Una producción propia de Big Potato Games hace que un quiz game luzca más interesante.
En ¡Paren la Nave! encontramos un sencillo juego de preguntas cuyas respuestas que se convierte en una puja divertida y que acompaña con su producción.
Diseñador/a: | Darrell Cannon |
Ilustrador/a: | Sam Ailey |
Editorial: | Mercurio |
Idioma: | Español |
Número de jugadores: | 2-8 |
Duración: | 15-30 min |
Edad mínima recomendada: | 10+ |
¿DE QUÉ VA?
¡Sube a la nave para la próxima expedición! El capitán será aquel que suba la apuesta al valor de la respuesta a la pregunta de la ronda. ¿Quieres subir el valor o crees que es demasiado alto? Decide si seguir en la expedición actual o bajarte a un planeta cercano para obtener puntos.
¿CÓMO SE JUEGA?
En ¡Paren la Nave! Que me bajo intentaremos obtener el máximo de puntos durante las ocho preguntas que el manual sugiere como partida. Cada jugador recibe un astronauta del color preferido, y colocan la nave espacial en el centro de la mesa, elemento central del juego.
En cada ronda los jugadores leen en voz alta una pregunta, cuya respuesta será un valor o una fecha. De esta forma, los jugadores podrán pensar un valor, pero también aumentar la respuesta previa.
El juego propone una puja en la que los jugadores deberán elegir una de las tres opciones siguientes:
- Si aumenta el valor de la respuesta previamente dicha por otro jugador, colocará su astronauta en la cabina, convirtiéndose en el capitán.
- Si no queremos aumentar el valor dicho por un rival podremos elegir quedarnos en la nave, sin aumentar el valor, pero confiando que la respuesta actual es válida.
- Si, por el contrario, creemos que el valor actual excede la respuesta correcta, podremos decidir bajarnos de la nave y salirnos de la ronda.
La ronda avanza de esta forma hasta que vuelva el turno al actual capitán. De esta forma, tenemos todos la oportunidad de bajar, mantenerse o aumentar la respuesta antes de que se interrumpa la ronda.
Los puntos que obtendremos dependerán de si el capitán tenía razón o no:
- Si el capitán ha acertado, con una respuesta que no exceda la respuesta correcta, los que sigan en la nave obtendrán puntos: 4 monedas para el capitán y dos para el resto de jugadores dentro de la nave. Por desgracia, los que bajaron de la nave no reciben puntos.
- Por el contrario, si el capitán ha excedido el valor de la respuesta, éste perderá una moneda. Los tripulantes restantes no obtienen ni pierden nada, mientras que los jugadores que hayan bajado de la nave obtienen dos monedas cada uno.
Para aderezar estas apuestas, podremos lanzar un órdago si creemos que sabemos la “respuesta exacta”. Si nadie supera tu órdago, pudiendo quedarse en la nave o bajar de la misma como de costumbre, podrías obtener el doble de puntos como capitán y el resto de la tripulación una moneda más de lo habitual. Evidentemente, lanzar un órdago espacial no es gratuito y equivocarnos nos costará dos monedas, el doble de lo habitual.
La partida termina tras ocho preguntas los jugadores determinarán el ganador contando sus monedas. Como os podéis imaginar, ¡Paren la nave! permite adaptar la duración de la partida al gusto, aunque se recomiendan revanchas para evitar grandes diferencias de puntos entre jugadores.
¿QUÉ ME PARECE?
¡Paren la Nave! propone preguntas y respuestas, pero lo hace con una mecánica de pujas y de, en cierto modo, forzar la suerte que, junto a la nave que gobernará la mesa, hace que el juego sea más atractivo para el público más familiar.
Está claro que Big Potato Games sabe que un producto vistoso y desenfadado atrae a las masas, por lo que siempre juegan con elementos pop y producciones llenas de madera y color. El éxito asegurado se repite en nuestro país de la mano de Mercurio, que tiene fichados estos proyectos que suelen agotarse en cada tirada.
Con este enfoque, ¡Paren la Nave! parte de una base que todos conocemos, ya que se basa, en esencia, de un juego de preguntas. Esto que a nadie le puede venir de nuevas, se apoya en lo vistoso de una nave de cartón y los astronautas de madera. Este añadido puede atraer miradas, pero mecánicamente le dan una vuelta a las respuestas convirtiéndolo en pujas, en las que se intenta que los jugadores tengan una ligera idea pero no la respuesta concreta.
