De nuevo Helvetiq destaca con otro filler, en este caso repleto de interacción y con unas ilustraciones muy agradables para tematizar un título de mayorías.
En Happy Bee encontramos un filler de mayorías que se apoya en un draft para que los jugadores deban ir valorando qué cartas usar y qué cartas volver a recoger en su mano para el futuro.
Diseñador/a: | Maxime Rambourg, Théo Rivière |
Ilustrador/a: | Anna Formilan |
Editorial: | Helvetiq |
Idioma: | Multilenguaje, incluido el español |
Número de jugadores: | 3-6 |
Duración: | 15 min |
Edad mínima recomendada: | 8+ |
¿DE QUÉ VA?
En Happy Bee deberemos ser las abejas más listas, acercarnos a las flores mas suculentas pero evitando coincidir con otras abejas o nuestro esfuerzo será en vano. Con un sistema de draft y de mayorías, Happy Bee se basa en intuir y jugar bien tus cartas para obtener puntos en forma de polen.
¿CÓMO SE JUEGA?
Para empezar una partida de Happy Bee deberemos usar tantos colores como jugadores participen más uno. De cada color deberemos tomar todas las cartas de abeja, las cuales no tienen valor, y las cartas de flor, cuyo valor oscila entre 1 y 5. Tras barajar las cartas de abeja reparte siete a cada jugador, dejando las restantes ocultas fuera de la partida. Crea en el centro de la mesa una pila con cada planta distinta, mezclando cada pila por separado.
Happy Bee boardgame juego de mesa
Los jugadores tienen siete cartas en su mano, que irán utilizando y pasando a su izquierda, con la intención de intentar obtener puntos mediante las cartas de flor, las cuales se obtendrán por un sistema de mayorías.
El juego se desarrolla en nueve rondas, en cada una de las cuales los jugadores irán jugando de forma simultánea una cantidad de cartas indicada por la ronda. Al principio se jugarán menos cartas que crecerán en número hasta la mitad de la partida, volviendo a disminuir en las últimas rondas.
Tras colocar la abeja de marcador de ronda, los jugadores deben elegir, en secreto, una cantidad de cartas indicada en la ronda actual. Cuando todos los jugadores lo hayan hecho, se revelan simultáneamente para poder resolver las mayorías.
Los jugadores deben mirar el valor de la carta superior de cada pila del centro de la mesa. Quien adquiera dicha carta se llevará los puntos indicados, pero antes deben ser los que más cartas de ese color hayan jugado. De esa forma, una carta de valor muy alto puede ser atractiva para todos los jugadores, pero en caso de empate nadie se llevará la carta, por lo que también podemos fijarnos un objetivo menos atractivo pero más seguro.
Al revelar las cartas, cada jugador recibe la flor o flores de cuyo color haya jugado más cartas que sus rivales. Estas cartas se mantendrán ocultas hasta el final de la partida. Si hay empates, dicha carta de flor será descartada, por lo que no solo podemos quedarnos sin cartas, sino perder una flor de muchos puntos que nadie obtendrá.
En el caso superior dos jugadores empatan a cartas moradas, por lo que nadie se lleva los tres puntos de la flor morada, la cual será descartada. Lo mismo pasa con el amarillo. Por suerte, el jugador de arriba a la izquierda, obtiene dos cartas, por su mayoría en rosa y con una carta verde, al no tener ninguna competencia. Esto le proporciona 2 + 4 puntos, nada mal.
Ahora debemos pasar nuestras cartas restantes a la izquierda y, posteriormente, robar de la mesa las cartas utilizadas en la ronda anterior. En otras palabras, las cartas no utilizadas se las ofreceremos al jugador de al lado y a nuestra nueva mano añadiremos las que sí hayamos utilizado en esta ronda. Por esa razón, a veces podemos bajar cartas con intención de seguir teniendo dichas cartas en rondas posteriores, con la esperanza de recibir más cartas de un color concreto y asegurarnos victorias más adelante.
