La línea de juegos con base científica de Genius Games sigue creciendo con un juego de biología vegetal que se asemeja a su antecesor, pero que brilla con luz propia.
En Cellulose encontramos otro juego de colocación de trabajadores que supera por originalidad a su antecesor, Cytosis, manteniendo un equilibrio entre temática y elementos mecánicos genuinos.
Diseñador/a: | John Coveyou, Steve Schlepphorst |
Ilustrador/a: | Tomasz Bogusz |
Editorial: | Genius Games |
Idioma: | Inglés (independiente) |
Número de jugadores: | 1-5 |
Duración: | 45-90 min |
Edad mínima recomendada: | 12+ |
¿DE QUÉ VA?
En Cellulose emulamos los procesos metabólicos de una planta para ganar puntos de salud mediante el uso de los orgánulos celulares de una planta. ¿Serás capaz de gestionar bien el agua y el dióxido de carbono para construir la pared celular?

¿CÓMO SE JUEGA?
En Cellulose nos encontramos ante un juego de colocación de trabajadores en los que los jugadores se encontrarán dentro de una planta y deberán utilizar los distintos orgánulos celulares para poder sintetizar puntos de salud, o de victoria, según se mire.
Durante una cantidad indeterminada de rondas los jugadores irán colocando sus trabajadores en forma de matraz para obtener distintos beneficios, de los que hablaremos ahora. La partida finaliza cuando se complete la pared celular, de la que hablaremos más tarde.

Cada jugador tiene tres trabajadores, o cuatro si jugamos a dos jugadores. Como cualquier juego de colocación de trabajadores que se preste, las distintas acciones tienen un cierto bloqueo. En Cellulose encontramos casillas cuadradas pequeñas, bloqueadas al colocarse un único trabajador, y casillas octagonales de mayor tamaño, en las que los beneficios son menores pero hay capacidad para un trabajador de cada color.

Como muchos otros juegos de colocación de trabajadores, los participantes deberán gestionar recursos relacionados con el funcionamiento celular, por lo que lo que aquí se gestiona es agua, CO2, proteínas, hormonas, carbohidratos y ATP. De estos recursos debemos destacar que la obtención de H2O y CO2 hacen bajar el nivel de agua de la célula, siendo cada vez menos rentable acudir a dichas casillas.

Un elemento interesante se encuentra al lado del tablero central. Fuera de las casillas de colocación de trabajadores encontramos la macroestructura de la planta. En dicho tablero, a doble cara, encontramos dos formas de juego distintas. En cualquiera de ellas los jugadores tendrán dos marcadores, que irán progresando en dos sentidos distintos. Mientras que uno de ellos sube por la superficie de la planta, el otro baja a sus raíces. Cada uno de estos marcadores podrán avanzar utilizando hormonas, recurso exclusivo para este fin. Todos estos avances nos proporcionarán beneficios a principio de cada ronda durante el resto de la partida, ya sea agua en su zona superior expuesta directamente a la atmósfera, o CO2 en su zona inferior.

Durante cada ronda los jugadores intentarán recolectar recursos para las distintas formas de puntuar que propone Cellulose. Una de las fuentes de puntos más interesantes es la creación del muro celular, la cual puntúa de una forma fluctuante, importando por ello el timing en el que acudamos a aportar nuestro carbohidrato para obtener más puntos que los demás.

Otra forma de obtener puntos se genera en la vacuola central en la que en cada ronda nos enfrentamos al resto de jugadores en el aporte de agua. Esta zona se resuelve por mayorías y hace que el ganador pierda todo lo invertido, mientras que el resto de jugadores guarda en dicha vacuola su aportación. Esto no solo es una fuente de puntos, sino que el vencedor también obtiene uno o dos trabajadores para la ronda siguiente.

Una tercera vía para la obtención de puntos, entre otros beneficios, son las cartas. En el mazo de cartas encontramos varios tipos que debemos pasar a resumir. Mientras que las cartas azules, las vacuolas que almacenan proteínas, nos permiten exclusivamente recuperar un trabajador, tenemos distintos tipos de cartas. Por una parte, las cartas naranjas representan enzimas que permiten activarse de forma recurrente utilizando proteínas, mientras que las cartas rosas son de especialización, y generan una interesante fuente de puntos que nos encarrila durante la partida. Estas cartas de especialización no solo otorgan puntos de final de partida sino que también pueden alterar alguna regla del juego para el jugador que la posea o un beneficio recurrente al inicio de la partida.

Todas estas cartas, tras adquirirlas, deben bajarse a la mesa y asumir su coste. Tras colocar cualquier trabajador el jugador activo podrá bajar una carta de su mano.
A diferencia de otros juegos en su categoría, el jugador inicial no se mueve de manos entre rondas sino que tiene su propia casilla en la que los jugadores no solo deberán invertir un trabajador sino también CO2. Esto nos permite un mayor control que condiciona mucho en el timing del juego, tanto a la hora de colocar carbohidratos en la pared celular como comprar nuevas cartas a un menor precio.

Al final de cada ronda la pared celular se construye automáticamente un tramo, haciendo que la partida avance de forma natural. Este formato de ronda se repite hasta que dicha pared se complete totalmente, momento en el que los jugadores podrán acabar de usar los trabajadores restantes, bajar tantas cartas como puedan pagar y pasar a puntuar el final de la partida, cuyos puntos se basan en los obtenidos durante la misma más los que dictaminen las cartas de especialización y 4 puntos por carbohidrato restante en nuestro poder. El resto de recursos no sirven para nada, así que sé muy prudente.

