Ringmaster [Reseña]

Del autor de Ascencion pero en una caja bien pequeña nos llega Ringmaster, un sencillo juego de cartas.

Ringmaster es un filler directo, bien ilustrado y que esconde interesantes combos.

Diseñador/a:	Justin Gary
Ilustrador/a:	Rod Mendez
Editorial:	Stone Blade Entertainment
Idioma:	Inglés
Número de jugadores:	2-4
Duración:	5-15 min
Edad mínima recomendada:	10+

¿DE QUÉ VA? 

En Ringmaster los jugadores compiten por crear el mejor espectáculo circense. Elige bien los números del show y contrata a las mejores estrellas del espectáculo, pero no te olvides de usar sucias jugarretas para perjudicar a tus rivales…

¿CÓMO SE JUEGA?

Cada jugador empieza con tan solo 3 cartas en su mano. El objetivo en Rigmaster es ganar la partida, pero las condiciones de victoria vienen descritas en las propias cartas.

En tu turno, solo debes robar una carta y jugar una de las cuatro que tendrás en la mano. En el juego encontramos cartas de eventos, que se descartan inmediatamente, cartas de espectáculo y de estrella, que contratamos y colocamos frente a nosotros, o los espectáculos secundarios que podremos jugar frente a otros jugadores.

La victoria de cada jugador es totalmente asimétrica ya que dependerá de la carta de condición de victoria que haya obtenido. En ese sentido, los jugadores pueden preparar sus condiciones y posteriormente bajar la carta que les permita llevarse la victoria, por lo que con pocas partidas conoceremos las distintas posibilidades de condiciones que se esconden en las 34 cartas del mazo.

¿QUÉ ME PARECE?

Ringmaster es un juego sencillo y combero que pretende ayudarnos a matar el tiempo y que esconde cierto control a la que vas conociendo las pocas pero variadas cartas que componen el mazo.

El amor por este título fue inmediato cuando vimos que estaba inspirado en los circos de hace un puñado de décadas y que lo firmaba Justin Gary. Jugamos la primera partida en la UK Games Expo con el staff de UltraPRO y ya está. Flechazo. Era un juego que mantenía interesantes combos y una gestión tosca del riesgo en menos de quince minutos.

Para no llevarte un chasco de los grandes debes saber que Ringmaster pretende darte dosis pequeñas de diversión. No es ni siquiera uno de esos fillers que te podrían tener horas enganchado, sino que más bien lo he disfrutado como un entretenimiento de una o dos partidas entre otros juegos. No es precisamente por la falta de diversión sino porque el juego no esconde ningún velo que necesite partidas para ser revelado, sino que solo contiene varios patrones de cartas combinables que veremos en un par de partidas. El resto serán risas, valorar riesgos y acabar partidas en menos que canta un gallo.

Ringmaster tiene interacción y mala baba. Una mala leche que se condensa en quince minutos y que es difícil no tolerar adecuadamente. El poder ir viendo mediante qué condiciones de victoria van a querer ganar tus rivales hace que puedas, si es que tienes las cartas adecuadas, molestar al rival e impedir que finiquite la partida. Esa interacción, que podría dirigirse de forma gratuita a quien peor te caiga, no deja mucho margen para la gratuidad ya que en pocos turnos podremos haber terminado la partida, por lo que cada ronda es relevante.

Las ilustraciones tienen una gran calidad y le dan empaque al juego. No soy un seguidor de muchas de las decisiones artísticas de la editorial americana, pero en este caso han sabido usar un tema poco explotado y tratarlo de una forma muy agradable y vistosa. Probablemente con otro tema más genérico el juego pasaría más desapercibido, así que bien jugado.

En cuanto al número de jugadores, no es mi primera opción si busco algo rápido a dos jugadores, sino que lo he disfrutado a tres o cuatro, por esa interacción puñetera que divierte sin alargar la partida y que hace que más de un rival pueda tener que poner de su parte para frustrar los planes del jugador en cabeza.

En resumen, Ringmaster es un juego que puede pasar muy desapercibido porque viene a ocupar un espacio poco agradecido. Un filler muy ligero y directo, que tiene lo que se espera de él: interacción, reglas sencillas y opciones limitadas para evitar que se alargue la partida. Viniendo de Gary, encontramos combos interesantes que, dentro del azar que notaremos en el desarrollo, permite que podamos esperar alguna carta que combe bien, especialmente una vez conocemos el contenido del mazo. Un juego ilustrado de forma notable y que nos traerá muchas risas, siempre que lo utilicemos como filler, evitando quemar un título divertido pero con poco recorrido. Afortunadamente, aunque el título no sea nuevo, en breves recibiremos la edición española por parte de TCG Factory.

Pros

• Filler sencillo y directo, apto para todos los públicos.
• Combinaciones de cartas interesantes pese a tener 34 cartas.
• Cuidada producción y apartado artístico, que se atreve con un diseño diferente que tira de lo vintage.

Contras

• Sin demasiada profundidad.

Este juego ha sido cedido por UltraPRO para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.