Hoy os traemos otro juego abstracto y colorido de Black Box Adventures. Se trata de Itchy Monkey, un juego con una temática alocada y unas mecánicas sencillas.

Se trata de un diseño de Allan Kirkeby (diseñador de videojuegos que nos muestra su primer proyecto de mesa) que cuenta con los colores y las simpáticas ilustraciones de Maarten De Schrijver (autor e ilustrador de Frutti di Mare (aquí su reseña)). El juego puede ser disfrutado de 2 a 4 jugadores, con una duración de alrededor de media hora y una edad mínima recomendada de 8 años.


¿DE QUÉ VA?

La relación entre los Phthiraptera y los monos siempre ha sido morbosa. Mientras que los piojos conviven sobre el pelo de los mamíferos y se alimentan de ellos, los monos también suelen, cuando les pican mucho, zamparse algún insecto. No sabemos si llamarlo simbiosis, pero esto es el círculo de la vida…

En Itchy Monkey encontramos un juego abstracto, aunque bajo un tema simpático y familiar, de control de áreas. El juego se basa en un tablero plagado de primates que se moverán constantemente, pero con una disposición inicial fija que permitirá que podamos tejer estrategias para futuras partidas, y, con la inclusión de la expansión de las habilidades, podremos incrementar su profundidad estratégica.


¿QUÉ LLEVA EN LA CAJA?

El contenido de la caja es el siguiente:

  • 29 losetas de monos reversibles, contando con una habilidad en su reverso.
  • 80 piojos obreros, en los cuatro colores de juego.
  • 12 reinas piojo, en los cuatro colores de juego.
  • Un tablero de juego reversible, con disposiciones diferentes a distintos números de jugadores.

El juego, pese a no contar con un reglamento en español, no depende de idioma en sus componentes. La caja, que podría ser algo más pequeña dados los componentes, nos permite que podamos guardar la miniexpansión dentro. La expansión de Licence to Kill incluye un nuevo tipo de piojo que puede infiltrarse en zonas enemigas y, con esos mismos componentes, también se nos permite usar una variante para dos jugadores. Como curiosidad, en el troquel encontramos unas bananas de lo más molonas a las que no se hace referencia en el manual. En el troquel mismo se indica que están destinadas a contar los puntos de victoria en caso de querer jugar a Itchy Monkey en varias rondas, pero ni rastro en las reglas.


¿CÓMO SE JUEGA?

Nuestro objetivo en Itchy Monkey es poder construir colonias de nuestros piojos en distintos monos. Para ello, iremos desplazándonos entre los primates, darles algunas sacudidas y estar siempre atentos para que los rivales no se excedan en sus poblaciones.

La partida empieza eligiendo el tablero apropiado para jugar. El tablero es reversible y cuenta para una cara para parejas y otra para cuatro jugadores, mientras que ambos lados pueden ser usados cuando seamos tres piojosos en la mesa. Los monos tienen una disposición inicial fija, por lo que cada partida comienza de la misma manera. Tras colocar todos los primates en su lugar, cada jugador, en sentido horario colocará en uno de los monos del tablero una reina piojo junto a dos piojos obreros. ¡Ya podemos empezar!

Antes de empezar la partida deberás colocar a los primates sobre casillas cuya hoja coincida con el fondo de su loseta, como se muestra en el detalle.

Para poder entender el turno y nuestro modo de dirigirnos hacia nuestro objetivo, debemos saber que cada obrero tiene un poder de un punto, mientras que las reinas tienen un poder de dos.

Los jugadores irán llevando a cabo turnos en sentido horario hasta que se cumpla alguna de las tres posibles condiciones de victoria que os contaremos más adelante. El turno se desarrolla de la siguiente manera:

FASE DE ENGENDRACIÓN

Durante esta fase, los jugadores colocarán nuevos piojos obreros de su color sobre monos donde ya tengan presencia. Dependiendo de la presencia que ya haya en el primate podremos engendrar más o menos piojos nuevos:

  • Si el mono solo contiene obreros, añade un obrero adicional.
  • Si el mono contiene una reina, añade dos obreros.
  • Si el mono contiene dos reinas, añade tres obreros.
  • Si el mono contiene tres reinas, añade cuatro obreros.
La reina tiene una altura mayor al resto de piojos, denominados obreros. La potencia en combate es de uno para los obreros mientras que su reina aporta el doble, directamente proporcional a su altura.