¿QUÉ ME PARECE?
En Cellulose encontramos otro juego en la línea científica de Genius Games que se apoya en la colocación de trabajadores para recordarnos el funcionamiento de una célula y enseñarnos algunos elementos originales que lo hacen muy interesante.
De la línea de juegos de Genius se puede destacar, y mucho, su valor educativo y sus libretos adjuntos en el juego con información científica acerca del tema que trata dicho proyecto. Esto dejaba, a veces, en segundo plano las mecánicas del juego que, en ocasiones, se asemejaban a otros títulos sin querer arriesgar demasiado. Por suerte, Cellulosa puede ser interesante no solo para los que valoren la tematización y la coherencia científica, sino también para los jugadores más desapegados con el tema.

Y es que, aunque las comparaciones sean odiosas, Cellulose está un paso por delante de Cytosis, siendo ambos juegos de gestión de recursos y colocación de trabajadores pero sin ese toque de originalidad que lo diferencie de la interminable lista de worker-placement en el caso de Cytosis que, por suerte, se ha cuidado en esta versión vegetal.
Cellulosa no solo propone un par de elementos originales que le suman valor jugable a la propuesta, sino que se representa de una forma muy correcta lo que pretende servir de excusa temática. Por una parte, el timing en Cellulose es exigente ya que la puntuación de la pared celular no es lineal, algo que combinado con la obtención de cartas hace que los jugadores deban estar atentos para adquirir el marcador de jugador inicial en los momentos más oportunos. Además de para esto, debemos recordar que la obtención de agua y CO2 dependen de la premura con la que acudamos, por lo que también nos interesa llegar de los primeros.

A este exigente tempo de partida se le suma la mecánica de los recursos de inicio de ronda. Con este sistema de desarrollo, se transmite la sensación de ir creciendo a lo largo de las rondas, así como con algunas de las cartas rosas, las cartas de especialización. De esta forma, sin crear motores de elevada complejidad, se rompe la monotonía entre rondas y se crea una creciente tensión durante la partida muy satisfactoria.
Por si esto fuera poco, uno de los añadidos más ligeros pero que intuyen una buena capacidad de expandirse, por lo menos en forma de promos, es la inclusión de las dos cartas de escenario. Estas cartas nos cambian ligeramente las reglas y algunas de las acciones para introducirnos en la célula de alguna planta concreta. Por poner un ejemplo, la carta de escenario del cáctus nos exige una mayor eficiencia a la hora de controlar el agua, emulando los climas secos en los que los cáctus habitan.

Estas razones son suficientes para echarle un ojo a Cellulose, que parece introducir elementos más originales y diferenciales que, por ejemplo, Cytosis de la misma línea. Se agradece este detalle para que los títulos de Genius tengan razones más allá de su componente científico para ser atractivos, y Cellulose lo consigue holgadamente.
En cuanto a la escalabilidad, no solo propone un modo solitario sencillo y entretenido, sino que el juego modula los distintos números de participantes con soltura. Tenemos un tablero a doble cara que cambia los tipos de casillas en las que nos colocaremos, siendo bloqueos más radicales los de la cara para más jugadores y, además, tenemos un trabajador gris adicional si jugamos a dos, creando un beneficio que aligera las rondas pero una opción de bloqueo al colocar el gris antes que el rival en las casillas octogonales. Ofreciendo la interacción esperable en un juego de este corte y permitiendo hasta un quinto jugador, nos hemos sentido más cómodos sin llegar a su límite alto de participantes. A todo esto se le añade un modo solitario con un automa elaborado y funcional, que propone un mazo de reacciones aleatorizadas bien resueltas sin un gran despliegue.

La producción es muy agradable, nada sorprendente viniendo de Genius Games, que siempre ha cuidado sus productos. Encontramos elementos personalizados por doquier y unos recursos cúbitos en plástico traslúcido que lucen mejor que la madera de Cytosis. Existe una edición deluxe que explica el exagerado tamaño de la caja, en la cual el ATP pasa de ser cartón a ser metal. La única pega es que la versión retail cuenta con un grosor exagerado para su contenido, por lo que esperamos alguna expansión que llene ese volumen de aire.

En definitiva, Cellulose es un juego de colocación de trabajadores que no se conforma con una gestión de recursos básica y tematizada, algo que suele definir a la línea de títulos de Genius Games. Aquí se añaden algunos elementos originales que permiten diferenciar el juego de otros títulos, incluso de su antecesor Cytosis, mejorando la experiencia incluso para los que no valoran su base científica. Aquí encontramos cierto desarrollo, un buen motor de acciones y puntos a través del sencillo mazo de cartas y un exigente timing para exprimir partidas que pueden acabar muy balanceadas. Todo ello bajo los colores y la producción cuidada de la editorial y una escalabilidad notable.

Pros
- Otro juego en la línea científica de Genius Games que en esta ocasión tiene mecánicas especialmente cuidadas.
- Un juego de colocación de trabajadores asequible pero con algún elemento original que permite diferenciarlo.
- Una escalabilidad suficientemente buena, contando con solitario y subiendo hasta el quinto jugador.
- Una producción cuidada de la que solo se reprocha la excesiva profundidad de la caja.
Contras
- Puede tener varias similitudes con Cytosis, haciendo que algunos jugadores que tengan el previo no vean las bondades de éste.
Este juego ha sido cedido por Genius Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!