Volvemos con un título de David Heras que siempre disfruta con los enfrentamientos para dos jugadores. Aquí encontramos un microjuego condensado en dieciocho cartas que brilla por su inmediatez y suficientes decisiones.

Otro título en formato cartera exclusivo para dos que brilla por su rapidez y su doble uso de las cartas, para traernos un draft interesante y rápido para llenar esos ratos muertos.


Diseñador/a:David Heras Pino
Ilustrador/a:José Soto
Editorial:Cacahuete Games
Idioma:Español
Número de jugadores:2
Duración:10 min
Edad mínima recomendada:8+

¿DE QUÉ VA? 

En Jet Lag intentaremos colocar los destinos más suculentos sin olvidarnos de que los destinos pierden valor si no llegan allí los deseados turistas. En un sencillo juego de draft para dos jugadores deberemos elegir qué queremos y cómo lo colocamos en un ligero, rápido pero interesante juego en formato cartera.

Jet Lag boardgame juego de mesa

¿CÓMO SE JUEGA?

Jugar a Jet Lag no requiere demasiada preparación, algo acorde a su formato y duración. Baraja las dieciocho cartas, haz cuatro pilas de cuatro cartas y coloca las dos restantes en el centro de la mesa, entre ambos jugadores, mostrando su lado de destinos.

Jet Lag boardgame juego de mesa

Las cartas tienen un práctico diseño que nos permite ver toda la información del anverso y el reverso de un vistazo, sin tener que darle la vuelta al cartón. Esto es especialmente útil puesto que en Jet Lag jugaremos constantemente con el doble uso de las cartas: como turistas o como destino:

Jet Lag boardgame juego de mesa

Las dos cartas del centro suponen los dos primeros destinos de un máximo de cinco que iremos desplegando durante la partida. Cada destino contiene un tipo de paisaje: playa, campo, montaña o ciudad; así como una nueva forma de puntuar para ambos jugadores. ¡Al principio de la partida ya tendremos dos formas de anotar puntos pero el resto los elegiremos durante el desarrollo de la misma.

La partida se desarrolla en cuatro rondas, en cada una de las cuales los jugadores se alternarán como jugadores iniciales y se podrán en juego una de las cuatro pilas de cartas que hemos preparado al inicio de la partida. Podremos saber, por lo tanto, las rondas restantes viendo las pilas que nos quedan por jugar.

Jet Lag boardgame juego de mesa

En cada ronda se seguirá este formato:

  1. El jugador inicial toma las cuatro cartas y elige una de ellas para jugarla.
  2. El rival recibe las tres restantes y toma dos de ellas para jugarlas.
  3. De nuevo, el jugador inicial jugará la cuarta carta restante.

Cada carta puede ser jugada de dos formas distintas que pasamos a explicar a continuación:

USAR LA CARTA COMO TURISTA

En el anverso de cada carta, arbitrariamente visto así, encontraremos un turista en forma de animal. En Jet Lag tenemos tres animales distintos con diferentes colores de pelaje, que pueden servirnos para algunos objetivos. Cada uno de estos animales tiene en su borde superior izquierdo un valor, dicho valor lo utilizaremos para intentar controlar el destino respecto a nuestro rival. Además de dicho valor, que solo sirve para confrontar al que tenemos enfrente, tendrá una serie de afinidades con algunos destinos, es decir, le gustará o le dejará de gustar visitar una serie de lugares. Estas afinidades positivas nos darán puntos si colocamos a dicho turista en un destino coincidente, pero nos restarán puntos si lo que coincide es el destino con su afinidad negativa… ¡Cuidado!

Jet Lag boardgame juego de mesa

En el borde inferior de la carta encontramos el texto del objetivo que encontraremos en el reverso de la carta, así como el icono del destino o doble destino. En el ejemplo superior tenemos una hiena que sumará 4 a la presencia del destino en que la coloquemos. Tiene afinidad positiva por los destinos urbanos, pero no le gusta el campo. Sabemos, por su borde inferior, que detrás tenemos un destino de montaña cuyo objetivo otorgará puntos a los jugadores por los pandas rojos. ¡Todo sin girar la carta!

USAR LA CARTA COMO DESTINO Y OBJETIVO

Si hay menos de cinco destinos en el centro de la mesa podremos colocar un nuevo destino a izquierda o derecha de los ya presentes. Este nuevo destino tiene dos funciones: por un lado podremos ir añadiendo nuevos turistas para que nos otorguen puntos además de ser un nuevo foco en el que buscaremos el control; pero también introduce un nuevo modo de puntuar para la actual partida para ambos jugadores.

Jet Lag boardgame juego de mesa

Esta nueva carta estará activa desde este momento, por lo que el rival será el primero en poder colocar un turista allí, así que elige bien el destino y, sobre todo, valora bien que el objetivo introducido sea beneficioso para ti.

Tras cuatro rondas se habrán jugado las dieciocho cartas del juego y solo quedará puntuar. Cada jugador recibe puntos por turista, que otorga dos puntos positivos si tiene afinidad con el destino en el que está asignado, pero restará un punto si tiene afinidad negativa. Por cada destino, el jugador que tenga más poder de turistas, sumando el valor de los mismos, tendrá tres puntos. Tras esto, deberemos pasar a puntuar cada uno de los objetivos en juego.