De esta manera, es interesante congregar a una o varias reinas en algún lugar estratégico para poder añadir, cada turno, más unidades al tablero. En cualquier momento, podemos intercambiar seis piojos oberos de una misma localización por una reina piojo. ¡Parece fácil pero no lo es, dada la quisquillosidad de la que os hablaremos! No hay límite de piojos sobre un mismo mono, pero ya veremos que dos colonias distintas de piojos jamás pueden convivir en un mismo mono y que, si tienes demasiados piojos juntos, tus rivales pueden ponerse quisquillosos…

FASE DE MOVIMIENTO

En esta fase el jugador activo elige una de las tres opciones siguientes:

  1. SALTAR: Esta acción nos permite mover a un único piojo, obrero o reina, de un mono a otro adyacente ortogonalmente. Si saltamos a un mono con presencia enemiga, deberemos igualar o exceder su poder. Si superamos el poder del rival, quitaremos su piojo y mantendremos al nuestro, mientras que si empatamos, ambos insectos serán retirados del tablero a sus respectivas reservas. Como comprenderás, la única manera de mantenerte con vida es usando alguna reina piojo sobre un mono con un único obrero rival, por lo que necesitamos otra ofensiva más potente: ¡sacudir!
    Cualquiera de los dos jugadores, verde o amarillo, puede saltar sobre el otro, dado que están adyacentes. Pese a esto, los saltos son un mal ataque, dado que causan la pérdida del piojo que usemos, por lo que suele ser más interesante para desplazamientos a primates sin presencia enemiga.

     

  2. SACUDIR: Con esta acción conseguimos, después de morder al mono sobre el que nos encontremos, desplazar la loseta por el tablero de forma ortogonal hasta que ésta choque con el extremo del tablero o con otro mono. Tras el choque, motivado por nuestro irritante mordisco, podremos mover tantos piojos como queramos desde nuestro mono recién desplazado al mono que se encuentre en la dirección del movimiento. Con esta técnica, tras el movimiento, pese a poder mover tantos piojos como queramos deberemos seguir cumpliendo la regla de igualar o exceder el poder de la presencia enemiga.
    Si el jugador verde sacude su mono en línea recta topará con otro primate que contiene una reina y dos obreros. Si decide saltar con todos sus piojos, algo más que probable, hará que todo el contenido del jugador azul salga de la partida, ya que excede en uno el poder del rival, siendo de cinco contra cuatro.

     

  3. QUISQUILLOSIDAD: ¡Sé pícaro y fíjate bien! Con esta habilidad, en lugar de usar un movimiento de entre los anteriores, podemos señalar un mono en el que haya al menos 5 piojos obreros rivales y éste deberá eliminar todos los piojos, incluida la reina si la hubiera, de ese mono. ¡Ups! De esta manera, es bastante más complicado convertir seis piojos obreros en una majestuosa reina…

    El jugador amarillo ha dejado una loseta preparada para evitar la quisquillosidad. Si dejamos una reina con cuatro obreros estamos a salvo y, para la siguiente ronda, podrá generar dos nuevos obreros y, finalmente, intercambiar los seis por una segunda reina. ¡Tenlo en cuenta!

Estos turnos se irán repitiendo hasta que alguien consiga generar colonias en distintas localizaciones. Se considera colonia al conjunto de al menos tres piojos obreros en un mismo primate. Hay tres condiciones de victoria:

  • Conseguir colonias en 3 gorilas. Es la más rápida de conseguir, pero debes saber que solo hay cuatro gorilas, muy repartidos por el tablero.
  • Conseguir colonias en 4 monos de la misma especie.
  • Conseguir colonias en los 5 tipos de monos que hay sobre el tablero.

El primero en conseguir tal hazaña será el ganador.

Si esto te sabe a poco, aunque tiene más enjundia de lo que pueda parecer, el juego ofrece un modo con habilidades que es, en definitiva, su forma de juego completa. Para ello, deberemos elegir una de las cinco especies de mono, voltear sus fichas para que muestren su movimiento especial, y jugar con la regla adicional que introduzcan esos primates en concreto.

Por el reverso, los distintos primates contienen habilidades. Por ejemplo, el gorila permite empujar a un mono adyacente dos casillas o el lemur permite intercambiar tres obreros contenidos sobre él por una reina, en lugar de los seis piojos habituales.

En Licence to Kill, bajo este gracioso juego de palabras, nos propone dos expansiones en una caja pequeña, cuyo contenido son unos discos de los colores de jugador del juego básico. Dejando de lado si esto debería ser parte del juego, y teniendo en cuenta que es un añadido con un PVP irrisorio, nos permite ahondar un poco más en la estrategia o, por el contrario, dar un giro de 180º a la propuesta original.

Por una parte tenemos una expansión exclusiva para parejas en el que, a diferencia del juego original, no interpretamos a los piojos sino que debemos usar a los mamíferos para liberarnos de los parásitos. Con unas reglas alternativas y un objetivo antónimo, nos permite darle un aire nuevo sin mucha complicación, aunque preferimos el modo de juego básico.

Por otra parte, incluye otra variante en la que se añaden unos discos al campo de batalla. Estos discos simbolizan espías, cuya particularidad es que pueden entrar en losetas de mono enemigas, sin las limitaciones habituales de la comparación de poderes, pudiendo ser un elemento clave para la quisquillosidad y para el control de la loseta. Estos huidizos espías se mueven del modo habitual, pero tienen un poder de 0 y una presencia que cuenta para todos los jugadores. Además, no pueden ser eliminados por un salto o sacudida, por lo que suelen ser unas fichas que permanecen gran parte de la partida.


¿CÓMO QUEDA EN LA MESA?

No necesitamos mucho espacio para jugar a Itchy Monkey. Una vez desplegado el tablero y los monos por el mismo, tan solo necesitamos que cada jugador mantenga sus piojos cerca, pudiendo usar algún recipiente tan molón como los cuencos de la BoardGameGeek.


