MicroMacro: Crime City [Reseña sin spoilers]

Con lupa o sin lupa, acércate al mapa si quieres resolver los casos.

En MicroMacro vemos como Buscando a Wally se transforma en un juego que mezcla la agilidad visual con cierta deducción sobre una ciudad inmensa.

¿DE QUÉ VA? 

Aunque la ciudad sea grande, nunca se había concentrado tanto crimen por metro cuadrado. Para todo lo que está pasando, formaréis parte de un grupo de detectives con mucho ojo que intentarán resolver los casos que acontecen en la Ciudad del Crímen, una ciudad en blanco y negro donde el rojo sería su mayor protagonista.

¿CÓMO SE JUEGA?

En MicroMacro: Crime City solo necesitamos elegir un caso y extender el mapa sobre la mesa.

Los casos vienen marcados con su nivel de dificultad que se divide en cinco estrellas de dificultad, empezando con un caso introductorio que nos sirve de ejemplo para conocer sus sencillas reglas.

Tras abrir el el sobre encontraremos un pequeño mazo que iremos revelando a medida que avancemos en la investigación. La descripción del caso suele tener un par de frases e inmediatamente después nos propone la primera tarea. ¿Dónde está el cuerpo? ¿Dónde vive la víctima? ¿Cuál es el móvil? Esas cosas de investigadores….

Nuestra tarea es buscar el detalle que se nos requiere a lo largo y ancho de la ciudad. Cuando tengamos una localización que creamos que es la adecuada podemos localizarla por coordinadas.

Si damos la vuelta a la carta de tarea y solo miramos su esquina superior izquierda podremos comprobar si las coordenadas coinciden. De no ser así, te recomiendo no ver ni un ápice de la carta hasta que encontréis una escena que concuerde con la coordenada de la carta:

Cuando sepamos la coordenada y coincida con la del reverso de la tarea, ya podemos leer el fragmento que a veces detalla pistas y nuevos detalles para seguir con la investigación.

Sigue hasta que acabes las tareas para dar por finalizado el caso. ¡Ya lo dominas!

El juego incluye 16 casos, pero en el propio reglamento ya encontrarás un par de tareas adicionales que alargan la experiencia y cuya resolución está pendiente de traducción en la web editorial.

¿QUÉ ME PARECE?

MicroMacro abre una serie de juegos muy original y que puede tener un futuro tan prometedor como otras franquicias. La propuesta de un mapa descomunal y la forma de guiarnos por cada caso lo hacen agradable y crecientemente exigente tanto en solitario como para compartir la experiencia.

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Si algo encontramos en MicroMacro es una propuesta directa, sin apenas reglas, que nos empuja a buscar en el gran mapeado de 75×110 en blanco y negro. Cuando te quieras dar cuenta ya estás dentro de la experiencia, buscando pistas que coincidan con nuestra tarea actual.

El formato de casos hace que cada sobre sea independiente, aunque con una dificultad gradual. Para los que teman que el juego sea fácil, algo palpable en la demo online del juego que os invito a probar, los de nivel cuatro y cinco ya son retos que pueden llegar a requerir más de 20 minutos. Pese a la independencia de cada sobre, es agradable ver como durante los últimos casos volvemos a encontrarnos escenas que ya conocemos, de haber paseado por la Ciudad del Crimen y dejan de ser distractores porque recuerdas que forman parte de otros crímenes ya superados.

Lo que choca es la edad mínima recomendada. Si nos fijamos en la BGG hablan de tan solo 8 años, algo que se aleja de mi opinión de un juego donde los asesinatos están a la orden del día y se reflejan temas como el suicidio o la violencia bajo los efectos del alcohol. Creo que 12 años es más adecuado para poder hablar libremente de, al menos, algunos de los temas que aparecen en Crime City, a sabiendas de que MicroMacro tendrá una serie más adecuada para los peques en un futuro cercano.

Respecto al número de jugadores, aunque en la caja recomienden hasta 4 investigadores, la experiencia no se disfruta en grupos tan grandes. Pese al tamaño del mapa, la investigación de cada caso suele ir encarada a rebuscar en algún cuadrante de la ciudad, una zona más reducida que hará que a partir del tercer jugador pueda ser algo problemático. Sin ir más lejos, pese a contar con tres focos sobre la mesa, las sombras sobre el papel pueden ser molestas y es uno de esos títulos en los que se disfruta participando en cada paso de la investigación. Por eso, además de en solitario, MicroMacro me ha funcionado mejor a dos que a tres.

De la originalidad de la propuesta solo me quedan dudas de como avanzará la saga de MicroMacro. Tras jugarlo íntegramente, os avanzo que no hay casos repetitivos en esta caja, pero se le intuyen las tripas y me cuesta imaginar como reinventarán el formato para no caer en algunas mecánicas de rastreo que ya encontramos en Crime City. Pese a esto, confío en la editorial y el editor que me ha dicho que «se vienen cosas con más chicha». Cabe destacar que, según sabemos, este mismo mapa se usará en expansiones futuras, por lo que no tiréis la caja ya que Crime City está aún a medio exprimir.

En definitiva, MicroMacro es una experiencia que tiene toques de deducción pero que, sobre todo, se basa en la agilidad visual de los jugadores a la hora de buscar elementos en un mapa conscientemente sobrecargado y en blanco y negro. Una cantidad de contenido suficiente para muchas horas por un precio reducido que, además, nos permiten guardarlo, prestarlo y rejugarlo en un futuro. Si valoras la originalidad y no buscas un título competitivo, MicroMacro debería estar en tu lista de deseos y estar atento a los siguientes títulos de la saga que, si sabe refrescarse, puede tener un gran futuro.

Este juego ha sido cedido por SD Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.