París en su máximo esplendor y tú quieres formar parte de esto…
De vuelta el dúo de la Doble K con un juego sencillo de reglas, altamente interactivo y con una profundidad que no se aprecia sobre el papel.
Diseñador/a: | Michael Kiesling, Wolfgang Kramer |
Ilustrador/a: | Andreas Resch |
Editorial: | Maldito Games |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 2-4 |
Duración: | 90 min |
Edad mínima recomendada: | 12+ |
¿DE QUÉ VA?
La Ciudad de las Luces creció de forma exponencial durante el Siglo XIX, momento en el que los mayores inversores quisieron ser partícipes de la expansión y, con suerte, aumentar su prestigio. Forma parte de la expansión e intenta ser el más influyente de cada barrio para ganar la partida.
¿CÓMO SE JUEGA?
En París tendremos como objetivo ganar puntos de victoria, los cuales serán obtenidos mediante la construcción de edificios, teniendo en cuenta los distritos más influyentes de la creciente capital francesa.
Para empezar la partida solamente tendremos que barajar los edificios que componen la ciudad en tres pilas boca abajo y reparte a cada jugador sus llaves y sus ingresos iniciales. Todo esto quedará oculto tras su pantalla.
El formato de turno es sencillo, divididos en dos pasos obligatorios:
1- ROBAR Y COLOCAR UNA LOSETA DE EDIFICIO:
Encontramos tres pilas de losetas boca abajo, representando los edificios de los seis distintos distritos de Paris. En el reverso de los edificios tendremos escrito el barrio, aunque no podremos saber cual de los seis edificios será hasta que lo elijamos.
En este primer paso solo colocaremos edificios, los cuales simbolizan proyectos de construcción, pero que no pertenecen, todavía, a ningún jugador. Cada casilla del tablero tiene una única loseta que coincida con su posición, la cual muestra la siguiente información:
Usaremos el ejemplo de arriba más adelante para conocer el funcionamiento de los edificios y como construirlos.
2- LLEVAR A CABO UNA SEGUNDA ACCIÓN CON LAS LLAVES O LAS VENTAJAS.
Esta segunda parte del turno se basará en usar las llaves de tu propiedad o, una vez se terminen los edificios, obtener losetas de ventaja.
En un turno un jugador puede colocar una de sus llaves sobre el tablero o desplazar una llave ya colocada en el tablero a otro edificio o monumento.
De detrás de nuestras pantallas, las llaves pueden colocarse en dos lugares distintos. Por una parte, podemos colocarlas en los bancos de cada distrito. De esta manera, seremos inversores y recibiremos tantas monedas como indique el banco.
De forma alternativa podremos colocar una llave en el Arco de Triunfo. En este monument o no ganaremos dinero, pero nos ofrecerá más versatilidad, como veremos a continuación.
Los jugadores están limitados a una llave por banco o arco de triunfo, por lo que deberán ir desplazando las llaves antes de mandar otra a esas localizaciones.
Si ya tenemos llaves, en su lugar podemos desplazar una colocada en el tablero. Las llaves de los bancos solo pueden moverse a edificios o monumentos de ese mismo distrito, mientras que las llaves del Arco de Triunfo pueden acabar en cualquier distrito. ¡Colocarse en el Arco es mucho más flexible pero no da dinero!
¿Y donde van las llaves? Pues a cualquier edificio que no esté ocupado. De esta manera, podremos ir a cualquiera de las losetas de edificio que ya se hayan colocado y no tengan una llave. No tenemos que ir en orden, sino que podemos colocarnos en cualquier nivel pagando el coste asociado. Como veíamos más arriba, si nos colocamos en el edificio de Nivel 2 de color rosa, pagaremos dos monedas y ejecutaremos la acción representada en la esquina superior izquierda.
Todos los edificios de nivel 1, 2 y 3 nos permiten avanzar nuestro peón por el circuito de losetas de Bonificación. Podemos avanzar tantas casillas como queramos, pero siempre hacia adelante, y acabar en una casilla que aún contenga una loseta. Esta loseta será nuestra y podremos usarla en cualquier momento a partir de ese momento, otorgando beneficios como puntos, recursos, o llaves adicionales. Las losetas de Bonificación de las casillas finales otorgan bonus para puntuar al final de la partida.
Con esta acción de mover llaves también podremos mover una llave de un edificio de un distrito a otro edificio libre del mismo distrito de un valor superior. En este caso solo deberemos pagar la diferencia de coste. De esta manera, además de poder llevarnos el recurso asociado y la posible acción asociada, sumaremos más presencia para puntuar el distrito, algo de lo que hablaremos en breves.
Otro lugar donde colocar llaves es en los monumentos. A diferencia de los edificios, los Monumentos no tienen una localización en un distrito concreto, sino que los jugadores pagan su coste y lo colocan sobre el distrito, e inmediatamente después colocan su llave para reclamar la propiedad. Estos edificios especiales son más costosos, pero ofrecen una gran cantidad de puntos de victoria así como mucha presencia de cara a dominar el distrito.
Y es que tener presencia en los distritos, siendo propietario de distintos edificios es el elemento más importante de la partida, pero tenemos que tener en cuenta varias cosas. Para empezar, cuando entre las llaves de todos los jugadores en los edificios sumen cuatro en un mismo distrito, el jugador activo elegirá una loseta de puntuación para un distrito al final de la partida. De esta manera, no solo necesitamos interactuar con otros jugadores para sumar al menos cuatro llaves, si no queremos que todo nuestro esfuerzo no se vea recompensado al final de la partida, sino que al ser el jugador que coloca la cuarta llave podemos elegir si queremos que puntúe mucho, o poco, y cual de todos los distritos. ¡No necesariamente el que acaba de recibir la llave!
