Esta semana os traemos otro gran juego de Drei Hasen in der Abendsonne. Es un juego completamente encantador para aquellos enamorados de la madera.

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Se trata de un juego ideado por el trinomio Uta Krueger, Bernd Poloczek y Jens-Peter Schliemann. Por su parte, los colores y las formas han sido creadas por Johann Rüttinger, como viene siendo habitual en la editorial. El juego está pensado de 2 a 4 jugadores, con una duración aproximada de 20 minutos y para jugadores de más de seis años.


¿DE QUÉ VA?

En Talo, todos los jugadores pretendemos escalar hasta una altura de diez niveles. Debemos ser rápidos, hacerlo antes que nuestros rivales y aprovecharnos tanto como podamos de las estructuras que ellos construyan. ¿Serás el mejor escalador?

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En definitiva, Talo es un juego donde la construcción espacial y la planificación son las claves del éxito. El juego incluye un ápice de azar al tener que tirar un dado al inicio de cada turno, pero el resto viene de nuestra habilidad de saber usar los kilos de madera que incluye la caja del juego. Desde luego, coincidimos completamente con la edad recomendada en la caja, encontrando un juego muy apto para incitar a los más pequeños de la casa a empezar a estrujar el cerebro y acabar las partidas con estructuras muy atractivas y vistosas… en definitiva, ¡ingenieros en potencia!


¿QUÉ LLEVA EN LA CAJA?

La caja gigante y naranja radiante contiene:

  1. Un tablero central compuesto de una cuadrilla de 10 x 10.
  2. Dos tableros para colocar el inventario de piezas de madera en dos configuraciones distintas.
  3. 55 piezas de madera de distintas longitudes entre uno y diez.
  4. 6 peones que representan a los jugadores. Sí, hay uno que jamás usaremos, pero nos permiten abrir el abanico y elegir el que más nos guste.
  5. Un dado de diez caras.
  6. Un medidor para calcular la altura que llega hasta el diez.
  7. El reglamento multiidioma (que no incluye el castellano).

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No es poco el peso que encontraremos dentro de la caja. Como podemos ver, es un juego que no depende en absoluto del idioma, ya que la madera es internacional. Aun así, no contamos con reglas impresas en nuestro idioma, aunque son cuatro los idiomas incluidos en el reglamento. ¿No se habla más el español que el italiano? 


¿CÓMO SE JUEGA?

El objetivo del juego es sencillo: debemos escalar con nuestro peón hasta el décimo nivel. Es decir, debemos subir diez escalones para coronarnos los vencedores.
Así pues, el primero que pise esa cima, será el ganador.

Para empezar, debemos preparar esas piezas de madera del mejor modo posible en los tableros que nos ofrece el juego, para poder separarlos por longitud.

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¡Manos a la obra!

Tras colocar el tablero central, y las piezas de madera a lado y lado de éste, ya podemos dar comienzo a la partida. El jugador más joven empieza (¡lo siento, Laura!).

La secuencia de juego es sencilla:

  • Tiramos el dado para saber cuán largas podrán ser nuestras piezas de madera.
  • Usamos los bloques para construir lo que podamos y desplazamos a nuestro peón siguiendo las normas de movimiento.

1. TIRAR EL DADO Y COGER PIEZAS:

El jugador deberá tirar el d10 para empezar su turno.

El número que aparezca en el dado nos informa de la longitud que debemos adquirir en piezas de madera. Podemos coger una o dos piezas, siempre que sumen el valor que nos indica el dado. Así, con el 8 podremos coger una pieza de longitud ocho o dos piezas que sumen lo mismo, como el cinco y el tres. Nunca podremos coger más de dos piezas, aunque sumen el valor del dado, ¡lo siento!

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¿Alguien dijo madera?

Además, si no pudiéramos adquirir piezas por valor del resultado, porque ya no quedan disponibles ninguna de las combinaciones, debemos retirar el dado hasta en tres ocasiones. Si no podemos conseguir ninguno de los valores…¡se acabó nuestro turno!