Jet Lag boardgame juego de mesa

En el ejemplo superior vemos como con el destino que vemos en detalle, el jugador de la derecha obtiene 2 puntos por dicho objetivo, ya que solo tiene afinidad positiva, otros dos puntos por el turista afín a la playa. Por el contrario, el rival gana los 3 puntos del control de dicho destino por sumar 6 puntos respecto a los 4 de su rival; sumados a los dos puntos del objetivo por tener el destino con turistas de afinidad positiva, aunque ésta no coincida con el destino.


¿QUÉ ME PARECE?

Jet Lag es un filler que cabe en tu bolsillo y que sabe entretenernos con su inmediatez y variabilidad en sus dieciocho interesantes cartas. Un juego rápido y que no pretende abrumarnos, sino equilibrar muchas decisiones en pocos minutos para matar ratos muertos, como las esperas en aeropuertos que tan bien encajan en su temática.

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No es la primera vez que Cacahuete Games nos trae una carterita, sino que ya llevan a su espalda dos títulos en este formato que nos recuerda que no solo Button Shy, o Salt & Pepper, pueden lanzar juegos con esta agradecida portabilidad. Los juegos editados así nos permiten llevarlos a todas partes y aligerar costes, algo que vemos mucho más palpable en los títulos de la editorial que hoy nos ocupa, a costa de ofrecernos unas cartas que son muy delicadas, más de lo que nos gustaría.

Jet Lag boardgame juego de mesa

La portabilidad de las carteritas solo tiene sentido si el juego acompaña, y en Jet Lag todo va encarado a que saquemos el juego en estos ratitos muertos que no requieren ni espacio ni mucho tiempo. Jet Lag es un filler con todo lo que ello conlleva: sencillo de explicar, rápido de preparar, fácil de resolver. Esto es algo que obliga a proponer decisiones interesantes en muy poco tiempo si no quiere pecar de anodino o mediocre, algo que puede pasar a menudo en el mar de dicha categoría. En Jet Lag encontramos que las dieciocho escuetas pero suficientes cartas se basan en la variabilidad táctica de acercarnos cada partida como un draft de cuatro rondas. Ese constructo hace que en pocas partidas conozcamos las formas de puntuar, el elemento más interesante del juego, sin precisar que aprendamos o memoricemos ningún elemento de juego, pero sí permitiendo así un poco de anticipación en unas decisiones de turno planteadas para ser tomadas de una forma casi inmediata.

Jet Lag boardgame juego de mesa

Jet Lag quiere que las partidas duren poco pero se sientan interesantes, un equilibrio posible pero difícil. Lo consigue con esa pequeña división en cuatro rondas que hace que los jugadores reciban cuatro cartas, las justas para que el draft tenga sentido pero la cantidad de cartas no conlleve un tiempo de análisis que dilate la partida. El proceso, más táctico que estratégico por no conocer la localización de las cartas deseadas ni el orden de juego que tendremos en dichas rondas, es de elegir una carta a sabiendas que el rival luego tendrá la libertad de elegir dos de las restantes.

A este draft sin aderezos, mecánica conocida y que encaja bien en este título, se le añade esa tensión creciente de los destinos. A los dos iniciales iremos ampliando fronteras hasta, probablemente, tener cinco. La decisión más compleja será decidir el momento de añadir un nuevo destino y hacerlo con la seguridad de no beneficiar al rival, algo que nunca tendremos por seguro. El hecho de que cada destino incluya objetivos para ambas partes hace que dicha decisión sea dura de tomar, puesto que aunque la valoración actual nos deje claro que los beneficios propios exceden los del rival, estamos invirtiendo un turno en hacerlo, en lugar de bajar un nuevo turista a alguno de los destinos ya conocidos. Por otra parte, que el balance actual sea así no significa que las tornas no puedan cambiar, por lo que de nuevo tenemos un elemento de riesgo y de tintes tácticos que hacen que sea muy divertido tomar una decisión sin tener claro el devenir de la partida.

Jet Lag boardgame juego de mesa

En definitiva, Cacahuete nos trae otra carterita que ahora sí nos ha llegado a convencer por completo. Se trata de un filler corto, con lo que eso conlleva, pero dentro de su categoría no vemos que nada esté fuera de lugar, sino que cada decisión se siente con el peso suficiente como para que posiblemente, queramos jugar una nueva partida. Dentro de la reñida categoría en la que se mueve, Jet Lag sabe ofrecer rejugabilidad por su variabilidad, un acercamiento táctico y un estilo artístico fresco, con un buen diseño de cartas a doble cara que no entorpecen la experiencia. Todo ello hace que, aunque mecánicamente sea conservador, la experiencia sea muy agradable y sea difícil rechazar una revancha a un título que, como buen filler, busca ser utilizado entre otros de mayor envergadura o para simplemente tener un divertimento ligero, cosa que consigue holgadamente. Muy recomedable.



Pros

  • Un microjuego filler de solo 18 cartas que ha sido editado en su mejor formato, una cartera que cabe en cualquier bolsillo.
  • Un draft que juega con elementos tácticos y el tempo de la partida para que los jugadores decidan si sumar puntos o añadir condiciones para potencialmente sumar más puntos, de los que su rival puede aprovecharse.
  • Aunque mecánicamente no encontramos nada rompedor, todo bien equilibrado con su dinamismo y variabilidad implícita en el orden de aparición de las dieciocho cartas.
  • Un estilo artístico cuidado y un diseño gráfico práctico que no dificulta el uso a doble cara de las cartas.

Contras

  • Nos hubiera gustado tener unas cartas de mejor acabado que soporten las partidas, algo que hubiera encarecido el precio de derribo actual.

Este juego ha sido cedido por Cacahuete Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.