Un abstracto de control de áreas con una producción tan deliciosa como Perro Loko nos tiene acostumbrados.
En Tholos los jugadores se enfrentan a un título de corte abstracto, exclusivo para dos jugadores en el que deberán controlar de forma eficiente las distintas columnas para rascar puntos al final de la partida.
Diseñador/a: | David Bernal |
Ilustrador/a: | Jesús Fuentes |
Editorial: | Perro Loko Games |
Idioma: | Español / Inglés |
Número de jugadores: | 2 |
Duración: | 20 min |
Edad mínima recomendada: | 8+ |
¿DE QUÉ VA?
Participa en la construcción del Tholos de Delfos y embárcate en un duelo para ser el mayor participante de tan digna edificación. Los jugadores deberán tomar piedras de la cantera y colocarlas estratégicamente en las altas columnas para tener la mejor presencia y dominar la construcción en su beneficio. Planea cómo y cuándo colocarte para poder obtener la mayor cantidad de puntos en un reto sin azar alguno.

¿CÓMO SE JUEGA?
En Tholos los jugadores pretenden dominar las distintas columnas del tablero de juego para obtener puntos por ello. Deberán construir las siete columnas equilibrando la presencia de su color, el del rival y el color neutro, así como activar las habilidades de cada columna para poder obtener la victoria.

Para empezar, cada jugador obtiene su tablero de taller en el que caben tres piedras. Empezarán con dos piedras de su color. Dicho tablero tiene una referencia a la información más importante de la partida:

En nuestro turno podremos hacer una de las dos acciones siguientes:
OBTENER PIEDRA DE LA CANTERA
En su turno, como hemos visto más arriba, los jugadores pueden obtener nuevas piedras de la cantera. Las piedras son nuestro único recurso para construir columnas. Los jugadores deben elegir si quieren piedras de su color, de color neutral o del rival.

Si decides obtener piedras de tu color, puedes robar hasta tres piedras de la cantera o tantas como entren en tu taller. Si eliges piedras neutrales, obtienes hasta dos y si eliges piedras de tu rival, solo una. Aunque no lo parezca, las piedras de tu rival, bien colocadas pueden ser una fuente de puntos muy interesantes.
JUGAR UNA PIEDRA EN THOLOS
Esta es la acción más interesante en Tholos. Para ello, el jugador coloca una de las piedras que tenga en su taller y la coloca en cualquier columna disponible del Tholos.
Debemos tener en cuenta que, a excepción de las normas que se puedan modificar con su modo avanzado, del que hablamos en la siguiente sección, la altura máxima de cada columna es de 5 piedras.
Siguiendo esta sencilla norma podemos colocar una piedra de cualquier color en cualquier columna. Colocar piedras de nuestro color no solo nos beneficia para intentar ganar el control de dicha columna, sino que nos permite activar una habilidad asociada a dicha columna, impresa en la base de la construcción.

Por ejemplo, si un jugador coloca una de sus piedras en alguna de las columnas de la imagen superior, como vemos resumido en iconos, podremos retirar la piedra superior de cualquier columna, a excepción de la que estamos activando, y colocarla en otra columna. El color de las piedras que podremos movilizar depende de la columna activada, como vemos en la imagen superior. Esto es solo un ejemplo de las distintas acciones entre las que encontramos la habilidad de robar una piedra del taller rival, retirar la piedra superior de alguna columna o incluso jugar una segunda piedra de nuestro taller. ¡Piensa bien qué quieres activar!
La partida termina cuando las siete columnas están completas, con cinco piedras cada una. Solo nos quedará puntuarlas una a una, determinando el jugador que la controla y sumando los puntos que le ofrezca dicho control, siguiendo las normas que ya hemos comentado en la referencia que encontramos en la loseta de taller.

Los puntos se anotan en el contador circular. El jugador con más puntos será el vencedor.

¿QUÉ ME PARECE?
Tholos es un maravilloso juego abstracto en el que planificar y reaccionar a los turnos del rival marcarán la diferencia. Es un título elegante en el que la táctica y las decisiones a corto plazo se equilibran de una forma exquisita con una estrategia a más largo plazo, que siempre irá encarada a controlar las columnas con la mínima presencia de piedras grises.
Si Perro Loko ya nos sorprendía hace un año con SPELL, un juego que llegó con grandes alabanzas y me encantó por su sencillez, hoy hablamos de su siguiente título, en esta ocasión ideado por David Bernal y encajando perfectamente en la línea editorial marcada por su anterior título. En Perro Loko saben hacer juegos bonitos, sencillos de reglas, pero que no dejan indiferente.

