Criar llamas y alimentarlas nunca había sido tan divertido como hasta ahora.
En Llamaland encontramos un título de losetas familiar pero combero que ofrece un reto con verticalidad y estrategia para todos los públicos.
Diseñador/a: | Phil Walker-Harding |
Ilustrador/a: | Klemens Franz |
Editorial: | Maldito Games |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 2-4 |
Duración: | 45 min |
Edad mínima recomendada: | 10+ |
¿DE QUÉ VA?
¿Os imagináis como es criar una llama? En Llamaland deberemos extender nuestras tierras para expandir nuestros poblados y poder cultivar los alimentos que más le gustan a estos mamíferos tan simpáticos. No solo los cultivos necesitan de cierta altura, sino que las llamas también se adaptan al terreno montañoso, algo que necesitaremos crear para dar cabida a estos animales y su exquisita alimentación.
¿CÓMO SE JUEGA?
En Llamaland los jugadores llevarán a cabo una serie indeterminada de turnos en sentido horario en los que intentarán obtener puntos de victoria cumpliendo objetivos y alimentando a las curiosas llamas en nuestra tierra, para lo que tendremos que ir ampliando nuestra montaña a lo largo y ancho.
Al inicio de nuestra partida tendremos una extensión inicial de terreno que iremos ampliando durante la partida, aumentando sus límites en los dos planos tridimensionales, ya sea expandiendo o apilado.
En nuestro turno realizaremos las siguientes acciones:
COLOCAR UNA LOSETA DE TIERRA
En Llamaland tenemos a nuestra disposición la loseta superior de los distintos montones de losetas, ordenadas por forma.
Deberemos elegir la que mejor nos encaje para colocarla en nuestra zona de juego de una de las dos formas siguientes:
a) Podremos ampliar nuestro tablero colocándola alrededor de lo construido previamente, haciendo crecer nuestro nivel más bajo. Esta forma de colocación no genera beneficios directos, pero nos permite colocarnos en una de las cartas de objetivos.
b) De forma alternativa, podremos colocar la loseta sobre lo previamente construido. De esta manera, obtendremos todos los beneficios de las casillas que tapamos con la nueva loseta. Ten en cuenta que las llamas que coloquemos, como veremos más adelante, no pueden ser cubiertas por una loseta, por lo que programar nuestro crecimiento es importante. Los jugadores ganarán recursos según lo ilustrado en las losetas, así como monedas, que son comodines a la hora de pagar ciertos recursos. Por último, si tapamos una aldea, podremos obtener un aldeanos.
ALIMENTAR A UNA LLAMA
El juego va de ganar puntos y las llamas dan muchos puntos. Los jugadores, tras colocar una loseta pueden alimentar a una llama. Las llamas estarán ordenadas según el tipo de recurso que prefieran comer y en orden de modo que las de mayor valor sean las primeras en poder obtenerse. Es por esto que habrá que planificar e intentar coger las llamas mas valiosas.
Tras pagar los recursos y obtener la carta, solo nos queda colocar una llama sobre una casilla de campo, vacía, de nuestra zona de juego. Ten en cuenta que esa llama nos bloqueará a la hora de colocar losetas encima, así que intenta no bloquearte tu expansión vertical.
El juego termina en cuanto solo quede un tipo de llama para alimentar o solo cuatro losetas para expandir nuestro tablero. En ese momento pasaremos a la puntuación final. Los jugadores obtienen puntos por cada llama alimentada tal y como viene descrito en la carta. Los recursos y monedas dan algunos puntos residuales, y luego quedará por puntuar las distintas cartas de objetivo, que dependerá de si cada jugador a cumplido los requisitos y la posición que ocupen en la propia carta.
¿QUÉ ME PARECE?
Llamaland es lo que esperamos de Lookout Spiele y Phil Walker-Harding, un juego de corte eurogame con buena producción y que ofrece profundidad sin abrumar, algo que Phil lleva haciendo con muy buen ojo desde hace años y que, una vez más, consigue transmitir en un título sencillo de jugar pero que entretiene a todo tipo de público.
Bajo una temática que sorprende y que ya cuenta con su propio meme gracias a los adorables Llama Dice, puede que Llamaland haya salido con un perfil demasiado bajo, sin una expectación marcada, pero que no defrauda en el corte que indica en la zona inferior de la caja: el público familiar.
