No te fíes de la portada, te lo voy adelantando.
Calico es un tremendo puzzle que juega con colores y patrones para exigirnos ver en dos niveles un tablero apretado y exigente.
Diseñador/a: | Kevin Russ |
Ilustrador/a: | Beth Sobel |
Editorial: | Alderac Entertainment Group |
Idioma: | Inglés |
Número de jugadores: | 1-4 |
Duración: | 30-45 min |
Edad mínima recomendada: | 13+ |
¿DE QUÉ VA?
Calico va de gatos, aunque podría ir de planetas o de islas. Aun así, eligiendo una temática tan simpática, se aseguran llegar con este gran título a todos los públicos, aunque debajo del plácido gato encontraremos losetas que nos harán sudar la gota gorda. En Calico encontramos un puzzle táctico, que tiende al multisolitario, pero que exige tanto que es difícil echar de menos mirar al tablero de tu rival.
¿CÓMO SE JUEGA?
En Calico el objetivo será ganar el máximo de puntos mediante la creación de patrones en nuestro tablero de doble capa. Cada partida nos propondrá nuevos retos dado que los requisitos de nuestro tablero y de los distintos gatos irán cambiando.
Para empezar la partida todos los jugadores deberán tener en su tablero tres requisitos de puntuación. Estos tres requisitos nos piden que los rodeemos con patrones diferentes, ya sea por color o estampado. De esta manera, si una ficha nos pide que todas las losetas de alrededor sean distintas podremos rodearla de colores distintos o estampados distintos, ya que encontramos seis colores y seis patrones en el juego.
Los gatos, que aparecen distintos en cada partida y podemos filtrar por niveles de complejidad, nos piden patrones que solo se fijan en los estampados. De esta manera, patrones más elaborados que requieran de más losetas adyacentes ofrecen más puntos a costa de un mayor riesgo.
Para ponernos manos a la obra solamente hay que robar tres losetas de la bolsa de tela. En ella están todas las losetas del juego, con sus seis colores y estampados. Una vez haya tres sobre la mesa, el jugador activo debe elegir una, colocarla en su tablero, reponer una loseta en el centro de la mesa, y puntuar si fuera posible. ¡Así de sencillo!
No hay ninguna limitación para colocar las losetas en Calico. No tenemos que colocarlas adyacentes a otras, por lo que debes pensar bien cada colocación aprovechando la libertad que nos ofrece. Como verás, para poder cumplir los requisitos de tu tablero ya tienes que tomarte las cosas con calma, ya que hay losetas compartidas entre varios retos.
Tras colocar la loseta podemos revisar si cumplimos requisitos. Mientras que los del tablero se revisarán al final de la partida, durante el trascurso podremos reclamar gatitos y botones de colores.
En cualquiera de los casos debemos tener en cuenta que, una vez reclamado uno de ellos, no podemos intentar repetir el patrón adyacente al completado, por lo que deberemos empezar de cero en otra parte del tablero para puntuar de nuevo. Si durante la partida obtenemos un botón de cada color, obtendremos uno arcoiris adicional, con lo que ganaremos 3 puntos más.
El juego acaba cuando todos los jugadores hayan llenado sus tableros. Ahora solo queda sumar los puntos generados por gatos y botones y revisar los requisitos del tablero. Cada uno de los tres requisitos puede darnos la recompensa menor o mayor, dependiendo si hemos conseguido lo que nos pide solo con estampados o colores o con ambos a la vez.
Tras esto solo queda sumar los puntos en la libreta y, con muchas probabilidades, preparar una revancha dado lo adictivo que es el juego.
¿QUÉ ME PARECE?
Como ya habréis leído por las redes: Calico es el juego que engaña con un simpático gatito para luego estrujarte el cerebro durante media hora. Ese es, sin duda alguna, un resumen difícil de condensar mejor.
