Hoy volvemos con otro solitario, mucho más pequeño y rápido.
En Orchard encontramos un reto solitario en nueve cartas, de diez minutos, al que suele costar echar una sola partida.
Diseñador/a: | Mark Tuck |
Ilustrador/a: | Mark Tuck |
Editorial: | Melmac Games |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 1/2 |
Duración: | 5-10 min |
Edad mínima recomendada: | 8+ |
¿DE QUÉ VA?
En Orchard nuestra misión es intentar que nuestro frutal crezca, haciendo que sus frutos sean más numerosos y exuberantes. Para ello deberemos colocar bien cada árbol y tener mucho cuidado con la fruta podrida, o podría estropear todo nuestro huerto.

¿CÓMO SE JUEGA?
Orchard es un juego ideado para ser disfrutado en solitario. Aunque existe una versión multijugador, ésta solamente hace que varios jugadores se enfrenten a un mismo reto, haciendo que usen las cartas en el mismo orden, para poder comparar su eficacia ante la misma situación.

El juego solitario se prepara en pocos segundos: solo debemos sacar los dados de la caja y las 18 cartas. Barájalas a fondo y coge 9 al azar. Las restantes no se usarán, pero ya tienes una segunda partida lista para empezar.
De las nueve cartas, revela la primera y ponla en el centro de la mesa. Es el inicio de tu frutal. Ahora solo debes robar dos cartas que, por tu comodidad, puedes colocar en la mesa. ¡No hay nadie que pueda mirar tus cartas!
En cada uno de los ocho turnos que dura la partida, deberemos colocar una carta y, tras esto, robar una nueva para reponer nuestra escueta mano de dos cartas.
Cada nueva carta debe colocarse tapando parte del frutal ya construido. En otras palabras, deberemos solapar la carta parcialmente con lo que ya esté en la mesa. Nuestra intención es hacer que los árboles coincidan con los árboles de la carta que van a cubrir. En Orchard tenemos árboles de tres tipos, que coinciden con los dados del juego.

Tras colocar la carta, debemos colocar un dado sobre cada árbol que hayamos conseguido solapar con otro árbol del mismo tipo. Los dados simbolizan puntos, y aumentarán de valor de forma exponencial si los logramos solapar en repetidas ocasiones.

Como vemos más arriba, lo más interesante para nosotros es intentar cubrir en repetidas ocasiones el mismo árbol, hasta la cuarta ocasión, que nos ofrecerá el máximo de puntuación por árbol.
Como no todo es tan sencillo como parece, si en alguna ocasión cubrimos un árbol con otro de distinto tipo, la fruta se pudrirá. Para ello tenemos dos únicas fichas de fruta podrida, que colocaremos en el lugar afectado. Estas frutas podridas no solo nos restan puntos al final de la partida, sino que hacen que ningún árbol más pueda ponerse sobre los árboles podridos.

Tras acabar las ocho rondas solo deberemos sumar los puntos de los dados y restar 3 puntos por cada una de las dos posibles frutas podridas usadas. Ahora podremos comparar nuestra puntuación con la escala del reglamento y anotar nuestros resultados en el propio manual. ¡A por la siguiente partida!

¿QUÉ ME PARECE?
Orchard es un solitario muy portable que va a viajar perenne en mi mochila. Rápido y sin gran despliegue, nos ofrece un puzzle muy variable altamente adictivo.
Melmac nos trae otro título en solitario, pudiéndose establecer como una de las editoriales que proporcionalmente más se están centrando en el onanismo lúdico. Con este proyecto, y en contrapartida a Black Sonata (su reseña aquí), este Orchard es un tentempié, pequeño y veloz.

Para saborear Orchard hay que tener en cuenta la elegancia de basarse únicamente en 9 cartas y unos pocos dados que nos servirán de contadores. Con este pretexto, filosofía de los juegos de ButtonShy, encontramos un reto que cambiará en cada partida y hará que intentemos superarnos.
Mecánicamente tenemos un loseteo básico sin ornamentos que rompan moldes. El hecho es que en solo ocho turnos la partida llegará a su fin, y eso hace que cada turno cuente, y mucho. Esta duración tan contenida le resta importancia a la escasa profundidad que ofrece. Es un juego para disfrutar en pequeños momentos, antes de una sesión o para matar el tiempo.
Para estos escenarios, Orchard nos ofrece grandes decisiones en poco tiempo, teniendo un peso especialmente importante el orden en el que vayamos tapando los árboles. Con solo dos cartas, las posibilidades pueden parecer escasas, pero no es así. El terreno de juego suele crecer a lo ancho, aunque también en vertical, haciendo que allí donde pongamos un dado debamos intentar colocar cartas para sacarle esos suculentos 10 puntos. A esto debemos añadir el detalle de las dos frutas podridas, algo que debemos usar en los momentos y lugares clave, pero que nos impedirán colocar más cartas encima, algo que puede darnos muchos dolores de cabeza.
Aunque no lo vaya a utilizar demasiado, incluye la posibilidad de jugar en compañía de la misma forma que se jugaría Karuba , haciendo que los distintos jugadores deban usar las mismas cartas, mediante la lectura del número central, para ver quien es más eficaz en su frutal.

De la producción hay que mencionar que se ha cuidado al detalle. La caja, aunque en formato deslizante pueda parecer peligrosa, permite dejar caer los dados dentro sin problema, manteniendo un volumen muy reducido, haciendo que podamos llevar el juego en cualquier bolsillo. La gruesa caja esconde materiales bien elegidos: unas cartas plásticas que nos recuerdan a Too Many Bones (su reseña aquí) y unos dados personalizados que no es que estén mal pintados, sino que en lugar de puntos tienen manzanas. Estos pequeños detalles para un juego a precio competitivo hacen que sea un gran producto.
Lo que más puede preocuparnos es a largo plazo. En Orchard solo intentamos superar nuestras puntuaciones previas. Esto puede ser suficiente para los que, como yo, veamos este juego como un filler solitario. Un divertimento que quiere ser más elegante que profundo, y que gracias al azar hace que las partidas sean tan distintas como se puede con el escaso margen de libertad de nueve cartas. Aun así, ya tenemos en camino una «campaña» con retos, que Melmac traducirá y compartirá.

Por todo esto, Orchard es un juego muy recomendable incluso para los que solo tengan pequeños ratos en solitario. En Orchard encontramos una caja práctica y componentes de calidad para tener un título que va a vivir en mi mochila, ya que pretende acompañarnos en nuestros pequeños tiempos muertos con un reto de ocho turnos, táctico y elegante. Búscale un hueco, que seguro que te encaja.

Pros
- Un producto atractivo incluso para los poco asiduos al juego en solitario.
- Elegante reto en tan solo nueve cartas.
- Producción más que notable, con una caja que ayuda a transportar el juego y desplegarlo rápidamente.
- El apoyo de Melmac que nos acerca los retos lanzados por el autor.
Contras
- Si esperas una gran profundidad, no es tu título.
- El modo multijugador es una cordialidad que no aporta nada.
Este juego ha sido cedido por Melmac Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!