Elige bien tus losetas para hacer el azulejo más vistoso del Palacio de Evora.
En Azul encontramos un abstracto con una producción colorida que demuestra que la elegancia de Kiesling da lugar a una saga completa.
Diseñador/a: | Michael Kiesling |
Ilustrador/a: | Philippe Guérin, Chris Quilliams |
Editorial: | Next Move Games |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 2-4 |
Duración: | 30-45 min |
Edad mínima recomendada: | 8+ |
¿DE QUÉ VA?
En Azul tomaremos el rol de arquitectos encargados de decorar el Palacio de Don Manuel, en Evora. El Rey de Portugal, tras quedar maravillado por los azulejos de la Alhambra, pretende decorar su palacio real con las coloridas y decoradas piezas que vosotros deberéis combinar. ¡El jugador que mejor sepa organizar los patrones de colores será el más prestigioso arquitecto!
¿CÓMO SE JUEGA?
Azul durará una cantidad indeterminada de rondas, hasta que algún jugador complete una fila completa de su mosaico. En ese momento, el jugador con más puntos será el ganador.
En Azul cada jugador tiene un tablero personal. Éste cuenta con dos caras, como comentamos en el apartado de opinión, pero nos centraremos en su cara básica para desarrollar el funcionamiento del juego.
Cada ronda empieza con la reposición de losetas en los expositores. La cantidad de expositores dependerá del número de jugadores, pero cada expositor contará con cuatro losetas tomadas al azar de la bolsa de tela. Tenemos losetas en cinco colores distintos, representando distintas piezas del mosaico que vamos a elaborar.
Nuestro objetivo será generar puntos, los cuales obtendremos por ir rellenando nuestro mosaico según unas normas de colocación. Finalmente, los jugadores ganarán puntos por completar filas, columnas o tener cinco losetas del mismo color en su creación.
Cada ronda cuenta con dos fases diferenciadas:
FASE DE SELECCIÓN DE LOSETAS
Empezando por el jugador inicial, que en futuras rondas será el que haya obtenido una loseta de jugador inicial que encontramos en el centro de la mesa, los jugadores realizarán turnos en sentido horario. Esta ronda finaliza cuando ya no queden losetas en la mesa, por lo que nunca podremos pasar.
Los jugadores deben elegir de donde tomar losetas. Inicialmente solo podrán elegir alguno de los expositores, pero durante la ronda iremos colocando losetas restantes en el centro de la mesa, de donde también podremos tomar losetas.
Los jugadores deben robar todas las losetas de un mismo color de la zona seleccionada y llevarlas al tablero personal. Las losetas restantes, si estaban en uno de los expositores, se desplazarán al centro de la mesa, donde inicialmente se encuentra la loseta de jugador inicial. De esta manera, a medida que se vayan cogiendo losetas de los distintos expositores, todo lo restante irá a parar al centro de la mesa, haciendo que sea más interesante robar de esa zona, donde mantenemos la norma de tener que robar todas las losetas del mismo color.
Las losetas obtenidas deben colocarse en alguna de las filas de la mitad izquierda del tablero personal. El objetivo es llenar las casillas para, en la siguiente fase, poder construir el mosaico. Gracias a la expansión Mosaicos de Cristal tenemos unas cubiertas plásticas que mejoran la comodidad a la hora de colocar las losetas, evitando que se deslicen sobre el tablero.
Dado que cada fila solo puede tener losetas de un color, las losetas restantes que no encajen en nuestro tablero deberán colocarse en el borde inferior del mismo, restándonos puntos al final de la ronda.
El primer jugador que obtenga losetas del centro de la mesa, además de las losetas del color que elija, se llevará también la pieza de jugador inicial, la cual colocará en su tablero, penalizándole, pero otorgándole el beneficio de empezar la ronda futura.