Cuando las losetas de edificio se hayan consumido, algo que pasará de forma más rápida de lo que pensáis, podremos llevar a cabo una tercera acción. En lugar de colocar o mover una llave, podremos tomar una loseta de Ventaja. Estas losetas pueden revisarse para elegir cuál se prefiera, pero tras esto se mantiene oculta al resto de jugadores.
Al final de la partida deberemos calcular los puntos obtenidos por tener el máximo de presencia en un distrito. Esos puntos se sumarán a los obtenidos durante la partida para determinar el ganador.
¿QUÉ ME PARECE?
La doble K vuelve a ofrecernos un juego profundo sosteniéndose en un par de reglas y una interacción intensa. Con París vuelven con fuerza y una producción que me ha enamorado.
Queda muy atrás cuando Tikal me dejaba boquiabierto, especialmente por saber combinar unas pocas reglas, mucha interacción y una elegancia ingeniosa. De esa trilogía no hay juego que no haya disfrutado hasta la saciedad y pocas veces este dúo dinámico falla en sus diseños. Con París vuelven a esa premisa de sencillez con profundidad, además de algunos elementos bastante originales que me hacen disfrutar mucho este nuevo lanzamiento de Maldito Games.
Una de las cosas que choca es leer el manual y ver que el turno es casi forzoso: coloca un nuevo edificio y luego te dejamos elegir una de tres acciones. ¡Ya está! Esa sencillez esconde mucho más de lo que puede parecer sobre el papel. Por un lado, el progreso continuo en la creación y crecimiento de los distritos marca un ritmo en la partida que, al acabar los mazos, deja lugar a una segunda fase, al menos en dinámica, que hace que pasemos a jugar con más finura, colocando las llaves donde más se mueva la partida.
Ese ritmo acelerado frena en el tramo final de la partida, pero no se estanca. Hace que el orden en el que van apareciendo los edificios, parcialmente azaroso pero que los jugadores podrán modular eligiendo una de las tres pilas, genere partidas distintas respecto al interés de cada distrito. Esa interacción directa crea escenarios muy distintos que pueden abrir muchos distritos a puntuar, o generar bloqueos para que el crecimiento y la cuarta llave de un distito tenga que colocarla el jugador que ya posee la mayoría. Esto deja al gusto de los jugadores las posibilidades y, como arma de doble filo, requiere de al menos tres jugadores para notar esa sensación de muchos frentes abiertos, haciendo que si jugamos en pareja el juego flojee bastante.
En ese sentido, no es nada raro en un juego de mayorías. En París no hay grandes ajustes a dos jugadores, por lo que es más que posible ver que varios distritos se quedan sin la cuarta llave y que, por ello, el juego se acaba centrando en una fracción del tablero, algo que no ocurre en partidas a cuatro jugadores, donde se exprime al máximo y se disfruta de lo que propone: interacción y tiras y aflojas entre jugadores.
Otro elemento muy agradable es la preparación inicial avanzada, que añade cierta variabilidad en la partida. Los dos elementos que nos permite aleatorizar son los recursos y prestigios de cada distrito y, lo que más me gustó, es el orden de las losetas de Bonificación. Sin crear un caos gracias a su división en tres secciones, permite que el orden se modifique, impidiendo que juguemos en automático, pero manteniendo un sentido lógico: un inicio con recursos, un segundo tercio con bonificadores de edificios y obtención de llaves, y una última sección con puntuaciones de final de partida.
Todo ello viene producido con mimo, algo que no es de extrañar viniendo de Game Brewer. Las maravillosas ilustraciones se complementan con un diseño gráfico funcional que usa colores acuarelados y tonos suaves para darle un estilo muy elegante. A nivel de producción decir que las pantallas personales las solemos usar sin tejado para poder ocultar el contenido pero evitar la oscuridad. Del Arco de Triunfo decir que es un elemento llamativo pero meramente estético, y que en algunas partidas con mesas anchas puede dar problemas de visibilidad. Por suerte, podemos prescindir de él y ver que la loseta central tiene un reverso con un arco ilustrado. ¡Apto para todos los gustos!
En definitiva, Kramer y Kiesling vuelven a unirse y enseñarnos que son expertos en crear diseños de pocas reglas pero que esconden profundidad y, sobre todo, interacción elegante. Con este nuevo juego tenemos todas esas premisas bajo un apartado estético de gran nivel. Un juego que disfrutaréis si os gusta competir y no poder jugar sin tener en cuenta los movimientos de tus rivales. Por todo esto es un juego que no acaba de cuajar a dos jugadores, pero que se vuelve delicioso a tres y a cuatro.
Pros
- Un juego estratégico y profundo montado sobre tres reglas básicas.
- Variantes que ofrecen variabilidad entre partidas, muy agradables tras varias partidas.
- Sensación de desarrollo durante la partida mientras se van formando los distritos y los jugadores adquieren edificios.
- Un apartado artístico delicioso.
- Otro gran juego del combo de autores de la doble K.
Contras
- Un marcado problema de escalabilidad, siendo mucho menos disfrutable a dos.
- Un arco en tres dimensiones que puede molestar, pero que puede eliminarse de la partida sin problema.
Este juego ha sido cedido por Maldito Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!