El mundo puede ser un lugar maravilloso, pero está en manos de los Imperios elegir un buen camino para el desarrollo de las naciones.
Con It’s a Wonderful World encontramos un draft familiar que viene con fuerza como el clásico 7 Wonders, ofreciendo un formato de expansiones que funciona muy bien.
Diseñador/a: | Frédéric Guérard |
Ilustrador/a: | Anthony Wolff |
Editorial: | Tranjis Games |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 1-5 |
Duración: | 30-60 min |
Edad mínima recomendada: | 10+ |
¿DE QUÉ VA?
En un mundo no muy distinto al nuestro, en un futuro cercano, los Imperios deben adaptarse a un mundo cambiante y tecnológico. Cada facción elige cuál es su camino, ya sea mediante la diplomacia o tomando las armas, pero el tiempo acecha. ¡Elige bien tu camino y desarrolla más rápido que tus rivales!

¿CÓMO SE JUEGA?
Una partida a It’s a Wonderful World está compuesta de cuatro rondas con las fases que describiremos a continuación. Incluye cambios de reglas para partidas a dos jugadores y una variante en solitario que, dicho sea de paso, modifica muy pocos elementos del juego.
Nuestro objetivo es amasar la mayor cantidad de puntos de victoria a lo largo de estas cuatro rondas, desarrollando tu imperio bajo un camino u otro, que iremos decidiendo mediante la selección de cartas.
Al iniciar la partida cada jugador representará un Imperio, el cual tiene unos recursos iniciales distintos, ofreciendo cierta diferencia entre cada facción que no es, para nada, determinante durante la partida.

FASE DE SELECCIÓN
La primera fase se basa en un draft de siete cartas, es decir, una serie de turnos en los que los jugadores elegirán una de las cartas de su mano, y pasará el resto a izquierda o derecha, según la ronda actual.

Los jugadores irán dejando sus cartas cerca de su tablero de imperio, ya que más adelante deberán elegir qué hacer con las cartas. En esencia, los jugadores deberían conservar cartas que quieran construir y otras que, mediante su reciclaje, nos ofrezcan los recursos necesarios para construir esas primeras.
FASE DE PLANIFICACIÓN
Tras haber acabado de elegir las siete cartas que irán rodando alrededor de la mesa, nos tocará elegir qué queremos que hacer con las cartas.
Lo que nos ofrece cada carta depende de si queremos construirla o, por el contrario, reciclarla:

Como imagináis, muchas cartas deberán ser recicladas para costearnos los pagos de las que decidamos construir.
Todos los recursos que nos ofrezcan las cartas recicladas ya pueden ser colocados sobre las que hayamos decidido construir. ¡Ten en cuenta que todos los edificios completados se colocarán encima de nuestra carta de Imperio y que solo tenemos cuatro rondas!

A la hora de construir puede ser más que interesante echar un vistazo a lo que edifican tus rivales, ya que como veremos a continuación, la fase de producción dependerá de las mayorías en los distintos tipos de cartas.
FASE DE PRODUCCIÓN
¡Ahora solo queda producir y prepararse para la próxima ronda!
En It’s a Wonderful World iremos produciendo en cadena, de modo que los recursos se irán obteniendo en el orden que dictamina el tablero, de izquierda a derecha.

Cada jugador debe obtener los recursos en la cantidad que aparezcan en la suma de los iconos de sus edificios construidos en ese momento. Todo lo que esté en proceso de construcción no se tendrá en cuenta.

Finalmente, como vemos en el borde superior de cada recurso, hay un beneficio asociado a la supremacía. El jugador que tenga una mayor cantidad de iconos del tipo correspondiente se llevará un inversor o una general. Estos dos recursos son, como mínimo, un punto al final de la partida, aunque podremos obtener cartas que multipliquen esos puntos.

Esta generación de recursos permite ir completando edificios que previamente hayamos elegido construir pero no hayamos podido costearnos todavía. El orden en el que se genera cada recurso nos permite ser eficiente a la hora de completar cartas que, con suerte, nos generen ingresos esta misma ronda.
No siempre podremos afinar en la producción y los excedentes en este juego son un problema. Todos los recursos que sobren se colocan en nuestra carta de Imperio y, por desgracia, no podrán guardarse para más adelante. Por el contrario, cada cinco recursos podrán ser intercambiados por Krystallium, un recurso caro y necesario para algunas cartas pero que nos servirá como un costoso comodín en momentos puntuales.

Tras cuatro rondas solo faltará sumar los puntos de victoria que vengan representados en las cartas construidas y los posibles multiplicadores que hagan que nuestros Inversores y Generales pasen a valer más de un punto.

GUERRA o PAZ

En Guerra o Paz encontramos una expansión en forma de campaña rejugable, nada parecido a un legacy que incluya elementos que nos imposibilitan rejugar esta expansión. Es más, el formato central de este producto se basa en jugar cinco partidas encadenadas de seis posibles escenarios totales.
Dejando de lado todo destripe, podemos decir que esta pequeña caja contiene elementos que no rompen la mecánica del juego básico, pero que se basan en cambios escuetos pero suficientes para darle otro sabor al juego.
A nivel mecánico, en Guerra o Paz encontraremos cartas que los jugadores irán obteniendo y manteniendo a lo largo de las cinco partidas. Evidentemente, los ganadores de cada partida obtendrán mejores cartas, aunque no habrá grandes diferencias, por lo que todos podrían ganar la partida final que, dicho sea de paso, determinará el ganador de toda la campaña en conjunto.

