Artísticamente cuidado, con Iki tenemos una magnifica ambientación que sirve de excusa para tener un buen puñado de artesanos que ofrece gran variedad de cartas en este título.
En Iki encontramos un atípico rondel tematizado con la época de mayor crecimiento de Edo y mucha más interacción de la que solemos encontrar en otros títulos de gestión de recursos.
Diseñador/a: | Koota Yamada |
Ilustrador/a: | Dommiy, David Sitbon, Koota Yamada |
Editorial: | Arrakis Games |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 2-4 |
Duración: | 60-90 min |
Edad mínima recomendada: | 14+ |
¿DE QUÉ VA?
En Iki tomaremos el mando de varios artesanos en el momento de mayor expansión a nivel de artesanía de Japón. Deberemos contratar a los mejores artesanos mientras paseamos por Nihonbashi obteniendo los recursos necesarios para progresar y dar de comer a nuestros trabajadores. Nunca olvides el riesgo de incendios, algo muy presente que puede arruinar nuestro progreso a lo largo de las cuatro estaciones que dura una partida.

Oyakata – grande se mueve por la calle principal de Nihonbashi
Ikizama – mediano turno
Kobun – pequeños
Verano /estacion verde
Monedas Mon normales, Koban para edificios
¿CÓMO SE JUEGA?
Una partida a Iki dura un año completo, dividido en cuatro rondas que simbolizan las cuatro estaciones del año. Durante cada turno, los jugadores irán eligiendo su posición para el orden de turno, contratarán artesanos y pasearán por la calle principal de la ciudad gestionando sus bienes y evitando que los incendios les pasen factura.
FASE A – El Camino de la Vida
En la primera fase de la ronda deberemos colocarnos en el orden de turno que elijamos. El marcador de incendio, del que hablaremos más adelante, determina en sentido inverso qué jugador será el primero en colocarse en una de las distintas opciones. Dicho marcador de incendio no solo nos protegerá de futuros incendios sino que ir en cabeza nos permite ser el primero en decidir en qué posición queremos llevar a cabo las acciones.

El orden determinará como llevaremos a cabo las acciones de la FASE B pero también cuánto desplazaremos a nuestro Oyakata por el rondel que representa la calle del centro de Edo. La cantidad de casillas avanzadas no puede reducirse, sino que deberemos avanzar tantas como indique nuestra posición, pudiendo avanzar pasos adicionales invirtiendo sandalias como recurso.

FASE B – Acciones
En esta fase los jugadores irán retirando su Ikizama de izquierda a derecha para poder llevar a cabo su turno completo. Aunque dicho turno es sencillo, contamos con un buen recordatorio de la ronda completa en nuestro tablero personal:

En la fase de acciones los jugadores deben decidir si recibir 4 Mon, las monedas de la época, o contratar a un nuevo artesano. Sobre la mesa tendremos siempre varios artesanos disponibles, los cuales provienen de un mazo independiente para cada una de las cuatro estaciones del año. De esta manera, pese al azar del orden de robo, cada mazo hace que los artesanos se ordenen dentro de la partida y las combinaciones se vayan creando durante la partida de forma progresiva con mejores efectos al final de la misma.

Los artesanos que contratemos se colocarán en las distintas casillas alrededor de la calle central de Nihonbashi. Al contratar un artesano colocaremos uno de nuestros cuatro Kobun sobre él, de modo que nunca podremos tener más de cuatro artesanos a nuestro cargo. Estos artesanos otorgan beneficios a todos aquellos que paren en la casilla correspondiente del rondel que forma la calle central.
Cada uno de los artesanos tiene un coste, un color que nos servirá para puntuarlos al final de la partida y un beneficio descrito en su mitad inferior. Aquí vemos su anatomía:

En el ejemplo superior vemos como el coste de contratar a la interprete de shamisen es de tres mon, como se indica en el borde superior izquierdo. Permitirá que cualquier jugador que mueva su Oyakata a su calle pueda pagar una madera para obtener tres mon y dos puntos de victoria. Además, en el borde derecho vemos los beneficios para el contratante, que recibiremos al final de cada estación del año.
Y es que cuando colocamos a un artesano deberemos colocar nuestro kobun en la casilla inferior del borde derecho para indicar que somos los contratantes. Cada vez que otro jugador utilice el beneficio de nuestro artesano, éste ascenderá de nivel, moviendo el kobun una casilla hacia arriba. De esa forma, no solo mejoran los beneficios de final de estación, sino que podemos llegar a promocionarle.