En Tholos encontramos un juego en el que deberemos controlar siete columnas de la forma más eficiente posible, ya que de ello dependerá la cantidad de puntos que nos llevemos por su control. Alrededor de esa delgada línea entre un control eficiente y la pérdida del mismo se tejen todas las decisiones que Tholos nos propone.
Lo interesante de Tholos es como cada columna tiene asociada su acción que, a su vez, se activará solo con las piedras de nuestro color. Equilibrar la activación de cada habilidad sin excedernos en invertir piedras en una columna que, de paso, nos encantaría controlar, hace que las decisiones se vuelvan dicotómicas y tensas durante toda la partida.
El hecho de que la altura esté limitada a cinco piedras hace que se saturen las habilidades, pero siempre de una forma relativa, ya que otras habilidades podrían liberar la última piedra de otra columna y, de nuevo, tener disponible esa opción. Esto hace que la última mitad de la partida sea un cálculo aún más fino de cómo activar las habilidades para liberar aquellas que necesitamos volver a ejecutar, siempre teniendo en cuenta que nuestro rival podría volver a completar la columna recién liberada.

Y eso último tiene mucho que ver con el timing en Tholos que es tan delicioso como el resto de mecánicas. Nuestro recurso son las piedras, y siempre deberíamos tener alguna en nuestro pequeño taller. Dado que nuestro límite es de tres piedras, no habrá más de tres turnos sin que debamos dejar de lado la construcción para reponer nuestra reserva, a no ser que optemos por activar la habilidad que nos permite robar del taller rival. Eso hace que no podamos perder de vista el taller del rival y saber que, si permite que se agoten sus reservas, tendremos dos turnos de construcción consecutivos sin que nuestro contrincante pueda hacer otra cosa que robar.
Todo esto queda bien hilado y bajo unas sencillas reglas aptas para todos los públicos. Esa es su gran virtud. Es uno de esos juegos cuya profundidad se aprecia mientras juegas y vas descubriendo situaciones que abren nuevas vías hacia la victoria. Posiblemente en la primera partida no veamos lo interesante de robar piezas rivales, o de agotar las piezas grises para que nuestro rival no pueda reducir nuestras ganancias de final de partida, y eso son solo dos ejemplos de actitudes que iremos viendo en nuestras partidas, sin necesidad de reglas que nos lo estipulen, sino que el propio diseño nos irá enseñando.

Si el juego base me parece todo un acierto y sin necesidad de artificios, Tholos incluye un modo avanzado para los que busquen variabilidad entre partidas. Aunque en los abstractos no siempre variar las partidas es un elemento necesario, este añadido opcional satisfará a aquellos jugadores más eurogamers. Dicho sea de paso, las condiciones variables de su modo avanzado, que nos permiten modificar formas de puntuar de algunas columnas, son agradables de introducir. El reglamento nos recomienda añadir solo dos de ellas, dejando cinco columnas impolutas. Personalmente prefiero no añadir más de dos, aunque las reglas nos dejan libertad para ello, con intención de mantener un equilibrio entre la novedad y el control de lo ya conocido para no empañar la sencillez que tan bien le sienta a Tholos y el equilibrio que podría romperse si añadimos demasiados módulos asociados a algunas columnas concretas.

De la producción, pocas pegas a destacar. Tenemos unos discos suficientemente altos como para disfrutar con su colocación a los que solo hecho de menos un relieve que, por temas de coste y por decidir fabricar directamente en nuestro país, han decidido dejar lisos. De nuevo la editorial decide usar la caja como elemento de juego, en este caso para elevar la zona de juego y darle tridimensionalidad sin alterar su utilidad.

En resumen, tengo claro que es el mejor juego que he probado de David Bernal y, también, de la propia editorial. Si ya empezaba con fuerza, con Tholos deja claro un buen ojo a la hora de traer títulos que aparentemente parecen decantarse por diseños abstractos muy vistosos. En Tholos tenemos un título rotundamente sólido y que ofrece partidas muy diferentes con pocas reglas, dejando claro que un buen diseño no necesita excepciones sino que los jugadores exploren sus pocas pero interesantes habilidades y, sobre todo, que sepan aprovecharse del tempo de juego de su contrincante para obtener más puntos que él. Un indispensable si disfrutas de los abstractos a dos jugadores.

Pros
- Un abstracto que condensa en tres reglas una gran toma de decisiones que equilibran un alto componente táctico con una estrategia a más largo plazo.
- Un sistema de habilidades accesible a todo tipo de jugador que esconde distintas formas de ejecutarlas para resultados variados y partidas muy distintas.
- Su modo básico ofrece partidas para aburrir, con un diseño excelente, pero que permite completar la variabilidad entre partidas con un modo avanzado que funciona pero que muchos no necesitarán siquiera.
- Otro título que pisa fuerte en la editorial, y que deja claro su buen gusto con títulos de corte abstracto que no se cortan en ser vistosos en su producción.
Contras
- Quizás nos hicimos muchas ilusiones pensando que las piedras tendrían el borde pintado o en relieve al ver los mock-ups.
Este juego ha sido cedido por Perro Loko Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Meeple sano in corpore sano.
Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!