The Key: Asesinato en el Club de Golf [Reseña]

Hoy vamos a investigar un curioso crimen en el que las evidencias abundan…

En The Key encontramos un juego de deducción que usa el tiempo real de una forma poco intrusiva pero que agiliza la partida.

¿DE QUÉ VA? 

En el Club de Gold ha habido un asesinato y debemos resolver el caso tan pronto como podamos. Para ello tendremos que investigar entre las abundantes pistas e intentar ser el más rápido de la mesa. ¡Saca tu lupa y ponte a trabajar!

¿CÓMO SE JUEGA?

Una partida a The Key consta de una investigación completa. Para ello tomamos una llave al azar, que determinará el caso, y desperdigamos todas las cartas por la mesa. ¡Sí, sí, todas las cartas!

Ahora nos escondemos tras la pantalla de jugador y tomamos un rotulador. Ya podemos iniciar la investigación.

En The Key no hay turnos, sino que todos los jugadores llevan a cabo sus acciones de forma simultánea. A diferencia de otros juegos, eso no quiere decir que el más rápido gane, ya que como veremos más adelante, si eres veloz pero poco eficaz, tendrás una penalización y podrás perder la partida.

Nuestro objetivo no es resolver un crimen sino tres. Ha habido tres asesinatos a tres horas distintas. Como buenos investigadores deberemos saber el autor de los crímenes, la hora, el lugar y el arma. ¡Cuatro elementos indispensables!

¡Pero la mesa está llena de cartas! Pues ponte a buscar las que tienen la llave del color de la partida actual…

Toda la información que encontremos en el reverso podremos anotarla en nuestra pantalla de jugador. En esta pantalla plastificada tendremos los elementos de cada uno de los tres casos a resolver.

El reverso de las cartas es muy variado. Puede darnos pistas directas o indirectas, incluso pistas repetidas si no elegimos bien la carta que escogemos. ¿Nos falta información de los sospechosos? ¿Merece coger una carta de 2 o de 4 puntos negativos? Toda carta que robemos la conservaremos, de modo que los rivales no contarán con ese fragmento de información pero nos restará puntos al final de la partida.

Jugaremos con las matrículas de los carritos de golf, con el ADN de los sospechosos y con los relojes rotos que nos indicarán la hora. Todo ello se traduce en pistas mediante nuestro cuaderno de investigación:

Cuando creamos que lo tenemos todo, debemos traducir nuestras sospechas en un código de cuatro dígitos y coger la llave del centro. El resto de jugadores pueden seguir con su investigación, ya que ser el primero solo nos permite quitarnos una carta de penalización del valor más bajo. ¡No corras tanto!

Cuando todos estén listos solo quedará comprobar si, en orden de finalización de partida, alguien ha resuelto el misterio. Para ello solo debemos colocar la llave en el código que hayamos obtenido, voltear el tablero y comprobar si la llave ha salido por el candado del color coincidente con la llave.

Recuerda que aunque hayas acertado el código, si otro jugador ha obtenido el mismo resultado con el robo de menos cartas, siendo más eficiente, éste será el ganador, aunque haya tardado más tiempo.

¿QUÉ ME PARECE?

Thomas Sing no se conforma con La Tripulación y nos sigue mostrando formas originales de enfocar juegos de corte familiar. En este The Key: Asesinato en el Club de Golf vemos como la puesta en escena, azarosa y caótica, transmite fluidez y diversión a partes iguales.

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Sobre The Key debemos saber que se trata de una colección de varios juegos y que, en nuestro caso, nos estamos centrando en la entrega de dificultad media. Todos ellos comparten las cartas y el sistema de pistas, aunque el libro de investigación varía y, con ello, la dificultad general de la experiencia. Dado que el juego tiene un objetivo familiar, la entrega que reseñamos es adecuada para adultos jóvenes y entornos poco jugones, por lo que no debéis esperar un título sobrecomplicado.

La gran virtud de The Key es su propuesta en tiempo real y un sistema de pistas temático. No solo es una experiencia sin descanso que, para no fatigar, se resolverá en unos veinte minutos, sino que el ir obteniendo pistas nos irá dando sorpresas por la forma de dar información. A veces nos dirá una letra de la matrícula, a veces nos dará un trozo de reloj que deberemos comprar con nuestro libro de investigación… ¡Mucha variedad para un único objetivo! Por si esto fuera poco, el modo de juego, sin turnos, hace que gente de distintas edades o con diferentes niveles de experiencia puedan reunirse alrededor de la mesa para disfrutar del juego. Aunque algunos tarden más que otros, la experiencia individual de cada uno será de juego fluido y constante.

La mayor pega deriva también de otro elemento muy propio del juego: la preparación de la partida. Este juego requiere que despleguemos todas las cartas por su anverso. Esto puede parecer una tontería, pero necesita que dispersemos bien las cartas para que se vean parcialmente sus iconos y sea más fácil de jugar. No es que requiera una gran superficie de juego, pero sí es interesante aprovechar el espacio al máximo para agilizar el desarrollo.

Otro detalle que debemos tener en cuenta, y que se relaciona directamente con su escalabilidad, es que el juego es multisolitario. Aunque todos los jugadores roban cartas de un pool común, del cual iremos robando y quitando posibilidades al resto de jugadores, el desarrollo no depende para nada de lo que hagan nuestros rivales. Además, como ya hemos comentado, pese a la libertad de acción por no haber turnos establecidos, el juego no termina hasta que el resto de jugadores lo decida, por lo que a más jugadores las partidas pueden alargarse por encima de lo esperado. Es por eso que cuando más he disfrutado con The Key es cuando hemos sido dos o tres alrededor de la mesa. Aun así, dada la gratificante experiencia, es totalmente disfrutable con más jugadores y de todas las edades.

De la rejugabilidad, aunque solo haya nueve llaves, debemos tener en cuenta que no es un juego tan temático como para que cada llave esconda un caso memorable, sino más bien, y siendo reduccionistas, un código de cuatro cifras. De esta forma, cada llave se asocia a un código, y con 9 códigos tenemos diez partidas hasta volver a usar la misma llave. Con estos datos me parece que, especialmente si no vamos a jugar exclusivamente a este título, no es un juego perecedero.

En definitiva, The Key: Asesinato en el Club de Golf es un juego original y muy dinámico, que usa el tiempo real sin meter presión a los jugadores, sino como elemento que agiliza y dinamiza la partida. Es un juego claramente familiar, aunque un asesinato no sea el mejor tema para los más pequeños de la casa. De nuevo Thomas Sing nos muestra como ofrecer un producto original, algo que mereció muchos premios con La Tripulación. Un juego agradable y con cierto descontrol, que pese a tener nueve llaves no quiere decir que no sea rejugable porque, al fin y al cabo, cada llave tan solo se corresponde a un código de cuatro dígitos, por lo que a no ser que tengamos una memoria de elefantes, cada nueve partidas podremos volver a utilizar la misma llave. Si buscas algo rápido, temático, dinámico y divertido, The Key merece que le eches un ojo.

Este juego ha sido cedido por HABA para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.