Hoy os hablamos de una simpática y grata sorpresa de este último Essen. Se trata de Fertility, un juego de lo más familiar y colorido, editado por la editorial francesa Catch Up Games.

El juego ha sido diseñado por Cyrille Leroy (Sapiens) y cuenta con la talentosa mano de Jérémie Fleury (Yamataï, Oceanos). Se trata de un juego de 2 a 4 jugadores, con una edad mínima de 10 años y una duración estipulada de 45 minutos, pero que suelen ser menos, según nuestra experiencia.


¿DE QUÉ VA?

En Fertility intentaremos que nuestra arenosa y calurosa metrópolis sea la más próspera de Egipto. Alrededor del Nilo las condiciones no son fáciles, pero con suerte tendremos la habilidad de colocarnos en las mejores localizaciones y obtener vino, alabastro y papiro, para poder abastecer a las tiendas de nuestros distritos. ¡No te olvides de rendir culto a los Dioses si quieres ser respetado!

En esencia, Fertility es un sencillo juego de colocación de losetas a través de las que obtendremos recursos que nos permitirán adquirir tiendas nuevas para nuestro tablero personal, las cuales necesitarán ser abastecidas para generar los diferentes y variados motores y fuentes de puntos de victoria. Un juego rápido de explicar y muy variado, con la interacción suficiente para que no sintamos que estamos jugando cabizbajos, y que puede alardear de partidas bien distintas al basarse en el orden de las losetas que vayan apareciendo. Todo esto bajo un cuidado apartado artístico hacen que sea un juego visualmente agradable en mesa, sin salirse de los cánones clásicos.


¿QUÉ LLEVA EN LA CAJA?

La elegante caja contiene:

  • 4 tableros de valle para formar el tablero de juego.
  • 6 conectores para unir los tableros anteriormente mencionados.
  • 1 loseta inicial, que colocaremos en el centro.
  • 50 losetas de valle, que usaremos para obtener recursos.
  • 4 tableros de metrópoli, uno por jugador.
  • 4 tokens de trigo, uno por jugador.
  • 40 losetas de distrito.
  • 80 recursos, 20 por tipo, con un tamaño pequeño pero con formas customizadas de lo más curiosas.
  • 16 monumentos, cuatro por jugador.
  • Una libreta de puntuación para dejar escritas nuestras hazañas.

La producción está a la altura en cuanto a la calidad de componentes. Encontramos un grueso cartón para las losetas y unos recursos muy bonitos, fabricados en madera y con formas poco vistas anteriormente. El único detalle que nos sorprendió fue ver que los monumentos, que han sido fabricados en cartón y forman figuras tridimensionales, encajan de forma demasiado holgada, por lo que se desmontan con demasiada facilidad. El juego no depende de idioma, pero no incluye el español en su reglamento, que solo está escrito en inglés y francés.


¿CÓMO SE JUEGA?

Para empezar una partida deberemos repartir un tablero de metrópoli a cada jugador y colocar en el centro varias piezas de valle, que se unen entre ellas. Este tablero central será mayor a más jugadores y su disposición cambia entre partidas, ofreciendo así cierta variabilidad. Las losetas del juego se dividen en unas alargadas, llamadas losetas de valle, que colocaremos en el centro de la mesa para obtener recursos, y las losetas de distritos, que colocaremos en los siete huecos de nuestra metrópolis.

En el centro del tablero se colocará una loseta cuadrada inicial, alrededor de la cual se iniciará la partida, como vemos en el detalle.

Cada jugador obtiene tres losetas de valle, entre las que irá eligiendo cada turno para colocar en el tablero. Además, al lado de cada mazo deberemos revelar tres losetas adicionales de valle y cuatro losetas de distrito. ¡Ya podemos empezar!

El juego se desarrolla en nueve turnos, que viene marcado por el agotamiento del mazo de losetas de valle, de modo que, tras acabarse, cada jugador llevará a cabo un último turno antes de cerrar la partida. Cada turno se desarrolla de esta manera:

COLOCACIÓN DE LOSETA DE VALLE Y OBTENCIÓN DE RECURSOS

Esta es la única fase obligatoria de nuestro turno. Para llevarla a cabo deberemos elegir una de las tres losetas de nuestra zona de juego para colocarla sobre el tablero central del valle.

