Hoy hablamos del ganador del Kennerspiel des Jahres 2018. Se trata de Pócimas y Brebajes, que Devir ha editado en nuestro idioma.
Se trata de un juego de Wolfgang Warsch, el polifacético diseñador de otros juegos como The Mind, Fuji o Ganz Schön Clever. Las ilustraciones son del prolífico Dennis Lohausen (Gaia Project (aquí su reseña), Los Viajes de Marco Polo, Fields of Arle). El juego permite de 2 a 4 jugadores a partir de 10 años, con partidas de una duración de aproximadamente 45 minutos, que pueden ser menos si todos conocemos el juego.
¿DE QUÉ VA?
En Pócimas y Brebajes nos pondremos alrededor de nuestros calderos mágicos para hacer las mezclas más misteriosas y bizarras del reino, echando una pizca de esto y un poco de aquello. Cuidado con los ingredientes, que si no tienes cuidado pronto explotará tu brebaje…
En otras palabras, Pócimas y Brebajes nos propone un juego de forzar la suerte en el que el bag-building es su mecánica principal. A través de una serie de losetas, el juego variará de forma sustancial dándole nuevos efectos a las pizcas, ofreciendo mayor variabilidad que la media de juegos de este tipo.
¿QUÉ LLEVA EN LA CAJA?
La colorida caja contiene:
- 4 marmitas, que usaremos como tablero de jugador.
- Un tablero de puntuación y expositor de rondas.
- 12 libros de ingredientes.
- 24 cartas de pitonisa.
- 4 viales, uno por jugador.
- 4 bolsas de tela negra.
- 4 sellos para +50 puntos, uno por jugador.
- 20 rubíes en plástico rojo.
- 216 pizcas de ingredientes.
- Una ficha de llama, marcador de ronda.
- 8 fichas de gota, dos por jugador.
- 4 fichas de puntuación, una por jugador.
- 4 fichas de rata, una por jugador.
- Un dado de bonificación, de caras personalizadas.
Cabe destacar que, pese a que el cartón es de calidad, es un juego en el que se manosearán mucho las pizcas y, probablemente, acaben percibiéndose imperfecciones que se noten al tacto. Para ello, podemos encontrar accesorios de terceros, como las GeekUp Bit de la Boardgamegeek Store. Es un producto caro y que, por experiencia propia, os adelanto que será parado por aduanas, pero que es un buen añadido si tras varias docenas de partidas queremos tener una alternativa de calidad que no sea tan perecedera como el cartón.
¿CÓMO SE JUEGA?
En Pócimas y Brebajes nuestro objetivo es ganar puntos mediante la creación de líquidos mágicos, para los que deberemos mezclar distintos ingredientes en proporciones seguras.
El juego se divide en nueve rondas, las cuales tendrán este formato:
FASE DE EVENTO
Antes de cada ronda, se revelará una carta de pitonisa que afectará a los jugadores.
Hay eventos que cambian las reglas normales, aumentando la capacidad de nuestra marmita antes de explotar o permitiendo que empecemos de nuevo la ronda si no nos gustan las primeras pizcas, mientras que otros otorgarán beneficios a algunos jugadores, especialmente a los que vayan en peor lugar en el track de puntuación.
PREPARAR LAS PÓCIMAS
Durante esta fase, que los jugadores pueden llevar a cabo de forma simultánea, cada mago irá tomando pizcas del interior de su bolsa.
Esta bolsa, que contiene todos los posibles ingredientes disponibles para la creación de pócimas, empieza con un contenido idéntico para todos los jugadores, en el que predominan las pizcas blancas.
Mezclar ingredientes es tan sencillo como tomar una pizca de tu bolsa y avanzar tantos espacios como indique el valor de la misma. Así iremos avanzando de forma circular alrededor de nuestra marmita, intentando quedar por delante de nuestros rivales para obtener beneficios adicionales.
Hay pizcas de mil y un ingredientes. Cada una de ellas tiene un efecto distinto, que dependerá de los libros de ingredientes que hayamos usado en la preparación de la partida. Tenemos setas en forma de amanitas que pueden combinarse con la calabaza para avanzar casillas adicionales, o las mariposas atropo que funcionan mediante un sistema de mayorías. Así con seis tipos de pizcas distintas, siendo los elementos que ofrecen mayor variabilidad entre partidas.
¡Pero ten cuidado con los mejunjes! Si la suma de pizcas blancas excede los 7 puntos, la poción explotará en tu caldero y habremos perdido parte del turno. Intenta que esto no suceda, porque perderías recompensas en esta ronda. Para evitar que esto pase, los jugadores pueden plantarse en cualquier momento y no sacar más pizcas.
Si la suerte no te acompaña, tienes un vial mágico que permite retirar la última pizca y obtener una nueva. Úsala con conciencia, ya que se agota tras el uso y reactivarla te costará un par de rubíes.
