Floresta [Reseña]

Con una buena ensalada de puntos y una gestión de mano sencilla pero interesante, Floresta se apoya en un tema muy ecologista y cercano.

Controlar los incendios y preservar al lince ibérico es lo que nos propone este ligero juego de gestión con mucho mensaje.

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¿DE QUÉ VA? 

Mantener el equilibrio en la naturaleza no es fácil y nuestra misión en Floresta es preservar parques naturales de todos los peligros. Para ello deberemos intentar que los linces se sientan cómodos y, además, vigilar de cerca el peligro constante de incendios.

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¿CÓMO SE JUEGA?

Una partida de Floresta se compone de una serie de rondas en la que los jugadores irán colocando sus árboles por los distintos parques naturales, intentando crear los mejores patrones para puntuar y, a su vez, mantener a raya la progresión de los incendios.

En cada partida, las nueve losetas que componen el tablero se barajarán por ambas caras, creando un conjunto de cinco parques naturales rodeados por un puesto de vigilancia en cada una de las cuatro esquinas.

En cada turno los jugadores deben realizar una de las siguientes acciones:

COLOCAR UN ÁRBOL

La acción más habitual en Floresta será colocar un árbol haciendo uso de una de las cartas de nuestra mano.

Cada una de las cartas contiene un valor del 1 al 6 en su borde superior izquierdo, sobre un fondo de color marrón claro u oscuro. Este valor y color indica en qué casillas puedes colocarla de las localizaciones de los cinco parques naturales.

Solo podremos colocarnos en casillas vacías, por lo que no podremos compartir casilla con otro jugador, algo que queda claro ya que al colocar un árbol el valor de la casilla queda completamente cubierto.

Lo interesante en el juego es que cada parque puede tener sus propias reglas de colocación, que irán directamente relacionadas con sus formas de puntuar. En la mayoría de los casos tendremos casillas de inicio conectadas con otras casillas. Algunas puntuaciones funcionarán mediante colección de sets, otorgando puntos directos o, por poner otro ejemplo, por mayoría en la presencia de árboles en filas y columnas. ¡Hay diez formas de puntuar que dan variedad al juego y solo cinco aparecen en una partida!

Adicionalmente, la mayoría de cartas tienen iconos en su borde inferior. Estas acciones adicionales permiten sorprender a los rivales y obtener ventajas mayores. Podremos ganar herramientas para modificar el valor de alguna carta en otro turno, ignorar el valor si colocamos el árbol en el parque que nos exige la carta, o incluso colocar cortafuegos. Los cortafuegos, como ves a continuación, pararían el progreso del incendio, pudiendo dejar arder una zona con árboles rivales a la vez que nos protege.

CONSTRUIR LA TORRE DE VIGILANCIA

Con el valor y color de nuestra carta también podremos construir una torre de vigilancia. En cada partida habrá cuatro potenciales localizaciones de torres, en cada una de las esquinas del tablero de juego.

Para construir una torre no debe haber ninguna pieza de torre de ningún rival, por lo que cuanto antes te coloques antes podrás asegurar tu torre. Al colocar la primera pieza de tu torre, la cual se completará cuando hayas colocado las tres partes que la componen, ya puedes colocar el camión de bomberos en dicha loseta.

Así pues, aunque con una sola de las tres partes de la torre ya desbloquearemos el uso de los bomberos, de lo que hablaremos más tarde, y potencialmente una habilidad única que nos diferenciará de nuestros contrincantes, podremos ganar más puntos al final de la partida si progresamos en la construcción de la torre, más aún si la completamos.

DESCARTAR UNA CARTA Y PERDER UN ÁRBOL

Alternativamente, aunque poco recomendable, podemos descartarnos de una carta para obtener un punto de victoria. Dado que los árboles sirven también como contador de rondas hasta que la partida llegue a su fin.

