Hoy hacemos un parón a las novedades para hablar de un juego perenne.
En Coloretto jugamos con el riesgo para un título de set collection muy familiar en el que gran parte de la experiencia dependerá de los propios jugadores.
Diseñador/a: | Michael Schacht |
Ilustrador/a: | Oksana Svistun |
Editorial: | Devir |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 2-5 |
Duración: | 30 min |
Edad mínima recomendada: | 8+ |
¿DE QUÉ VA?
En Coloretto deberemos elegir adecuadamente los camaleones que pasarán a formar parte de nuestra colección. Elige bien si quieres añadir más cartas al centro de la mesa o retirarte de la ronda cogiendo una de las posibilidades actuales antes de que sea demasiado tarde. ¡Recuerda que tener camaleones de muchos colores te acabará restando puntos!
¿CÓMO SE JUEGA?
El objetivo el Coloretto es tener el máximo de camaleones de hasta tres colores, intentando no reunir muchos de los demás tipos por ser penalizados. Para ello, los jugadores tendrán una tabla que les recordará cuántos puntos, positivos o negativos, generarán los camaleones, pudiendo elegir entre el modo básico y avanzado de puntuación.
En Coloretto habrá tantas filas de cartas en el centro de la mesa como jugadores. Cada una de estas filas se identificará por una carta que nos recuerda la capacidad que tiene la misma, siendo de tres cartas en partidas a más de dos jugadores. Cada jugador, además, empieza con un camaleón de un color aleatorio distinto al de sus rivales. De esta manera ya tiene un potencial punto de victoria y será más sencillo empezar a decantarte por algunos de los siete tipos de camaleones disponibles.
El turno en Coloretto es bien sencillo: o juegas una nueva carta o te plantas y recoges cartas del centro de la mesa.
Lo más habitual en los primeros turnos de cada ronda será elegir robar una carta. El jugador activo toma una nueva carta del mazo de robo y la coloca en alguna de las filas centrales. Recuerda que el límite de estas filas es de tres cartas, por lo que en algún momento de la ronda no se podrán colocar nuevas cartas y todos los jugadores restantes deberán elegir robar y pasar.
Si, por el contrario, decides plantarte, deberás elegir una de las filas del centro de la mesa, esté completa o no, y tomar todas las cartas de allí. Puede que si esperas recibas más cartas, pero también puede que alguna de las cartas que recibas solo haga que restarte puntos al final de la partida. Coloretto requiere tanto de una buena elección del momento para retirarse como de pericia a la hora de colocar las nuevas cartas que vayamos robando, haciendo que las filas no sean completamente atractivas para ningún rival.
Como no podía ser de otra manera, Coloretto incluye algunas cartas especiales que, sin complicar las reglas, ofrecen cierta frescura y una variable más a la hora de valorar el beneficio de llevarnos alguna de las filas centrales.
Cuando todos los jugadores hayan pasado se habrán robado todas las filas de cartas del centro de la mesa. Para la nueva ronda solo deberemos recolocar las cartas de filas y empezará ese jugador que se llevó el último conjunto de cartas en la ronda previa.
El final de la partida viene indicado por una carta, que se encuentra en la porción final del mazo de robo. Cuando esta carta sea robada por algún jugador, ésta indicará que la ronda actual será la última. Este final, parcialmente inesperado, hace que los jugadores deban estar al día a la hora de ir coleccionando camaleones.
La puntuación final es sencilla: debemos sumar los puntos de las tres pilas de colores más abundantes y restar el resto de cartas. Os dejamos un ejemplo:
¿QUÉ ME PARECE?
Coloretto lleva casi veinte años en el mercado y mantiene la frescura que solo los grandes diseños consiguen mantener. Un título sencillo pero que requiere de pericia por parte de los jugadores, ofreciendo una interacción constante que transmite una experiencia divertida pero tensa.
Aún recuerdo cuando estrenamos Coloretto con el grupo de juego de mi clase, hará unos catorce años. Tras una visita a la clásica Gigamesh y buscando un juego pequeño, rápido y acorde a los presupuestos de un adolescente, nos trajimos este título que se convirtió en una constante en nuestros descansos en el instituto. No había semana en el que no se dejara caer algún grito al son de “los p***os camaleones”.
Dejando de lado la nostalgia, Coloretto ha vuelto a aparecer en la mesa, especialmente a razón de invertir más tiempo jugando en familia por las restricciones de la situación epidemiológica. Aunque no sea el mejor escenario, sí agradezco esta vuelta a la sencillez que me ha hecho recordar estos pequeños grandes títulos y, en especial, esos juegos que recurren a la pericia y las interacciones como elemento principal.
Y es que Coloretto en esencia es un juego de coleccionar sets. Debes tener muchas cartas de tres tipos y pocas del resto. ¡Ya está! Pero eso cobra un sentido tras las primeras partidas. Cuando intuyes las consecuencias de cada colocación de carta, mirando constantemente los movimientos de tus rivales. El metajuego en Coloretto es totalmente esencial.
Pese a la sencillez del juego, las dos variantes de puntuaciones no son un añadido más para darle variedad, sino que cambian por completo el objetivo del título. En su variante de fondo azul, o avanzada, ya no pretendemos tener grandes columnas de camaleones sino que deberemos hilar más fino, tener pocas cartas y, de empezar a acumular demasiado de un mismo color, recordar que eso devaluará su valor y podremos, tranquilamente, restarnos puntos de las columnas más prominentes de nuestra área personal.
En cuanto a escalabilidad, es un juego disfrutable a todos sus números. En ese sentido, el propio juego incluye un modo para dos jugadores, con una cantidad de cartas centrales que se reduce a tres y con una capacidad variable en cada una de ellas. Esto convierte el título en un duelo más medido con un toda la información del rival a nuestro abasto. Por otra parte, si debo elegir un número al que más disfrute es a tres o cuatro, donde encontramos interacciones cruzadas y competencia por algunos colores, sin llegar al mayor descontrol que, pese a disfrutarse, podemos encontrar a su número máximo.
En resumen, Coloretto sigue luciendo de lo más recomendable con más de quince años a la espalda. Un título encarado al público familiar que se explica en poco más de dos minutos, pero que esconde una interacción agradable y constante que deja en manos de los jugadores las decisiones y la valoración de riesgos. Un título colorido, pequeño y claramente atemporal que merece tener en la ludoteca y que no se olvida de un modo a dos jugadores bien resuelto.
Pros
- Un juego que se mantiene a lo largo del tiempo por su sencillez y elegancia.
- Un set collection en el que los jugadores deben medir bien cada uno de sus actos para no favorecer a los rivales.
- El título incluye una variante para dos jugadores que lo convierte en un duelo más controlado y neuronal.
Contras
- El título puede volverse más caótico al número máximo de jugadores.
Este juego ha sido cedido por Devir para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!