Reiner Knizia nos ofrece una reimaginación de uno de sus juegos de forzar la suerte.

En No Mercy encontramos un título de forzar la suerte que reimplementa a Cheeky Monkey y lo hace cambiando su producción, su ambientación y aumentando su interacción en un filler directo para divertimentos cortos y directos.


Diseñador/a:Reiner Knizia
Ilustrador/a:Vincent BurgerMiguel Ángel Galán
Editorial:Mandoo Games
Idioma:Coreano (independiente)
Número de jugadores:2-5
Duración:15 min
Edad mínima recomendada:8+

¿DE QUÉ VA? 

En No Mercy intentaremos ser los más respetados en el Salvaje Oeste bajo una mecánica de forzar la suerte y robar todo lo que podamos a nuestros rivales. ¡Piensa bien si revelar una nueva carta porque si se repite lo habrás perdido todo!

No Mercy boardgame juego de mesa

¿CÓMO SE JUEGA?

En No Mercy deberemos estirar el turno lo justo para no perder todos nuestros esfuerzos, con la intención de acabar con el mayor número de cartas en nuestro poder y convertirnos en el más rico del Oeste.

En el turno de cada jugador deberá ir robando cartas de un mazo común. En dicho mazo hay cartas con valores del 1 al 10, con más copias de los valores por debajo del 6. La partida terminará cuando se agote dicho mazo de robo.

No Mercy boardgame juego de mesa

En tu turno, revelas cartas del mazo, una a una, hasta que decidas parar o hayas perdido el turno.

Durante las tres primeras cartas no hay riesgos, pero a partir de la cuarta carta, si el valor de ésta coincide con alguna de las que ya hayas robado este turno, perderás todas las cartas que hayas ido robando y tu turno finalizará inmediatamente.

No Mercy boardgame juego de mesa
A partir de ahora, que tenemos tres cartas, cualquiera coincidente con los valores ya robados nos haría perder el turno.

Tras cada carta, si el valor de la misma coincide con cartas que tus rivales tengan en su zona de juego, puedes decidir robar todas las cartas de tus rivales y apilarlas en tu zona de juego.

Si decides parar sin haber sacado una carta que coincida con las que ya posees, mantendrás todo lo que has robado este turno en tu área de juego. Por el momento no te dará puntos, sino que al inicio de tu siguiente turno, si quedan cartas frente a ti que no hayan sido robadas, las podrás retirar a una pila propia, siendo esta pila tu botín de cara al final de la partida.

No Mercy boardgame juego de mesa

Cuando el mazo de agote los jugadores reciben todas las cartas de su área de juego y las unen a su botín. Solo queda sumar el valor de todas las cartas de tu botín para determinar el ganador.

No Mercy boardgame juego de mesa
Cada carta otorga tantos puntos como el valor descrito en ella.

¿QUÉ ME PARECE?

No Mercy es un push-your-luck sencillo en formato de cartas, que se asemeja a otros títulos del mismo autor pero aboga por simplificar más si cabe su turno y ofrecer una interacción muy bruta, por lo que robar será de lo más divertido. Muy pocas reglas y una gestión de riesgo ruda y diseñada para que los desastres ocurran, hacen que No Mercy sea una experiencia tan divertida como sencilla.

¡Compra juegos en nuestra tienda colaboradora!La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es 0-Blogjugamos-una.png

Dado que No Mercy es otro juego de forzar la suerte sin muchas florituras, compararlo con otros diseños de Knizia es irremediable. Si bien todos tenemos en la cabeza Piko Piko como referente, aquí, al igual que en Cheeky Monkey, se aleja de los dados y las combinaciones de los mismos. En este sentido, la comparación más cercana es entre el juego de los animales y éste que nos ocupa, inspirado en el lejano oeste. En ambos buscamos robar, ya sean cartas o fichas redondas, sin exceder un límite basado en tres ilustraciones o valores distintos. En ambos, además, robaremos a los rivales aunque de forma muy distinta. Por último, la puntuación final dista bastante entre ambos títulos. Por una parte, la acumulación de fichas en Cheeky Monkey evita que pueda ser robado algo más allá de la última ficha robada, en contraposición a No Mercy donde robar es muy habitual. Por otra parte, la puntuación final de No Mercy se ahorra las mayorías por cada tipo de animal que propone Cheeky Monkey pero, como hemos visto, nos obliga a contar el valor de todas las cartas obtenidas, algo que en partidas a pocos jugadores puede ser engorroso. Sin duda son dos acercamientos similares, con producciones y temáticas para todos los gustos pero que se solapan más que parcialmente.

