Bajo una premisa basada en las sumas, Just Wild es un filler de loseteo con control de áreas sencillo de disfrutar.
En Just Wild encontramos un título de la línea de juegos inspirados en la naturaleza. En este caso, encontramos una propuesta basada en solapar cartas que lleva implícita una gran interacción.
Diseñador/a: | Leo Colovini, Marco Franchin |
Ilustrador/a: | Salomé Gauthier |
Editorial: | Helvetiq |
Idioma: | Español/Inglés |
Número de jugadores: | 2-4 |
Duración: | 20 min |
Edad mínima recomendada: | 8+ |
¿DE QUÉ VA?
En Just Wild cada jugador interpreta un animal que convive en los frondosos bosques con los demás. Cada familia de animales intenta expandirse para cubrir más zona de arboledas y, sobre todo, proteger su presencia y la de sus crías.
¿CÓMO SE JUEGA?
En Just Wild cada jugador elige un color y obtiene las 20 cartas de dicho color. Cada color viene ilustrado con un mismo animal, y contiene cartas divididas en dos mitades con un reverso con un bosque dibujado, del que ya hablaremos.
La partida se empieza con una carta de cada jugador en el centro de la mesa y una mano de tres cartas. Los jugadores en su turno deberán utilizar una carta de su mano y reponer hasta volver a tener tres opciones disponibles.
El objetivo en Just Wild es acabar tus cartas y, tras esto, obtener puntos mediante la cantidad de cartas de tu color que queden visibles en el centro de la mesa. De esa forma, nuestro objetivo será ir cubriendo adecuadamente los animales del rival más fuerte mediante una colocación basada en las matemáticas.
En nuestro turno deberemos colocar una carta en el centro de la mesa y, tras esto, robar una nueva carta. Al jugar una carta podremos hacer dos cosas distintas:
COLOCAR UNA CARTA BOCA ARRIBA
Las cartas iniciales nos proponen el inicio de una zona de juego que se irá extendiendo durante la partida. Los jugadores buscan cubrir animales rivales para ganar presencia y quedarse visibles al final de la partida, la cual no llevará a todos los jugadores al mismo tiempo.
Cada carta se compone de dos mitades, mostrando animales y un valor en la esquina de cada mitad. Los jugadores, con una nueva carta, pueden tapar otras cartas siempre que su nueva carta tenga un valor que se corresponda con la suma de las mitades que está cubriendo. La única norma es que la nueva carta no puede tapar completamente una carta de la zona de juego, sino que deberá tapar dos mitades de dos cartas distintas.
De esta forma debemos sumar los valores presentes para hacerlos coincidir con alguno de los valores de los que tengamos en nuestra mano.
Los valores sumados pueden ascender por encima del diez. En caso de sumar más de diez, la carta que coloquemos solo debe mostrar el valor correcto de unidad, obviando la decena. La única diferencia es que, al haber sumado más de diez, tras colocar nuestra carta boca arriba, robaremos otra carta de nuestro mazo para ser colocada boca abajo en cualquier adyacencia de la zona de juego presente. Esto nos permite agotar más rápido nuestro mazo, pero también nos impide excedernos de diez cuando nuestro mazo se haya agotado.
Si, tras colocar la carta, encontramos una cría ilustrada en alguna de las mitades de la carta que acabamos de colocar, podremos protegerla si lo deseamos. Los jugadores cuentan con cinco fichas para proteger a sus crías, que podrán utilizar al momento de usar la carta si así lo desean. Esto hará que dicha mitad no pueda ser tapada durante el resto de la partida, asegurando un punto seguro. La parte negativa es que en caso de empate, algo frecuente en Just Wild, ganará el jugador que menos fichas de protección haya utilizado.
COLOCAR UNA CARTA BOCA ABAJO
Si no queremos o no podemos colocar ninguna de nuestras cartas de la mano, ya sea por las sumas que generan o por la regla de no cubrir completamente una carta existente, deberemos colocar una de nuestras cartas boca abajo.
Igual que realizábamos cuando la nueva carta colocada excedía la suma de diez, los jugadores deberán colocar el reverso de una de sus cartas en la zona de juego.
Las cartas de Just Wild por detrás muestran dos valores distintos, los cuales en suma coinciden con el valor que muestra el anverso, la cara con color y animales. De esta forma, dado que el reverso con el bosque muestra dos valores distintos y se colocará alrededor de la zona de juego sin cubrir otras cartas, hará que las posibilidades de solapamiento aumenten.