Las losetas están formadas por dos zonas que pueden contener cualquiera de los cuatro tipos de recursos: alabastro, vacas, papiro o uvas.

Debemos saber que no podemos tapar los oasis del tablero ni los campos de trigo, así como tampoco sobreponer nuestra loseta sobre las ya colocadas. Además, la loseta que coloquemos deberá tocar ortogonalmente a alguna de las ya colocadas anteriormente. Nuestra loseta, además, debe compartir ,al menos, el tipo de recurso con alguna de las piezas a las que se encuentre adyacente.

Tras colocarla bajo estos requisitos, deberemos generar todos los recursos que nos haya proporcionado. Por cada loseta adyacente con la que comparta tipo, generaremos un recurso del tipo correspondiente, que tomaremos de la reserva general. Si nos encontramos adyacentes a algún campo de trigo, subiremos nuestro marcador de trigo por cada casilla a la que nos hayamos arrimado. Si tapáramos alguna casilla de recursos del tablero de valle, también obtendríamos ese recurso al taparlo con nuestra loseta.

Al colocarlo en esa posición, legal dado que el alabastro se muestra adyacente a otra casilla de alabastro, permite al jugador obtener un recurso de ese mineral y unas vacas, dado que cubre una casilla que las muestra.
Si nos colocamos adyacentes a campos de trigo, los cuales no podemos tapar, nos harán aumentar el track del cereal, que será el único recurso que perdurará entre turnos y cuyo excedente generará puntos al final de la partida.

¿Ya tienes los recursos? Pues acuérdate de usarlos todos en las siguientes fases porque todo recurso que no haya sido utilizado durante el turno será descartado al final del mismo.

Si hemos logrado dejar un único cuadrado, completamente rodeado de losetas, habremos generado una cantera. Este hueco nos permite elegir uno de los beneficios siguientes: construir un monumento u obtener un recurso adicional de nuestra elección. Si lo deseamos, podremos colocar uno de nuestros cuatro monumentos en ese hueco, un modo de ganar puntos al final de la partida. Por el contrario, si lo preferimos, podremos obtener un nuevo recurso de cualquier tipo, pero no olvides que éste será perdido al final del turno si no lo usas de alguna manera.

Recuerda que al dejar un hueco de una única casilla podrás colocar un monumento, pero que estos puntúan en forma de mayorías, por lo que no vale la pena colocarlos todos si tus rivales no han plantado los suyos.

CONSTRUCCIÓN DE UN DISTRITO

Los jugadores, si lo desean, pueden comprar uno de los cuatro distritos dispuestos sobre la mesa. Estos distritos contienen una o más tiendas que, tras ser suministradas con los recursos apropiados, generarán puntos de victoria de alguna manera al final de la partida. Estos distritos tienen un coste en la esquina superior derecha, que deberemos pagar con un recurso cualquiera, incluso con el trigo. Recuerda que el trigo es el único recurso que no perece al final del turno, pero también es el único que nos otorgará puntos al final de la partida. ¡Úsalo de forma sabia!

Los distritos cuentan con un coste, representado en la esquina superior derecha, que debe ser pagado con cualquier recurso, incluido el trigo. Si colocamos los recursos indicados a la izquierda de cada tienda, como vemos en el detalle, nos otorgará el beneficio de la derecha. Los dioses que vemos en algunas tiendas nos permiten puntuar en forma de colección de set, por lo que intentaremos rendir culto a los seis dioses distintos de las distintas losetas. ¡Búscalos bien!

ABASTECIMIENTO A TIENDAS DE NUESTRA METRÓPOLIS

Si aún nos quedan recursos, podremos colocarlos en los espacios de requisitos de las distintas tiendas de nuestra metrópolis. Si cumplimos los requisitos de la izquierda, ganaremos los beneficios de la derecha. Estos beneficios suelen ser puntos, multiplicadores de puntos por recurso, o dioses que, al final de la partida, se convertirán en debens a través de una colección de sets.

