Ya tocaba hablar de este simpático juego de diseño nacional distribuido por Mercurio Distribuciones. Se trata de Baobab, un juego más verde que Friedemann Friese.

Se trata de un juego de Josep M. Allué (El cuco Kiko, Dixit Jinx) que cuenta con los animales dibujados por Cyril Bouquet (Kingdomino, Okiya). Es un juego que puede ser disfrutado de 2 a 4 jugadores, por jugadores de más de 6 años y con una duración aproximada de 20 minutos.


¿DE QUÉ VA?

La vida sobre este árbol es muy ajetreada. Mientras que las serpientes se entrelazan por las ramas del Baobab los monos saltan sin parar, los tucanes sobrevuelan la zona y, por las noches, aparecen los murciélagos. Aun así, todos ellos vigilan a las traviesas y atrevidas abejas, que a la mínima les picarán.

En Baobab encontramos un juego ligero de destreza en el que deberemos colocar o lanzar cartas sobre un soporte, que hará de tronco del árbol que da nombre al juego, para intentar deshacernos de nuestras cartas lo antes posible.


¿QUÉ LLEVA EN LA CAJA?

El contenido de la atípica y metálica caja es:

  • 108 cartas circulares.
  • 6 cartas de referencia.

La edición distribuida por Mercurio cuenta con varios idiomas, incluido el nuestro, por supuesto. Más allá del reglamento, el juego no tiene mayor dependencia idiomática lo cual hace que los jugadores más menudos no necesiten saber leer para disfrutar de esta experiencia.


¿CÓMO SE JUEGA?

Para empezar la partida se reparten las 108 cartas entre los jugadores que vayan a participar en la partida. Nuestro objetivo es colocar el máximo número de cartas y que por el camino no hagamos que caigan demasiadas del majestuoso árbol.

En sentido horario cada jugador debe elegir de una a tres cartas, que revelará de su mazo personal. El jugador activo debe elegir en qué orden quiere colocarlas o si prefiere colocar alguna de ellas en su pila de descartes sin arriesgarse a colocarla en el árbol. Todas las cartas que caigan durante la colocación de nuevas cartas o que el jugador decida no colocar, formarán un mazo que otorgará puntos negativos al final de la partida.

Cada carta tiene unas reglas de colocación específicas que os contaremos en imágenes a continuación:

Las hojas no tienen reglas especiales, por lo que pueden colocarse en cualquier lugar sobre la copa del árbol. Es la carta más básica del juego.
Tanto los monos como las flores deben sobresalir de la copa del árbol. Toda su zona amarilla debe exceder los límites del árbol. La diferencia entre ellos es que los monos, al ser animales, podrán ser picados por las abejas que veremos más adelante.
Las serpientes deben ser colocadas entre cartas ya colocadas, no se vale colocarlas directamente encima de la copa del árbol.
Las abejas son muy problemáticas, ya que pican a todo lo que se coloque encima. Si un animal es colocado tocando alguna abeja, éste animal deberá descartarse y colocarse en el mazo de descartes correspondiente. Para tapar estos traviesos insectos deberemos usar hojas o flores.
El tucán, como buen planeador, debe ser lanzado como si de un shuriken se tratara desde más de un palmo de distancia. ¡Buena suerte!
Los murciélagos, deben ser lanzados a ciegas desde las alturas, cerrando los ojos antes de estirar nuestro brazo.
El leopardo también salta desde las alturas, pero podremos mantener los ojos abiertos, teniendo que dejarlo caer desde más de un palmo de altura.

Por último, el camaleón copiará las condiciones de colocación del animal colocado previamente. ¡Ya conoces a toda la fauna!

El juego termina en el momento en que algún jugador se quede sin cartas. En ese momento, todos los jugadores deben contar las cartas que le queden sumadas a las que formen su pila de descartas. El jugador con una menor cantidad será el ganador.


¿CÓMO QUEDA EN LA MESA?

Pon el baobab en el centro de la mesa, el resto es secundario. Cada jugador puede tener en su mano el mazo de cartas que le queden por colocar y solo necesitará un espacio para sus descartes. ¡Recuerda que lo importante es que la mesa sea estable para que no caigan las frágiles hojas!

