Hoy os hablamos de un juego solitario en el que nunca estaremos solos. El segundo título de una pequeña editorial que ha empezado con muy buen pie y parece que el público sabe apreciar los juegos que ha lanzado hasta el momento.
Diseñador/a: | Jake Staines |
Ilustrador/a: | Ilya Baranovsky, Jake Staines |
Editorial: | Side Room Games |
Idioma: | Inglés |
Número de jugadores: | 1 |
Duración: | 20 min |
Edad mínima recomendada: | +12 |
¿DE QUÉ VA?
En Maquis tomaremos el rol de rebeldes oponiéndose a la invasión alemana. Formamos parte de una guerrilla de la resistencia francesa que pretendía desmantelar la ocupación nazi de Francia en la Segunda Guerra Mundial. ¡Ten cuidado o los soldados vendrán a por vosotros, pero no te duermas ya que en pocos días descubrirán tu presencia!
En Maquis encontramos un pequeño juego solitario. Como ya pasaba con Black Sonata, en este segundo título de Sideroom Games vemos un proyecto en una caja contenida y una producción muy cuidada. Destacamos una colocación de trabajadores peculiar en el que deberemos controlar el riesgo a cada paso que demos, ofreciendo una interesante rejugabilidad gracias a las distintas misiones que se incluyen en la caja.
¿QUÉ LLEVA EN LA CAJA?
La robusta y colorida caja contiene:
- Un tablero con cartón de doble capa.
- 5 meeples blancos personalizados de trabajadores de la resistencia.
- 5 meeples rojos personalizados de milicianos.
- 5 meeples azules personalizados de soldados.
- 24 recursos en cartón: información, comida, medicina, dinero, armas y explosivos.
- 14 cartas de misión.
- Un tablero de moral/soldados.
- 10 cartas de patrulla.
- Una carta de referencia rápida.
- 6 losetas de habitaciones libres.
- 3 cubos de madera para los distintos tracks.
- 10 cubos de acciones en color amarillo.
Cabe destacar que no esperábamos unas calidades tan excepcionales para ser un juego de una editorial tan joven como Sideroom Games que, dicho sea de paso, supieron lanzar una campaña de mecenazgo exitosa y con precios contenidos. A destacar un cuidado tablero double-layer que viene impreso incluso en su reverso y unos meeples tan variopintos en sus formas. Todo ello viene dentro de un inserto muy práctico que no deja de lado detalles como una caja para las cartas. ¡No estamos acostumbrados a estas cositas!
¿CÓMO SE JUEGA?
En Maquis tomamos el rol de unos pocos y ocultos rebeldes en Francia que pretenden frenar y frustrar la invasión nazi. Para ello deberán completar dos misiones en 15 días, si es que no han sido detenidos antes…
En una partida de Maquis los jugadores deben tomar al azar dos misiones, estos son los dos objetivos a cumplir antes de que la partida llegue a su fin.
La partida se desarrolla en un máximo de 15 días, en cada uno de los cuales llevaremos a cabo estas fases:
FASE DE COLOCACIÓN
Durante esta fase planearemos donde colocar cada uno de nuestros rebeldes. Aunque al principio de la partida tengamos tres maquis, podremos obtener alguno más reclutándolo en el café, cercano a nuestro piso franco.
En Maquis deberemos elegir muy bien a que localizaciones del tablero queremos acceder. Cada lugar ofrece distintos beneficios que obtendremos al colocarnos allí pero no siempre será tan sencillo. Debemos saber que tras la colocación de un peón, robaremos una carta de patrulla, que indicará donde va a aparecer la milicia.
Aunque lo habitual sea que los milicianos se coloquen en casillas vacías, esto ya será un problema en muchos de los casos. Debemos planificar bien donde colocarnos porque al final de la ronda, cualquiera de nuestros trabajadores que no pueda volver al piso franco por tener todos los caminos bloqueados por milicianos también será detenido… ¡Cuidado con esto!
El juego nos permite mirar todas las cartas de patrulla que queden en el mazo para calcular las probabilidades de que el nuevo miliciano nos bloquee el camino de vuelta a casa. Tras ver las cartas deberemos barajar de nuevo el mazo y probar suerte. Además, si la moral de nuestros liberadores baja durante la partida, irá apareciendo más milicia en cada ronda. ¡Ten cuidado o será imposible que nuestros maquis vuelvan a casa!