¡Compra este juego en nuestra tienda colaboradora! |
Que un juego lleve gatitos no es necesariamente bueno, pero a mí me tiene ganado. Si le juntas que detrás se encuentre Flatout Games y que lo edite con mimo AEG ya tiene factores más que suficientes para que sea un juego al que tener en seguimiento. Por suerte, también lo puso en seguimiento Maldito Games y pronto llegará traducido a nuestro idioma.
Mecánicamente Calico propone algo visualmente complejo: aúna patrones y colores para crear un patchwork en nuestro tablero personal. Eso que suena sencillo se puede volver un dolor de cabeza en la primera partida, hasta que aprendes a ver en dos niveles y empiezas a fluir en la partida. Y es que ver en dos niveles es la clave para puntuar botones, que funcionan por colores, y gatos, que funcionan por patrones.
La propuesta, pese a los gatos, es abstracta hasta decir basta. A más de uno le sorprenderán las losetas con AAA-BBB, pero es que una vez empiezas a jugar si recuerdas a los gatos va a ser por maldecirlos por ser tan exquisitos con sus requisitos.
El trascurso de la partida es muy ágil, independientemente del número de jugadores. Lo habitual es ver que la partida coge ritmo hasta enlentecerse un poco al final, permitiendo a los jugadores premeditar un poco esas losetas que, si la fortuna nos lo permite, nos generen 10 puntos o, de lo contrario, sea un chasco más. Esas valoraciones de riesgo subjetivas y muy dependientes del azar acaban siendo un ejercicio de ambición que, a medida que juguemos, nos acabe enseñando que es mejor ir a lo seguro.
Lo que depende del número de jugadores es la experiencia y el modo de encarar una partida. Mientras que a dos, un número que me ha encantado para Calico, aunque siempre debamos tener una mano dentro de la bolsa de tela, las tres losetas nos dan la opción de pensar que otra loseta pueda seguir estando en el próximo turno; eso no pasará en partidas a cuatro jugadores. Cuando somos el número máximo de jugadores no deberíamos ni mirar qué losetas hay en la mesa hasta que sea nuestro turno, ya que el control entre rondas es imposible, tornándose un juego más táctico si cabe.
Puede que ese sea un elemento que no sea del agrado de todos, pero Calico es un juego con una interacción mínima. No hay margen para molestar a los rivales ya que tu duelo contra tu propio tablero ya exige que intentemos minimizar daños y exprimir las casillas al máximo.
De lo que sí se beneficia Calico es de la variabilidad entre partidas. No solo con gatos, que alguno ya hemos encontrado en formato promo, sino también en los modos de puntuar en nuestro tablero. Estas variaciones no cambian nuestro modo de jugar, ni regla alguna, pero hacen que las losetas que vayan apareciendo en la partida tengan un valor distinto. Suficiente variedad para un juego que, en definitiva, se basa en saber encajar las losetas que salen de la bolsa en un tablero difícil de satisfacer.
En resumidas cuentas, Calico ha sido una grata sorpresa dentro de una categoría que, pese a lo abstracto, se apoye en un diseño gráfico colorido y simpático, aunque oculte un reto duro de superar. Lo disfrutaréis a medida que interioricéis que el azar es un factor importante, que azota a todos los jugadores, y que no puedes andar esperando una loseta concreta sin morir en el intento. Si aprendemos a jugar tan táctico como Kevin Russ pretende, nos encontramos ante un juego rápido de los que es difícil rechazar echar las partidas de dos en dos.
Pros
- Un aspecto simpático para un juego exigente.
- Un puzzle táctico que nos mantendrá en tensión constante.
- Variabilidad agradable en un juego que, sin ella, ya tendríamos reto para rato.
- Unas calidades excelentes, tanto en su apartado artístico como en el grueso cartón.
Contras
- El constante cambio de losetas a alto número de jugadores lo hace más táctico.
Este juego ha sido cedido por AEG para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
Artículos relacionados
Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!