo de trabajadores, los cuales varían cada partida, ofreciendo así una ligera especialización que dará partidas variadas sin forzar a los jugadores a hacer uso de ello.
La tercera y última parte de Tuscany ofrece cartas nuevas, con dorso naranja, conteniendo estructuras que podremos construir en nuestras bodegas. Personalmente, estas cartas se colocan en última posición de preferencia, siendo el nuevo mapa con sus añadidos algo que siempre incluyo en mis partidas.
Las dos cajas de expansiones pequeñas recrean, como en muchos otros puntos, el espíritu expandible de un título que parece ser más que una inspiración para Viticulture, y es que las cajas con más visitantes, en formato barato y pequeño, se asemeja a los nuevos mazos de profesiones que encontramos en Agrícola. Un formato que parece ir muy encarado al más fiel seguidor del juego, haciendo que solo se pueda disfrutar si ya conocemos a fondo los visitantes del juego base, que no son pocos, y queremos tener aún más variedad. Una forma agradable de dar frescura cada cierto tiempo, contando además con Uwe Rosenberg en el diseño y supervisión, que no es casualidad.
La escalabilidad del juego no tiene pega alguna. Empezando por un Automa que revolucionó en su momento por funcionar realmente bien mediante su propio sistema de cartas, el cual también sufre ligeros cambios al introducir el mapa de Tuscany. A cualquier número de jugadores las partidas se disfrutan de igual manera, abriéndose nuevos espacios para que los bloqueos se mantengan presentes pero equilibrados y alargando, eso sí, la partida. Pese a todo, Viticulture no es un juego que genere demasiado análisis parálisis, por lo que se puede disfrutar en todo su rango, teniendo en cuenta que a seis es un número menos recomendable exclusivamente por su duración.
En definitiva, ya tocaba escribir acerca de este juego que, año tras año, me sigue funcionando igual de bien. Un título que no puede faltar cuando pensamos en colocación de trabajadores y que es una magnífica muestra de título con diseño sólido, buenas referencias y un diseño de producto sensacional. Aquí encontramos un juego temático y agradable a la vista, que en su caja básica ofrece variabilidad y juego para rato, pero que sabe que algunos queremos más y podemos expandirlo con Tuscany, algo que la mayoría de los que leáis el blog sabréis apreciar por su capa adicional de profundidad. No es de extrañar que Viticulture siga siendo un referente en su categoría y no tengo dudas de que lo seguirá siendo.
Pros
- Un colocación de trabajadores de peso medio muy versátil gracias a Tuscany.
- Temáticamente agradable mediante la elaboración del vino y las estaciones que condicionan nuestras acciones.
- Una expansión que permite profundizar al público más jugón y otras dos que ofrecen una variabilidad que no todos necesitaremos.
- Un producto cuidado a nivel de componentes y artístico.
Contras
- Puede ser demasiado largo a su número máximo de jugadores.
Este juego ha sido cedido por Jugamos Una para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
Artículos relacionados
4 Comments
Deja una respuesta Cancelar la respuesta
Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!
Da gusto ver -y leer- reseñas de juegos de mesa como esta. Se aprecia a leguas el mimo puesto, tanto en la redacción como en la calidad de las fotografías. Viticulture es muy bueno y esta reseña mantiene el nivel. No son solo buenas fotos, no es solo un buen texto; la combinación de ambos factores es excelente.
Muchísimas gracias, no siempre se reciben palabras tan agradables. Me alegro que percibas el cariño depositado.
A mi la verdad que es un juego que me encanta, a pesar de tener muchos detractores, principalmente por las famosas comparaciones que le hacen siempre con agricola en cuanto a gestion de tu propio viñedo/granja y con Vinhos en cuento a tematica. Pero vamos personalmente puede compartir ludoteca con los dos sin ningún problema porque no se parecen ninguno de los tres.
Para mi una de las grandes virtudes de la división modular de viticulture es que es un juego perfecto para usar a cualquier nivel, iniciación con el viticulture mas básico y un euro medio exigente con Tuscany a full, algo muy similar a lo que se puede hacer con Fresco y su sistema modular.
De las expansiones a mi gustan la de visitantes que duplica los mazos del base y que hace que rara vez se te hagan repetitivas las cartas (visitantes del Rin son mazos independientes orientados a la venta). El modulo de los trabajadores especializados esta chulisimo y le da una capa muy chula a la colocación de trabajadores y te cambia mucho las partidas de una a otra. La expansión de las cartas naranjas de edificios yo creo que es mas para gente que controlan el juego porque algunos están un poco rotos.
Pero sobretodo el mapa de Tuscany que aparte de darle un sentido a la eleccion de la hora del dia (como en Fresco) y a las 4 estaciones poniendo acciones en todas ellas, arregla algunos de los “problemas” del base, como el que hacer con las cartas que ya no te valen (ahora se pueden intercambiar) y con la acción de poner estrellas que te da mas formas de conseguir recursos cuando te bloquean o la acción de vender los viñedos porque el dinero aprieta bastante o la accion de vender los vinos sueltos por si no consigues robar pedidos para esos vinos.
El único modulo que es una pena que no hayan reeditado del Tuscany original es el del queso que estaba muy chulo.
Coincido contigo y no pude probar el módulo del queso ?