La partida termina tras nueve rondas, donde se habrán agotado las nueve cartas de cada pila de flores. Solo queda sumar los puntos que cada jugador ha ido recibiendo de las mayorías ganadas. El jugador con más puntos será el ganador o, en caso de empate, el que más cartas de flor haya obtenido.
¿QUÉ ME PARECE?
Happy Bee es un curioso filler de cartas que sabe equilibrar la gestión de mano con el draft de cartas para proporcionar un acercamiento sencillo a las mayorías con una producción colorida y simpática, algo que nunca suele fallar viniendo de Helvetiq.
El principal interés que vi en este juego es seguir descubriendo la línea editorial de Helvetiq basada en la naturaleza. Si a esto le añades que uno de los diseñadores es Theó Rivière, el interés aumenta y las cajas pequeñas siempre son una categoría que me encanta explorar.
Lo que propone Happy Bee a priori no se aleja a cualquier otro juego de mayorías con bloqueos, haciendo que los empates sean demoledores y nos propongan valorar riesgos y aceptar objetivos menos suculentos que quizás nos hagan esquivar algún empate. Eso ya lo hemos visto en otros juegos, por lo que lo agradable del juego es como esto se complementa con el draft y la gestión de mano.
Por una parte, pasar las cartas las cartas a modo draft es una forma de amortiguar el azar, algo que se agradece, pero que disuelve la toma de decisiones a largo plazo. En cambio, en Happy Bee el mantener las cartas utilizadas el turno anterior crea una sensación de planificación que es interesante, especialmente porque permite que en mitad de la partida, donde más cartas se juegan por turno, puedas permitirte usar cartas que solo quieres que regresen a tu mano para turnos futuros. Esta pequeña gestión no solo permite controlar las últimas rondas sino que también permite intuir las intenciones de los rivales.
Y es que Happy Bee tiene ese punto de intuición, por evitar los frecuentes empates, especialmente al principio y final de la partida. Eso hace que no sea un juego de bajar las mejores cartas de tu mano, sino valorar los valores de las flores en juego y las cartas que han recogido tus rivales de la ronda previa ya que, en algunos casos, esas cartas conformarán la mitad de la mano total. Eso permite, sin grandes cálculos, poder aproximar movimientos de una forma inmediata. Todo ello lleva a que el juego se sienta más controlable de lo que aparenta.
Cabe destacar que dicha interacción hace que la jugabilidad sea buena en todo su rango. El juego crece con más dispersión de colores a más jugadores, algo razonable y que encaja con el espíritu del juego. Me gusta que permita el sexto jugador, algo no muy habitual y que abre las posibilidades de ver mesa.
En cuanto a la producción, sigue la estela de la editorial suiza. Nos encontramos ante unas cartas decentes para su coste y un apartado artístico cuidado en sus ilustraciones, con un buen abanico de colores y que se permite añadir una abeja en madera para contar las rondas. Nada mal para ser una caja tan contenida. Como de costumbre, mantiene el sello de producto ecológico.
En definitiva, Happy Bee no rompe ningún molde, pero sabe mezclar dos mecánicas sencillas para dar una experiencia bastante interesante. Con el archiconocido draft añadido a recuperar tus propias cartas permite que los jugadores deban pensar a algún turno vista, algo que tiene su miga. Todo ello rodea a una experiencia llena de interacción en la que la intuición tiene peso, pero cuyos resultados no solo se basarán en tu pericia. Todo ello lo hacen un filler interesante que acepta hasta seis jugadores.
Pros
- Un simpático filler que se apoya en la interacción constante y en mecánicas conocidas pero bien mezcladas.
- Un estilo artístico naturalista y cuidado, algo que ya no sorprende viniendo de dicha editorial.
- La mezcla de mayorías con draft nos permite no solo amortiguar el azar sino planificar a un par de turnos vista, recuperando dichas cartas.
- Hasta seis jugadores, un número al que pocos llegan y le abre posibilidades de ver mesa.
Contras
- La rejugabilidad es baja y la sencillez del juego hace que pueda ser un título con poco recorrido, pero muy resolutivo como filler por su constante interacción.
Este juego ha sido cedido por Helvetiq para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!