Hoy os traemos una novedad francesa de la mano de Ankama. Se trata de Draftosaurus, un juego de draft colorido y familiar:

Diseñado por el Team Kaedama (cuarteto formado por Antoine Bauza, Corentin Lebrat, Ludovic Maublanc y Théo Rivière) e ilustrado por Vipin Alex Jacob y Jiahui Eva Gao (Kingdom Run, de la misma editorial). Es un juego que puede ser disfrutado de 2 a 5 jugadores, aunque en pareja debamos usar una variante. Su duración es de unos 15 minutos y su edad mínima recomendada es de tan solo 8 años.


¿DE QUÉ VA?

En Draftosaurus tendremos que intentar montar el mayor parque jurásico que se haya visto jamás. Elige bien a las especies y donde vas a colocarlas para que los visitantes queden contentos y tu parque sea el más impresionante del lugar. ¡Fíjate bien, no siempre podrás ponerlo allí donde te gustaría!

En otras palabras, Draftosaurus es un juego ligero, de corte familiar, basado en un draft que, en lugar de ir pasando cartas, se hará mediante el movimiento de meeples de dinosaurios. Con eso y un dado, que determina ciertas reglas de colocación, encontramos un juego muy rápido que nos recuerda a los roll&write de una forma inmediata.


¿QUÉ LLEVA EN LA CAJA?

El contenido de la simpática caja es:

  • Cinco tableros individuales para los posibles jugadores, a doble cara.
  • 60 dinosaurios en forma de meeples de madera personalizados, de seis especies distintas.
  • Un dado de madera de seis caras personalizadas.
  • Una bolsa opaca de tela para guardar a los dinosaurios.

El juego no tiene dependencia idiomática y cuenta con reglas en inglés y francés. Por el momento no sabemos si llegará a nuestro país, pero Last Level ha sacado algún juego de la editorial Ankama, así que existen posibilidades. Destacar la calidad de los componentes, como los variados y numerosos dinosaurios, el dado de madera y el grueso cartón de los tableros.


¿CÓMO SE JUEGA?

El juego para tres y cuatro jugadores será explicado en esta sección, mientras que hablaremos de su modo para dos en el apartado de la opinión y de los cambios que supone.

Draftosaurus es un juego que se separa en dos rondas, en cada una de las cuales los jugadores empezarán con seis dinosaurios ocultos en su mano, con los que irán haciendo un draft. La mecánica de draft, la cual da el nombre al juego y viene descrita al final del reglamento para los que la desconozcan, se basa en la selección de un elemento tras lo que pasaremos los restantes a otro jugador.

El objetivo en Draftosaurus será el de crear un parque de dinosaurios lo más molón posible. Para ello iremos colocando dinosaurios sobre nuestro tablero individual.

Antes de empezar la partida, si somos menos de cinco jugadores deberemos sacar de la bolsa unos cuantos dinosaurios. El contenido de la bolsa será usado durante la partida, de modo que puede ser interesante conocer cuantas copias de cada una de las seis especies hay en el interior para jugar con las probabilidades.

Para empezar cada una de las dos rondas, los jugadores toman seis dinosaurios al azar de la bolsa de tela y los mantienen ocultos en su mano. Durante cada turno, elegirán uno de ellos que colocarán en su puño cerrado, mientras que el resto de dinosaurios los pasarán en sentido horario. De esta manera, todo lo que no usemos podrá ser usado por otros jugadores y eso siempre deberemos tenerlo en mente.

Empezando por un jugador inicial escogido al azar, que será el jugador activo, se irán llevando a cabo turnos en sentido horario hasta que todos los dinosaurios hayan sido usados en nuestro parque. De esta manera, la primera ronda acaba con seis dinosaurios en cada tablero de jugador y al final de la partida, tendremos todos una docena de ellos.

El jugador activo lanza el dado antes de que los jugadores elijan el dinosaurio de este turno. Este dado indica unas normas de colocación que deberán cumplir todos los jugadores menos aquel que lanzó el dado. Para conocer las caras del dado primero debemos conocer la anatomía de nuestro parque. Aquí os enseñamos la cara básica, pero debéis tener en cuenta que en el reverso tenemos un parque nevado con localizaciones totalmente distintas.

El tablero se divide de izquierda a derecha en la zona de cafetería o de baños, como vemos en los carteles inferiores, y de forma diagonal por una zona de árboles, en la esquina superior izquierda, y una zona rocosa en la zona contraria. Todas estas divisiones tienen una traducción con las caras del dado.