Respecto a su mecánica de puja, muy bien implementada, tampoco se olvida de una forma de puntuar interesante. A cierto punto podremos lanzar órdagos, dando lugar a un elevado riesgo que podemos asumir si queremos destacar o intentar volver a entrar al ruedo si vamos últimos en la partida. De la forma de puntuar solo cabe destacar que una pequeña carta de referencia que nos recuerde como repartir los puntos entre las situaciones de misión espacial o de órdagos hubiera sido de gran ayuda.
Al ser una puja, en la que podremos aumentar el resultado o bajarnos de la nave, se enriquece de varios jugadores, pudiendo ser hasta ocho alrededor de la mesa. En cuanto a la escalabilidad, he tenido partidas a ocho que, aunque divertidas, pueden dar lugar a rondas donde no podamos dar una vuelta a la mesa por respuestas muy elevadas o cercanas. En este sentido, a partir de la quinta o sexta persona ya tenemos un juego que luce por no tener tanta competencia pero dar lugar a situaciones divertidas, siendo interesante cuando los jugadores empiezan a bajarse de la nave y algunos jugadores empiezan a subir la apuesta de forma recurrente. ¡Ahí es donde luce el juego!
Las preguntas incluidas tienen mérito en su elección, habiendo mucha cultura popular y curiosidades de todo tipo, por lo que nuestro conocimiento más estricto o profundo no será una herramienta imprescindible. Esto encaja en el estilo party del juego, en el que deducir cuánto pesa una pelota de golf, o cuánto costaba el primer iPhone, nos puede ayudar más que conocer fechas de eventos históricos, por ejemplo. En nuestro caso esto ha permitido que juguemos con familia y amigos a partes iguales, sin problema para que todos puedan responder con soltura. Por si esto no fuera suficiente, hay preguntas con QR que llevan a respuestas en tiempo real, para valores que, día tras día, puedan aumentar o variar; un detalle muy curioso y divertido.
La producción ya la hemos alabado, y es uno de los elementos que hará que el juego vuele de las tiendas. No es lo más práctico ir moviendo cada astronauta cuando otro supere nuestra respuesta, pero es divertido y es lo que el juego está buscando. De la nave montada, deberemos retirar los laterales para guardarlo en la caja, algo que puede sufrir con el tiempo, pero que permite guardarlo con facilidad.
En definitiva, ¡Paren la Nave! Que me bajo es un juego de preguntas y respuestas pero con varios giros interesantes. Sin ir más lejos, encontramos un buen puñado de preguntas de cultura general con contenido de las últimas décadas, más centrado en curiosidades que en conocimiento, para que los jugadores sepan aproximarse sin acertar de forma inequívoca. Y es que ¡Paren la Nave! es un juego de subastas en esencia, en el que iremos asumiendo riesgos y valorando si bajarnos o seguir subiendo de valor. Un curioso sistema de puntuación, sencillo pero versátil, que nos permite estar siempre dentro de la partida y, sobre todo, divertirnos. Una gran recomendación si somos más de cinco en la mesa y buscamos tensión y risas.
Pros
- Un juego de preguntas y respuestas, pero que aúna mecánicas de pujas para diferenciarse.
- La subasta en forma de respuestas casa con su espíritu festivo y genera tensión incluso cuando nos bajemos de la nave.
- El estilo artístico y la temática elegida funciona de maravilla para darle carácter al juego.
- Las preguntas encajarán en un amplio grupo de jugadores, con respuestas que se basan en la aproximación más que buscar que conozcamos su valor exacto.
Contras
- A su número máximo de jugadores puede que en nuestro turno ya se haya excedido el valor que tenemos en mente.
- La nave debe desmontarse parcialmente para devolverse a la caja, algo que podría haberse ideado de forma más práctica.
Este juego ha sido cedido por Mercurio Distribuciones para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
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Doctor Meeple es el alter ego de Sergi, médico de día y jugón a tiempo completo. En esta afición he encontrado un espacio en el que recrearme haciendo fotografías de detalle y evadirme moviendo cubos, algo que pretendo plasmar en cada una de las entradas que encontraréis aquí y en otras redes. ¡Nos vemos por las mesas!