El Susurro de las Hojas [Reseña]

Otro roll & write de un diseñador que siempre ofrece algo interesante.

En El Susurro de las Hojas utilizamos dados para crear rectángulos en un sencillo pero satisfactorio roll & write de colección de sets que brilla por su colorido y simpleza.

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¿DE QUÉ VA? 

En El Susurro de las Hojas pasearemos por un frondoso bosque durante una de las cuatro estaciones del año. Bajo ese tema, encontramos un roll & write geométrico y sencillo en el que deberemos ir marcando áreas, en lugar de casillas, filas o columnas, para crear un set collection que dependerá de la estación elegida.

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¿CÓMO SE JUEGA?

Para jugar a El Susurro de las Hojas debemos entregar una hoja de la misma estación a cada jugador y un lápiz con el que poder estar listos para empezar. Tenemos cuatro estaciones con cuatro maneras de puntuar, y el manual nos recomienda empezar por la agradable primavera.

El juego se desarrolla en una serie indeterminada de rondas hasta que todos los jugadores decidan retirarse de la partida y pasar a puntuar.

En cada ronda un jugador lanza los dos dados. En este juego los dados presentan valores del 1 al 4 y pueden tener, alrededor de dicho valor, una nube.

Con dichos dados todos los jugadores deberán crear un área. Es decir, con un 2 y un 4 deberán crear un rectángulo de 2×4 o de 4×2. Durante el primer turno cada jugador habrá elegido una zona inicial de salida, distinta al resto de jugadores, para que no podamos simplemente llevar a cabo un turno idéntico al de un rival. En nuestro primer turno debemos incluir esa casilla inicial y, en turnos adicionales, siempre deberemos expandirnos adyacentes respecto a nuestros turnos previos.

Siempre podemos elegir no utilizar una tirada de dados si no nos interesa. Para ello marcaremos una de las seis casillas que encontramos en el borde inferior de nuestra hoja, algo que nos descontará 3 puntos al final de la partida.

Tras elegir una área en nuestro tablero adyacente ortogonalmente a las marcadas previamente, deberemos elegir un tipo de símbolo y marcar todas las copias de dicho símbolo del área delimitada. Deberemos tener en cuenta que el río que divide el mapa es una zona que deberemos intentar no cruzar con las áreas trazadas, ya que si una área pasa por dicho río nos descontará un punto al final de la partida.

En la zona inferior de nuestra hoja tenemos una leyenda de todos los tipos de símbolos que podemos encontrar en cada estación. Como os podéis imaginar, encontramos símbolos que puntúan por cantidades, mientras que otros funcionan con colección de sets. Todas las puntuaciones imaginables las podemos encontrar en las distintas estaciones del Susurro de las Hojas.

Como no podía faltar en un juego de este estilo, los jugadores tienen la capacidad de cambiar el valor de uno de los dados si así lo desean como habilidad especial.

Tras cada ronda los jugadores pueden decidir retirarse de la partida, permitiendo al resto de jugadores seguir jugando o, de lo contrario, seguir jugando. Si ya hemos marcado seis veces las casillas de pasar de turno, deberemos dejar de jugar.

Cuando todos los jugadores hayan decidido pasar solo nos queda puntuar dicha estación. Las puntuaciones son sencillas puesto que vienen iconográficamente descritas en el borde inferior del tablero, lugar donde habremos ido marcando todos los iconos que hayamos elegido durante nuestra partida.

Por poner ejemplos, en primavera los árboles dan un punto, pero si hemos conseguido al menos diez de ellos, tendremos 5 puntos adicionales. Las flores forman set con las abejas y nos dan puntos según la cantidad de parejas. Las mariposas dan puntos, pero solo si terminamos con un número impar. ¡Y así con todas las estaciones!

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¿QUÉ ME PARECE?

El Susurro de las Hojas es otro roll & write que aún llegando tarde funciona bien y juega con los tableros alejándose de los números y los colores para darle una visión más geométrica que se siente sencilla y fresca a partes iguales.

