Colorines y planificación en este nuevo juego de curiosa producción.

En Holi encontramos un título de control de área a tres niveles, con unas reglas familiares pero una elevada rejugabilidad.

Diseñador/a:Julio E. Nazario
Ilustrador/a:Vincent Dutrait
Editorial:Devir
Idioma:Español
Número de jugadores:2-4
Duración:20-40 min
Edad mínima recomendada:13+
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¿DE QUÉ VA? 

En Holi: Festival de Colores nos meteremos de lleno en la tradicional fiesta hindú en la que los pigmentos de colores tienen todo el protagonismo. Lanza tu color por todas partes, no te cortes en manchar a tus contrincantes y, sobre todo, ¡intenta subir muy alto para que los colores sean más visibles!

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa
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¿CÓMO SE JUEGA?

El objetivo en Holi será el de obtener puntos mediante el control de áreas que ejerceremos lanzando nuestra pintura por los tres niveles de altura que conforman el tablero. Pese a esto, deberemos tener muy presente las cartas de rivalidad que revelemos al inicio de la partida, dado que pueden cambiar las formas de puntuar o las reglas del propio juego.

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa

En Holi la partida tendrá una cantidad indeterminada de rondas, hasta que los jugadores se queden sin cartas, sin pigmentos que lanzar o, en el peor de los casos, sin movimientos que llevar a cabo en su turno.

Un turno sigue la siguiente estructura:

LANZAR PINTURA (obligatorio)

Los jugadores empiezan con sus personalizados y coloridos peones en alguna esquina del nivel más bajo del tablero y lo primero que deberán hacer es jugar la carta que tienen en su mano.

En cada turno deberán jugar una carta de las tres que formará su mano. Su ejecución es obligatoria y debemos poder cumplir los requisitos para ello o estaremos fuera de la partida.

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa

En las cartas encontramos patrones que indican casillas que podremos pintar. Para ello colocaremos nuestros pigmentos en las casillas coloreadas teniendo como relación nuestro peón que deberá ocupar alguno de los cuadrados coloreados.

Otras cartas permiten pintar tres en lugar de dos casillas, pero requieren una mayor planificación y ofrecen menor flexibilidad. ¡Elige bien cuando usarlas!

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa
En el ejemplo el jugador verde puede colocar sus tres pigmentos. La casilla de más a la derecha dará sobre el jugador amarillo, algo que nos otorgará puntos ahora y al final de la partida.

Las reglas son sencillas, podemos pintar casillas vacías, con peones rivales o con caramelos, pero no sobre casillas que contengan pigmentos de otros jugadores. ¡Si lanzas pinturas a un rival dale el pigmento y anótate un punto, que pintarle toda la cara tiene premio!

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa

Si no te encaja ninguna de tus tres cartas puedes colocar una carta boca abajo y pintar una sola casilla en cualquier lugar del piso en el que te encuentres. Esto es menos eficiente, pero puede salvarte en determinados momentos de la partida. Por desgracia, en el turno consecutivo no podrás jugar otra carta boca abajo, así que planifica bien tus opciones.

MOVERSE (opcional)

Tras tirar la pintura podemos movernos por el piso en el que nos encontramos. Movernos es opcional pero casi indispensable para asegurarnos pintar sin peligro en la ronda siguiente.

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa

Podemos mover nuestro peón a cualquier casilla que no contenga peones rivales. De esta manera, podremos incluso pisar pintura o recoger caramelos.

Al colocarnos en una casilla con caramelos los recogeremos todos, siendo un modo de puntuar al final de la partida, por mayorías. ¡Intenta tener más dulces que tus rivales!

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa
Detalle de las pilas de dos caramelos del primer piso.

Si acabas en una casilla con pigmento, lo recogerás. Esto nos permite recoger pintura de nuestro color para tirarla más adelante más arriba o tener que coger pintura de algún rival, lo cual le concederá puntos al final de la partida.

SUBIR (opcional)

Si estás rodeado ortogonalmente por pigmentos, es decir, por cuatro costados, puedes subir al siguiente piso. Puedes estar rodeado de pigmentos de cualquier color, y subir al siguiente nivel es una decisión opcional e irreversible.

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa
El jugador rojo está en posición de subir de nivel.

Una vez subamos no podremos bajar pero obtendremos más puntos. Debemos saber que los pigmentos en el primer piso conceden un punto, que se dobla en el segundo piso y que otorgan tres en el tercero y último nivel.

En Holi subir de piso no es una carrera. Por desgracia, cada vez que tiremos pintura en un piso elevado deberemos comprobar si la casilla del piso inferior está vacía. Si no hubiera pintura en el cuadrado de la misma posición de los pisos inferiores, la pintura caería, dándonos menos puntos. Es por eso que debemos subir cuando estemos convencidos de que la pintura no va a acabar cayendo al piso del que provenimos, haciendo que Holi no sea una carrera hacia el tercer piso.