Seguro que los que conozcáis la trayectoria del autor también sabéis que lo que mejor sabe hacer es mezclar mecánicas y ofrecer alternativas frescas basadas en una mecánica central ya conocida y algunos adornos propios de su firma. Eso puede traducirse como poco original, pero lo cierto es que la maestría con la que mezcla elementos y sabe darle una vuelta de tuerca a muchas mecánicas sorprende, como ya lo hico con el loseteo más clásico en el magnífico Cacao o con su sencillo draft en Sushi Go!.
En Llamaland encontramos un título de losetas que juega con la verticalidad, como el maravilloso Miyabi (su reseña aquí). Esta manera de utilizar el apilamiento en el caso del juego que hoy nos atañe hace que debamos planificar para poder crecer a lo alto, además de a lo ancho, puesto que las llamas, nuestra fuente más importante de puntos, son un fin que entorpece a nuestro medio. Es decir, cada llama nos va a incordiar el resto de la partida, pero debemos alimentarlas y colocarlas de la mejor forma, por lo que todo lo construido con nuestras losetas debe tener claro que, más pronto que tarde, irá encarado a recibir una llama que nos limite colocar más losetas encima.
Lo enriquecedor, además de poder ponernos palos en las ruedas con cada llama alimentada, es el sistema de habilidades basado en las cartas de ciudadanos. Como si de un recurso más se tratara, obtendremos cartas que, a partir de entonces, ofrecen una mejora que podremos repetir turno tras turno. De esta forma, y de una forma sencilla e intuitiva, nos está ofreciendo esa sensación de desarrollo, ya que los turnos finales serán más flexibles que los primeros gracias a esto.
Otro elemento que introduce de una manera agradable la interacción es el de los objetivos. Esto genera interacción entre jugadores y una sensación de necesitar posicionarte pronto pero, a su vez, se queda descafeinado puesto que suele ser recurrente que los jugadores acaben decidiendo ir pronto a colocar sus fichas.
Quizás lo que más le echo en falta sea algo que esté premeditado, y es que los ciudadanos permiten combinaciones interesantes que permiten que los jugadores puedan cambiar recursos por otros recursos sin mayor problema si montan el motor adecuado, pero dentro de una variedad escueta. Posiblemente sea una decisión encarada a no sobrecomplicar el juego, pero también creo que puede verse ampliado con una expansión pequeña, con más retos y ciudadanos.
En cuanto a escalabilidad, aunque los codazos por colocarnos en objetivos pueden ser más notorios a cuatro jugadores, el juego no se resiente en absoluto de los distintos números de jugadores. Funciona sin problemas desde su número mínimo, con un sencillo bloqueo en el valor central de las cartas de objetivo, y sigue siendo un juego fluido y disfrutable a más jugadores.
En definitiva, puede que Llamaland no haya tenido una anticipación especial, pero es difícil resistirse ante un título de la editorial alemana y cuyo autor suele dar muy buenos resultados. En Llamaland encontramos un juego de losetas que colocaremos en las tres dimensiones, sencillo de reglas pero que nos obliga a planificar muy bien nuestra expansión, utilizando las llamas como fuente de puntos de victoria a la par que obstaculizan nuestra expansión. Todo ello genera partidas sencillas y rápidas, pero con cierto desarrollo que se complementa de forma elegante con las combinaciones, sencillas pero efectivas, de los distintos ciudadanos.
Pros
- Un turno sencillo que ofrece grandes decisiones y una planificación interesante.
- El timing a la hora de obtener llamas y de saber cuando expandirse o elevar terrenos propone una estrategia ligera pero interesante.
- Las combinaciones de los aldeanos dan lugar a cierta sensación de desarrollo de lo más agradable.
- La producción es colorida y cuidada a partes iguales, con unas losetas de gran grosor para apreciar la verticalidad del juego.
Contras
- Una mayor variedad de ciudadanos daría incluso mayores combos, pero confiamos en que puedan llegar en forma de expansión.
Este juego ha sido cedido por Maldito Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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2 Comments
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!
Sé que no tienen nada que ver… pero entre Llamaland o Altiplano. Con qué te quedarías?? Juego en familia con familiares NO muy jugones.
Altiplano es un juego medio tirando a duro… Solo por ello este os encaja MUCHO mejor 😉