Todo recurso que no sea colocado sobre las tiendas de nuestros distritos será descartado al final del turno. Ahora solo nos queda reponer nuestra reserva de losetas con una de las tres expuestas en el centro de la mesa. Tras esto, reponemos las losetas del centro hasta que vuelvan a mostrar tres de valle y cuatro distritos de nuevo.

En el momento en que no podamos reponer las losetas de valle, haciendo que no podamos colocar la tercera loseta visible sobre la mesa, solo quedará una ronda para que la partida llegue a su fin. De esta manera, cada jugador llevará a cabo un último turno, el noveno de la partida, antes de que ésta finalice.

Tras esto deberemos puntuar los debens generados por las tiendas de nuestros distritos, los multiplicadores de puntos por distintos recursos que hayamos construido y suministrado, así como los puntos por dioses y por haber construido más monumentos que nuestros rivales. El jugador más rico será el ganador de la partida.

En la esquina inferior izquierda encontramos un recordatorio de las puntuaciones, viendo que los puntos por monumentos van dirigidos al que más haya construido, y al que le siga. Los dioses se puntúan en forma de set collection, por lo que no nos sirve repetir una misma deidad.
El trigo que nos haya sobrado nos otorga puntos. Esta vía es interesante si logramos llegar a su última casilla, aunque no será un trabajo sencillo.

¿CÓMO QUEDA EN LA MESA?

El juego requiere un despliegue mayor del que cabría parecer, siendo éste casi tan duradero como una partida, por lo que solemos jugarlas de dos en dos. Requiere varios espacios distintos para distribuir losetas y recursos, además de una área para que cada jugador despliegue su metrópolis con sus monumentos.

Partida en pareja, a punto de dar comienzo, haciendo uso de los boles de silicona de la BGG, que siempre tienen un color adecuado para cualquier componente.

¿QUÉ NOS PARECE?

Fertility se presenta como poco más que un filler pero engancha lo suficiente para hacer que juguemos las partidas de dos en dos.

Desde luego, hay que decir que uno de los elementos que más llamó la atención a Laura acerca de este proyecto fue ver que Catch Up, la editorial del genial Paper Tales (aquí su reseña), andaba detrás de este proyecto. Esta editorial, que llevaba por bandera la sencillez de reglas con una profundidad suficiente para que no hagamos pie del todo, ha sabido acompañar al juego de un apartado artístico impactante y agradable a la vista, algo que hoy en día es imprescindible para calar en el mercado. El ojo clínico de Laura volvió a dar en el blanco y nos encontramos ante un título que da lo que promete y deja huella desde la primera corta e intensa partida.

La gran virtud de este juego es la de poder ser explicado en poco más de cinco minutos, enriqueciéndose principalmente de la variedad de losetas tanto de valle como de distrito. Esta gran cantidad de combinaciones hacen que, pese a basarse en un sencillo turno, nos podamos aproximar a la victoria de varias maneras distintas. ¿Quieres rezar a los dioses e intentar coleccionar las seis posibilidades o te parece muy arriesgado y prefieres hacer puntos directos en pequeñas cantidades pero de forma segura? ¿Vas a intentar colocar tus monumentos o mejor invertir esas canteras para ganar ese recurso que tanto andas buscando? Todas estas pequeñas decisiones dan forma al juego y lo hacen tan interesante como dinámico.

Pese a la variedad de losetas y tiendas en los distritos, las cuales son el motor de nuestra generación de puntos, tampoco os penséis que hay un gran margen para elaboradas estrategias. Apostando por las partidas de corta duración, el juego nos permite conocer bien poco del futuro, por lo que la táctica inunda la experiencia y obliga a los jugadores a replantearse su modo de juego durante la partida. Dado que todas las losetas van a ser robadas de una pequeña reserva de tres o cuatro losetas visibles, tenemos margen para elegir, pero un margen que se rige por la inmediatez y el desconocimiento de lo que aparecerá detrás. Esta incertidumbre también evita que la seriedad se apodere de los jugadores y, a cambio de un mínimo AP que pueda generarse después de que el jugador de nuestra derecha nos haya pisado la casilla en la que pensábamos colocarnos, hace que los turnos sean fáciles de resolver, dado que nuestras opciones estarán limitadas. También nos ha parecido agradable la forma de puntuar los monumentos, haciendo que tenga ese sabor a mayorías, y siendo una fuente útil de puntos hasta cierto punto, que dependerá de cuantos edificios construyan los rivales, dejando la alternativa de obtener un recurso adicional al generar una cantera si somos los más adelantados en esto de edificar.

