The Palaces of Carrara vuelve tras más de una década con varios cambios y un modo de juego más avanzado.
En Los Palacios de Carrara encontramos un juego que se apoya en un par de elementos originales para ofrecernos un peso medio con más interacción que otros y retando a los jugadores a elegir bien el ritmo de la partida.
Diseñador/a: | Michael Kiesling, Wolfgang Kramer |
Ilustrador/a: | Franz Vohwinkel |
Editorial: | Maldito Games |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 2-4 |
Duración: | 60-90 min |
Edad mínima recomendada: | 10+ |
¿DE QUÉ VA?
Para poder destacar en Carrara no solo debemos ser buenos arquitectos sino saber defendernos ante el fluctuante mercado con precios que bajarán si esperamos, pero desaparecerán si esperamos demasiado.
¿CÓMO SE JUEGA?
En Carrara los jugadores llevarán a cabo una serie indeterminada de rondas en las que harán crecer las ciudades italianas con sus construcciones, obteniendo nuevas materias del mercado al mejor precio posible y puntuando en los momentos más oportunos.
En el turno, los jugadores eligen una de las siguientes opciones:
COMPRAR MATERIALES
El rondel de materiales es un elemento central del juego que, además, tiene protagonismo por su originalidad. Dicho rondel tiene dos caras, para su modo avanzado, del cual haremos referencias para contar algunos de los cambios.
En el rondel se irán colocando los materiales del juego, en sus seis colores distintos, para poder ser comprados por los jugadores. En el modo avanzado de juego, además de materiales, podremos obtener objetos decorativos y estatuas, siendo éstas una nueva forma de puntuar al final de la partida de un modo comparativo entre jugadores, por lo que le añade más interacción.
Si elegimos esta acción podremos, opcionalmente, hacer avanzar el rondel en sentido horario. Tras esto, deberemos colocar en la casilla inicial, la cual tiene todos los colores de materiales, tantos materiales como sean necesarios hasta sumar 11 en todo el rondel.
Tras elegir si hacemos girar la rueda, el jugador activo debe comprar materiales. Puede adquirir tantos materiales como desee de una sola casilla del rondel. De dicha casilla pagará el coste indicado según el color del material, pudiendo conseguir materiales de forma gratuita si el rondel avanza lo suficiente.
En el modo avanzado, si compramos todo el contenido de una casilla podremos obtener el beneficio adicional de una estatua o un objeto decorativo. Los objetos decorativos potencian las puntuaciones de los edificios construidos mientras que las estatuas son una modalidad nueva de puntuar, pero también deberán ser colocadas sobre edificios.
CONSTRUIR EDIFICIOS
La obtención de materiales en Los Palacios de Carrara solo nos sirve para construir edificios en nuestra zona de juego. En el tablero central tenemos nueve edificios disponibles, mientras que también podremos optar por alguno de los seis edificios mejorados si no lo han hecho ya nuestros rivales.
Cada edificio tiene un coste, en cantidad de materiales, además de poder colocar sobre él una estatua y un objeto decorativo, que siempre coincidirá con el tipo de edificio que estemos construyendo.
El coste también depende de donde coloquemos el edificio. En nuestro tablero personal, cuanto más a la izquierda construyamos, más exquisitos serán los materiales que podremos utilizar. De esta forma, mientras que en Lérici, la ciudad más a la derecha, nos valdrá cualquier tipo de material, en Livorno, la más a la izquierda, solo nos sirve el mármol más puro, en color blanco.
Siguiendo con el ejemplo superior, el jugador debe pagar tres recursos por el Palazzo. Dado que lo quiere construir en Viareggio, no puede utilizar ni materiales morados ni azules. Excepcionalmente, podremos pagar dos materiales del color inmediatamente inferior, en este caso, el azul, en lugar de uno de los aceptados en la ciudad. Por ello, paga cuatro materiales para construir en una ciudad que, más adelante, nos otorgará monedas al puntuarla.
Alternativamente podremos construir o mejorar edificios previamente construidos, alguno de los seis edificios mejorados. Estas seis losetas únicas siempre están disponibles pero solo hay una copia para el jugador más rápido. Adquirir uno de estos edificios nos permite también obtener una loseta que mejore las puntuaciones de una ciudad a nuestra elección.