Tras elegir si queremos dinero o contratar un nuevo artesano, debemos avanzar nuestro Oyakata por el rondel del centro del tablero. Recordemos que deberemos avanzar tantas casillas como nuestro orden de turno, pudiendo avanzar más con sandalias, pero nunca menos.

Siguiendo con el ejemplo superior, el jugador morado ha acabado en la casilla que vemos en el detalle. Decide cambiar una sandalia por 4 monedas en la casa de empeños y luego podría activar uno de los dos artesanos que coinciden con dicha casilla. Solo encontramos un artesano que ha sido contratado por el jugador rojo, por lo que si lo activa, hará que éste mejore y suba un peldaño el kobun colocado sobre él.
Los jugadores deberán gestionar recursos como madera y arroz, así como los Koban, unas monedas especiales que les permitirán construir edificios. Y es que en cada partida a Iki tendremos una serie de edificios revelados al inicio de la partida. Estos edificios son una interesante fuente de puntos de victoria que perfilan nuestro modo de juego, pero que a su vez suponen un sacrificio, puesto que se colocan como cualquier artesano pero el kobun que coloquemos sobre él nunca se retirará del tablero, bloqueando uno de nuestros cuatro meeples y limitando la cantidad de artesanos que podremos contratar.

Además, alrededor del rondel encontramos otras formas de puntuar en forma de set collection mediante la adquisición de pipas de fumar y bolsas de tabaco, así como distintos pescados que variarán según la estación en la que nos encontremos.

Otro elemento que nos otorgará puntos al final de la partida, además de los beneficios durante la misma, son los artesanos que promocionados, cuyo kobun haya ascendido lo suficiente para completar las casillas del borde derecho, pasarán a colocarse sobre nuestro tablero personal. Éstos seguirán dado beneficios al final de cada estación, pero no necesitarán comer arroz al final de la ronda y ya habremos recuperado nuestro kobun.
FASE C – Evento
Al final de cada ronda deberemos colocar una moneda sobre los artesanos que no hayan sido contratados y revelar nuevas cartas para que la variedad aumente. Todo ello viene descrito iconográficamente en el borde superior del tablero, en el que aparecen también los demás eventos de la partida:

A lo largo de la partida tendremos que lidiar con varios eventos adversos. En tres ocasiones se provocará un incendio en la ciudad, de modo que una de las cuatro calles arderá. Para protegerse y evitar perder los artesanos allí colocados, los jugadores pueden aumentar el track de prevención de incendio, siempre recordando que también nos sirve para ser los primeros en elegir el orden de turno de la siguiente ronda.
Por otra parte, debemos almacenar arroz para que al final de cada estación podamos dar de comer a los artesanos contratados. Cada trabajador consume un recurso de arroz que, de no pagar, nos hará perder su contrato, perdiendo la carta y todo lo que el kobun hubiera avanzado de camino a la promoción. Esto hace que los artesanos sean descartados y no colocados en nuestro tablero personal, perdiendo puntos al final de la partida.
Tras las cuatro estaciones los jugadores llevan a cabo un turno ligeramente distinto, que simboliza el Año Nuevo, en el que no podremos contratar más artesanos y nos moveremos por el rondel con más facilidad para acabar de exprimir nuestros recursos antes de la puntuación final.

¿QUÉ ME PARECE?
Iki presenta un juego de gestión de recursos, exigente y con notable interacción, que en esta edición mejora a nivel gráfico respecto a su propuesta original. En Iki vemos un título con los turnos justos para tener que exprimir bien nuestros movimientos a la vez que lidiamos con la incertidumbre de algunos elementos de azar.
Sin querer sacar patrones concretos, los títulos orientales que atraviesan fronteras suelen tener, en mi humilde opinión, una buena dosis de originalidad y una mezcla elegante de mecánicas. También suelen tener reglas sencillas, aunque con excepciones, pero una profundidad sorprendente para dicha sencillez. Con Iki encontramos todas esas premisas.

Respecto a la primera edición, a nivel gráfico y de producción los cambios han sido notables. Encontramos una portada preciosa, un tablero mucho más agradable a la vista e ilustraciones de cartas modificadas. Los tableros personales incluyen unas ayudas como resumen de turno que recuerdan a Coffee Traders por tener estructurada toda la ronda de juego en el propio tablero de una forma muy visual. Si bien el juego original se apoyaba en el Kirai Shodan, siendo más fiel y carismático, los nuevos artesanos tienen un mayor colorido y mejor composición. En la nueva edición del juego encontramos una excelente mejora en la producción, que incrementa el precio a cambio de unos componentes exquisitos, así como una mejora de escalabilidad para tres jugadores. Todo ello encarece el producto y le otorga un aire deluxificado que estrecha el público objetivo a cambio de un juego que luce muy bien en mesa.
Lo que sorprende de Iki es como se entremezclan los elementos del juego. Que el track de incendios determine el orden de elección de turno y que el turno, a su vez, sea decisivo no solo para jugar antes y acceder a elementos finitos como los pescados y el tabaco, sino también para contratar artesanos o colocar a dichos artesanos en lugares donde tus rivales van a parar este mismo turno. Esos engranajes son los que pueden complicar tu primera partida y también son el ejemplo de como aunque las reglas no abrumen, los distintos elementos de juego interactúan entre sí.

