Photograph [Reseña]

Saashi vuelve a diseñar un juego original, ingenioso y sencillo, pero que exige planificación.

Photograph nos entrega en caja pequeña un juego con una temática original y una gestion de mano exigente.

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¿DE QUÉ VA? 

En Photograph encontramos una oda a la fotografía analógica que intenta transmitir la importancia de tomar las fotos en el orden adecuado en nuestro carrete, que es nuestra mano de cartas. Gestiona bien las fotografías que tomas para poder revelarlas de una forma adecuada para reproducir una historia.

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¿CÓMO SE JUEGA?

Para jugar a Photograph deberemos mezclar en el mazo una cantidad de colores que dependerá del número de participantes en la partida. Tras esto, colocaremos una parrilla central, cuya extensión dependerá de la cantidad de jugadores y repartiremos una mano inicial de cartas para empezar.

En nuestro turno deberemos llevar a cabo los siguientes pasos:

ELEGIR AL SUJETO

El primer paso será robar nuevas cartas del centro de la mesa, que simula la elección de nuestra siguiente fotografía. Dichas fotos irán a nuestra mano, que nunca deberá reordenarse, sino que las cartas mantienen su orden excepto en el segundo paso del turno.

El jugador activo debe elegir una de las filas del centro de la mesa y robar, empezando por el extremo izquierdo o derecho, de una a tres cartas. Deberá elegir la cantidad de cartas a tomar antes de empezar su turno y colocará las cartas en su mano en el orden que las vaya tomando de la mesa, colocándolas al frente de su mano.

Es importante ver como las cartas cuentan con un reverso que nos da cierta información. Aunque por su dorso vemos una carta de un palo, o color, concreto y con un valor del uno al doce, siendo cada copia única; por el reverso también vemos su color y un valor aproximado mediante dos horquillas. Como vemos, el obtener menos cartas, al ser robadas por los extremos, nos permite tener información plena de la primera robada, pero todo será más ambiguo si decidimos robar más.

REBOBINAR EL CARRETE

Debemos, obligatoriamente, mover una de las cartas de la mano y pasarla al frente cualquier número de avances que deseemos. Este paso es obligatorio y nos permite atrasar la colocación de la carta elegida.

DISPARAR LA FOTOGRAFÍA

Ahora, empezando por la parte de atrás de nuestra mano, es decir, el extremo contrario al que acaba de colocar cartas, deberemos bajar a nuestra zona personal tantas cartas como hayamos robado. De esta forma, mantendremos al final del turno la cantidad de cartas en mano.

Las cartas de un mismo color se colocarán en una misma fila, que se considera un carrete. Los jugadores deben empezar un carrete en orden ascendente o descendente según su elección. A partir de la segunda carta ya se determina el orden de las cartas, la siguiente de las cuales solo puede aumentar o reducir hasta tres valores.

Si la siguiente carta de nuestra mano no encaja con los criterios superiores deberemos colocarla boca abajo, separada del carrete, puesto que se considera fuera de foco y nos penalizará al final de la partida.

Ser los primeros en alargar un carrete lo suficiente nos otorgará puntos, dado que el jugador en colocar la tercera o cuarta carta de un mismo color en su zona de juego será premiado con la carta de “Buena foto” en dicho color, siendo una fuente de puntos de victoria.

REVISAR EL CAMPO

Si quedan más de tres cartas, pasará el turno al siguiente jugador. De lo contrario, habrá que reponer las filas de la parrilla central.

Antes de rellenar la parrilla se eliminarán algunas cartas, que dependen del número de jugadores, priorizando las cartas boca arriba que, recordemos, poseen un valor único que no volveremos a encontrar en el mazo.

Si al reponer se robara la carta de Atardecer, se desencadena un turno especial simultáneo en el que cada jugador deberá rebobinar una carta y colocar las dos últimas cartas de su mano a su zona de juego, les guste o no. Esto hace que a partir de ese momento los jugadores tendrán una mano de tan solo tres cartas.

Si quedan menos de tres cartas y no podemos reponer la parrilla central, la partida termina de forma definitiva.