FASE DE EVALUACIÓN
Cuando todos los jugadores hayan pasado, ya sea por prudencia o por explosiones de marmitas, deberemos resolver los beneficios que obtenemos de nuestro brebaje.
El jugador que más haya avanzado, teniendo como referencia la casilla siguiente a la última pizca colocada en el caldero, marcará quién ha sido el ganador de la ronda. Evidentemente el haber hecho explotar la pócima te impide ser el ganador. ¡No haber mezclado tanto!
El jugador que más haya avanzado lanzará el dado para obtener algún beneficio. Te pueden tocar unos cuantos puntos de victoria, una gema, o una calabaza. ¡Haz rodar el dado!
Tras esto, los jugadores pueden ganar puntos de victoria y presupuesto para nuevas pizcas. Además, si la última casilla muestra un rubí, también obtendremos esta piedra preciosa que nos permitirá mejorar nuestra marmita.
Los rojos rubíes nos servirán para avanzar la gota de nuestra marmita. De esta manera, en futuras rondas empezaremos un poco por delante, en lugar de colocar las pizcas a partir de la casilla cero. ¡Esto es muy interesante, especialmente al principio!
Con el presupuesto de las pizcas podremos comprar hasta dos nuevos ingredientes de distintos colores. Dado que algunos ingredientes tienen pizcas de distinto valor, intenta ahorrar un poco para coger las de valor 2 o 4 y avanzar de forma más segura. Aunque el azar sea palpable en Pócimas y Brebajes, la compra de las pizcas puede definir una lábil y volátil, nunca mejor dicho, estrategia.
Si la marmita explotó por haber sumado más de 7 en la suma de valores de las pizcas blancas, deberás elegir si quieres presupuesto para pizcas o, por el contrario, unos puntos de victoria. De este modo, lo normal será comprar más pizcas y prescindir de puntos mientras que al final de la partida ya tendremos ingredientes para aburrir dentro de nuestra bolsa negra.
En Pócimas y Brebajes no quieren que nadie se quede atrás. de modo que al final de cada ronda revisaremos cuánta distancia hay entre cada jugador y el que vaya más avanzado en el marcador de puntos. Por cada cola de rata que haya entre ellos, los jugadores más retrasados pueden avanzar temporalmente su casilla de salida mediante la ficha de rata. Este apaño hace que no haya un efecto bola de nieve, especialmente para poder acceder al dado de beneficios.
Tras nueve rondas determinaremos el vencedor mediante el track de puntos de victoria. En esa última ronda no se comprarán más pizcas, ya no las quieres, pero obtendremos algunos puntos gracias a los puntos del presupuesto.
¿CÓMO QUEDA EN LA MESA?
Pócimas y Brebajes tiene un despliegue bastante espectacular. Las más de 200 pizcas deben estar separadas si no quieres morir en el intento, cosa que puede resolverse con algún organizador como las Zacabox. Sobre la extensión en mesa, entre libros de ingredientes y las grandes marmitas, es un juego que se beneficia de una mesa espaciosa para jugarse de forma cómoda.
¿QUÉ NOS PARECE?
Que Wolfgang Warsch es un diseñador polivalente ya lo ha venido demostrando con todos sus títulos, pero tras algún juego difícil de digerir como Fuji, vuelve con este Pócimas y Brebajes para enseñarnos como puede coger una mecánica como el push your luck y darle un aire fresco que gustará a los más y menos jugones.
Debemos confesar que inicialmente su estilo clásico no nos atrajo demasiado y por eso esta reseña llega más tarde de lo que debería. A estas alturas poca gente falta por descubrir este gran juego que genera cierta adicción por su sencillez y dinamismo durante la partida.
Las dos principales cualidades de este Pócimas y Brebajes es que se explica en diez minutos y a nadie le cuesta repetir tras la primera, efímera y ágil, partida. Eso hace que se convierta en un producto fácil de vender, porque ni los menos jugones se resisten ni los más asiduos a los juegos de mesa se aburrirán con este título. ¡Algo que no es tarea fácil!
Uno de los motivos por los que más suele volverse a jugar a Pócimas y Brebajes es porque las pizcas que obtenemos durante la partida pueden ser bien distintas, aproximándonos a la victoria de formas distintas. Eso, mezclado con el control relativo al coger cartón de una bolsa opaca, hace que las derrotas no escuezan tanto y queramos ir a por esas pizcas moradas que puede que no hayamos comprado en nuestra primera partida. No solo la proporción de las pizcas pueden hacer que las partidas cambien, añadiendo rejugabilidad, sino que la variabilidad en las distintas partidas la ofrecen los distintos libros de ingredientes, haciendo que cada pizca tenga una habilidad distinta si cambiamos de loseta. Por todo ello, nos parece que su juego base está bien completo, acorde al peso del juego.
