Hoy hablamos de un juego en caja pequeña que se presentó en Essen 2018. Se trata del juego de subastas ocultas de Mandoo Games: Venture Angels.
El juego ha sido ideado por el conocido Bruno Faidutti (Ciudadelas, Diamant) y cuenta con las maravillosas ilustraciones del polivalente Ian O’Toole (The Gallerist, Lisboa). El juego puede ser disfrutado de 3 a 5 jugadores, con una duración de unos 20 minutos y una edad mínima de solo 8 años.
¿DE QUÉ VA?
En Venture Angels intentaremos patrocinar los proyectos más alocados y emprendedores del panorama. ¿No te gustaría viajar en el tiempo? ¿Visitar la quinta dimensión? Si te interesa el proyecto haz de mecenas, al más puro estilo Kickstarter o Verkami, y con un poco de suerte el proyecto llegará a su mínimo necesario para ser desarrollado. Ser el más generoso del proyecto te dará beneficios, por supuesto, pero el proyecto que se exceda en su mecenazgo quedará hundido por el hype…
Mecánicamente, Venture Angels nos propone un juego de pujas ocultas muy ligero en el que deberemos confiar en nuestra intuición para imaginar lo que el resto de jugadores va colocando. Como viene siendo habitual, Faidutti confía en que el metajuego nos genere gran parte de la diversión, dejando por detrás el control.
¿QUÉ LLEVA EN LA CAJA?
Su pequeña caja contiene:
- 24 losetas de proyecto, 8 en cada uno de los tres colores.
- 26 marcadores de inversión en forma de fichas de póker, 5 por jugador y uno extra.
- 5 fichas adicionales para marcar el color de cada jugador.
- Un reglamento en inglés y coreano.
Nos gusta que, pese a un PVP muy contenido en la feria de Essen, el juego incluye chips de póker entre sus componentes. No son de una calidad excepcional, tirando a un acabado plasticoso bastante humilde, pero se disfrutan por encima de losetas de cartón.
¿CÓMO SE JUEGA?
Venture Angels es un juego que se desarrolla en tres rondas.
En cada ronda colocaremos una serie de proyectos en el centro de la mesa, que variarán dependiendo del número de jugadores, que los distintos inversores intentarán obtener. Estos proyectos ofrecen puntos a los que consigan llevárselos, como os contaremos a continuación.
Cada jugador tiene una serie de fichas de póker de distintos valores que deberá mantener, por el momento, ocultas para el resto de jugadores. Estos son sus bienes que va a invertir en los proyectos que hay en el centro de la mesa.
Empezando por el jugador inicial, elegido por el poder adquisitivo del jugador más rico de la mesa, los jugadores deben llevar a cabo turnos hasta que hayan usado todas sus fichas de inversión.
Cada jugador debe, obligatoriamente, colocar una de sus fichas, boca abajo, debajo de alguno de los proyectos que han sido revelados en esta ronda. Si ya hubiera alguna ficha colocada bajo el proyecto, colócala un poco más abajo, para poder determinar quién fue el primer jugador en colocarse como inversor, algo que resolverá los empates.
El objetivo es sencillo: intentaremos ser el mayor inversor de los proyectos, siendo el jugador que más haya aportado al mismo, siempre que éste haya superado su inversión mínima y no sea el proyecto con más recaudación del centro de la mesa.
Cuando todos los jugadores hayan consumido todas sus fichas de póker, tras cinco vueltas alrededor de la mesa, deberemos resolver la ronda actual y ver qué proyectos se financian y quién es el mayor inversor. Para ello deberemos, ahora sí, voltear todas las fichas de póker para poder revelar los valores de cada proyecto.
Si los proyectos no han llegado a su inversión mínima, serán descartados. De los proyectos financiados, el proyecto que haya sumado una mayor cantidad será descartado por ser un proyecto demasiado banal y trivial. ¡El hype lo ha estropeado!
Cada jugador obtiene los proyectos que haya ganado como mayor inversor y los deja visibles frente a él.
Para la segunda y tercera ronda, repetimos el proceso de preparación descrito, pero cada jugador debe girar y dejar visible tantas fichas de póker como proyectos posea en la ronda que va a iniciarse. Cada jugador decide qué fichas quiere revelar, pero permitirá que otros jugadores conozcan el destino de alguno de sus bienes, simbolizando que es un personaje público famoso al que tenemos bien controlado.
En la tercera ronda, el jugador que sume menos fama entre sus proyectos obtenidos, tendrá una ficha adicional, de valor 2, que podrá, si lo desea, usar una vez todos los jugadores hayan colocado sus fichas de inversión.
Al final de las tres rondas los jugadores sumarán sus puntos. Por desgracia, no es tan fácil como sumar todos los valores de todos tus proyectos, sino que deberemos sumar el valor más alto de cada uno de los tres colores. El resto de losetas de proyecto obtenidas nos generan, solamente, un punto de victoria, en lugar del valor escrito en su borde izquierdo.
