Hoy nos tocaba hablar de un gran juego del doctor Knizia que, por fin, GMT ilustra como se merece.

Esta nueva edición de Battle Line con ilustraciones medievales le da el aspecto que se merece un gran clásico de Reiner Knizia.

Diseñador/a:Reiner Knizia
Ilustrador/a:Roland MacDonald
Editorial:GMT Games
Idioma:Inglés
Número de jugadores:2
Duración:30 min
Edad mínima recomendada:12+
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¿DE QUÉ VA? 

En Battle Line: Medieval encontramos un juego de control de áreas basado en cartas que desde el año 2000 viene deleitando a los seguidores de Reiner Knizia. Con un diseño sencillo y elegante, como Knizia suele hacer, tenemos un juego directo y especialmente táctico exclusivo para dos jugadores.

battle line medieval game juego de mesa
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¿CÓMO SE JUEGA?

En Battle Line: Medieval los jugadores intentan conquistar tres regiones adyacentes de las nueve que conforman la zona de juego o, en su defecto, cinco regiones cualesquiera.

Cada jugador empezará con siete cartas de tropa en la mano. Estas cartas tienen valores del 1 al 10 en seis estandartes distintos.

Los jugadores en su turno deben jugar una carta y, posteriormente, robar una nueva. Esta carta puede ser robada del mazo de tropas o, si se desea, del mazo de cartas de tácticas. Estas cartas de táctica funcionan de un modo similar a las tropas pero contienen beneficios que rompen las reglas básicas del juego. Es decisión de cada jugador robar más o menos cartas de táctica, recordando que solo podrá jugar una cartas de táctica más que su rival, por lo que será una guerra fría el uso de las mismas.

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Cada carta de Táctica contiene un efecto único.

Cada uno de los nueve territorios puede contener tres cartas de cada jugador, que se colocarán del lado de la mesa correspondiente. Con solo tres cartas los jugadores deben intentar elegir los colores y los valores para hacer la mejor combinación según las siguientes reglas:

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Estas son las cinco combinaciones que podemos crear con tres cartas en Battle Line.

Tras colocar una carta, el jugador activo puede reclamar un campo de batalla si ya estuviera completo (con tres cartas de cada jugador) o cuando no haya combinación posible que venza la actual. De este modo es importante ver la mesa y señalar las posibles cartas que debería tener el rival en la mano para ganar el duelo.

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En cuanto el jugador de la derecha coloque el 9 del estandarte azul, formando una escalera de color, ya podrá reclamar el terreno puesto que el jugador de la izquierda no puede superarlo con las dos cartas ya jugadas.

Si algún campo de batalla es reclamado, el jugador ganador debe colocar esa carta de terreno a su lado de la mesa sin retirar las cartas de tropa jugadas, para que éstas puedan seguir siendo revisadas por ambos jugadores. Esta información es primordial en las partidas.

En el momento en que una de las dos condiciones de victoria tengan lugar la partida termina inmediatamente y el ganador será declarado.

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¿QUÉ ME PARECE?

Battle Line es un juego con dos décadas a la espalda y que representa a Knizia en estado puro: números, palos y cuatro reglas para ofrecerte un juego elegante y sólido.

Battle Line es uno de esos títulos que suele salir en la mayoría de TOPs para dos jugadores. Un juego que muchos de nosotros vimos en su primera edición de GMT y pensamos: «espero que al menos sea bueno» tras ver las descuidadas ilustraciones y el diseño gráfico poco trabajado.

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En realidad, este Battle Line es una reimplementación de Schotten Totten, lanzada solo un año más tarde. Mientras que el Schotten Totten original contaba con cartas con valores del 1 al 9, con Battle Line, Reiner Knizia introdujo las cartas de tácticas y añadió cartas de valor 10. Estos cambios tan escuetos redondearon el diseño original de tal manera que la actual edición de Schotten Totten, gráficamente impecable y más familiar que la medieval que hoy nos ocupa, también incluye las cartas tácticas. De esta manera, para simplificar un debate recurrente: Battle Line es exactamente igual que Schotten Totten pero con valores del 1 al 10, por lo que solo una mayor distribución del juego de IELLO justifican su compra.

Tras las primeras partidas encontré que Battle Line me aportaba algo que comparte con Exploradores, y es que ambos contienen poco más que cartas, una propuesta muy directa y sencilla, pero decisiones constantes que, pese al azar del robo de cartas, permiten margen de maniobra y de gestión de riesgos mediante la probabilidad. En Battle Line, sin duda alguna, encontramos un juego más calculador que el de las expediciones exóticas, a cambio de una pequeña curva de aprendizaje.

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Y es que las primeras partidas pueden parecer planas si te quedas en la superficie. Este juego propone una tensión creciente, a medida que las cartas van quedando vistas y sobre la mesa. A media partida podemos empezar a ver lo decisivo que es buscar el número que nos falta, descartar no solo que esté boca arriba sobre el tapete, sino que pueda estar en la mano del rival, para seguir intentando conquistar los campos de batalla.

La inclusión de dos pequeñas expansiones hacen que el juego sea más completo, pero es del tipo de añadidos que no suelo utilizar. En la caja de Battle Line: Medieval encontramos las ya clásicas cartas de tácticas, pero también vemos los campos de batalla avanzados, los cuales tienen reglas de juego específicas para cada una de las nueve zonas de juego.

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Las traseras de los terrenos contienen reglas avanzadas.

El debate detrás de las cartas tácticas es amplio. Por un lado, hacen que el juego sea más variable entre partidas, incluso más emocionante, pero también que el azar de las diez poderosas tácticas pueda ser un problema para algunos. Estas cartas, que pueden ser robados en lugar de las cartas de tropa, permiten acciones que alteran las reglas básicas de una forma potente que suele cambiar las tornas si las usamos en el momento adecuado. De esta manera, aunque es un añadido interesante, yo no me encuentro en el bando de la gente que solo juega con las tácticas.

La expansión de terreno hace que juguemos sobre campos de batalla con reglas propias. Para preparar las partidas tan solo debemos usar los terrenos por su reverso, el cual contiene modificaciones a la hora de colocar tropas o puntuar ese terreno en concreto. En esta ocasión, al encontrarnos sobre un añadido con información visible desde el principio de la partida, a la que tendremos que amoldarnos los dos jugadores por igual, me parece muy satisfactorio, incluso solo volteando algunas de las nueve cartas de terreno.

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En definitiva, Battle Line es un título que, a no ser que tengas ya Schotten Totten, deberías tener si disfrutas jugando en pareja. Se trata de un diseño del Knizia que más me gusta, ese que con pocos elementos sabía ofrecer a los jugadores suficientes decisiones como para, pese a basarse en cartas, sentir que controlas lo que está sucediendo. Un duelo tenso y desafiante en cada uno de sus turnos que condensa en 30 minutos mucha interacción. Por fin con las ilustraciones que merece aunque con una caja desproporcionada.

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Pros

  • Un Knizia indispensable.
  • Con las ilustraciones que merecía.
  • Incluye una expansión con cartas de terreno.
  • Como Schotten Totten pero mejor.

Contras

  • Una caja excesivamente grande para su contenido.

Este juego ha sido cedido por GMT Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.