Por fin hemos podido probar la segunda parte de los Escape the Room presentados por ThinkFun que podemos disfrutar en español gracias a Mercurio Distribuciones.

En esta ocasión, la ambientación cambia, así como la dificultad de la aventura. El entorno de esta entrega nos sitúa en un balneario en el que se esconde un misterioso pasado. La premisa, como siempre, es salir del lugar, aunque como ya pasaba en el primer episodio, los escapes de ThinkFun nos desvelan un misterio más allá de buscar una salida y huir antes de que acabe el tiempo.

Como ya comentábamos en la primera entrega, nuestra crítica principal era la facilidad de los acertijos que conllevaban a que finalizar la misión nos llevara menos tiempo del especificado en la caja. La propia editorial definía su primer capítulo como «introductorio» y, aunque los ajenos a las salas de escapismo lo disfrutarán, los más acostumbrados a este tipo de actividades pueden pasar un buen rato, especialmente descubriendo la historia que hay detrás de la sala en la que nos hemos quedado encerrados.

Con El secreto del Dr. Gravely la cosa mejora. Para poder hablar con mayor propiedad, hemos jugado a esta segunda entrega con el mismo grupo que en la ocasión anterior. La experiencia mejoró para todos los que estábamos sentados en la mesa. La duración fue más cercana a lo esperable y los acertijos no caían en la monotonía. Teníamos cierto miedo a que vieramos puzzles que compartieran mecánicas, pero hemos visto que se han introducido otro tipo de acertijos que nos harán pensar y usar otras áreas diferentes del cerebro. No queremos desvelar de qué se trata, pero desde luego hay novedades dentro de los sobres en cuanto al estilo de acertijo y las habilidades necesarias para resolverlos.

Sin ser un reto difícil de superar, cuenta con los suficientes problemas como para acercarse al tiempo que especifica la caja. Como ya pasaba en el anterior, y sin que se considere un destripe para los lectores, encontraremos una escena en la que podremos elegir dos caminos, siendo el segundo un reto final. Para los más aventureros, el reto final supone un último acertijo más complejo que los anteriores. Tanto en el Observatorio como en esta aventura, nos decantamos por realizarlo y, sin duda, es de los más interesantes, poniendo a prueba a todo el grupo y haciendo uso de todo el material que hemos ido consiguiendo por el camino. ¡No seáis cobardes y enfrentaos a todo lo que podáis!

Sin duda alguna, nos gusta el camino que están tomando. Me ha parecido muy interesante su apartado estético y, sobre todo, que se le de una especial importancia al trasfondo que hay detrás de la sala en la que hemos quedado atrapados, algo que no todos los escape tienen en cuenta. Remarcar que, como ya pasaba con su primer lanzamiento, en esta entrega también contamos con una web en la que encontraremos todo tipo de ayudas: desde invitaciones para tus amigos, música ambiental e instrucciones para guardar los componentes de nuevo y poder prestar el juego a unos amigos; un detalle que cada vez es menos habitual en estos días de juegos legacy.