Eso del bag-building mezclado con forzar la suerte deja mucho margen para expansiones y con Pócimas y Brebajes no va a ser menos. Desde luego, a nosotros no nos vale con más pizcas, sino que esperamos alguna vuelta de tuerca. Por el momento, su primera expansión añade un quinto jugador y un ingrediente nuevo. Algo conservador pero que se entiende si se pretende dejar un título sencillo y familiar.
A nivel de edición, encontramos un juego colorido que nos recuerda a los eurogames más clásicos. Colores no muy vivos, saturados y con iconografía utilitaria es lo que reina en un juego que puede no parecer precioso en su primera vista, pero que cuenta con un buen cartón y un estilo artístico que se aproxima a lo familiar. De su producción debemos hablar de las pizcas, el troquel más predominante en esta caja. Está claro que por su precio de venta, el cartón era la única opción viable para generar tal cantidad de pizcas, pero el manoseo constante de éstas hace que tras una cuantas partidas, más de las que os imaginéis, algunas de estas fichas de cartón empiecen a quedar marcadas, algo que repercutirá en la partida por poder tocar algunos desperfectos de las mismas. Las soluciones llegan a través de apaños caseros o empresas externas. Mientras que algunos las enfundan con protectores de monedas de coleccionismo, haciendo que todas acaben siendo circulares al tacto, algunos nos hemos desfrontalizado y comprado las GeekUp Bits de la BoardGameGeekStore. Esta alternativa no tiene un precio justificado, saliendo más caro que el propio juego, pero asegurándote una durabilidad mucho mayor para un juego que ya ha visto más mesa de lo que nos pudiéramos imaginar.
Un elemento que nos deja claro que Pócimas y Brebajes es un producto especialmente familiar es la mecánica de las colas de rata, que ayuda a que los jugadores que queden más atrás, ya sea por el azar o porque son algo más peques que el resto de participantes, tengan ciertas ayudas para poder coger impulso y atrapar al resto en puntos de victoria. Este tipo de ayudas hacen que, lejos de ser un juego cruel, permita que una mala ronda se pueda amortiguar y que todos tengamos oportunidades de ganar la partida. Puede que muchos lo vean injusto, pero es una forma de mantener la tensión y hacer que nadie desconecte de la partida de una forma amigable.
Después de este gran producto, la expectación por The Taverns of Tiefenthal, otro título impronunciable, está más alta que el Everest. Sin duda Warsch se ha buscado un hueco en los juegos de mesa, mostrando su versatilidad mecánica y su innegable originalidad, pero parece que lo que mejor le está saliendo es lo encarado al público familiar, con una capacidad asombrosa por hipnotizar al más jugón con tremenda facilidad.
Por todo esto, Pócimas y Brebajes ha sabido ofrecer un juego de forzar tu suerte muy original y adictivo. Es tan fácil explicar como se juega que poca gente podría negarse a echar la primera partida, que probablemente no será la última. Un título familiar que funciona, algo que ya parece una constante viniendo de Warsch, y que nos muestra la versatilidad de un diseñador que está escalando a un ritmo sólido en esto de los juegos de mesa.
PUNTOS POSITIVOS
- Un push your luck diferente: con ese bag-building hace que la experiencia se sienta fresca y muy fácil de acercar al público familiar.
- Rápido de explicar pero con distintas estrategias a seguir: las reglas del juego son sencillas y directas, pero la experiencia se enriquece por la variedad de libros de ingredientes que determinan los efectos de las pizcas y así nos permiten trazar cierta estrategia que, pese al tácito azar, nos ofrece distintas sensaciones en las partidas.
- Rejugabilidad elevada: gracias a esta variedad de libros y pizcas, las conformaciones de cada partida pueden variar y hacer que sintamos que nos encontramos ante un juego algo distinto. Todo ello dentro del marco de un juego familiar que, con suerte, se resolverá en media hora.
- Una duración muy contenida: precisamente es una de sus mayores virtudes. Dada la profundidad, que te permite mojarte hasta los tobillos, lo justo para refrescarte, hace que sus 45 minutos, como mucho, de duración sean lo más apropiado para este tipo de juego.
PUNTOS NEGATIVOS
- Las pizcas de cartón: es un juego que vamos a manosear y, probablemente, usar más de lo que imagináis. El problema de las pizcas de cartón es que más pronto que tarde tendrán defectos que, al tacto, podrán percibirse por los jugadores. Tenemos alternativas en plástico en la BGGStore, pero son caras.
Este juego ha sido cedido por Juegos de la Mesa Redonda, una tienda colaboradora de confianza, para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Podéis comprar el juego en esta misma tienda.
Artículos relacionados
Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!