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Esta claro que los juegos de dados y lápices abundan y que su auge puede que ya haya pasado, eso no quita que siga siendo un gran formato para juegos especialmente sencillos, dado que con pocos componentes podemos tener un título agradable y, preferiblemente, rápido. En este formato, excepto contadas ocasiones, encajan mejor los títulos de corte filler o de peso bajo, puesto que la inmediatez de tachar cuadraditos acompaña mucho a su producción. En este formato encaja perfectamente El Susurro de las Hojas que, además es muy sencillo de reglas.

Paolo Mori suele sorprendernos con juegos con elementos originales, siendo un diseñador atrevido que, aunque se mueve en pesos habitualmente ligeros, sabe ofrecer una profundidad interesante para la complejidad de juego que oferta. Puede que nos encontremos ante una de las propuestas más ligeras del autor.

Tras tantos títulos similares, lanzarse en esta categoría no parece la mejor opción, pero la cosa cambia si aportas originalidad en su ejecución, algo que Mori siempre añade. En este caso no tenemos valores y colores, no hay filas y columnas que rellenar de forma creciente, en El Susurro de las Hojas jugamos con las áreas y la geometría para hacer rectángulos que vayan cubriendo el tablero. A eso se le añade una interesante forma de ir recolectando los distintos elementos que conforman la ensalada de puntos que oferta el diseñador italiano.

Su mayor virtud es ofrecer algo parecido a lo que ya conocemos pero de una forma distinta que da sensación de frescura. En una categoría tan mascada como ésta, no es fácil encontrar estas sensaciones sin ensuciar el diseño, algo que sí vemos aquí.

Jugar a El Susurro de las Hojas es tan sencillo de explicar que es difícil negarse a ello. Son pocas reglas que, pese a los cambios en las distintas estaciones, no modifican la mecánica básica. Solo debemos trazar el rectángulo y pensar donde colocarlo para atrapar los suficientes elementos para que el turno sea rentable.

Adicionalmente, otra gran virtud es añadir cuatro tableros excusados en las cuatro estaciones. Con esto tendremos una ensalada de distintos sabores pero con los mismos ingredientes. Todo ello convierte al bloc de notas en el elemento que ocupa la mayor parte del grueso de la caja, con copias suficientes para no preocuparnos. A estas cuatro hojas ya se unen diseños hechos por fans de otras festividades como Navidad o Pascua, que siempre es un aliciente. Todas estas versiones de la comunidad son posibles gracias a la base sencilla sobre la que se sustentan las reglas del juego.

A nivel artístico el juego es colorido y agradable, usando distintos tonos para las estaciones. Puede que las puntuaciones, que vemos en el borde inferior, se vean más pequeñas de lo deseado, pero todo se compensa con un blog de hojas extenso para ofrecer una gran cantidad de partidas.

A nivel de escalabilidad, el límite de seis jugadores impuesto en la caja es completamente arbitrario. El Susurro de las Hojas es uno de tantos roll&write con tiradas de dados que sirven para todos los participantes, por lo que, si nadie tiende al análisis parálisis, no se alargará la partida de forma innecesaria. Eso permite que este corto y asequible divertimento se pueda jugar en cualquier ambiente y con cualquier compañía.

En definitiva, El Susurro de las Hojas es otro roll & write que añadir a la lista que, pese a salir un poco tarde, plantea otra forma distinta de operar con los dados. No es ningún alarde de originalidad pero sí consigue lo que pretende: ser fresco (sobre todo en el mapa de invierno), ser dinámico y ser suficientemente distinto. Si disfrutáis de la categoría de juegos con lápiz y dados, es fácil que este título os convenza. A todo esto se le añaden cuatro tableros distintos que dan la variedad suficiente para no quemar un título que pretende ser un filler fácil de sacar a mesa, algo que consigue con creces.

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Este juego ha sido cedido por Devir Iberia para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.