Con una producción deliciosa y colorida, este dominó nos hará darnos codazos por conquistar distintas zonas alrededor del arroyo.
El dúo clásico de diseñadores de la doble K se inspiran en el dominó para traernos un estimulante pero relajante juego de mayorías con una interacción constante para toda la família.
Diseñador/a: | Michael Kiesling, Wolfgang Kramer |
Ilustrador/a: | Dennis Lohausen |
Editorial: | Ediciones MasQueOca |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 2-4 |
Duración: | 45-60 min |
Edad mínima recomendada: | 10+ |
¿DE QUÉ VA?
El arroyo corre entre el verdor del bosque y la vida crece. Los arbustos intentan tomar altura y recibir la luz del sol en esta competición constante por seguir expandiéndose. Esta metáfora del crecimiento en la naturaleza es lo que Renature nos propone, con la interacción y la competición propia del reino animal y vegetal transmitido en forma de fichas de dominó y mayorías.
¿CÓMO SE JUEGA?
Para empezar una partida a Renature cada jugador deberá tener una cantidad de fichas de dominó que dependerá del número de jugadores y uno o dos tableros personales, con una preparación especial para dos jugadores. En estos tableros personales encontraremos espacios para colocar vegetación de distintos tamaños en el color que nos representa, pero también en un color neutro, que usaremos para bloquear a nuestros rivales. Durante la partida utilizaremos todas las fichas de dominó que hemos recibido, que utilizaremos de la mejor manera para acceder a las zonas del tablero que nos otorguen más puntos por controlarlas. Coge tres fichas de dominó para empezar la partida.
Como podemos ver en el recordatorio de nuestro tablero personal, en tu turno deberás realizar los siguientes pasos:
COLOCAR UNA FICHA DE DOMINÓ DE TU MANO
Para continuar el río que conforman las fichas colocadas, siguiendo las normas propias del dominó pero en Renature deberemos hacer coincidir un animal con el animal que ya se encuentre sobre el tablero, en lugar de ser números como en el juego de mesa clásico. Los arroyos que se forman con las piezas van rodeando zonas de terreno arenoso que se convertirá en un lugar que intentaremos controlar con presencia de nuestras piezas de vegetación.
Al colocar una nueva pieza de dominó, podremos utilizar el animal comodín como si fuera cualquier animal. Dicho animal comodín puede ser cambiado durante la partida, y viene indicado en la zona superior del tablero. Tras colocar una ficha de dominó podremos acceder a las casillas ortogonalmente adyacentes a la pieza recién colocada. En dichas casillas podremos colocar una pieza de vegetación.
PUEDES COLOCAR UNA PLANTA
Como decíamos en el punto anterior, si nuestra pieza de dominó se encuentra ortogonalmente adyacente a alguna zona de tierra, podremos acceder a ella y colocar en dichas casillas una planta. Solo podremos colocar una planta en casillas directamente adyacentes a las de la pieza de dominó, por lo que en ocasiones no tendremos oportunidad de hacerlo, ya sea porque nos encontramos en una intersección del arroyo o porque las casillas de tierra ya están ocupadas.
Colocar una planta nos permite aumentar la presencia en dicha zona y si, además, la colocamos sobre una ficha de nube, adquiriremos directamente dicha nube. Las fichas de girasol tan solo indican cómo se puntuará la zona una vez se cierre dicha zona.
Al final de la partida los jugadores perderán puntos por las plantas de su tablero que no hayan colocado, por lo que es importante que vayamos dejando caer nuestras piezas de una forma constante. Como hemos dicho al inicio de esta sección, tendremos piezas de nuestro color, pero también piezas de un color neutro. Mientras que las piezas en nuestro color permiten anotar puntos de presencia con intención de llevarnos los puntos que otorga el girasol una vez la zona se cierre, los puntos neutros funcionan como un jugador adicional con el que todos los jugadores interactúan para intentar crear empates, algo muy interesante como veremos más adelante.
OBTENER PUNTOS POR LA PLANTA
Al colocar una planta obtenemos un punto, mas otro punto adicional por cada planta, de cualquier color, que haya en dicha zona, siempre que nuestra planta sea del mismo tamaño o mayor.
Si ahora la zona ha sido cerrada, pasaremos a puntuarla. Una zona se considera cerrada si no hay más arroyo adyacente a la misma o el arroyo está aislado, de modo que no podrán colocarse más plantas que aporten influencia a dicha zona. Para determinar el ganador de la zona, cada jugador suma su presencia teniendo en cuenta el valor de cada planta de su color. Los jugadores empatados se anulan, y no se tienen en cuenta para la victoria. El jugador con más presencia obtiene los puntos mayores o principales, determinados en la zona superior de la loseta, mientras que el segundo obtendrá la suma inferior. Debemos tener en cuenta que el color neutral puede llevarse la victoria, anulando el primer o segundo premio. En cualquiera de los casos, dicha loseta se la lleva el jugador que ha cerrado la zona, aunque no haya obtenido la mayoría, puesto que le otorgará puntos al final de la partida.
RELLENAR TU MANO
Repón tu mano hasta tener tres fichas.
Adicionalmente a este formato de turno, podrás gastar fichas de nube para hacer acciones adicionales. Con ello podremos hacer una de las siguientes acciones:
- Cambiar el animal de comodín pagando dos nubes.
- Realizar otro turno después del actual pagando tres nubes.
- Devolver plantas a tu tablero de jugador pagando un coste en nubes dependiendo del tamaño de la planta.