FASE DE CREACIÓN DE MOSAICO
Tras finalizar la fase anterior, agotando todas las losetas, los jugadores podrán elaborar su mosaico. De arriba a abajo, deberán revisar las filas de su mitad izquierda del tablero y, de cada fila completa, tomar una loseta que se trasladará al mosaico, situado a la derecha de su tablero. El resto de losetas de las filas completas se descartarán, de modo que colocar una loseta en tu mosaico de la fila inferior nos costará una inversión de cinco losetas, mientras que solo de una en la fila superior.
Aunque en el tablero avanzado no sea así, los jugadores deben colocar cada loseta obtenida por fila completa, en la casilla de la misma fila que tenga los colores coincidentes. De esta manera, nunca habrá dos losetas iguales que coincidan en columna o fila.
Por cada loseta colocada en el mosaico obtendremos puntos: un punto si se sitúa aislada. Si se coloca adyacente a otras losetas obtendremos más puntos, un punto por cada loseta en la cadena continua en horizontal y vertical, contándose a ella misma. Es por esto que intentaremos, no solo hacer filas o columnas, sino crecer de forma adyacente para optimizar los puntos.
Antes de finalizar la ronda deberemos restarnos los puntos correspondientes acorde a las losetas que nos hayamos tenido que colocar en la franja inferior de nuestro tablero personal. El jugador que tenga la loseta de jugador inicial la coloca en el centro de la mesa de nuevo, lista para la siguiente ronda.
Si nadie ha completado una fila, prepararemos la siguiente ronda en la que el jugador inicial será quien posea la loseta correspondiente y en la que solo deberemos rellenar los expositores de nuevo, con cuatro losetas.
Al final de la partida recibiremos bonificaciones por tres elementos:
- Filas completas.
- Columnas completas.
- Cinco losetas de alguno de los cinco posibles colores.
¿QUÉ ME PARECE?
Tras varios años desde su lanzamiento, pero aprovechando una reimpresión analizamos el juego que abrió la saga de Azul, ofreciendo un abstracto interactivo y que requiere una planificación a largo plazo que queda más vigente en los tableros de Mosaico de Cristal.
No hace mucho os hablábamos de Pabellón de Verano (su reseña aquí) como un ejemplo de elegancia que, pese a usar el mismo sistema de obtención de losetas, se mostraba más sencillo, con lugares donde colocar el botín de la ronda y con varias habilidades especiales que potenciaban nuestras acciones. A diferencia de esta postura, en el Azul original encontramos más penalizaciones y, sobre todo, menos bonificadores en forma de acciones especiales, primando la gestión fina de los turnos.
Que Azul abra una saga de juegos es comprensible cuando pruebas este título de 2017. Un diseño de Kiesling con escasas reglas, encaradas a una forma de puntuar elegante y muy suculenta, siempre que los jugadores sepan hacer su mosaico de forma ordenada. Si algo define este título es la planificación tanto a la hora de coger losetas como de colocarlas en la parrilla de cinco por cinco. Todo lo que se aleje de eso nos penalizaba, tanto en puntos negativos como en una cuantiosa pérdida de puntos por encadenar losetas.
Eso hacía que el juego fuera disfrutable, pero que tras dos partidas las puntuaciones solo hicieran que subir. No se puede tachar de juego cruel, pero sí que es notablemente más cruel que la tercera entrega, recientemente reseñada.
Esta exigencia añadida hace que la interacción sea más directa que en Pabellón de Verano. Mientras que en la tercera entrega debemos vigilar no dejarle cosas interesantes a los rivales, algo factible porque en muchas ocasiones “casi todo nos vale”, sobre todo hasta mitad de partida, en Azul podemos hacer mucho daño dejando una cantidad de losetas inservibles para el rival. En ambos casos molestamos a nuestro contrario, pero que en Azul no se pueda pasar hace que los jugadores puedan hacer que su rival reste una gran cantidad de puntos.
Lo que sí se aprecia en el primer Azul es el reduccionismo de reglas que le añade, bajo mi punto de vista, una elegancia mayor al resto de títulos. La forma de tomar losetas, que se mantiene a lo largo de los títulos, es en sí misma una forma muy interesante de ofrecer una interacción basada en intuir intereses y dejar que aumenten la cantidad de losetas del color que nos interesa. Más allá de esto, en el Azul clásico solo encontramos un modo de puntuar, basado en columnas y filas, que beneficia al crecimiento adyacente, algo que denota lo que decíamos más arriba: en Azul necesitamos planificar a medio plazo y ser estrictos en esto.