La formación y crecimiento del árbol es visualmente impactante, haciendo que sea una desgracia adicional el derrumbar parte de la estructura.

¿QUÉ NOS PARECE?

Tener un nuevo juego de Josep Maria Allué disponible en las tiendas de juegos nacionales siempre es motivo de alegría y con Baobab no haremos la excepción.

Aunque por aquí no suelen pasar juegos infantiles asiduamente, con Baobab pasa algo muy similar a lo que nos pasa con Rhino Hero, que por mucho que su target sean los críos, todos estamos deseando que vengan los sobrinos a casa para que podamos sacarlo a la mesa e intentar ganarles. Y es que si algo buscamos en un juego apto para los más pequeños es que podamos divertirnos tanto como ellos mientras estamos acompañándoles en la experiencia. Por si fuera poco, al tratarse de un juego de habilidad, y un poco de suerte, para que negarlo, las posibilidades de ser derrotado tampoco son despreciables.

La edición de Blue Orange es simplemente una maravilla. Diseñar en una lata de metal lo que hace a la vez de caja y de tronco de nuestro creciente Baobab le da una añadido visual, además de utilidad. Al abrir la caja tampoco nos dará el bajón, dado que encontramos unas cartas circulares de un borde irregular que emulan hojas y ramas del árbol que estamos a punto de crear. ¿Se le puede pedir más a un juego que solo requiere dos componentes? Para acabar, el tacto de las cartas no es casualidad, ese brillo resbaladizo supone una aventura y un riesgo adicional cada vez que intentemos colocar una carta en la estructura, así que tenlo muy presente durante la partida.

Las mecánicas del juego son tan sencillas como coger cartas y lanzarlas o colocarlas bajo las reglas que nos dictamine su dibujo, pero es que no buscamos más en este proyecto. La máxima decisión en este juego será valorar el número de cartas que quieres obtener de tu mazo para jugar este turno y, tras esto, decidir si vas a colocarlas en el árbol o en tu descarte, evitando desastres mayores. Es desde su sencillez que nace la facilidad por enseñarle el juego a cualquier renacuajo que venga por casa y de su atractiva caja el hecho de que todos los que echan un vistazo a la ludoteca acaben preguntando por ese juego verde con la caja rara.

Además de las risas que pueda generar el hecho de colocar cartas en lugares poco plausibles y menos recomendables, el juego cuenta con el impacto visual de ver crecer el árbol que estamos elaborando entre todos, haciendo que el interés de los más pequeños por no tirar ninguna carta sea aún mayor.

En resumen, Baobab es un juego infantil de destreza que, como buen juego infantil, cuenta con un diseño que divierte y atrae a los menos pequeños. En Baobab encontramos una producción exquisita tanto en su exterior como en sus coloridas cartas, haciendo que el conjunto sea tan visual como agradable de jugar. Un juego que no puede faltar en tu ludoteca si tienes niños merodeando y, sino, deberías tenerlo para jugarlo cuando éstos aparezcan o cuando nos salga, que nos sale, esa vena más inmadura que busca lanzar cartas, pensar poco y reírse mucho.


PUNTOS POSITIVOS

  • La producción de principio a fin: nos encontramos ante un juego con un formato de cartas adecuado a lo que pretende transmitir, con un resbaladizo acabado brillante y un contorno ondulado, que se combina con una caja de acero con la forma apropiada para que, además de poder usarla durante la partida, podamos crear un baobab visualmente atractivo.
  • Sencillo de reglas: que hará que podamos enseñarlo en cualquier situación, especialmente tras ser atraídos por su curiosa producción.

PUNTOS NEGATIVOS

  • Un control escaso: dependiendo de como toquen esas cartas que están en tu mazo. Más allá de eso, necesitarás destreza y habilidad, pero también una dosis importante de suerte, para poder colocar las cartas bajo las condiciones que te dicten.

Este juego ha sido cedido por Mercurio Distribuciones para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.