La variabilidad a las partidas la obtenemos con las cartas de rivalidad. Aunque en la primera partida podemos jugar con una sola carta, lo normal será robar tres cartas por partida. Estas cartas modifican las reglas de juego y las formas de puntuar, haciendo que podamos enfrentarnos a partidas muy distintas entre sí:

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa
Detalle del ejemplo de cartas de rivalidad, cambiando reglas o añadiendo formas de puntuar.

La partida termina de forma escalonada, a medida que los jugadores se queden sin opciones, ya sea por no poder llevar a cabo la acción obligatoria, por no tener más pigmentos en su posesión o no quedarles cartas que usar.

La puntuación final nos concederá puntos por cada pigmento lanzado, bonificando en los pisos más elevados, por la pintura que haya alcanzado a nuestros rivales y por las mayorías de caramelos, lo cual está perfectamente detallado al final del manual:

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa
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¿QUÉ ME PARECE?

Holi: Festival de Colores es un original juego de control de áreas que se atreve con las tres dimensiones en su interesante producción y se apoya en la rejugabilidad que ofrecen las cartas de rivalidad.

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Sin duda alguna, el despliegue en mesa de este Holi es algo que llama la atención y que, pese a las reticencias previas, se justifica plenamente por sus mecánicas que, por si fuera poco, tienen una coherencia temática que se agradece en un juego de corte familiar. Todo tiene cierto sentido y los niveles de altura no solo son necesarios sino que le dan a este título un añadido diferencial.

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa

En esencia tenemos un juego de control de áreas con un motor de cartas que nos irá proponiendo patrones. Esta propuesta tan geométrica requiere de cierto control a nivel visual de los distintos tableros de juego, algo que va muy de la mano a intentar programar y planificar para el próximo turno.

Esto de ir pintando el suelo hace que la interacción indirecta esté muy presenta en Holi, pero no acaba ahí. En este juego no solo podremos pintar a los rivales, sino que casi se nos fuerza a intuir las intenciones del resto de jugadores para colocarnos allí donde creamos que vamos a poder encajar un par de casillas con las cartas que tenemos en la mano para la próxima ronda.

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa

También interactuamos a otros niveles, ya que la propia escalada a los distintos niveles del tablero depende, en gran medida, del progreso del resto de jugadores. En Holi debemos subir antes de que el resto lo haga pero después de tener asegurado un buen montón de casillas pintadas para que nuestro pigmento no acabe cayendo.

Por toda esta interacción es un juego que brilla menos a dos jugadores, pero que a partir del tercero vemos todas estas interacciones de forma muy presente. Aun así, si jugamos en pareja veremos que las partidas cambian, con menos presencia de contacto directo, pero con más margen a poder organizarte en turnos próximos dado que el entreturno será menor.

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa

Pese a su corte familiar, Holi acaba siendo más exigente de lo que cabría parecer. No es fácil tener espacio para completar los patrones de nuestras cartas y no podemos olvidar que el juego nos prohibe colocar dos cartas boca abajo de forma consecutiva. Esto no hace que el juego sea cruel, pero sí nos empuja a subir a niveles más despejados por ese miedo flotante de no poder seguir jugando si decidimos quedarnos ahí abajo.

El otro elemento interesante es la rejugabilidad gracias a las cartas de rivalidad. Sin estas cartas podríamos quemar Holi sin demasiada dificultad, pero gracias a tres cartas por partida, la experiencia cambia suficiente como para sentir un aire fresco. Este mazo, suficiente pero expandible, hace que, sin llegar al extremo del rejugable Kingdom Builder (su reseña aquí), Holi pueda ser jugado varias veces en una misma sesión sin cansar a los jugadores.

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa

De la producción solo destacar que el cartón insertado en los niveles de plástico acabará rayándose. Nada nuevo que no podamos intuir, pero que no hace que se pierda su función y que se acepta dado el precio de los originales componentes que incluyen en la caja. Destacar el plástico adornado de cada nivel y las fichas de pigmento con una cara pintada, detalles de gran calidad a los que nos acostumbra Floodgate, como pasó en Bosk (su reseña aquí).

Holi: Festival de Colores boardgame juego de mesa
Detalle de las fichas impresas sobre madera.

En definitiva, Holi: Festival de Colores ha sido una grata sorpresa. Se trata de un título vistoso en mesa que no esconde más que una producción acorde al juego de control de áreas en tres dimensiones que nos propone. Un producto colorido y familiar, pero más exigente de lo que podría parecer y con una rejugabilidad que le dan un valor añadido muy importante, modificando la experiencia de juego suficiente para no aburrir pero sin excederse para el público más familiar.

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Pros

  • Un producto vistoso pero con mecánicas que justifican su despliegue.
  • Corte familiar pero exigente e incluso penalizador.
  • Interacción directa e indirecta de una forma agradablemente temática.
  • Rejugabilidad muy elevada gracias a las cartas de rivalidad.

Contras

  • El cartón sobre los niveles de plástico puede resentirse a nivel visual tras varios montajes, pero no se rompe.
  • Alguna carta más de rivalidad sería de agradecer, pero se intuye carne de expansión.

Este juego ha sido cedido por Devir Iberia para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.