Vuelve un juego de 2007 que pretende divertir a todas las edades con sus sencillas reglas y su interacción presente en toda la partida.

Marrakech es un clásico familiar que se queda en la memoria por sus únicas alfombras de fieltro y que nos hará divertirnos con unos toques de azar que le otorgan tensión y sorpresa en esta propuesta de creación de patrones.


Diseñador/a:Dominique Ehrhard
Ilustrador/a:Jonathan AucomteVictor BodenMarie CardouatDominique Ehrhard
Editorial:Maldito Games
Idioma:Español
Número de jugadores:2-4
Duración:30 min
Edad mínima recomendada:6+

¿DE QUÉ VA? 

En Marrakech tomaremos el rol de comerciantes de alfombras en el mayor mercado de la ciudad. Si queremos ser los mejores mercaderes deberemos intentar que nuestras telas queden expuestas, por encima de las demás, y que el mercader Assam se interese por ellas.

Marrakech boardgame juego de mesa

¿CÓMO SE JUEGA?

En Marrakech los jugadores llevarán a cabo tantos turnos como alfombras tengan, moviendo a Assam por el tablero y buscando las mejores localizaciones para colocar sus alfombras en las mejores casillas, ya sea para cubrir el tablero o para que sea pisada por Assam, el mercader.

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En el turno el jugador activo deberá hacer lo siguiente en el orden descrito; aunque dicho orden puede verse afectado en una variante de la que os hablaremos en la sección de opinión:

MOVER A ASSAM

El mercader Assam es un peón que será utilizado por todos los jugadores. Este peón determinará donde podremos colocar nuestra alfombra al final del turno pero también nos puede hacer pagar un diezmo a otros jugadores.

Lo primero que los jugadores deben elegir es si quieren cambiar la orientación de Assam noventa grados a cualquiera de los dos lados. Una vez reorientado, deberán lanzar el dado que determina su movimiento.

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El dado, que cuenta con las caras 1,2,2,3,3 y 4, determina cuantas casillas debes avanzar. No podrás avanzar ni más ni menos de lo indicado. Mueve a Assam hasta dicha casilla sin cambiar su orientación.

PAGAR EL DIEZMO

Si Assam acabó su turno en una alfombra de algún rival, deberemos pagar el diezmo a dicho jugador. El coste es de una moneda por cada media alfombra de dicho color, visible en la extensión que estemos pisando. Es por ello que intentar que nuestro color cree grandes áreas no solo aumenta las probabilidades de recibir diezmo, sino de que dicho diezmo aumente de valor.

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En el caso superior, al avanzar dos pasos Assam acabará sobre la alfombra roja que, si no es el color del jugador activo, activará el pago del diezmo. Deberá pagar cuatro monedas a dicho jugador, puesto que la extensión de las dos alfombras es de cuatro casillas.

COLOCAR UNA ALFOMBRA

Tras pagar, si fuera necesario, el diezmo, el jugador activo debe colocar una de sus alfombras alrededor de Assam. Puede colocar su alfombra tocando cualquiera de los lados ortogonales del peón. De esta forma, podremos cubrir alfombras de otros jugadores según nuestros intereses.

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Cuando todos los jugadores hayan utilizado todas sus alfombras la partida llegará a su fin. Al dinero acumulado durante la partida deberemos sumar un punto más por cada media alfombra que sea visible actualmente en el tablero. Así, no solo ganamos durante la partida con el diezmo, sino que quedar presentes en el mercado es otra fuente de puntos.


¿QUÉ ME PARECE?

Marrakech vuelve a las estanterías para presentarnos un juego familiar de creación de patrones con decisiones tácticas basadas en las probabilidades que generan el lanzamiento de dado. Un título sencillo, para todas las edades, que se siente agradable y tan vistoso que es difícil de rechazar.

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El lanzamiento de Marrakesh queda en 2007, momento en el que los juegos familiares tenían una presencia consistente pero el uso de componentes diferentes era uno de los métodos para destacar en un público que ya estaba creciendo de forma exponencial. En aquel entonces, aunque la variedad ya era extraordinaria, la gran mayoría de aficionados conocían el «juego de las alfombras» por su atractiva producción que, por suerte, se acompañaba de un simpático juego. Eso lo ha hecho mantenerse entre los clásicos queridos cuando buscamos, especialmente, un divertimento muy ligero y abstracto.