PUNTUAR
Cuando hayamos crecido lo suficiente o no tengamos mucho dinero para seguir obteniendo materiales, podremos decidir puntuar. Los jugadores tienen seis peones de puntuación que estarán inicialmente colocados en un tablero anexo al central. Cuando un jugador decide puntuar, el resto de jugadores puede seguirle inmediatamente, detrás del mismo, sin perder su siguiente turno.
Al elegir qué peón utilizamos determinamos si obtendremos puntos de victoria o, como en el ejemplo superior, cinco monedas. Tras tomar el peón de puntuación debemos elegir de qué manera queremos puntuar.
- Si queremos puntuar una ciudad concreta, deberemos colocarnos en el tablero central en una casilla limitada, por lo que solo un jugador podrá puntuar cada una de las distintas ciudades.
- Si deseamos puntuar un tipo de edificio, colocaremos el peón en nuestro tablero personal. En dicho tablero no competimos con el resto de jugadores, pero solo podremos puntuar cada tipo de edificio en una ocasión. ¡Elige bien cuándo!
Siguiendo el ejemplo superior, si el jugador activo elige puntuar Livorno, deberá multiplicar el coste de cada edificio construido en dicha ciudad por el valor de la ciudad. Dependiendo de cada ciudad, esto nos otorgará monedas o puntos de victoria.
En el modo avanzado, podremos colocar adornos a los edificios, algo que incrementa en uno el valor del edificio para cualquier puntuación futura.
PASAR Y OBTENER 2 MONEDAS
Como opción menos interesante, siempre podremos no hacer nada de lo anterior y obtener dos monedas. Sobra decir que dicha acción deberíamos evitarla y gestionar bien la obtención de materias con unas puntuaciones que nos ofrezcan beneficios que reinvertir.
La partida termina cuando la pila de robo de edificios se haya agotado y, al menos, un jugador haya puntuado todos sus peones de puntuación. Tras esto deberemos añadirle cinco puntos al jugador que desencadene el final de la partida y otorgar a cada jugador un punto adicional por cada cinco monedas que posea. El jugador con más puntos será el vencedor.
¿QUÉ ME PARECE?
Los Palacios de Carrara se reedita con un modo avanzado distinto para poder expandir la experiencia de un juego con solera, sencillo pero exigente, que se agradece volver a ver en estanterías por su interesante interacción y un importante control de los tempos. Un juego que compite en una categoría en la que es difícil de destacar, pero que se defiende gracias a este nuevo modo de juego añadido.
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The Palaces of Carrara es un título que pretende que los jugadores gestionen recursos de una forma muy sencilla pero interactiva y que sepan elegir los momentos más oportunos para puntuar. El balance entre seguir creciendo y saber puntuar, ya sea por necesitar más ingresos o porque la partida avanza más rápido de lo que te gustaría, colocan al ritmo como protagonista en este juego táctico. Con unas reglas asumibles, lo que nos propone Carrara a nivel de interacción es una buena mezcla de interacción indirecta, con una rueda que no siempre girará a nuestro gusto, y una carrera por saber cuándo es el mejor momento para puntuar las distintas ciudades.
Hay otros pequeños elementos de reglas que cambian y, con ello, se mejora la experiencia de juego. Por poner algún ejemplo, en la nueva edición no se obliga a avanzar el rondel cada vez que se elige comprar materiales. Otro ejemplo que mejora la experiencia es la existencia de seis edificios mejorados que, al construirlos, nos permiten mejorar las puntuaciones de alguna ciudad del tablero personal. Estos dos añadidos incrementan el componente estratégico del juego.