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2. CONSTRUIR Y MOVER AL PEÓN:

Inicialmente, los peones se colocarán en la casilla central de cada uno de los cuatro cuadrados que componen el tablero. A partir de ese momento, empezaremos a movernos y escalar con ellos todo lo que queramos.

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Las casillas iniciales de los cuatro cuadriláteros están marcadas en un color más oscuro como podemos apreciar en la fotografía.

Nuestro peón puede moverse antes, durante y después de colocar una pieza de madera. Pese a esto, al inicio de la partida, debe empezar ascendiendo un escalón, por lo que debemos construir alguna estructura con una altura de uno para empezar a desplazarlo. Además, no tenemos limitado el movimiento, por lo que podemos pasear por todo el tablero para retomar otro camino hacia la cima. Pese a todo esto, hay algunas limitaciones a tener en cuenta:

  • No podemos escalar o descender más de un peldaño. Es decir, nuestro peón podrá subir tantos niveles como podamos, pero siempre de uno en uno.
  • No podemos movernos en diagonal, pero sí de forma vertical y horizontal tantas casillas como nos apetezca.
  • No podremos ocupar ni saltar la casilla que esté ocupando un rival. Así, en una escalera estrecha, nunca lograremos adelantar al contrincante que tengamos delante si no abrimos una vía alternativa.
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Desgraciadamente, el peón no puede escalar a la parte más alta ya que no hay una vía por la que ascender con escalones de un nivel ni puede moverse en diagonal.

Ya sabemos mover a nuestro peón, ahora nos falta saber colocar esas largas y macizas piezas de madera. ¿Cómo lo hacemos?

  • Las piezas de madera siempre deben coincidir  con la cuadrilla sobre la que las estamos colocando. Parece fácil, pero es más difícil de lo aparente cuando no las colocamos inmediatamente sobre el nivel del suelo.
  • Las piezas se colocan de forma horizontal o vertical, pero jamás en diagonal. Podemos erguirlas o colocarlas tumbadas, a nuestro gusto.
  • Las piezas deben estar en equilibrio. Por lo tanto, solo podremos colocar piezas de longitudes impares sobre un eje central de un solo cuadrado. O lo que es lo mismo, la estructura que formemos debe mantenerse en equilibrio al soltar la pieza. Aun así, recordemos que tenemos la opción de adquirir dos piezas y colocarlas del modo que la suma de ambas esté en equilibrio de forma permanente. Los peones colocados sobre las piezas no pueden ser indispensables en la estabilidad, por lo que no podemos colocarlo de modo que al mover los peones se desplome la construcción.
  • En el nivel del suelo, no podemos exceder los límites del tablero. Por otra parte, a partir del segundo nivel, los límites son virtuales y podremos excederlos si es necesario.
  • Jamás podremos construir por encima del nivel diez. Es el máximo nivel posible a la hora de construir y nuestro objetivo final: pisarlo.
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El peón verde ha ido escalando de escalón en escalón y formando una estructura que se mantiene en equilibrio, pese a que su parte derecha sobresalga de la zona central.

¿Fácil verdad? Pues eso es todo, solo tenemos que pensar la mejor manera de colocar las piezas para cortar caminos al resto, abrirnos nuevos a nosotros mismos y ser lo más veloces posible.


¿CÓMO QUEDA EN LA MESA?

El despliegue no es especialmente pequeño, pero no requiere más superficie que la situada sobre los tableros, y un pequeño espacio donde lanzar el dado.

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Juego a dos jugadores, con la barra medidora en la parte superior y colocando las piezas con las dos configuraciones disponibles: en horizontal y vertical.

¿QUÉ ME PARECE?

Talo nos pareció un juego distinto que necesita un par de partidas para ser exprimido y sentir lo que quiere transmitir.

De entrada, nos encantó abrir la caja y oler a madera, levantar la caja llena de piezas de distintas longitudes y ver como encajaban todas a la perfección. ¡Era como abrir un libro nuevo y oler la tinta!