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La propuesta del juego es sencilla y, además, cuenta con un consciente punto de azar mediante el uso del dado. Con esas premisas va de lleno al gran público y evita que los jugadores tengan la sensación de control estricto, más propio de los juegos abstractos puros. Aquí la dinámica que se genera es de calcular riesgos a la hora de girar a Assam para evitar tener que pagar a los rivales.

Lo que el juego nos propone son dos capas muy diferenciadas y sencillas de percibir: mientras intentamos desplegar al máximo nuestras alfombras deberemos esquivar pisar sobre las alfombras rivales o, en su defecto, colocar las nuestras en lugares de paso. Estas dos maneras de obtener puntos se complementan y permiten un abordaje que dependerá de cada jugador. Algunos decidirán huir del centro para evitar ser pisados pero tener menos ingresos pasivos, mientras que en otras partidas o con otros participantes, las capas de tela que se acumulen en el centro serán de mayor grosor. Estas dos formas de afrontar la partida, a expensas de lo que el dado nos diga, es lo que propone Marrakech, ni más ni menos.

Esto lo hace apto para cualquier tipo de jugador, pero que se sienta un juego más divertido que exigente. Busca poderse jugar con los más peques sin permitir que los adultos alrededor de la mesa se aburran, y lo consigue por ese equilibrio entre el control de la dirección de Assam y la tensión de la incertidumbre del dado.

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Para los jugadores que busquen un punto más de maldad y sumisión, podemos utilizar la variante que se incluye en el reglamento. Dicha variante hará que la selección de la dirección de Assam venga dada por el jugador que acaba su turno, impuesta para el siguiente jugador. Eso añade más interacción y nos permite colocar alfombras cerca para intentar que el siguiente turno genere un beneficio inmediato si el dado está de nuestra parte. Este sencillo cambio de reglas acaba funcionando muy bien en mi mesa, aunque sus reglas básicas son más adecuadas para jugadores más pequeños que disfruten de ese grado de libertad, aunque las decisiones solo hayan cambiado de orden.

En cuanto a la escalabilidad, el juego incluye una variante para dos jugadores en la que los jugadores intercalarán alfombras de dos colores por cabeza, generando así la expansión propia del juego a cuatro. En mi opinión, las mejores experiencias han sido a más jugadores, especialmente a cuatro, donde el flujo de dinero es mayor por pisar constantemente alfombras rivales. Esto genera que debamos estar atentos a los rivales para conocer su cantidad de dirhams e intentar pisar al rival más fuerte.

De la producción, solo decir que se mantiene similar a las anteriores versiones. Las conocidas alfombras siguen siendo de fieltro, algo que le otorga un acabado único en mesa sin disparar el precio, y unas monedas de cartón que no escatiman en su grosor. Nada que reprocharle.

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En definitiva, Marrakech es un título familiar que propone una interacción entre jugadores pisándose constantemente. La dinámica de juego es fluida, especialmente por su planteamiento táctico y con el elemento de azar del dado que debemos lanzar cada turno. Aún con esas tiradas, las decisiones están presentes y la capacidad de elegir como colocamos las alfombras requiere de cierto conocimiento de la posición de los rivales. Todo ello lo hace apto para todos los jugadores, sencillo, disfrutable y muy vistoso; con una producción que sigue siendo tan original como hace más de quince años.



Pros

  • Un clásico que vuelve a editarse con una producción cuidada y original, que llamará al público más familiar.
  • Un diseño sencillo y agradecido que divierte en su transcurso por la tensión del azar, su arma de doble filo.
  • Un buen título para jugar con un público menos jugón, pudiendo disfrutarlo con niños en la mesa sin demasiada complicación.

Contras

  • Un juego de escasa profundidad, que puede quedarse un poco plano si buscas un mayor control.

Este juego ha sido cedido por Jugamos Una para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.