Los cambios respecto a la versión anterior son algo particulares y no me convencen por completo. Por una parte, debemos saber que el tablero secundario central es algo que no existía en la concepción original del juego, por lo que el modo básico de la edición actual incluye elementos que no estaban presentes en la edición original de 2012. En este sentido, el juego original se siente más sencillo, sin beneficios a la hora de elegir qué peón elegimos para puntuar. Esta ligera complicación añade una sutil decisión, pero también una fuente de monedas para el desarrollo de la partida que antes no teníamos pero que, a nivel conceptual puede parecer más enrevesado. Por otra parte, adornar los edificios con objetos es algo que ya encontrábamos en la propuesta original y que aquí se reserva para el modo avanzado, siendo ésta una decisión que me parece bien aplicada para separar en dos experiencias distintas el juego, y acercarlo al público más casual. Dicho sea de paso, el juego no supone un gran reto más allá de apreciar y visualizar que el tempo es lo más importante en Los Palacios de Carrara.
Lo que sí sorprende es que las cartas de objetivo, que variaban durante las partidas en la primera edición, ahora no están por ninguna parte. Esa variabilidad la han descartado, nunca mejor dicho. Personalmente no entiendo porque no se incluye, al menos a modo de variante o de módulo, un elemento de juego tan en boga en la actualidad y que tan bien funcionaba en su momento. A cambio de esta supresión, la versión avanzada de la edición actual añade una significativa capa de estrategia y, sobre todo, de interacción al juego. En definitiva, el modo avanzado de la nueva versión es más interesante que la propuesta original, pero me molesta que no hayan respetado la posibilidad de jugar exactamente al juego original.
En cualquiera de los casos, es uno de esos títulos que tras más de una década sigue siendo funcional, original y agradable en la categoría de pesos medios. Se trata de uno de esos juegos que se apoyan en una interacción mayor a la media en su segmento para ofrecer un elemento diferenciador. Con estos dos pilares fundamentales pretende mantenerse en un rango difícil por su amplia competición y que, para despuntar ofrece el modo avanzado del que hemos hablado, ya que su modo básico puede dejarnos indiferentes tras pocas partidas.
Por eso precisamente es un título que disfruto más a sus números más altos de jugadores, aunque a dos es perfectamente disfrutable sin cambios ni variantes necesarias. Aun así su modo avanzado, con una interacción más directa, puede sentirse más frío jugado en pareja. Una sensación que se mantiene a cualquier número de jugadores es que la duración de la partida y la progresión de la misma depende mucho de las decisiones de los jugadores, pudiendo variar entre distintos grupos de juego.
Su edición deluxe no es demasiado interesante. El añadido de las monedas metálicas es, sin duda, lo más destacable por su notable calidad. Adicionalmente contamos con una suerte de inserto basado en cajas de cartón cuyas pestañas para encajar las tapas son demasiado frágiles y no solucionan la organización más allá de lo que harían unas bolsas. Es una pena que el recipiente para monedas tenga una altura tan elevada que lo hace incómodo para utilizarlo durante la partida, por lo que personalmente me decantaría por su edición básica que, en este caso, sí cuenta con una producción más acorde a su precio, cuidada pero sin añadidos innecesarios.
En definitiva, Los Palacios de Carrara vuelve tras algo más de una década y nos ofrece un juego que presenta varios conceptos originales en un formato que podría pecar de poco rejugable. Aprovechando la oportunidad, el juego vuelve con un modo avanzado más interactivo y un poco más estratégico para compensar la desaparición de los objetivos de partida. Todo ello hace que sintamos que si no fuera por sus autores el juego pasaría mucho más desapercibido y que la edición de lujo no lo es tanto; pero que en su edición estándar ofrece suficientes buenas ideas para que podamos asegurar que es un buen ejemplo de mercado variable y de juego en el que el tempo de la partida lo será todo.
Pros
- Un peso medio en el que controlar el ritmo de la partida es clave, ofreciendo una experiencia con interacción y buenas intenciones que mejora, en cuanto a interacción, en su nuevo modo avanzado.
- Un juego sencillo de reglas que nos acerca la mecánica del mercado variable y una puntuación interesante apto para todos los públicos.
- Siempre es bueno volver a tener disponible un título de este dúo de autores.
Contras
- La nueva edición no permite jugar exactamente a la experiencia original.
- Su edición de lujo no sorprende, y la solución de almacenaje es poco práctica, por lo que no justifica su precio.
Este juego ha sido cedido por Jugamos Una para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!