Personalmente creo que no es un añadido necesario, pero sí altamente recomendable. No solo por darle elementos nuevos al juego sino porque condensa decisiones en una experiencia que, a lo sumo, nos llevará cuatro horas en completar, por lo que no es descabellado invertir una sesión en completar la campaña. De esta manera ofrece esa inmersión adicional sin pillarnos los dedos con mantener el mismo grupo de juego para la siguiente sesión.
¿QUÉ ME PARECE?
It’s a Wonderful World ha logrado colocarse como un juego referente en el draft y los motores de cartas a una escala familiar, buscándose un hueco y apoyando sus expansiones en las campañas, algo que le sienta especialmente bien.
Si algo llama en este juego es su cuidado diseño gráfico y una producción que, sin considerarse ostentosa, luce perfectamente en mesa y hace que sea atractivo para los menos acostumbrados a los juegos de mesa. Bajo esta presentación, llamativa como su propia caratula, se encuentra un juego tremendamente familiar con una mecánica central que, hasta el momento, la había explotado 7 Wonders hasta la saciedad.

El draft es una mecánica que suele encajar bien en los jugadores casuales y es que tiene varios puntos fuertes. Por una parte, reparte entre los jugadores las cartas, las cuales son muy variadas y abundantes en juegos que se basan en esta mecánica, y por otro, permite que los jugadores conozcan, progresivamente, una gran cantidad de cartas, vislumbrando combinaciones con otras cartas que, potencialmente, volverán a su mano. Esto no solo amortigua el azar sino que da cierto sabor a interacción y relaja al jugador por tener «una segunda oportunidad» con algunas cartas que deje pasar.
No es fácil encontrar un hueco con un rival titánico, nunca mejor dicho, como 7 Wonders. Para ello no bastaba con ofrecer lo mismo, sino que necesitaba desmarcarse de un juego con el que comparte muchas similitudes, y es donde It’s a Wonderful World ha sabido elegir correctamente. Fuera de su mecánica principal, que cala con la primera partida y no esconde recovecos oscuros que debamos conocer para poder jugar de forma adecuada, el juego apuesta por unas expansiones en forma de campaña que son todo un acierto.

Sobra decir que las campañas están de moda, pese a que sean un arma de doble filo. Por una parte, nos aportan frescura a lo largo de las misiones y añaden cierta narrativa al juego, algo que en un escenario tan rico e interesante como el que nos deja entrever cada ilustración del juego es de agradecer; pero por otro lado requiere de más de una partida, cercana en el tiempo y con un grupo cerrado que conozca lo que pasa en esa narrativa. Para curarse en salud, It’s a Wonderful World ofrece Guerra o Paz, una campaña que no precisa de una gran dedicación pero que sí ayuda a mantener la frescura a un juego que, por su mecánica principal, permite añadir muchas cartas y algunas mecánicas adicionales.
Y es que su formato de expansión es la gran virtud. Caja pequeña, contenido ligero pero diferente, y que nos ofrece una experiencia acorde a la dureza del producto principal. De esta manera, hace que las partidas sean más personales, una experiencia más memorable, algo que puede ser difícil de lograr cuando en el juego base tenemos un buen puñado de cartas y bastante azar por el camino.
Tanto es así que en menos de un mes aparecerá la segunda expansión del juego, ya anunciada por parte de Tranjis Games y no podemos más que alegrarnos. Me parece un total acierto seguir trayendo contenido a un juego que, pese a destinarse al gran público, permite experiencias más completas gracias a pequeñas cajas que no precisan de un gran desembolso ni en tiempo ni económico. Además, os gustará saber que las cartas de la primera expansión son compatibles con la segunda, por lo que no dejamos de engordar un mazo de cartas que ya, de por sí, ofrece suficiente variabilidad.

Antes de cerrar debemos hablar de la escalabilidad del juego. Pese a ser un draft, el cual suele enriquecerse de varios jugadores alrededor de la mesa, en It’s a Wonderful World no es precisamente así. En este título no hay comparaciones entre jugadores o grandes interacciones más allá del recurso adicional por mayorías, de modo que puede que a dos sea su mejor número, aligerando así el entreturno con la certeza de que muchas cartas volverán de vuelta en el siguiente turno.
Por todo esto It’s a Wonderful World me parece un juego a recomendar, especialmente a todos aquellos que quieran un título que se disfruta desde el minuto uno, pero que no ofrece una gran profundidad porque nunca lo pretendió. Es un juego familiar, ligero y rápido, en el que el draft permite partidas ágiles y con cierta interacción, que se complementa con el método de obtención de recursos por mayorías. En It’s a Wonderful World juegan con el timing de una forma sutil, sin querer abrumarnos, ofreciendo una experiencia agradable, pero que gana enteros si introducimos Guerra o Paz, una pequeña caja que nos permite verle futuro al sistema de juego y que hace que, sin ser una campaña larga, podamos tener una experiencia más emocionante sin necesidad de grandes elemento adicionales.

Pros
- Otro gran draft introductorio que ofrece diversión desde la primera partida.
- Asequible para todos los públicos, pero con algunas combinaciones interesantes.
- Un sistema de expansiones totalmente acertado que recomiendo probar y que dará continuidad al juego.
- Otra expansión en camino anunciada en nuestro idioma.
Contras
- Un juego básico escasamente original.
- Las partidas pueden dilatarse al número máximo de jugadores.
- Como cualquier otro draft, el azar tiene un peso importante, aunque repartido entre jugadores.
Este juego ha sido cedido por Tranjis Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!