Venice es la segunda parte de una serie de juegos que comparten estilo gráfico e inspiración en grandes ciudades.
En Venice encontramos un juego de pick-and-delivery en el que la interacción está muy presente y que propone un reto exigente ensuciado por un estilo gráfico poco cuidado, que se compensa con una agradable producción.
Diseñador/a: | Andrei Novac, Dávid Turczi |
Ilustrador/a: | Bartlomiej Roczniak |
Editorial: | Braincrack Games |
Idioma: | Inglés |
Número de jugadores: | 1-5 |
Duración: | 60-90 min |
Edad mínima recomendada: | 12+ |
¿DE QUÉ VA?
En Venice los jugadores intentarán viajar por los canales de Venecia con intención de completar los pedidos de las distintas personalidades para ganar dinero y prestigio. Utiliza bien la góndola e intenta no coincidir con el resto de gondoleros ni pasearte por debajo de los puentes de tus rivales para convertirte en un influyente comerciante de la ciudad flotante.
¿CÓMO SE JUEGA?
En Venice los jugadores cuentan con dos gondoleros que se desplazarán por los canales de la ciudad y harán paradas en las distintas localizaciones. La disposición de cada lugar variará entre partidas, por lo que los desplazamientos no serán idénticos si volvemos a jugar a Venice y debamos repensar nuestras rutas más ventajosas.
En cada turno los jugadores siguen esta estructura:
Antes de nada, si lo desean, podrán usar cartas de influencia, las cuales permiten saltarse las reglas habituales. Estas cartas en las primeras partidas serán entregadas a los jugadores para que el inicio de la partida coja un ritmo mayor. Durante la partida, podremos adquirir nuevas cartas.
Tras esto nos toca mover a un gondolero por los canales de Venecia. Cada jugador cuenta con dos góndolas pero un solo gondolero, y en cada turno deberá alternar cual de sus barcos decide mover a no ser que quiera pagar 3 de sus escasas monedas. Eso requiere planificación y sobre todo, permite intuir los movimientos de otros jugadores de turnos venideros.
Mover la góndola no es tan sencillo como cabría esperar. El primer desplazamiento es gratuito, para lo que usaremos el marcador de corriente de agua, pero cualquier movimiento adicional tiene un coste representado en el agua. Cada paso que demos nos llevará a un nuevo edificio y podemos decidir donde pararnos, teniendo en cuenta los encuentros que generaremos por el camino.
Para empezar, si pasamos por edificios en los que tengamos presencia, podremos activar sus beneficios, de los que hablaremos más adelante. Por desgracia, no será así si hubiera presencia de otra góndola rival.
Cada vez que coincidamos con otra góndola rival deberemos decidir si queremos parar allí, sin consecuencias, o seguir avanzando. Si decidimos avanzar más, ambos jugadores deberán elegir perder una moneda o subir una casilla en su marcador de Intriga. La Intriga es mala, ya que al final de la partida el jugador con más Intriga será eliminado y no podrá ganar la partida por muchos puntos que haya generado. ¡Tenlo presente!
Si finalizamos nuestro movimiento en un lugar cuyo pedido tengamos en la mano, cumpliendo los requisitos, podremos completarlo en este momento. Recordemos que la capacidad de nuestro barco es limitada y que los pedidos son exigentes, dictaminando qué necesitamos y dónde debemos llevarlo.
Al acabar el movimiento, obtenemos el beneficio de avanzar nuestro asistente en el edificio en cuestión y, posteriormente, activarlo. Dicho de otra forma, si no tenemos presencia allí, colocaremos un asistente en el primer espacio, que irá subiendo a casillas superiores cada vez que acabemos nuestro movimiento en ese mismo lugar. De esta manera, cuanto más aumentemos la posición de nuestro asistente mejores beneficios obtendremos, pudiendo elegir cualquiera de las ventajas de menor nivel en el momento de activarlo. Por desgracia, siempre que avancemos nuestro asistente empujaremos a los asistentes que haya por delante de otros jugadores.
El final de la partida viene determinado por el agotamiento del mazo de robo o bien por llegar a la casilla indicada del marcador de Consejo de la Alcaldía. Los jugadores entonces podrán intentar reducir su intriga a base de pagar monedas. Recordemos que el jugador que más Intriga tenga al final de la partida será directamente eliminado del juego, sin posibilidad de ganar, independientemente del número de puntos de victoria.
¿QUÉ ME PARECE?
Venice es un juego de pick-and-delivery en el que los jugadores deberán moverse por los canales de Venecia evitando la interacción negativa y con unas entregas muy concretas, a diferencia de la inmensa mayoría de juegos de su categoría. En Venice encontramos un sistema de acciones con mejoras que pese a su interesante funcionamiento, se topan con la mayor pega del juego, a nivel gráfico, en el que en muchas ocasiones molesta no tener una visión clara sin mover meeples sobre el tablero.