Al final de la partida, cuando todos los jugadores hayan agotado todas sus fichas, pasaremos a la puntuación final. Las zonas que no hayan sido cerradas durante la partida se puntuarán ahora. Tras esto, los jugadores obtienen un punto por cada nube en su tablero. Perderemos puntos por la suma del valor de cada planta que siga en nuestro tablero, más puntos cuanto mayor sea dicha planta. Finalmente las fichas de zona otorgan puntos según el reverso de las mismas. El jugador con más puntos será el vencedor.
¿QUÉ ME PARECE?
Renature es un título que hereda como mecánica básica el clásico dominó pero que aquí solo nos sirve como motor de movimiento para ofrecernos un control de área con una interacción constante en el que debemos afinar bien el uso de nuestras fichas y la gestión del color neutral para crear empates interesantes.
De nuevo Kramer y Kiesling nos enseñan que juntos suelen hacer verdaderos retos mentales aptos para todos los públicos. En Renature se bajan de sus trilogías y juegos de losetas que suelen extenderse con varias entregas para ofrecer algo más original que les ha salido notablemente bien. Gracias a un concepto archiconocido del dominó, algo que fideliza con el público más familiar, construye un juego que tiene una interacción voraz bajo una propuesta táctica basada en no poder llegar siempre donde nos gustaría y adaptarnos a lo que podemos hacer con una escueta mano de tres fichas.
Toda la propuesta de Renature es abstracta pero, a su vez, sigue un patrón muy bien hilado temáticamente. Por un lado tenemos un río que fluye, al que hay que intentar adaptarse de una forma táctica y controlable, pero que no nos otorga tantas opciones como nos gustaría. Por suerte, dicho arroyo se irá bifurcando para darnos más opciones a medida que la partida avanza, creando una sensación de mayor libertad y opciones de cara a la mitad de la partida. Por el otro lado, en cambio, encontramos la competición de las áreas, que transmite la lucha de la vegetación en la naturaleza por poder captar el sol. Algo que es más temático de lo que cabría esperar y que, pese a lo bonito de la producción, transmite lo salvaje de su ambientación. Sin duda está bien elegido el conjunto y hace que luzcan bien los animales sobre las losetas de madera y las piezas de plantas de un tamaño generoso.
A nivel mecánico encontramos un juego de control de áreas que juega con los empates como principal baza. El uso de un jugador neutral es algo que no es nuevo, pero que se explota muy bien en Renature, especialmente en partidas a dos jugadores, donde el juego se vuelve muy neuronal y disfrutable. Eso no quiere decir que no escale bien, sino que sorprendentemente, se disfruta a todo número de jugadores de una forma exquisita, repartiendo las fichas entre participantes y sin dilatar la partida. A esta competición de mayorías se utilizan dos elementos para darle encanto y personalidad: el uso de las nubes como puntos de acción especial y las penalizaciones de final de partida.
Por una parte, poder utilizar las nubes para tener esas tres habilidades especiales nos permite amortiguar el azar de las pocas fichas de dominó de nuestra mano o incluso dar un golpe de efecto con un turno extra. Algo que rompe el tempo de la partida y que encaja en un juego que, por dinamismo, acepta estos cambios de ritmo que le dan un toque de imprevisibilidad. El otro elemento interesante es la penalización por quedarte con plantas al final de la partida, obligando a los jugadores a mantener un tempo incesante y no colocar a cuentagotas sus piezas de madera. Esto no solo crea una dinámica más fluida, sino que hace que las zonas iniciales ya tengan importancia, porque sino es probable que tengamos que perder algunos puntos, algo que no interesaría a nadie.
Por todo ello, es un juego familiar pero con mucha interacción, algo poco habitual en este tipo de juegos. Un título que en su propuesta impresiona de relajado por su inicio de turno, en el que deberemos elegir la ficha que encaje, dentro de nuestra pequeña selección, pero que luego nos abre varias posibilidades en una lucha de territorio clara y sencilla de interpretar pero voraz y competitiva. Eso lo hace muy interesante para todos los públicos, con una producción muy cuidada y que quizás haya pasado más desapercibido de lo que nos gustaría por la falta de promoción en nuestro país.
En definitiva, Renature se apoya en el dominó como excusa para avanzar en un arroyo que fluye constantemente. Por el camino deberemos acercarnos a la tierra, donde las plantas emergen y crecen, compitiendo por la luz. Este control de área por ser el jugador cuyas plantas toman más luz hacen que Renature sea un conflicto agradable pero constante, con elementos tácticos que no harán que tengamos que anticipar demasiado, por lo que puede acercarse a todo tipo de públicos y disfrutar de una producción mimada y bien resuelta que, por desgracia, no ha tenido exposición en nuestro país pero que sin duda ha visto mucha mesa en nuestra casa por su sencillez, disfrute y buena escalabilidad.
Pros
- Inspirándose en el dominó, el juego nos esconde un control de áreas muy interesante en el que la interacción es la protagonista indiscutible.
- La propuesta táctica hará que los jugadores menos experimentados también disfruten sin planificar en exceso, adaptándose a la situación actual.
- La producción no se corta en calidad ni en ilustraciones cuidadas.
- Una escalabilidad excelente, con unos cambios ligeros para dos jugadores que aumentan la cantidad de fichas neutrales y, con ello, el control.
Contras
- Para algunos el componente eminentemente táctico puede ser frustrante hasta que entren en la dinámica de adaptarse y usar las nubes para cambiar el comodín en su beneficio.
Artículos relacionados
Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!