De la interacción podemos asegurar que, sin ser una escabechina, los finales de cada ronda son delicados. Es muy probable que alguien se quede con fichas que le resten puntos por no encajar en su mosaico, algo que no suele pasar por gusto de los jugadores, pero que sí que nos interesa tener en cuenta cuando las losetas restantes son igual de beneficiosas para nosotros. Ese punto de maldad modulada y nada gratuita, junto con el final de partida desencadenado por los actos de los jugadores nos harán levantar la vista de nuestro tablero a menudo sin alejarnos de prestarle atención a nuestro tablero personal en primer plano.
Por si fuera poco, cuando el control sobre nuestro tablero sea suficiente, el juego incluye una cara B que nos ofrece un mayor margen de maniobra. Con una libertad adicional, se vuelve más exigente puesto que deberemos controlar más como desarrollamos el mosaico por mantener la regla suprema de “un solo color por fila y columna”. En este sentido, el puzle cobra una nueva dimensión a cambio de permitir que los jugadores tengan más opciones que deberán optimizar.
La expansión Mosaicos de Cristal es una buena excusa para deluxificar el juego. Sinceramente, por el precio de venta, me parece que todo lo que se incluya además de las cubiertas plásticas es bienvenido. De esta manera, añade al juego algo práctico que hará que las fichas dejen de bailar, haciendo que sea mucho más cómodo jugar a Azul, tanto al colocar mosaicos como mover el marcador de puntuación, algo que puede moverse con un ligero golpe si no contamos con las cubiertas. El otro añadido, en forma de tableros nuevos a doble cara, ofrece más variantes de puntuación que, sin ser para nada necesarias, pueden dar frescura a un diseño que, sinceramente, ya viene completo gracias a sus dos tableros originales.
De la escalabilidad del juego hay poco que reprochar. Azul funciona a cualquier número de jugadores, sin mayor dificultad. Como preferencia personal, dada la rapidez entre turnos, es un juego que intento jugar en su rango bajo, ya sean dos o tres jugadores. A cuatro puede ser algo más difícil de leer la situación de la mesa o intuir qué losetas nos quedarán al siguiente turno, pero se mantiene disfrutable.
En definitiva, Azul es un juego que encajará en cualquier ludoteca en la que se disfrute un título de creación de patrones con una interacción moderada pero palpable. Un diseño elegante de reglas sencillas pero con profundidad modulable, pudiendo optar por su tablero alternativo que abre posibilidades a los jugadores a costa de tener que ser más cuidadosos en sus mosaicos. No es casualidad que el nombre del juego haya dado lugar a una saga que, con algún elemento común, mantiene un nivel notable, empezando por esta excelente primera entrega.
Pros
- Un diseño elegante que se disfruta desde el minuto uno.
- Escalabilidad perfecta.
- Una producción vistosa.
- El sistema de obtención de losetas dio lugar a una saga completa de alto nivel.
Contras
- Las penalizaciones por losetas pueden molestar a los más sensibles.
Este juego ha sido cedido por Jugamos Una para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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3 Comments
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!
Buenas noches!
En primer lugar gracias por tus reseñas y por la labor de divulgación lúdica.
En casa disfrutamos mucho el patchwork y estaba pensando en un abstracto más. Estoy dudando entre miyabi y azul. Me podrías ajudar con la decisión?
Muchas gracias!
Buenas noches!
En primer lugar gracias por tus reseñas y por la labor de divulgación lúdica.
En casa disfrutamos mucho el patchwork y estaba pensando en un abstracto más. Estoy dudando entre miyabi y azul. Me podrías ayudar con la decisión?
Muchas gracias!
Personalmente prefiero Azul, el primero. Miyabi es más asequible y muy interesante, pero un escalón x debajo en originalidad.