¡El jugador con más fama será el ganador y reconocido en todo el mundo por su implicación en las campañas de Kickstarter mecenazgo!
¿CÓMO QUEDA EN LA MESA?
Venture Angels no requiere una gran preparación ni un espacio extenso en mesa. En pocos minutos estará todo listo y cada jugador solo necesita un espacio sobre el que ir colocando sus losetas adquiridas, mientras que en el centro se disputarán las pujas.
¿QUÉ NOS PARECE?
Venture Angels es un juego de pujas ligero y que le da mucho peso a la intuición.
Faidutti siempre alardea de que intenta diseñar juegos que dependan de las personas, nada de juegos que pudieran ser jugados por una máquina y, pese a que aquí también nos lo demuestra, se empaña la experiencia por apoyarse mucho en la interpretación de las acciones de nuestros rivales, algo que en ocasiones te hará sentir que vas a ciegas durante la partida.
Una de las cosas que nos llamó la atención fue la temática del juego que, aun habiéndose cambiado en el último momento, se inspira en Kickstarter y sus campañas de mecenazgo. De un modo parecido a la plataforma de campañas, en Venture Angels todas las subastas tienen un valor mínimo a superar, aunque también debemos tener en cuenta que, como ha pasado en algunos proyectos de financiación, el que más alto ha llegado acaba frustrándose por el camino. Con esto se traza la necesidad de mantenerse en un punto medio, intentando sobrepasar el umbral del proyecto pero sin ser el que más destaque, algo que, como habéis podido intuir por las reglas, no podremos controlar demasiado.
Como viene siendo habitual, Bruno pretende que el metajuego esté, como mínimo, a la altura del juego reglado. Aquí tenemos que mirar a nuestros compañeros y ver más allá de lo que está sobre la mesa. Es algo que suele defender el autor francés, algo que hizo que Ciudadelas sea tan único y recomendable.
A nivel de producción es un juego más que aceptable. Las losetas, aun sin tener un grosor impresionante, cumplen su función. Las fichas de póker, sin ser las que esperamos ver en proyectos de Chip Theory, se agradecen como alternativa a fichas de cartón, ofreciendo un plástico duradero y bien acabado. Todo ello viene dentro de una pequeña caja que nos permite llevarlo a aquellas cenas distendidas y que, en su interior, contiene un inserto funcional que lo mantiene todo en su sitio. No podemos dejar de lado las graciosas ilustraciones y las locas ideas que representan las distintas losetas de proyecto. ¿No te molaría poder teletransportarte?
El número de jugadores no afecta demasiado a la experiencia. Dependiendo del número de jugadores habrá una menor o mayor cantidad de proyectos por ronda, haciendo que la presencia sobre las distintas losetas se diluya si aumentamos el número de participantes. En cualquier caso, para bien o para mal, no encontraremos un mayor control siendo tres que en su número máximo, donde siempre va a respirarse un ambiente de escaso control que deberemos aprender a saborear si no queremos frustrarnos.
También es interesante como el juego gestiona cada ronda de una forma distinta. Mientras que durante la segunda ronda habrá información visible de los jugadores que más hayan triunfado, la ficha adicional de la tercera y última ronda, que usará aquel jugador que vaya por detrás en cuanto a puntos, ofrece un empujón adicional para ese jugador, haciendo que pueda ser, incluso, el ganador de la partida.
En resumen, un juego que O’Toole ha sabido ilustrar de una forma desenfadada y con una temática original, haciendo que nos encontremos ante un filler que escasea en profundidad. Como ya pasaba en su clásico Ciudadelas, el núcleo del juego está en la intuición de lo que vayan a hacer tus rivales pero, en el caso de Venture Angels, no podemos tener clara nuestra decisión, quedándose en un juego caótico y poco predecible. Pese a esto, se trata de un filler en el que se pueden dar partidas sorprendentes y graciosas, bajo una producción muy agradable, algo que Mandoo ha sabido mantener en todos sus últimos lanzamientos. Si no buscas un control, puede que Venture Angels te encaje, pero no es un juego de subastas al uso y no vas a sentir que puedas hilar fino con este juego, por lo que será mejor dejarse llevar y disfrutar del desorden que puede generar.
PUNTOS POSITIVOS
- Una producción excelente: con losetas de buen grosor y unas fichas de póker que, sin impresionar en calidad, sí sorprenden por no esperarse en un juego de este precio. Todo ello ilustrado por el polivalente Ian O’Toole que siempre es un valor añadido.
- Interactivo y rápido: haciendo que en pocos minutos terminemos una partida, la cual depende más de los jugadores que del propio juego, obligándote a intuir las jugadas de los rivales, así como sus intereses ocultos, nunca mejor dicho.
PUNTOS NEGATIVOS
- Escaso control: dejando gran parte de la experiencia en manos de la intuición de los jugadores, algo que impresiona más en las primeras partidas pero que puede frustrar a muchos.
Este juego ha sido cedido por Mandoo Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!