Un juego en tiempo real con música incluida, otra locura de OINK Games.
En Hey Yo encontramos un cooperativo en el que el tiempo nos fuerza a jugar cartas a buen ritmo para intentar hacer suficientes puntos con nuestras rimas.
Diseñador/a: | Takashi Saito |
Ilustrador/a: | Jun Sasaki, 佐々木隼 (Hayashi Sasaki) |
Editorial: | Oink Games |
Idioma: | Varios, incluido español. |
Número de jugadores: | 2-10 |
Duración: | 15 min |
Edad mínima recomendada: | 8+ |
¿DE QUÉ VA?
En Hey Yo nos ponemos al mando de un grupo de rap para intentar marcarse las mejores barras del barrio. El problema está en el ritmo, un tempo que tendremos que seguir para que el resultado sea exitoso, por lo que los jugadores irán bajando cartas al ritmo de la musiquilla que emite el pequeño altavoz incluido en el juego.

¿CÓMO SE JUEGA?
Hey Yo tiene un modo cooperativo, del que hablaremos en detalle, y un modo competitivo que comentaremos al final de este apartado.
En el modo cooperativo los jugadores en conjunto intentarán hacer las mejores barras. Para ello deberán ir gestionando las cuatro cartas de su mano para coleccionar distintos sets que acaben, como no podía ser de otra manera, con una punchline potente que haga que el público levante las manos.
En cada partida se obtienen al azar dos fichas de punchline finales que nos permiten cerrar las barras que hayamos dejado abiertas al final de la partida. Se coloca el micro, indicando donde empezarán a colocarse las cartas y ya estamos listos para empezar.
Cada jugador tendrá cuatro cartas en la mano, que repondrá cada vez que juegue una carta. Las cartas contienen una o dos palabras y pueden girarse 180º para colocarlas a nuestro gusto. Recuerda que lo importante es encadenar muchas palabras iguales pero acabar la cadena con una punchline, representada por la misma palabra rodeada de un destello amarillo. Sin este final, toda cadena de palabras no tendrá valor al final de la partida.

En cuanto los jugadores decidan pulsarán el altavoz que reproducirá, incesante, un beat en el que cada cuatro segundos se oye un pitido. Al ritmo de cada pitido, en sentido horario, los jugadores deben bajar una de sus cuatro cartas, orientada como ellos deseen, y reponer su mano. Está permitido hablar en la partida, sin enseñar nuestras cartas, aunque el tiempo aprieta.

La partida termina cuando todos los jugadores agotan las cartas de su mano, momento en el que colocaremos según nuestro interés las dos fichas de punchline al final de la larga fila de cartas creada.
Para la puntuación final deberemos ir de atrás en adelante. Desde cualquier punchline, que en sí mismo ya vale un punto, deberemos contar cuantas palabras encadenadas idénticas hemos conseguido conectar, obteniendo un punto adicional por cada una de ellas. Nuestra puntuación final será la suma de todas las barras que podremos comparar en el manual.

Para complicar las partidas los jugadores pueden retirar algunas cartas, marcadas en el centro con las palabras «LEVEL 1» en adelante. Con una menor cantidad de cartas, las puntuaciones empezarán a ser más costosas y la gestión de mano más fina.

¿QUÉ ME PARECE?
Hey Yo es un filler rápido y frenético en el que lo más difícil será mantener el ritmo que nos marca el juego para seguir con la serie de palabras para generar puntos. Con una mecánica muy sencilla, nuestro principal rival en este cooperativo será pensar rápido y aprovechar las cartas de la mejor manera posible.
En Hey Yo, que reimplementa de una forma más sencilla FiveLines, es un título en el que de forma cooperativa deberemos coleccionar sets bajo la presión del beat que silbará cada, aproximadamente, cuatro segundos. En Hey Yo el tiempo será nuestro principal adversario para sacar el máximo provecho a las cuatro cartas de nuestra mano.

Mecánicamente, Hey Yo no propone nada nuevo, pero sí que lo hace con su pequeño altavoz que nos marcará el ritmo de la partida. Cada cuatro segundos hay que poner una carta, algo que parece poca presión, si no fuera por la gestión que deberemos intentar programar con nuestros compis de la crew. Dado que los sets deberían ser largos y acabar con una punchline, deberemos intentar hablar, o gritar más bien, para saber si ya es momento de cerrar una barra o seguir una ronda más.
Y es que Hey Yo tiene lo justo para sacarnos de quicio sin abrumar. Tenemos dos líneas paralelas que permiten ir arreglando la contralateral mientras cerramos la barra, siempre que la organización entre jugadores sea suficiente. También podemos tener una gran barra y que algún jugador la interrumpa sin cerrarla por falta de coordinación, algo que anula todo el valor del trabajo hasta el momento. Eso hace que, ante el inevitable y dichoso azar con el que ya contamos, el juego se apoye sobre todo en la comunicación y la coordinación entre jugadores, que no podrán paralizarse más de cuatro segundos.

Por eso Hey Yo divierte aunque sea simple, porque el juego depende de los jugadores pero su base es una simple cadena de líneas que deberemos cerrar en el momento oportuno para no perder todo lo construido hasta el momento.
Como en muchos otros juegos de la editorial, Hey Yo no pretende ser el protagonista de una larga sesión de juegos, sino que se centran en algo igual de lícito que es el rellenar pequeños momentos entre partidas más largas. Con esto quiero decir que Hey Yo divierte desde el primer segundo de partida, pero su sencillez deja en evidencia una estructura muy sencilla, que no está pensada para rejugarlo con asiduidad sin caer en la monotonía.

Aunque suene devastador, quiero decir que Hey Yo es otra muestra de idea divertida pero con poco fondo. Solo nos llega el agua a los tobillos, pero el agua es fresca y reconfortante. Si buscas un juego en tiempo real, para jugar con todas las edades y cuyas reglas se expliquen en dos minutos, en Hey Yo encuentras un perfecto ejemplo que cumple todos los requisitos.
Dada la sencillez de reglas, el juego se apoya en dos complementos acertados. Por una parte, podremos aumentar la dificultad de una forma sencilla pero efectiva, que solo hará que sea más penalizador cada fallo en nuestra organización. Como segundo elemento para darle interés, tenemos un segundo mazo para jugar en competitivo. Esto permite que Hey Yo pueda ser un buen party, ya que hasta diez personas, al ritmo del beat pegadizo, pueden echarse unas risas durante 15 minutos.

En definitiva, Hey Yo es un buen producto pero algo sencillo. Debéis saber que sus reglas dejan poco margen más allá de la ligera gestión que podamos transmitir a gritos cada cuatro segundos. Aboga por una diversión efectiva, directa y original, pero que debe disfrutarse en pequeñas dosis si no queremos saturarnos y ver que su simpleza puede pasarle factura. Por suerte, el juego ofrece niveles de dificultad y un modo competitivo para darle vida a ese beat que tanto odiaremos en nuestras partidas.

Pros
- Un juego sencillo que pretende divertir, con éxito asegurado, desde la primera partida.
- Varios niveles de dificultad que complican el reto sin demasiados cambios.
- Un modo competitivo para aumentar su rango hasta los 10 jugadores, para fiestas divertidas y con mucho ritmo.
Contras
- Escasos cambios entre partidas, más allá del incremento de dificultad.
- Se puede volver algo repetitivo, por lo que se trata de un filler para jugar en pequeñas dosis.
Este juego ha sido cedido por OINK GAMES para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!