Y es que Iki es muy interactivo pero no por ello agresivo. Las acciones de los jugadores constantemente dependerán de los demás y eso no es lo habitual. Cuánto mover a tu Oyakata por las calles es un ejemplo de bloqueo en el que seguro que nadie va a priorizar el molestar a su beneficio personal. Esa es una constante en Iki que propone la interacción como una forma de beneficiar o bloquear a los demás de forma indirecta. De esta forma me arriesgaría a decir que puede entrar muy bien al eurogamer medio sin caer en el multisolitario alemán clásico.
Tras un par de partidas vemos que Iki es tremendamente estratégico pero con sus pinceladas de azar. Si bien los incendios más que pinceladas parecen brochazos, el resto de elementos variables entre partidas permiten que persista una planificación a largo plazo sin poder jugar en automático. Para empezar, los artesanos divididos por estaciones permiten un control notable a la vez que nos requieren conocer un poco el mazo de cartas para saber a qué atenernos, pero siempre quedarán cartas fuera que impiden que podamos replicar partidas. Lo mismo sucede con los edificios iniciales, los cuales deberemos conocer al empezar la partida para trazar un buen motor de puntos de victoria.

Cabe destacar que los incendios que ya hemos mencionado son una fuente de frustración que para muchos jugadores se integra como una valoración de riesgos. Los tres incendios pueden ser gestionados con seguridad si aumentamos dicho track, pero también podemos cambiar nuestra postura e integrar que si nos ceñimos a uno de los barrios del juego las posibilidades de arder son del 25%. A esto se le suman otras alternativas como colocarnos al lado de un jugador que sabemos que va a apagar dicho fuego, a cambio de buscar buenas posiciones o pagar un sobrecoste para colocarnos en las casillas centrales de cada distrito. En definitiva, el fuego es un elemento que parece tosco e injusto, pero que se siente fresco y permite que cada jugador decida como gestionarlo.
A nivel de escalabilidad, como hemos mencionado previamente, la interacción que propone hace que sea más disfrutable a tres o cuatro jugadores. Las partidas a dos jugadores pierden parte de su esencia, puesto que lo que más representa a Iki es esa incertidumbre de que tus trabajadores sean activados por rivales, y así no tener un control estricto de cuando serán ascendidos, y los bloqueos en el orden de juego. Aun así, encontramos una variante que mejora el juego original con unos bloqueos dinámicos y un tablero reversible para tener distintos cambios en partidas a tres jugadores. Aun así, la experiencia más completa sigue siendo con cuatro jugadores alrededor de la mesa.
La producción, como comentábamos más arriba, es una delicia. Encontramos elementos personalizados en madera por todas partes y un renovado aspecto gráfico que puede causar ambivalencia. Si bien el juego original era fiel a las ilustraciones históricas, aquí persiste el toque oriental pero se aleja de la fidelidad del pergamino que inspiraba Edo Craftsman Story.

En definitiva, Iki es un juego que debería llamar la atención a los que busquen elementos de juego originales. Un título en el que los elementos se relacionan de una forma ingeniosa y la interacción lo impregna todo. Dicha interacción, indirecta y escasamente negativa, hace que el juego brille a cuatro jugadores. Todo ello bajo una producción colorida y cuidada, que encarece su precio a cambio de lucir como un producto deluxificado. Muy recomendable.

Pros
- Un rondel curiosamente elaborado alrededor del cual se destila mucha más interacción que la media de juegos.
- Una ambientación original que encaja bien a nivel mecánico.
- Un título que permite grandes estrategias para las que debemos conocer las cartas de artesano y los edificios que nos harán gestionar cada recurso al milímetro.
- Una producción muy cuidada, aunque eso incremente su precio, que hace que el juego luzca bien, algo que se agradece cuando es un título tan notable.
Contras
- Por la evidente interacción que propone, y pese a su variante para dos, el juego funciona mejor a mayor número de jugadores.
- La primera partida puede ser complicad al no conocer las cartas de artesanos que pretenden permitir estrategias a largo plazo en partidas posteriores.
Este juego ha sido cedido por Jugamos Una para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!