Mediante la colocación de trabajadores en distintas localizaciones los jugadores buscan obtener los recursos necesarios para completar las dos misiones que nos han aparecido al inicio de la partida. La mayoría de ellas requieren una serie de recursos y que alguno de nuestros maquis vayan a la carta correspondiente como si de una localización se tratara para entregar las mercancías.
La milicia no es el único enemigo en Maquis. Si nos ponemos agresivos con los enemigos, los nazis llamarán a soldados más preparados para pararnos los pies.
FASE DE ACCIÓN
Tras colocar a todos nuestros trabajadores y la milicia correspondiente, deberemos ir ejecutando las acciones de los lugares donde esté nuestra resistencia.
En el orden que nosotros elijamos, podremos obtener los recursos o ejecutar la acción del lugar, siempre que nuestro meeple pueda volver a algún lugar seguro sin ser bloqueado por la milicia. Para ello debemos trazar un camino hasta la “safe house” o la habitación adicional que hayamos construido durante la partida. Si ese trabajador no llega a estar a salvo no podrá traer los beneficios que indica la casilla, y éste acabará detenido.
Por suerte, podemos usar una pistola al día para disparar a un miliciano y así abrirnos camino hacia el piso franco. Por desgracia, cada vez que matemos a un miliciano avanzaremos un track que marca que, para rondas posteriores, serán soldados los que aparezcan de forma progresiva. Estos soldados no pueden ser neutralizados con pistolas. ¡Al fin y al cabo son soldados preparados y son demasiado buenos con las pistolas!
La variedad de localizaciones es la que todos esperamos en un juego de colocación de trabajadores, aunque adaptado a la temática que nos ocupa. Los jugadores podrán obtener recursos, los cuales están limitados a la cantidad de tokens que vemos en la caja, que no son muy abundantes. También encontramos localizaciones para intercambiar unas cosas por otras… ¿Qué te parece vender comida o medicamentos a cambio de dinero en el mercado negro? Evidentemente, esto perjudicará nuestra moral, así que ten cuidado con esto…
Uno de los mayores atractivos de este Maquis es que encontramos lugares en los que inicialmente no tenemos nada. Son habitaciones libres en pisos de nuestros aliados. Allí podremos construir lo que necesitemos, siempre que tengamos algo de dinero. Por dos monedas podremos tomar una de las seis losetas únicas para edificarla en esa localización y poder, a partir de ahora, colocar a nuestros trabajadores ahí para obtener el beneficio indicado.
Algunas cosas, como los explosivos, solo podrán obtenerse de estas habitaciones libres, Si necesitamos ese recurso intenta hacerlo pronto, ya que no es fácil conseguir unas dinamitas.
En Maquis no solo debemos planificar donde ir, valorando el riesgo de ser detenido, sino que la forma de pedir recursos suele tener varias vías a tempos distintos y a costes muy diferentes. Al ser un juego corto, pedir recursos es imprescindible pero el tiempo está en nuestra contra. Por ello, deberemos valorar si queremos pagar algo de moral o, incluso, pedir los recursos por aire, aun sabiendo que de esta manera tardarán un día en estar disponibles.
FASE DE MANTENIMIENTO
En esta fase avanzaremos un día en el marcador correspondiente y, si llegamos a una casilla naranja, bajaremos la moral un paso. Los días no pasan en balde por la resistencia.
Después ya podremos quitar las patrullas y empezar a pensar en nuestros siguientes movimientos. El jugador ganará la partida en cuanto cumpla las dos misiones que hemos revelado al inicio de la partida. De lo contrario, perderemos si pasan los 15 días, la moral del pueblo llega a cero o nos quedamos sin peones de la resistencia. ¡Mucha suerte!
¿CÓMO QUEDA EN LA MESA?
Maquis es un juego con un despliegue relativamente rápido y muy vistoso en mesa. Todo ello tiene el tamaño que se esperaría sin parecer extremadamente grande ni aparatoso.
¿QUÉ NOS PARECE?
Maquis es un juego rápido y directo que sabe trasladar la colocación de trabajadores a un nivel muy táctico en el que valorar el riesgo será imprescindible para optar a la victoria.
Quizás lo que más nos llamara la atención de este proyecto fuera su temática que, dicho sea de paso, nos chirriaba que pudiera mecanizarse mediante el worker-placement. Como ya habéis podido leer, esa manera de usar a los maquis por las distintas localizaciones le da un aire muy temático a un juego que, si quitamos esta capa ambiental, se vuelve un puzzle interesante pero con un azar significativo.