Tras esto deberemos comprobar si hemos realizado alguna de las acciones extra que nos permiten colocar un árbol adicional. Hay tres escenarios en los que podremos conseguir colocar un nuevo árbol en nuestro turno la primera vez que consigamos lo siguiente:

• Tener jugadas cartas con todos los valores posibles, es decir, del 1 al 6. Por ello cada carta jugada debe quedar frente a los jugadores, visibles para todos ellos.
• Tener acumulados, al menos, 20 puntos de victoria.
• Tener presencia con un árbol en las cinco losetas de parque que componen el tablero central.

Con esta mecánica, que a veces puede pasar desapercibida o ser olvidadiza, rompemos el formato de rondas, por lo que la velocidad a la que cada jugador irá agotando su reserva de árboles.

Al final del turno robaremos una nueva carta para reponer la mano y volver a tener tres disponibles.

Después de que todos los jugadores hayan llevado a cabo una acción, se iniciará la fase de incendio. En esta fase deberemos reducir las llamas, desplegar nuestros camiones de bomberos y, con suerte, mantener a raya el fuego a cambio de algunos puntos de victoria.

El primer paso en esta fase es colocar nuestro camión de bomberos que, recordemos, aparecía en la casilla de nuestra torre de vigilancia en cuanto colocamos la primera de las tres partes que la componen. La altura de nuestra torre de vigilancia nos determina el alcance del camión respecto a las losetas de parques. Si tenemos una sola pieza de la torre, podremos moverlo a las dos losetas ortogonalmente adyacentes a nuestra torre de vigilancia. Con una segunda pieza ya llegaremos a la casilla central del tablero y, por último, si completamos la construcción de la torre de vigilancia nuestro camión llegará a las cinco losetas de parques del tablero.

Siempre debemos mover al camión a una casilla con fuego, aunque podemos dejarlo donde está si sigue habiendo llamas.

Después de que cada jugador coloque su camión, en orden de turno, deberán retirar uno o dos fuegos de la loseta donde se encuentre. Es importante saber que retirar fuego da puntos, pero que si queremos dejar algo de fuego que afecte a los rivales, el fuego les hará perder puntos.

Tras apagar todos los fuegos, cada jugador que tenga un árbol con al menos un camino en llamas, será penalizado con un punto de victoria negativo. ¡Cuidado con esto!

Por si esto fuera poco, en losetas en las que sigue habiendo fuego y no hay camiones de bomberos, la falta de vigilancia hace que el fuego avance. Cada llama saltará al siguiente camino adyacente más cercano.

A modo de preparación para la siguiente ronda deberemos revelar nuevas cartas en el centro de la mesa, las cuales luego podremos robar en turnos posteriores. Si en dichas cartas hay información de nuevos fuegos, la carta nos indicará qué loseta de las cinco que conforman los parques naturales se ven afectadas. Habrá que lanzar el dado d6 para ver sobre qué número afectan los fuegos. El valor del dado indica alrededor de qué valor vamos a colocar fuego, algo que podremos quitar en la próxima ronda si nos gestionamos bien.

Cuando algún jugador haya acabado sus árboles la partida llegará a su fin. No se colocarán nuevos fuegos pero seguimos teniendo una fase de incendio en la que deberemos apagar los presentes e intentar no perder puntos. Tras esto, deberemos puntuar los distintos tableros y torres de vigilancia para determinar el ganador. Aunque algunas losetas contienen muchos puntos inmediatos durante la partida, las puntuaciones por patrones, mayorías y colección de sets tienen lugar en este momento. Como ejemplo, debajo vemos un parque que exige colocarnos en casillas intermitentes para crear un patrón que, cuanto más largo, más puntos otorga. Es evidente que se generarán bloqueos y una interacción parcialmente directa.

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¿QUÉ ME PARECE?

Floresta propone una ensalada de puntos variable que se apoya en su temática para hacerlo más atractivo. Una propuesta que nos dará partidas para explorar los distintos terrenos pero en la que el azar puede cambiar mucho la experiencia de la lucha contra el fuego.

