Como si hubiera salido ayer, Carcassonne sigue dando guerra, y ahora más bello que nunca.
En esta preciosa caja encontramos un perfecto ejemplo de juego perenne y que se puede reeditar sin deluxificarlo hasta márgenes innecesarios.
Diseñador/a: | Klaus-Jürgen Wrede |
Ilustrador/a: | Marcel Gröber, Anne Pätzke |
Editorial: | Devir |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 2-5 |
Duración: | 30-45 min |
Edad mínima recomendada: | 7+ |
¿DE QUÉ VA?
En Carcassonne iremos creando un tablero cada vez más extenso, emulando la ciudad amurallada francesa. Con este juego de colocación de losetas los jugadores crearán no solo un impresionante panorama en mesa, sino que obtendrán puntos por ir colocando sus meeples en las mejores localizaciones.

¿CÓMO SE JUEGA?
En Carcassonne solo debemos barajar las losetas, desplegar la loseta inicial, que en esta edición es doble y especial en su ilustración, y ponernos a jugar.
Antes de jugar, aprovechando la edición que hoy nos atañe, podremos decorar nuestros meeples con pegatinas, dándole un toque personal y haciendo que podamos mezclar colores, razas y sexos en nuestra selección para darle personalidad y variedad a partes iguales.

El turno de juego es sencillo, los jugadores deberán tomar una loseta, revelarla, y colocarla sobre la mesa, adyacente a lo previamente construido, haciendo que el tablero se expanda creando un paisaje lleno de ciudades amuralladas. Para colocar la nueva loseta deberemos respetar la coherencia de la ilustración, por lo que cada camino deberá continuar con otro camino y las ciudades deberán cerrarse con piezas de cierre, haciendo que el panorama sea gráficamente coherente.

Después de colocar la loseta podremos poner sobre ella uno de nuestros meeples, haciendo que esto pueda generar puntos durante o al final de la partida. Tenemos distintos lugares sobre los que colocarnos:
- Los ladrones se colocan en caminos, los cuales puntuaremos cuando éstos se cierren por ambos extremos. Nos otorgan un punto por cada tramo de camino.
- Los caballeros se colocan en ciudades. Las ciudades otorgan dos puntos por cada loseta que ocupe y dos adicionales por cada icono de escudo que posea. Si no las cerramos al final de la partida darán la mitad de puntos.
- Los monjes se colocan en monasterios, los cuales ofrecen nueve puntos al rodearlos completamente con otras losetas. Si no los rodeamos, darán tantos puntos como corresponda al final de la partida.
- Por último, los campesinos se tumban en el campo y nos otorgan tres puntos al final de la partida por cada ciudad completa en contacto con el campo sobre el que pusimos el campesino.
A estas sencillas reglas solo se debe tener en cuenta que no podremos poner, directamente, un meeple donde ya haya uno. En otras palabras, podemos colocar un ladrón en un camino sin presencia y luego hacer que este camino acabe conectado a otro de un rival, y así indirectamente aprovecharnos. Esto se repite con los caballeros y los campesinos, y en caso de empate ambos jugadores recibirán los mismos puntos.

El problema principal en Carcassonne es que los meeples son limitados y solo los recuperaremos al completar la estructura que conforman, por lo que debemos equilibrar dónde colocarnos para tener algún meeple en el momento oportuno, especialmente para poder anexionarnos a las estructuras de nuestros rivales de la forma más oportunista.

La partida termina cuando se agoten las losetas, momento en el que deberemos puntuar las estructuras inacabadas y, por supuesto, los campesinos. Estos campesinos, aunque sencillos de comprender, son el elemento más confuso y en el reglamento de esta edición te los explican de cara a la segunda partida, algo muy acertado para el público más familiar.
¿Quieres más? Pues en esta edición hay algunas cosas más.
Para empezar, encontramos un añadido casi imprescindible. La expansión de EL RÍO incluye unas piezas iniciales que se colocarán antes de empezar a usar las losetas habituales, de modo que la situación inicial varia en cada partida y, además, genera varios elementos en el centro de la mesa que se separan por un río. En mi casa nunca se juega sin esta expansión, que ya viene incluida en la edición actual, con nuevo diseño artístico y con un acabado UV en todo el recorrido del agua. ¡Precioso!

¿Has visto esos jardincillos? Pues son para usar al ABAD, una nueva ficha que podemos colocar en cualquier monasterio o en los jardines, siguiendo las reglas habituales. Estos jardines se puntúan como los monasterios que ya hemos comentado, pero solo el abad podrá colocarse en ellos. Por si esto fuera poco, este abad nos permite una mayor flexibilidad ya que, si lo deseamos, tras colocar una loseta, en lugar de poner un meeple, podremos recuperar nuestro abad sin completar la estructura que esté ocupando actualmente.

¿Quieres más losetas? Pues en esta edición 20º Aniversario también encontramos unas losetas exclusivas que incluyen una pequeña expansión. En estas losetas veremos flechas con iconos, los cuales nos describen una acción adicional que será activada si al colocarlas hacemos que esta flecha apunte a alguna loseta ya construida. Los beneficios nos permiten colocar meeples en losetas previamente construidas, jugar una segunda loseta, etc. Un pequeño giro agradecido pero que tampoco rompe ningún esquema.