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Tras abrirlo, leer las reglas no nos llevó mucho tiempo y nos pusimos a jugar, la primera partida, en pareja. En esa partida, apenas interactuamos entre nosotros. Más bien se basó en construir dos estructuras independientes y, si podíamos, molestarnos un poco con las piezas restantes para impedir que nuestro rival siguiera escalando de forma inexorable.

¿Esto es todo lo que nos podía ofrecer? Lo dudamos ambos. Venga, echemos otra.
En la segunda, la cosa cambió. Intentamos usar alguna pieza larga para aprovecharnos de los magníficos escalones que nuestro contrincante hubiera creado, correteando detrás de él y mirando su cara de indignación. ¡La cosa mejoraba!

Pero la cosa no acaba aquí. Si añadimos jugadores a la ecuación, el tablero se nos va a quedar pequeño. ¡Que bien! Ahora no hay escapatoria, tendremos que pelearnos, nos guste o no, por seguir elevando esa torre de Babel y ser los primeros en pisar su último peldaño.

Con esto no quiero transmitir que a dos jugadores no funcione, pero con más jugadores mejora con creces. Es inevitable no molestar al de al lado, puesto que las piezas serán más largas de lo deseado en muchas ocasiones.

La mecánica del juego es sencilla, por ello es apto incluso para los más pequeños. Eso no quita que la estrategia que podamos ir elaborando pueda mejorar tras unas horas de juego. Al fin y al cabo, hay ciertas formas de aprovechar las piezas disponibles, y no siempre tendremos la capacidad para ver la forma de ser eficientes con ellas. Poco a poco, creo que se va adquiriendo una experiencia y generamos unos patrones que incrementan nuestra capacidad por escalar al máximo con el mínimo de piezas posible.

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¡Ay, el azar! Hay un dado, sí. El dado afecta a nuestro turno, sí. Puede que más de lo deseado, sí.
Si sacamos un número alto, tendremos piezas largas. Si tenemos dos turnos de dados bajos, estaremos un poco comprometidos, sobre todo en partidas en pareja.
No es determinante, pero lo notaremos. Podemos intentar pensar que una pieza excesivamente grande pueda molestarnos…pero nunca está de más colocarla paralela a nuestra estructura y cruzar los dedos para usarla más adelante. Por el contrario, una pieza muy corta no tiene muchas salidas. ¿Toleraréis esa cantidad de azar? En nuestra mesa fue algo que se aceptó, pero que quemó a algún jugador en algún turno. Personalmente, aunque se agradece un componente azaroso, el rango de 1 a 10 es muy amplio y eso puede molestar a nuestra alma jugona.

Aun así, si somos más jugadores, entre el increíble caos de piezas que se formará en el centro del tablero, cualquier altura de piezas de madera pueden desencadenar un efecto inesperado y cualquier pequeño escalón podrá ser aprovechado por el rival de la forma menos esperada. En resumen, creo que el resultado del dado se antoja menos determinante cuando somos más jugadores alrededor de la mesa.


PUNTOS POSITIVOS

  • Idea original: en la que debemos ser ingeniosos y conectar lazos con las torres que inicien los rivales.
  • Atractivo visualmente: tanto las piezas de madera como las estructuras finales tienen un atractivo inigualable, incitándote a sacar la cámara tras cada partida.
  • Cambiante con el número de jugadores: aunque es algo habitual en los juegos, en Talo notaremos que la interacción entre cuatro jugadores será casi infinita, a causa del espacio comprometido que nos ofrece el tablero.

PUNTOS NEGATIVOS

  • Puede sufrir de análisis-parálisis: es un juego que nos ofrece muchas posibilidades a la hora de colocar nuestras piezas, incluso qué combinación elegir. Puede convertirse en una difícil decisión para alguien con poca planificación espacial.
  • ¡No lo tenemos en España!: es otro ejemplo de juegos que me encantaría ver en la tienda. No solo por su belleza, sino por su originalidad. ¿Cuándo podremos verlo por nuestras tierras? No será por la dependencia idiomática…

Este juego ha sido cedido por Drei Hasen in der Abendsonne para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.