Para puntuar, los jugadores obtienen puntos por la longitud total en número de cartas de su carrete, perdiendo puntos por las cartas fuera de foco y por los carretes que no hayan ni empezado. Se obtienen cinco puntos por cada “Buena Foto” que hayan realizado y se penaliza con menos dos puntos por carta fuera de foco.

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¿QUÉ ME PARECE?

Photograph propone una gran gestión de mano con unas reglas sencillas y temáticas, algo que ya es marca de Saashi, su diseñador. Con solo unas cartas y una temática tan curiosa como bien implementada, el juego ofrece decisiones constantes y sacrificios decisivos que se resuelven en partidas cortas pero intensas.

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Saashi suele llamar nuestra atención por una cosa que hace muy bien: transmitir una temática original e implementarla en sus mecánicas de una forma excelente. No solo tenemos unos temas que sorprenden, como subir en ascensores en Frente a los Ascensores (su reseña aquí), sino que su forma de engranar el juego alrededor de dicho tema es una verdadera maravilla. En Photograph se propone transmitirnos el arte de disparar fotografía en analógico, cuyo orden influirá de forma determinante en nuestro carrete. ¿Cómo no va a gustarme un juego de fotografía?

En Photograph tenemos unas reglas sencillas pero con algunas excepciones. Parte del turno puede ser algo más complejo que el filler medio, pero sus razones quedan vigentes en cuanto empezamos a disfrutar de la partida. No es un juego difícil pero su abstracción y algunos detalles pueden ser una pequeña barrera para el gran público. Se trata de un juego con varios pasos, sencillos, pero que sorprenden en un filler de dicha duración. Estas excepciones y pasos intermedios compensan, con creces, su pequeño añadido de complejidad para justificarnos una profundidad muy interesante.

Y es que decidir cuantas cartas tomar, recordar que debemos avanzar una carta obligatoriamente, o poder solo avanzar tres valores por cada fotografía utilizada son detalles menores que permiten que los jugadores puedan controlar una mano que puede dar muchos problemas. En Photograph todo gira alrededor del orden en el que robamos las cartas, como nos ocurría en el clásico Bohnanza de Uwe Rosenberg, ya que no podremos mover dicha posición a nuestro gusto, como ocurre en un carrete fotográfico.

Este orden impuesto de nuestras cartas obliga a gestionar adecuadamente lo que robamos, que no siempr estará exento de riesgos al no conocer, a veces, el valor exacto. Todo ello hace que los jugadores deban dosificar sus riesgos si no quieren perder muchos puntos al final de la partida. En este sentido, sorprende su aspecto y sus reglas asequibles con una gestión que no teme en penalizar a los más osados.

En cuanto a escalabilidad, el juego se adapta a distintos números de jugadores de forma más que adecuada. Su baja interacción hace que sea disfrutable en todo su rango, pero posiblemente su punto dulce sea tres jugadores, donde el movimiento de cartas del centro de la mesa nos obliga a ser más tácticos sin alargar ni aleatorizar demasiado la situación como pasa a su número máximo de jugadores.

De la producción, destacar un arte muy característico del autor, que tendrá sus detractores. Se trata de un trazo simple y bastante básico pero que llama la atención y lo hace identificable. Personalmente disfruto de su estilo plano pero con mucha personalidad, que Takako Takarai suele dar de forma continuista a todos los títulos de Saashi.

En definitiva, Photograph nos forzará a tomar decisiones que exigen una buena gestión de mano para poder puntuar al final de la partida. Se trata de un juego sencillo de reglas pero que esconde sacrificios y penalizaciones si no sabemos tomar las cartas adecuadas. De nuevo Saashi vuelve con sus originales temáticas cotidianas y mecánicas que parecen nacer de su curioso planteamiento, para sorprender en sensaciones y resultados de una forma ingeniosa. Una buena muestra de como veinte minutos pueden dar mucho de sí con unas mecánicas sencillas pero penalizadoras si no sabemos tomar buenas decisiones.

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Este juego ha sido cedido por SD Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.