¿QUÉ ME PARECE?
Carcassonne es la muestra de que los buenos juegos aguantan décadas y siguen brillando con luz propia. Veinte años después sigue siendo de los mejores títulos de iniciación y la edición para la ocasión está a la altura, con ilustraciones renovadas y una producción actualizada sin que eso repercuta en su precio.
Con este juego ha vuelto a surgirme el dilema de que títulos como éste no hayan tenido su reseña y que, por suerte, con la falacia de la novedad, volvemos a visitar títulos clásicos que merecen tanta o más atención que la vorágine de novedades. Con Carcassonne tengo ante mí un juego que sigue siendo el título de cabecera para los interesados en chapotear en los juegos de mesa, posiblemente el título introductorio por excelencia que, además, no solo tiene un maravilloso recorrido de expansiones, sino que sabe divertir incluso a los más iniciados en esta afición. ¡Qué difícil es decirle que no a una partida de Carcassonne!

Como veníamos diciendo más arriba, Carcassonne sigue siendo para mí el título perfecto para introducir a nuevos jugadores a la afición. Encontramos un título sencillo de reglas, con un turno tan sencillo como revelar una loseta, y con una serie de opciones que se abren de forma exponencial a medida que el tablero de juego crece con nuestras acciones. Esta sencillez, unida al azar en el robo de las losetas, hace que Carcassonne sea agradecido desde el primer momento y pueda ser disfrutado por todo tipo de jugadores. A esta simpleza de reglas se suma la acertada forma de presentar el reglamento en esta nueva versión que, por si fuera poco, nos deja fuera a los granjeros para que la primera partida sea aún más sencilla.
De esta edición hay muchas cosas que destacar, empezando por la decisión de, a diferencia del nuevo Aventureros al Tren, mejorar el producto sin encarecerlo de forma significativa. Personalmente creo que con este Carcassonne se ha pretendido renovar el clásico, pulirlo y acercarlo a los estándares actuales, pero no ofrecer una edición encarada a los coleccionistas. En otras palabras, esta nueva caja viene para llamar la atención tanto a los que ya habíamos amurallado la ciudad francesa hace años, como los que vean ahora este título por primera vez. De esta manera, no lo veo encarado a ser un producto de coleccionismo, y por ello no solo se han centrado en la producción.

En esta edición de Carcassonne encontramos un lavado de cara, no solo en la impresionante caja, sino en las losetas. Encontramos ahora ilustraciones con el mismo sabor a clásico, que no desentonan con las anteriores, pero que presentan ahora una mayor nitidez en su impresión y, por si esto no fuera suficiente, elementos UV en partes de las losetas, como los ríos. Esta maravillosa producción ya se intuye en la portada, que no se corta en dar toques de brillo a zonas de la misma, algo que se mantiene en los elementos interiores. A esto se le une la posibilidad de personalizar los meeples mediante las pegatinas, algo muy atractivo para darle personalidad a los clásicos componentes que tanto definen los eurogames de una forma simpática e inclusiva a partes iguales. De las pegatinas debería destacarse la libertad ofrecida, ya que no tenemos colores asignados a cada jugador. ¡Hazlo a tu gusto!

Pero como ya habíamos comentado, no solo se trata de un producto más vistoso. Encontramos una loseta doble inicial en la que se anuncia claramente los años recién cumplidos. A esto se unen las losetas propias de la expansión del Río, un añadido casi imprescindible para darle una conformación inicial distinta a cada partida. Por último, se añaden dos elementos más: la figura del abad, un nuevo y único tipo de meeple y las losetas exclusivas que presentan habilidades que se activan por adyacencia. Con este contenido adicional tenemos un título que en su caja básica ya incluye material para dar gran variabilidad a tus partidas, dejando claro que es un producto ampliamente expandible y sin tener que recurrir a las grandes Big Box.
De todo el producto solo me chirría su inserto, en el que las losetas no pueden ser almacenadas de ninguna forma que encajen en el espacio ofrecido. Si bien cabe su contenido, es curioso que no se haya colocado un espacio en vertical para dar cabida a todas las losetas en una misma columna sin tener que recurrir a dividir las más de cien losetas en distintos espacios que, a su vez, no las contienen y permiten que se tumben en el inserto. Un pequeño defecto que extraña en una cuidada edición en todos los otros aspectos.

En definitiva, Carcassonne sigue siendo un título que no puede faltar en ninguna ludoteca y que se mantiene fresco tras dos décadas. El título de losetas introductorio por antonomasia viene en una edición deliciosa, merecida y deluxificada en la justa medida. Aprovechando este nuevo producto lanzado al mercado solo puedo decir que esta edición 20º Aniversario no solo sirve para atraer a nuevos adeptos, sino para lavar la cara de una forma tan vistosa y cuidada que hará que no moleste volver a comprar una caja que, pese a tener el contenido básico, no se olvida de añadir algún caramelito exclusivo.

Pros
- Seguimos ante uno de los mejores juegos de iniciación del mercado.
- Un lavado de cara que, sin ser necesario, ha sido mimado hasta el detalle en todos los aspectos.
- Incluye pequeñas expansiones dentro de la propia caja, incluyendo una exclusiva.
- Pese a todos los elementos nuevos, el precio no se ha incrementado.
Contras
- Las losetas deben distribuirse en varias zonas del inserto, quedando demasiado holgadas.
Este juego ha sido cedido por Devir para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!
Muy buena reseña