Debo empezar diciendo que tras disfrutar Ragusa (su reseña aquí), la serie de juegos basados en ciudades de Braincrack Games me tiene intrigado ya que, al menos, parten de una buena base de autores ya conocidos que ofrecen cierta seguridad en cuanto a su diseño. En este segundo título, Venice, se ofrecen mecánicas que nada tienen que ver con el primer título pero que mantiene un estilo artístico cuidado y una temática inspirada en una conocida ciudad.
El reglamento no es su mejor baza, mostrando un orden algo desafortunado a la hora de contar las distintas acciones. Ese primer contacto no es el más agradable y requiere que, además, integremos las demasiadas excepciones que contiene su funcionamiento. En cuanto a dureza, Venice no es complicado en sí mismo, pero requiere unas cuantas rondas para aprender el formato de turno y hacer que el desarrollo coja cierta agilidad. En ese sentido no es el juego más transparente, pero cabe tener en cuenta que esta opacidad acaba ofreciendo un juego interesante.
Algo que disfruto es que en Venice encontramos un pick-and-delivery de los que se atreve a pedirnos un pedido completo hacia una ubicación concreta. Esta exigencia es superior a otros juegos del mismo género y hace que debamos planear bien los desplazamientos, que no son fáciles ni exentos de riesgos. Tras cada pedido, además, obtenemos un beneficio que nos ayuda a realizar nuevos pedidos, con muchas de las habilidades encaradas a volver a la misma ubicación.
Como no podía ser de otra manera, dado que aparece Turczi en la caja, el modo solitario es casi una obligación. Al resto de jugadores, aunque a dos funciona estupendamente bien, es gracias a una variante ingeniosa con una serie de barcos intercalados que nos obligan a planificar a más largo plazo. A más jugadores sigue funcionando adecuadamente, siempre que tengamos la paciencia de aguantar partidas más largas, aunque con más interacción, teniendo en cuenta que el número máximo de jugadores es de cinco.
Y es que la interacción en Venice a veces es obligatoria, de forma indirecta con movimientos que aunque nos perjudiquen mínimamente, generan beneficios al jugador activo. A eso se le suma la interacción de empujar los trabajadores, algo que todos intentaremos evitar a toda costa, ya que los beneficios para el rival son más significativos. En cualquier caso, Venice es de esos juegos en los que si queremos hacer lo que tenemos en mente, a veces habrá que tragar con los efectos secundarios y pagar a los demás algunas monedas, las cuales suelen escasear. Detrás de toda esta interacción encontramos la Intriga, algo que eliminará a uno de los jugadores al final de la partida, pero que puede parecer más temerosa sobre el papel que durante la partida. Esta Intriga puede ser controlada con relativa facilidad, invirtiendo parte de nuestros turnos para reducirla, por lo que en más de una ocasión los jugadores aspiran a poder tener este marcador a cero si se lo proponen, haciendo que no tengamos la percepción de partida perdida y pudiendo elegir en gran medida cuanta Intriga queremos obtener en el trascurso.
A nivel de producción es un título visualmente agradable, con un estilo clásico y utilitarista que recuerda a Ragusa y que nos transporta a unos años atrás. Lo que ensucia el resultado es que pese a su utilitarismo, será difícil contemplar toda la iconografía cuando empecemos a poner meeples en el tablero. Algo que denota poco cuidado a la hora de lanzar su diseño definitivo.
En resumidas cuentas, Venice es un juego que nos propone transportar mercancías con un elevado nivel de exigencias, no solo por los requisitos sino porque debemos tener en cuenta una constante interacción a varios niveles y superar un manual que no ayuda a la primera toma de contacto. A cambio tenemos una segunda entrega de una serie que me intriga seguir de cerca y que mantiene cierto nivel y que cuida la producción con luces y sombras… Por una parte es vistoso, como ya pasaba en Ragusa, pero peor resuelto si destacamos la información que podemos ocultar si no vigilamos con la posición de nuestros meeples.
Pros
- Una segunda entrega de una serie que sigue llamándome la atención.
- Un juego en el que la recogida y reparto de las entregas es exigente, con poco margen para los errores.
- Una interacción intensa, constante y con un final de partida que dejará fuera a un jugador si no tenemos mucho cuidado.
- La Intriga es un sistema de eliminación de jugador que puede parecer agresivo pero que permite un control bastante estricto y no genera eliminaciones inmerecidas.
Contras
- Un reglamento poco afortunado para unas reglas con varias excepciones.
- Producción cuidada pero con algunas malas decisiones a nivel gráfico que entorpecen la experiencia.
- Una duración que se incrementa, demasiado, a muchos jugadores.
Este juego ha sido cedido por Braincrack Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
Artículos relacionados
Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!