No Mercy boardgame juego de mesa

Lo que nos ofrece No Mercy es un juego mecánicamente muy puro, de forzar la suerte sin nada más. Eso lo convierte en un filler de manual, accesible para todo tipo de jugadores por su sencillez de reglas. La interacción gracias al robo de cartas lo hace más tenso, pero sin demostrar así un mayor control durante el turno, pero sí un incentivo para arriesgarnos por encima de lo habitual. Los turnos son dinámicos por lo que no estaremos más que unos segundos revelando cartas, haciendo que la diversión sea constante en grupos de personas menos jugonas.

En cuanto a su escalabilidad, se agradece que se extienda hasta el quinto jugador puesto que se disfruta en sus números más altos. El juego pretende ser dinámico, y dura lo mismo independientemente de la cantidad de participantes, puesto que deberemos agotar el mazo de robo. A más jugadores los robos serán más frecuentes y los riesgos asumidos, buscando robar al jugador más fuerte, también variarán. En partidas a dos jugadores, el juego se vuelve solitario y el enfoque será el de forzar la suerte y, secundariamente, robar si fuera posible. Sin duda alguna, dadas las dicotómicas pero determinantes decisiones que propone, la diversión está más que asegurada si somos muchos alrededor de la mesa.

No Mercy boardgame juego de mesa

De la producción, si bien es cierto que las fichas de Cheeky Monkey eran agradables, las cartas también son una buena solución para mantener el juego en un formato pequeño, agradecido para desplazarlo a cualquier sobremesa. Dichas cartas, ilustradas de forma family-friendly y con una textura linen que se agradece al tacto, dan al juego un acabado notable para ser un producto destinado a abrir o amenizar jornadas más largas.

Aunque hablemos de la edición coreana, dispondremos de este mismo título en nuestro país bajo el nombre de Pelusas, con un arte mucho más infantil. Se agradece poder obtenerlo en las tiendas españolas de la mano de Mercurio, pero el tema nos gusta un poco menos que el propuesto por Mandoo Games.

No Mercy boardgame juego de mesa

En definitiva, No Mercy es un filler muy sencillo que explota una mecánica de forma pura: forzar la suerte. Por ello el juego es dinámico y rápido y se le añade una interacción que le suma puntos de diversión por el cambio de mano constante de las cartas. Se trata de un entretenimiento con un control suficiente pero sin excesos, por lo que pretende dar más buenos momentos que quemarnos unas neuronas. Una reimplementación agradecida y necesaria con escasos cambios en sus reglas para mantener una fórmula que ya funcionaba en Cheeky Monkey y que sigue siendo más divertido con muchos jugadores alrededor de la mesa.



Pros

  • Una reimplementación de una fórmula que ya funcionaba de maravilla.
  • Un formato basado en cartas que simplifica su transporte y facilidad para preparar las partidas.
  • Partidas muy dinámicas con turnos que duran segundos, ponderando así la diversión por encima del control.
  • Un juego con una mecánica pura, sin demasiados complementos, que se apoya en esa sencillez para mantenerse como un filler de referencia.

Contras

  • El juego requiere de tres, o mejor cuatro, jugadores para crear la dinámica divertida de robos constantes que pretende generar.
  • La puntuación basada en sumar tantas cartas puede restarle puntos, en contraste con el dinamismo del resto de la partida.

Este juego ha sido cedido por Mandoo Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.