¿QUÉ NOS PARECE?

Itchy Monkey es otro juego de Black Box Adventures que pese a su colorido y simpatía entraña una estrategia de lo más interesante.

Lo curioso de Itchy Monkey es que su aspecto gráfico puede jugarnos una mala pasada. Pese a que parezca un juego familiar, ya centrándonos en su modo básico, sin meter en juego las habilidades, nos proporciona una experiencia estratégica intensa en la que, además de pensar, vamos a tener que prestar mucha atención a los distintos tipos de monos que haya en el tablero y el control que ejerzan los rivales sobre cada tipo, dado que las condiciones de victoria dependen de ello. Así, además de proponer un reto estratégico, no se queda corto en lo perceptivo, puesto que tener controladas las distintas colonias enemigas puede requerir una atención constante.

El juego nos transmite cosas distintas dependiendo del número de jugadores. Mientras que a dos la cosa se vuelve calculadora y fría, siendo también más sencillo el control de las condiciones de victoria del rival, a cuatro la cosa es más tensa y todo se vuelve más complejo. Sin ir más lejos, la situación inicial de un juego al máximo número de jugadores condiciona nuestra actitud durante la partida. En Itchy Monkey, por necesidades naturales, los jugadores deberán ir frenándose los pies unos a otros, sin olvidarse de ninguno de sus rivales. Eso puede parecer sencillo, pero en muchas ocasiones es complejo valorar a qué contrincante debemos incordiar, puesto que en cada ronda las posibilidades y opciones de llevar a cabo un movimiento de sacudida, el movimiento más jugoso del juego, cambian de forma radical y pueden truncar nuestros planes de cara a la propia victoria o a evitar la ajena. El punto medio, con tres jugadores, ofrece un balance interesante de interacción necesaria entre los jugadores sin sobrecargar la atención necesaria para que un turno en falso no proporcione esa victoria de alguno de los múltiples rivales que no supimos ver. Por supuesto, si a esto le añadimos las habilidades de uno o varios primates, las opciones se multiplican y las posibilidades estratégicas crecen de manera significativa, lo cual no recomendamos de entrada, como cabría suponer.

El tablero reversible incluye una opción para dos jugadores, otra para cuatro y dos escenarios que nos sirven para jugarlo a tres. ¡Tú eliges!

Nos parece interesante esa habilidad de quisquillosidad que nos permite atacar de forma tan directa y sencilla a los rivales. Aunque parezca una opción que debamos tomar siempre que nos sea posible, no es así tras un par de partidas. En muchas ocasiones invertir nuestro turno en quitar unos cuantos piojos mal posicionados no nos aportará demasiado y, por si fuera poco, nos dejará un paso por detrás del resto de jugadores. De este modo, y especialmente cuando somos varios en la partida, habrá que sopesar si una reina rival es un peligro, al menos a corto plazo, o si el riesgo es asumible y debemos invertir nuestro turno en consolidar una nueva colonia que nos acerque a la victoria.

Desde luego que Itchy Monkey es un juego del que debemos destacar su escalabilidad a nivel de complejidad. Mientras que muchos juegos incluyen un modo básico que hace honor a su nombre, en éste encontramos una base sólida y suficientemente sabrosa como para posponer la inclusión de las habilidades que, sin duda alguna, añaden una capa de profundidad de un grosor destacable. Si a esto le añadimos la posibilidad de incluir esos espías de la expansión, nos encontramos con un juego que tiene una curva de aprendizaje marcada, haciendo que el juego se antoje hasta difícil de gestionar si no hemos jugado varias partidas en su modo más básico. En otras palabras, este juego abstracto ofrece horas de juego tan solo para poder conocer todo el contenido y las combinaciones que pueden generarse al usarse las habilidades de unos u otros monos.

En definitiva, Itchy Monkey, como nos pasó con Frutti di Mare (aquí su reseña), es un juego colorido y aparentemente sencillo pero que esconde un juego estratégico y en el que habrá que tener los ojos fijos a cada movimiento si no queremos que consigan la victoria nuestros rivales. Una mecánica sencilla que se adorna de unas habilidades que ofrecen una capa de profundidad junto con una suficiente rejugabilidad en un juego que funciona bien a cualquier número de jugadores.


PUNTOS POSITIVOS

  • Un abstracto más serio que sus ilustraciones: que puede llevar a confusión a algunos compradores, esperando encontrarse un juego más sencillo de lo que parece.
  • Un colorido apartado artístico: compartiendo diseñador artístico con Frutti di Mare y manteniendo la simpatía y su viva paleta de colores.
  • Varias capas de profundidad: haciendo que su modo básico no haga tanto honor a su nombre como cabría esperar y ofreciendo un juego sólido desde el primer momento con una profundidad suficiente para tomar decisiones importantes en cada turno.

PUNTOS NEGATIVOS

  • Componentes poco personalizados: habiendo preferido algo más original que unos cilindros de madera, aunque sea una decisión comprensible por su precio y su impacto en Kickstarter.

Este juego ha sido cedido por Black Box Adventures para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.