Así pues, en el dado hay cuatro caras que nos dividen el parque a la mitad. Podemos encontrar el icono de cafetería o de baños, obligando a usar una de las dos mitades correspondientes partidas por el río, o encontrar el icono de árbol o de rocas, indicando sobre qué tipo de terreno deberemos colocar a los nuevos dinosaurios. Por último, hay una cara que nos obligará a colocar al dinosaurio en un cercado que no contenga ningún dinosaurio hasta el momento y otra cara que no nos permite colocar el dinosaurio de este turno en ningún lugar que contenga un T-Rex, un dinosaurio ligeramente especial.

Detalle del dado. En este caso, todos los jugadores menos el activo, deberán colocar su dinosaurio en la mitad derecha del tablero.

Sabiendo las normas de colocación, los jugadores eligen uno de sus dinosaurios y lo mantienen en el puño contrario, sin mostrarlo hasta que todos hayan tomado la decisión. Al unísono, los jugadores enseñan su elección y lo colocan sobre su parque, respetando las normas del dado, que podrán ser ignoradas por el jugador activo.

Debes saber que los T-Rex dan puntos adicionales por cada cercado en el que los coloquemos. Así, al final de la partida, cuando contemos los puntos de una zona, si tiene algún tiranosaurus, añadiremos un único punto adicional al total. Como puedes imaginar, en ocasiones no querrás o no podrás poner ningún dinosaurio en la zona que te manda el dado, por lo que podrás colocarlo en el río, donde siempre tenemos acceso y donde cada pieza vale un único punto, un valor muy escaso y al que no se le sumará bonificación alguna.

El río es nuestra opción para meter aquellos dinosaurios que no podemos o no queremos que ocupen otras zonas. Sin límite de capacidad, solo proporciona un punto por meeple, como vemos en su clara iconografía.

Una vez colocado el dinosaurio, los meeples restantes se pasan a la izquierda y el dado también. El nuevo jugador activo llevará a cabo el mismo proceso hasta que todos los dinosaurios hayan sido usados.

Al acabar esos seis turnos, los jugadores reponen sus manos con seis dinosaurios nuevos tomados desde la bolsa. Ahora la bolsa ya estará vacía y deberemos jugar otra ronda con estas mismas reglas. Cuando coloquemos el duodécimo mamífero prehistórico, la partida termina y se contarán los puntos.

Para la puntuación final debemos conocer el modo de anotar de cada cercado. Las seis zonas de nuestro parque tienen un modo de ser puntuado único. Algunas nos obligan a colocar dinosaurios de la misma especie, otras que todos sean diferentes, otros nos ofrecen puntos si juntamos parejas de un mismo tipo y tenemos otra vía de puntos si controlamos a más dinosaurios de una especie que el resto de jugadores. El jugador con más puntos será el vencedor. Debes tener en cuenta que una de las zonas del tablero básico tiene una errata que ya fue reportada en la BoardGameGeek, corregida aquí.

Aquí deberemos colocar especies distintas, sin poder repetir la misma a la hora de añadir nuevos dinosaurios. Como podéis ver, el espacio para colocarlos es bastante reducido, pero si los ordenamos caben bien en fila. En este caso tendremos 10 puntos gracias a haber trasladado a tres dinosaurios diferentes.

Por si esto te sabe a poco, el juego cuenta con un reverso totalmente alternativo, con unas zonas que se puntuarán de forma distinta. Este puede ser jugado en sustitución al anterior o, según su variante, pueden encadenarse dos partidas para que podamos jugar sobre ambos terrenos y sumar las dos puntuaciones. ¡Tú decides!


¿CÓMO QUEDA EN LA MESA?

Para jugar a Draftosaurus solo necesitas un espacio para tu tablero y un lugar donde lanzar el dado. Los dinosaurios van de la bolsa a tu mano y de la mano al tablero. ¡A jugar!


¿QUÉ NOS PARECE?

Draftosaurus es una propuesta familiar sencilla que mezcla dos mecánicas populares dentro de un producto colorido y vistoso.

Está claro con su nombre que el juego se basa en un draft, pero no es de cartas. El hecho de ir eligiendo meeples personalizados y pasar el resto a la izquierda hace que la experiencia sea más atractiva para los pequeñajos de la casa, pero que también nos ha gustado a nosotros con nuestra edad. A esto le sumamos una experiencia muy cercana a los populares y superventas roll&write, juegos que han cogido mucho impulso y que todas las editoriales están intentando incluir en sus catálogos. Aquí también hay un dado que determina, en cierta manera, lo que tenemos que hacer, pero no habrá que dibujar ni garabatear, sino que será colocando un meeple mediante la selección del draft.

