Una caja pequeña. Una apuesta independiente. Un gran juego que merece más visibilidad.
En el Valle Secreto encontramos un filler en caja pequeña que propone una idea original y fácil de explicar que nos empuja a la revancha por su duración y agradecidos resultados.
Diseñador/a: | Martin Oddino |
Ilustrador/a: | María Luz Cantisani Rovasio, Lucas Charra, Marcos Lescano |
Editorial: | Cacahuete Games |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 2-4 |
Duración: | 30 min |
Edad mínima recomendada: | 10+ |
¿DE QUÉ VA?
En el Valle Secreto lideraremos distintas tribus nómadas que viajan por terrenos variopintos con la intención de asentarse en las mejores localizaciones. Ten en cuenta lo que te rodea, ya que de ello depende el valor de nuestro poblado.
¿CÓMO SE JUEGA?
El Valle Secreto es un juego que trascurre en tres rondas de idéntico formado. En cada ronda los jugadores obtendrán puntos según la colocación de las cartas que forman su mano, las cuales se obtendrán mediante una mecánica de draft.
En cada ronda los jugadores empiezan con un número de cartas que depende del número de participantes. De las cartas recibidas debemos elegir una que colocaremos boca abajo en la mesa, pasando el resto al jugador de la izquierda; repitiendo el proceso hasta quedarnos sin cartas. Ya puedes recoger las cartas que formarán tu mano.
La anatomía de las cartas es sencilla y explica el modo de puntuar de cada una de las cartas:
En la segunda fase los jugadores, por turnos, irán colocando sus cartas sobre la mesa, marcando su propiedad con una de las casas del color que nos represente. Como principal norma de colocación, cada carta debe estar orientada de la misma forma que las demás y debe estar ortogonalmente adyacente a las ya colocadas previamente. Además de esto, los límites de la parrilla de juego dependen del número de jugadores. Por ejemplo, en partidas a tres jugadores el juego se desarrollará en un 5×3 o 3×5, por lo que serán los jugadores quienes elijan si se acabará usando la composición larga o la ancha.
Tras colocar la última carta solo queda sumar los puntos obtenidos por cada jugador. Para ello, el bloc de puntuación facilita mucho las cosas con distintos espacios para las cartas de cada color. Este proceso se repite un total de tres veces, barajando de nuevo las veinte cartas del mazo.
¿QUÉ ME PARECE?
El Valle Secreto sorprende por su sencillez y transparencia, delegando gran parte de las decisiones en un draft rápido pero intenso en el que, en una segunda fase, nos tendremos que pensar muy bien como colocar las cartas obtenidas. Todo ello bajo una producción cuidada y una caja pequeña, haciendo que el producto sea atractivo para todo tipo de jugadores.
Puede que una editorial pequeña como Cacahuete Games no haga tanto ruido, pero cuando saca un título como éste, apostando por un diseño argentino, me parece especialmente importante darle cierto eco. Con este título, que mantiene su línea de publicación de cajas pequeñas, han logrado traer un título fresco y que apuesta por el autor local, aunque hablemos de un diseñador del otro lado del charco.
En El Valle Secreto encontramos uno de esos juegos que se explican en dos minutos y que, además, en la primera partida recomiendan obviar la parte del draft para ir directos a la colocación de cartas sobre la mesa. Eso pretende transmitir la inmediatez del juego, pero no os confundáis, que el draft en este juego es más de la mitad de la experiencia del juego.
Este juego nos ofrece muchas decisiones en tan solo veinte cartas, algo que no sería posible si no estructuramos el juego en dos partes tan diferenciadas. Mientras que en el draft habrá que elegir qué queremos, teniendo en cuenta que lo demás podrá ser elegido por los rivales, en la segunda mitad de la partida tendremos que decidir cómo y cuándo colocamos cada una de las cartas de nuestra mano.
Todo esto engloba una interacción constante, la propia del draft de cartas más clásico, y la de la colocación de las losetas. Cada una de las cartas puntuará siempre respecto a otras losetas en sus alrededores, por lo que no solo debemos valorar qué carta poner, sino también cuando. El orden de la colocación es muy determinante en el Valle Secreto, dado que las adyacencias son una relación potencial, en la que si colocamos pronto una carta, los demás se encargarán de molestar y si nos demoramos demasiado nos quedaremos sin espacio para colocar nuestra carta.
Otro elemento muy interesante es la forma de la extensión de juego. Mientras que en partidas a cuatro jugadores la extensión se mantiene cuadrada, de 4×4, en cualquier otro número de jugadores tendremos dos opciones para extender el terreno. Este pequeño detalle no lo es tanto cuando tenemos en cuenta que muchas de las cartas puntúan por filas y columnas, por lo que el jugador que coloque la carta que determina si el área de juego se coloca a lo largo o a lo ancho puede frustrar algunos planes en sus rivales.
Es por este elemento que puede parecer casi secundario que el Valle Secreto me ha funcionado más a dos y tres jugadores que a su número máximo. Su escalabilidad es correcta en todo el rango, pero la sensación de ida y vuelta del draft y el control por los espacios adyacentes que volverás a tener disponibles en tu próximo turno hacen que pueda ser algo más disfrutable a un número bajo, especialmente si pretendes controlar lo que ocurre a tu alrededor.
Pocas quejas de la producción, ya que encontramos escasas cartas de una calidad suficiente, un poco de madera para identificar nuestras cartas e incluso encontramos un bloc de puntuación que se agradece y mucho, no solo para sumar los puntos sino para registrar nuestras partidas para la memoria.
La rejugabilidad es escasa por la sencillez de su propuesta, algo que comparte con cualquier microjuego en el que tan solo se aprecie la variabilidad entre partidas, manteniendo idéntica la dinámica durante la partida. Esto no molesta en absoluto dado el corte del juego, que se encaja en la categoría de filler por su duración pero sigue ofreciendo grandes decisiones en un pequeño espacio de tiempo.
En resumen, El Valle Secreto ha sido una grata sorpresa que esconde un buen puñado de decisiones con un draft inicial determinante para conseguir puntos por cada carta colocada. Una experiencia corta y liviana, pero entretenida en cada uno de los escasos turnos y una interacción que no cesa en ninguna de las dos fases de juego. Todo ello firmado por un auto argentino al que habrá que seguir la pista y traído por una editorial que ha tenido un muy buen ojo al fichar este título.
Pros
- Un filler de autoría argentina con muy buenas intenciones.
- Siendo un microjuego sorprende por sus dos fases de juego que proponen grandes decisiones en poco tiempo.
- Interacción constante, ya sea por el draft o por la colocación de losetas.
- Un producto pequeño pero mimado en su producción.
Contras
- Prefiero las partidas a menos de cuatro jugadores por su mayor control y sus dos posibles disposiciones de superficie de juego, que determinarán los propios jugadores durante la partida.
Este juego ha sido cedido por Cacahuete Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!