No es extraño que los solitarios cuenten con elementos aleatorios para que cada partida se aleje de un potencial ejercicio mecánico y que los jugadores deban enfrentarse a elementos incontrolables por el propio jugador. Aquí no es distinto, por lo que si estás acostumbrado a jugar en solitario no te chirriará lo que te digo. Debemos tener en cuenta que, como veremos más adelante, las partidas son cortas y dejan margen a ser rejugadas para enfrentarte, de nuevo, a las mismas adversidades.
Lo que no podemos negar es que nuestra suerte en Maquis depende, en gran medida, de las misiones que nos hayan tocado al empezar la partida. Hay algunas combinaciones más asequibles que otras, por lo que en ocasiones es muy interesante rejugar la misma disposición hasta que logremos superarla. Este detalle, que le ofrece una mayor variedad al juego, no molesta por el simple hecho de que somos nosotros mismos los únicos que deberemos enfrentarnos a las misiones, sin terceras personas involucradas.
Nuestro enemigo, además del paso del tiempo, son las patrullas y eso requiere de meditación en cada acto que realicemos. Todos nuestros actos deben ir motivados por dos variables: acercarnos lo más rápido posible a los requisitos de la misión y que las probabilidades de que nuestros rebeldes sean detenidos sean suficientemente bajas. Lo de suficiente es algo a tener en cuenta, ya que en Maquis todo se rige por la posibilidad de que la siguiente carta sea o no la que más nos conviene. Para ello el juego nos deja echarle un ojo, siempre que luego barajemos el contenido antes de robar del mismo, algo que deberemos hacer muy a menudo si queremos jugar lo mejor posible.
Este último detalle se reduce al mínimo en su versión digital. No creo que a nadie le pille por sorpresa que no somos los más aficionados a los juegos digitales, aunque nos hayamos ido abriendo a los juegos que los integran. Para Maquis, fue tal el enganche que tuve al probarlo en mesa que acabé comprando su edición digital, algo que incluso cautivó a Laura, que no es muy dada a jugar en solitario. Tras unas horas me di cuenta de las bondades de jugar en la tablet respecto a su versión física. Aquí no hay preparación o despliegue del que renegar, dado que es un juego sencillo de preparar y tan bien producido que da gusto tocarlo, pero es ese manoseo de las cartas de patrulla y esa valoración del riesgo lo que hace que su versión digital sea una verdadera comodidad, haciendo que las partidas se resuelvan en 15 minutos y sean una constante toma de decisiones con el riesgo en pantalla. ¿Frío? No lo creo. Dudamos mucho que calcular cuantas probabilidades tenemos de que cada localización salga en la siguiente carta de patrulla sea parte principal de la propuesta, y no podemos negar que puede ser algo cansado tener que pasar más tiempo con el mazo de robo en la mano que eligiendo los siguientes movimientos de nuestros rebeldes.
Que nos encontremos un juego exclusivamente en solitario hace que no sea apto para todo el mundo. Está claro que este mercado tan peculiar está saliendo del nicho, y a la vista está que cada juego nuevo suele contar con su modo solo, especialmente los diseñados por David Turczi. En nuestro caso en alguna ocasión hemos jugado en pareja pero, a diferencia de otros juegos colaborativos que destilan sensaciones de solitario, en Maquis hemos acabado prefiriendo jugarlo por separado. Las razones son la incertidumbre en algunos momentos, que convierten algunas decisiones en puramente intuitivas y pueden llevarnos a largos debates innecesarios, y que las partidas se resuelven tan rápido que preferimos no romper el dinamismo de las mismas.
Por todo ello, Maquis sabe traernos un worker-placement temático y directo, con una producción que justifica comprar su edición física. El juego ofrece una suficiente variabilidad entre partidas gracias a las distintas misiones, algo que hace que las partidas puedan ser bien distintas, tanto en sensaciones como en dificultad. Aunque no tenemos duda de que nos quedaremos con esta cuidada producción de Sideroom Games debemos decir que su edición digital ofrece una gran experiencia que evita tener que calcular, igual demasiado a menudo, el riesgo de cada uno de nuestros movimientos. Sea como sea, se trata de un título que ha encajado como juego solitario, sin ser nosotros grandes aficionados de este tipo de juegos y que deja claro, tras Black Sonata, que Sideroom Games sabe elegir los títulos y, pese al nicho de los solos, siguen funcionando de forma espectacular.
Pros
- Producción espectacular.
- Una colocación de trabajadores atípica.
- Variedad de misiones suficiente.
- Con una alternativa en digital muy disfrutable.
Contras
- Una tediosa valoración de probabilidades.
Este juego ha sido cedido por Sideroom Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
Artículos relacionados
Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!