Es cierto que el juego es ligero y que el control durante la partida es relativo. Todo sale de una bolsa de la que solo sabremos su contenido inicial y el que veamos sobre los tableros a lo largo de la partida. Así pues, y sobre todo cuando seamos cuatro o cinco jugadores, situación en la que la mano que pases a tu izquierda te volverá casi vacía cuando de la vuelta, no podremos tener gran certeza de los dinosaurios que nos llegarán o de cuales quedarán dentro de la bolsa de tela para la siguiente ronda. Eso hace que, como familiar, pueda ser divertido y ágil, sobre todo porque se explica en pocos minutos y todos querrán acoger en sus manos a los molones dinosaurios, pero que tampoco podamos esperar tener estrategias durante la partida. Lo máximo que iremos viendo, mediante el avance de la misma, es la cantidad de cada tipo de dino por un sencillo cálculo de los que posea cada jugador de la mesa. No es mucho, pero da lugar a cierta flexibilidad y ajustarte de forma táctica a lo que vaya sucediendo. En cualquier caso, sus ocho años de edad mínima dejan claro que esto es un producto encarado a jugar con niños y, si ya hemos crecido un poco, gente que desee reírse por encima de puntuar.

La variante para dos jugadores funciona, pero no es un atractivo demasiado destacable para este tipo de juegos. Su corte filler y su escasa profundidad hacen que sea un juego que cobra sentido con más gente alrededor de la mesa, muy dado a entornos familiares. Su modo en pareja se basa en cuatro rondas, en lugar de dos, y en turnos en los que, además de tomar un dinosaurio para nuestro parque, elegiremos un segundo dinosaurio para descartarlo. Esto intenta llenar el vacío que genera el no tener otros jugadores a los que mirar el parque para calcular cuantos dinosaurios quedan de una determinada especie pero, sin duda, lo hemos disfrutado más a cuatro o, incluso, a cinco.

La producción es todo un acierto. Es una caja contenida, repleta de dinosaurios con buenas formas y colores variados, y una bolsa de tela que, pese a tener un diámetro un poco estrecho que dificulta el robo de meeples, se agradece por su calidad. De la misma manera, la inclusión de un reverso distinto da un poco de vida a un juego que, dada su sencillez en reglas, no es un producto para sacar todos los días a la mesa.

Su reverso contiene cercados de mayor dificultad que requieren asumir más riesgo para puntuarlos de forma eficiente. ¡Mirad la pirámide!

En definitiva, Ankama Boardgames sigue ampliando su catálogo y tocando muchos palos distintos. En esta ocasión se acerca al público más infantil con un producto que desprende una calidad excelente a nivel de producción y que se disfruta en pocos minutos. Un título familiar que pretende enseñarnos dos mecánicas mezcladas de una forma armónica que nos abren las puertas a otros drafts como el clásico 7 Wonders de uno de los autores integrante del Team Kaedama.


PUNTOS POSITIVOS

  • Una bonita producción: haciendo que sea un juego que entra claramente por los ojos y llame la atención. Formas personalizadas y colores llamativos nunca fallan.
  • Un roll&nosequé: haciendo que tenga las sensaciones de un roll&write pero que, en lugar de escribir, sea mediante la colocación de un meeple que nos llegará a través de un draft. Curiosa mecánica que tiene su gracia.
  • Tan ligero que puede ser una alternativa para los peques: haciendo que el juego pueda ser jugado a edades tempranas y enseñando una mecánica como el draft, algo que verá en otros juegos más duros si mantiene esta sana afición. Aun así, nosotros con nuestras décadas a la espalda nos lo jugamos bien a gusto también.
  • Dos tableros para alargar la experiencia: haciendo que, como en muchos roll&write, no siempre empecemos la partida con la misma situación inicial. Aquí contamos con un reverso que muestra un parque alternativo, con el que hay seis nuevas formas de puntuar.

PUNTOS NEGATIVOS

  • No es un juego que nos encante en pareja: tanto por su espíritu filler como por su mecánica draft, en la que se agradece que haya más manos a las que ir pasando los dinosaurios.
  • Escasa profundidad: haciendo que sea un juego que pueda salir con facilidad en comidas y reuniones, pero que no nos decepcione perder una partida, tanto por su aleatoriedad como por su control relativo durante la partida.

Este juego ha sido cedido por Ankama para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.