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Sin duda es una gran noticia ver que la editorial MEBO apuesta por un título propio y que, a diferencia de otras, le dan el protagonismo que merece al apartado artístico. Encontramos un juego que, además de estar firmado por Nuno, diseñador portugués de títulos con cierto peso, cuenta con influencias e inspiraciones del país original de la editorial. Aun así, pese a que los diseños previos de Santos tienen una dureza significativa, MEBO se mantiene en su línea editorial familiar, por lo que dicho título no es desbordante ni mucho menos.

Lo que vemos aquí es una mezcla de gestión de mano con varios elementos de variabilidad, un toque de asimetría entre jugadores y una aparente semicooperación respecto al fuego, un elemento azaroso que genera cierta presión. Cada elemento por separado no es nada revolucionario, pero en conjunto las sensaciones son agradables.

Por una parte, la mecánica central es usar las cartas con sus valores y colores para ir desplegando árboles por el tablero central. Estos árboles son nuestra principal forma de puntuar, pero cada tablero aquí sigue unas normas propias que pueden ser más o menos interactivas. La variedad de tableros, los cuales hacen referencia a distintos parques nacionales, es suficiente para que las primeras partidas se sientan frescas. En la mayoría de los casos, la forma de puntuar en cada parque tendrá elementos comparativos, mayorías, o creación de patrones, por lo que la interacción indirecta en la colocación de cada jugador es importante.

La variedad no acaba en los parques, sino que cada esquina tendrá su torre de vigilancia, las cuales pueden ser construidas y utilizadas por un jugador distinto. De esta forma tenemos una suerte de progreso y desarrollo y, a la par, un elemento de potencial asimetría. Es cierto que hay habilidades menos interesantes, o que funcionan mejor a distinto número de jugadores, pero el equilibrio no es imprescindible cuando podemos elegir la esquina a la que acudir.

El fuego es un elemento temático bien implementado, pero con un claro peso de la fortuna. Por una parte, las cartas que hacen aparecer al fuego pueden distribuirse de una forma más o menos problemáticas en el mazo y, sobre este azar, hay que añadir el dado que indicará donde aparecen los puntos calientes. La aparición del fuego es un elemento temático y mecánico interesante, siendo un punto de tensión constante al que los jugadores deben reaccionar. Si bien no se coopera en ello, apagar el fuego es otra fuente de puntos, por lo que todos los jugadores tendrán interés en dicha tarea. Pueden darse casos en los que el fuego esté muy controlado, incluso siempre extinguido, algo que puede ser anticlimático.

De las mecánicas solo puede ensuciar su sencillez la fase de árbol extra, lo cual exige cierta atención para, cuando tengamos los requisitos, colocar ese árbol adicional. Es un elemento que se siente poco integrado y puede confundir a jugadores poco habituados, algo que se suele evitar en títulos de este corte.

A nivel de producción tenemos un protagonismo claro de la madera que otorga tridimensionalidad al juego. Un buen uso de tonos marrones y verdes para los árboles, además de diferentes modelos para cada jugador. Sin duda, es algo que han cuidado tanto o más que el resto de apartados, a sabiendas que es un aspecto imprescindible para el gran público.

Acerca de la escalabilidad, aunque a dos jugadores funcione, creo que el punto más dulce está por encima de ese número de participantes por la forma de puntuar en muchos parques. Al haber mayorías, la presencia de, al menos, un tercer jugador es ideal para crear tensión. El juego compensa la competencia territorial añadiendo árboles de un color neutral, pero esto no genera una interferencia dinámica comparable.

En definitiva, nos encontramos ante un título propio de MEBO que se centra en acercarnos no solo un diseñador portugués, sino una temática muy propia del país, con un enfoque ecologista que se siente en sus mecánicas y que pretende conectar con el gran público. El juego brilla por sus elementos variables entre partidas, mezclando una ensalada de puntos interesante con un azar quizás excesivo. Aun con ello, Floresta es un título familiar que entretiene y genera tensión de una forma natural, además de brillar en mesa por una producción muy cuidada.

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Este juego ha sido cedido por Mebo para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.