![Pepinillo [Reseña]](https://doctormeeple.es/wp-content/uploads/2022/01/51824447700_169177e1b3_k-1200x675.jpg)
Una palabra de cuatro sílabas y mucha concentración, eso es todo lo que nos pide este juego.
En Pepinillo tenemos un pequeño y sencillo juego en formato cartera que pretende entretener a grandes grupos con la repetición de una palabra y reglas cambiantes.
| Diseñador/a: | Miguel Bustillo |
| Ilustrador/a: | José Soto |
| Editorial: | Cacahuete Games |
| Idioma: | Español |
| Número de jugadores: | 2-30 |
| Duración: | 15 min |
| Edad mínima recomendada: | 8+ |
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¿DE QUÉ VA?
En Pepinillo los jugadores irán siguiendo las sílabas de la palabra elegida, como «pepinillo», intentando respetar las normas. Para dar variedad a las partidas, tenemos quince cartas de reglas que hacen que al pronunciar nuestra sílaba podamos ponerlo más complicado al jugador de nuestra izquierda. ¡No te confundas!
¿CÓMO SE JUEGA?
Jugar a Pepinillo es bien sencillo, independientemente del número de jugadores. Tan solo tenemos que elegir una palabra, como la que da nombre al propio juego, que tenga cuatro sílabas. ¡Si no eres muy creativo tienes cartas con ejemplos a patadas, no te preocupes!
El objetivo del juego es seguir la cadena de sílabas que iremos creando los jugadores sin cometer errores. Si te equivocas recibirás una penalización, que podemos elegir dependiendo del modo de juego.
Para empezar una partida debemos elegir tres normas. Cada norma está asociada a un gesto y tenemos quince opciones distintas en la pequeña cartera amarilla. Esto permite muchas combinaciones que den variedad a la locura que está a punto de empezar.
La partida se desarrolla de la siguiente manera:
Los jugadores deben, en sentido horario, ir diciendo la siguiente sílaba de la palabra. Si tomamos como ejemplo el título del juego, los jugadores irán pronunciando PE-PI-NI-LLO de forma repetida.
¿Fácil no? Pues cuando ya se haya dicho la palabra completa en una ocasión, además de decir nuestra sílaba podemos elegir uno de los tres gestos del centro de la mesa. Estos gestos cambian las reglas y condicionan al siguiente jugador, por lo que ya no tendrá que decir la siguiente sílaba…
Por ejemplo, una de las normas más sencillas es volver a iniciar la palabra. De esta manera, si cualquier jugador, a la par que dice cualquier sílaba de la frase, hace el gesto de victoria, el siguiente jugador deberá poner a prueba su lóbulo frontal y reiniciar la palabra, no continuarla.
Por supuesto hay normas que cambian el sentido de juego, que saltan al siguiente jugador o que cambian las vocales de las sílabas, todo ello haciendo que los jugadores creen combinaciones o dejen que sea el azar quien las genere.
Cuando un jugador se equivoca, se traba o para el ritmo de la partida, será penalizado. Para grupos grandes lo recomendable es la eliminación, para ver quién es el último en quedar en pie. Para grupos reducidos podemos robar una carta de normas, de las no utilizadas, obteniendo tantos puntos negativos como pepinillos tenga en su borde superior izquierdo.
Entre ronda y ronda podremos incluso cambiar la palabra para que el reto se complique. ¡Vosotros mismos!
¿QUÉ ME PARECE?
Pepinillo es un juego plano y sin mucho recorrido, pero que busca entretener a grandes grupos con suficiente variedad como para no volverse aburrido. Todo ello aprovechando el formato de cartera, al más puro estilo ButtonShy, haciendo que la portabilidad y el coste de dicho juego sea de lo más atractivo.
Sin duda, el principal atractivo de Pepinillo es su formato. Una cartera, que deleitará a los que seguimos a ButtonShy o Salt&Pepper, pero en este caso no se trata de una licencia. Eso convierte a Pepinillo en un pequeño juego con un contenido escaso y asequible, que podemos encontrar por menos de ocho euros.
Una vez abrimos el juego encontramos un título sencillo de carácter party. En ello va implícito una elasticidad en el número de participantes y unas reglas que, como veremos, delegan mucho en el grupo de juego, por lo que prioriza, sin duda alguna, la diversión.
En realidad Pepinillo no se aleja de otros juegos tradicionales de seguir palabras e introducir reglas con gestos, pero lo hace bajo un pequeño giro en el que las reglas vienen descritas en cartas. Eso hace que a muchos jugadores les recuerden a experiencias muy frecuentes en campamentos de verano o eventos donde se pretende romper el hielo.
La experiencia de Pepinillo será tan divertida como los jugadores quieran. Algo similar a la experiencia del ya clásico Happy Salmon, en el que solo se puede disfrutar si quieres hacerlo. Es un título profundamente grupo dependiente, para lo bueno y para lo malo.
En este sentido, el juego es flexible con las penalizaciones, sin determinar un tiempo de cadencia concreto para penalizar al jugador activo, por lo que es perfecto para ser más permisivos con algunos jugadores más pequeños o más mayores que el resto.
Dadas las sencillas reglas, las cartas de normas son limitadas de una forma artificial. No solo nos permiten crear una nueva en una copia en blanco, sino que posiblemente pronto tengáis nuevas ideas para introducir en las partidas.
En cuanto a la escalabilidad, no es un juego que a dos jugadores sea entretenido. A partir del cuarto jugador, o el quinto por el número de sílabas, las partidas se vuelven más interesantes, entendiendo como interesantes la diversión que se denota de la tensión creada y las risas que se generarán si el grupo es propenso a ello.
De la producción solo destacar que es el mejor formato posible. Asequible, colorido y con un arte adecuado para su función. Esto permite que sea un juego de precio tan contenido que es difícil no querer echarle una partida, y que de vez en cuando puede salir a la mesa cuando lo que queremos es reírnos, seamos cinco o cincuenta.
En definitiva, Pepinillo es un título plano pero divertido que propone una idea que a todos nos recordará a juegos tradicionales pero que incluye una cierta rejugabilidad. Sin duda alguna, es uno de esos juegos que depende mucho del grupo, por lo que deberemos saber cuándo sacarlo a mesa, y será en las ocasiones que queramos risas y descontrol más que unas normas sólidas y grandes decisiones. Todo ello bajo una cartera plástica que lo hacen más atractivo que en ningún otro formato.
Pros
- Un juego ideal para grandes grupos y para romper el hielo.
- Sus distintas reglas hacen que las partidas sean variadas dentro de la simplicidad del propio juego.
- La velocidad y la permisividad del juego depende de los propios jugadores, pudiendo adecuarlo a muchos grupos de juego.
Contras
- Es un juego sin mucho recorrido, cuya diversión delega mucho en el grupo.
Este juego ha sido cedido por Cacahuete Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.