El final de la partida de cada jugador se desencadena cuando agote todas sus cartas, del mazo y de su mano. Cuando esto ocurra, el jugador deberá contar cuantas mitades de cartas con sus animales están visibles en ese momento en la zona de juego, obteniendo un punto por cada una. Tras esto, deberá recordar que cuando el resto de jugadores acabe, los posibles desempates irán a favor del que menos fichas de protección en sus crías haya utilizado.
¿QUÉ ME PARECE?
Just Wild es una propuesta ligera que nos presenta un reto en el que la interacción no cesa y las opciones que tendremos se basan en la suma de valores, haciéndolo muy asequible de reglas y muy estimulante para todas las edades, incluyendo a los más peques.
Lo que Helvetiq mejor sabe hacer es traer al público juegos de sobremesa. Esa idea, que define con consistencia la línea editorial, se basa en buscar experiencias cortas, más planas que ornamentadas, que podremos sacar de vez en cuando porque las reglas de los juegos no suponen ningún reto ni una gran inversión de tiempo para repasarlas. Esto crea un catálogo que, sin ser exquisito, tiene un nivel suficiente para ser interesante en casi todos sus lanzamientos. Toda esta justificación es casi necesaria cuando, por un gusto personal, me gusta hablar de sus títulos, los cuales hay que poner en antecedentes.
Just Wild cumple cada una de las premisas previas. Es un diseño interesante de Leo Colvini, autor que personalmente disfruto por tener un extra de originalidad en lo que propone, siempre jugando con elementos matemáticos. En este juego que hoy nos ocupa se apoya en sumas ligeras para crear un título en el que, como suele ser habitual en el autor, la interacción tiene protagonismo.
Y es que esos dos elementos son los que fundamentan un diseño que podríamos llamar insulso, por no ser ninguna genialidad, pero que cumple los requisitos para entretener al público no jugón. Sin necesidad de romper moldes ni ser una idea radicalmente novedosa, Just Wild funciona bien, y eso es suficiente. Es un título que desde un primer momento encaja en un público poco habituado a los juegos de mesa, habiendo aparecido en sobremesas en nuestra casa y creando el interés suficiente para atreverse a jugar. Por suerte, además, tiene ese par de detalles que hace que los jugadores vayan apreciando durante la partida y haga que aumente su implicación e interés, como son la colocación de las fichas de protección o el estratégico posicionamiento de las cartas boca abajo, lejos de sus animales, para reducir las posibilidades de ser pisoteado.
Es por lo anterior que Just Wild es un juego atractivo y sin reproches, que en 15 minutos nos mantendrá entretenidos gracias a una mecánica que hará que cada movimiento interfiera con los que planean el resto de jugadores. Una interacción transparente, en la que todos buscan al rival con más animales sobre la mesa, de una forma tan directa que apenas da lugar a debates sobre el rival más fuerte. Eso, que parece anecdótico, hace que el juego sea asequible para todo tipo de edades y que comer oreja tenga poca cabida.
De la producción destacar que los materiales son de una calidad suficiente, con un sello que asegura su fabricación sostenible, algo importante para la editorial y que es plenamente coherente con su temática naturalista. El único reproche, tal vez, sea el acabado rectangular de las cartas, que facilita su colocación durante la partida pero que complica su durabilidad.
De la escalabilidad solo destacar que la naturaleza conflictiva de sus reglas hará que sea más disfrutable a tres o cuatro jugadores. Si bien a dos el control es muy estricto, la simpleza del juego no hace destacar las partidas en pareja, que junto con su carácter filler, hace que sea un buen juego de sobremesa, que saldrá en más ocasiones si somos cuatro en casa.
En definitiva, Just Wild es otro juego agradable de la editorial Helvetiq que se ha convertido en una máquina de fillers con consistencia. Nos encontramos ante un tentempié sencillo, dinámico y que se apoya en la interacción para que las partidas mantengan el interés de todos los jugadores. Un juego mecánicamente muy sencillo, sin florituras, pero que funciona y que gracias a la producción colorida será del agrado del gran público, siempre que seamos más de dos alrededor de la mesa.
Pros
- Una premisa sencilla que destila interacción constante, por lo que cada turno será un planteamiento interesante.
- Unas mecánicas que llevan sumas implícitas, pudiendo ser un atractivo para incentivar a los más peques.
- Una línea de juegos inspirados en la naturalez que mantiene el interés.
- Un producto colorido y con un arte cuidado, sello de la casa en los títulos de Helvetiq.
Contras
- Los bordes de las cartas, sin redondear, hacen que peligren tras unas cuantas partidas.
- Es un filler sencillo que escasea de profundidad, aunque sea disfrutable de vez en cuando, especialmente a varios jugadores.
Este juego ha sido cedido por Helvetiq para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!