Visualmente es un juego que nos ha entrado por los ojos desde el primer momento. Detrás de una cálida portada en la que la figura femenina tiene todo el protagonismo, encontramos unos tableros que, pese a no alejarse de un corte euro clásico, se nutren de ilustraciones elegantes y detalladas, haciendo que cada loseta colocada tenga un impacto gráfico muy agradable que se complementa con las construcciones en tres dimensiones que, curiosamente, se componen de piezas de cartón que suelen desprenderse con facilidad. Dejando de lado ese detalle, que puede resolverse con un poco de pegamento, tenemos un despliegue que es vistoso durante la partida y unos componentes, como los diminutos pero customizados recursos de madera, que denotan calidad y dedicación por la producción.

El arte, sin alejarse de un estilo eurogamer clásico, muestra unos colores y detalles que enriquecen la experiencia enormemente sin sobrecargar en exceso la panorámica del conjunto.

Desde luego que si sacamos Fertility a la mesa es porque queremos un juego rápido. No sé si siempre saldrá en el intermedio entre grandes juegos, dado que puede que acabemos corriendo el riesgo de quedarnos jugando un par de partidas o tres a este pequeño entretenimiento, pero sí que es un juego adecuado para una gran variedad de situaciones. Su funcionamiento se acomoda bien a cualquier número de jugadores, adecuando el tablero del valle a los participantes y haciéndonos descartar unas cuantas losetas de valle para acotar la partida a nueve turnos. En menos de una decena de turnos nos ofrece una sensación de puzzle del que aun no conocemos las piezas, en el que la interacción directa se limita a la colocación de losetas y el bloqueo de algunas esquinas o huecos que puedan generar canteras, mientras que todo contacto con nuestros rivales quedará relevado a un segundo plano, mediante la toma de unos u otros distritos, intentando que otros no obtengan los seis dioses con demasiada facilidad, pero intentando no llenar nuestra limitada metrópoli de tiendas que no nos ofrezcan combinaciones interesantes.

La variabilidad entre partidas está asegurada con la distinta ordenación de las losetas de valle y, sobre todo, de distrito, que hará que los jugadores tengan que decantarse por una u otra vía de generación de debens, los puntos de victoria del juego. No hay más elementos que varíen en este juego, pero en treinta minutos tampoco esperamos ni deseamos mucho más.

Por todo esto, Fertility nos ha parecido algo más que un pequeño juego bonito. Se trata de un juego que no revoluciona en mecánicas pero que nos lleva a readaptarnos y plantear de forma táctica una vía de generación de puntos de victoria que nos permita expandirnos de la mejor manera en solo nueve turnos. Si a su sencillez le añadimos una profundidad adecuada a la duración de la partida y un apartado artístico y de producción de componentes que calificamos de excelente, solo podemos recomendaros este segundo nuevo proyecto de Catch Up Games, que sigue manteniendo un exquisito buen gusto.


PUNTOS POSITIVOS

  • Reglas sencillas con profundidad suficiente: haciendo que sea un juego que, una vez sobre la mesa, pueda ser jugado con facilidad, e incluso de forma reiterada en una misma sesión. ¡Lo decimos por experiencia propia!
  • Un apartado gráfico y producción sobresaliente: contando con unos recursos personalizados y un arte en cada loseta y tablero que rozan la excelencia. Su producción solo puede ser criticada por esos monumentos que, lejos de encajar de forma justa, suelen ir holgados, haciendo que se desmonten con extrema facilidad.
  • Buen funcionamiento a cualquier número de jugadores: haciendo que a dos la experiencia sea mucho más directa y algo menos interactiva sobre el tablero central, pero plenamente disfrutable, mientras que a cuatro jugadores habrá más opciones de que nuestros planes se vayan al traste antes de que nos toque jugar.

PUNTOS NEGATIVOS

  • Sin margen para estrategias: dado que las mismas dependerán de las losetas de distrito que vayan surgiendo, a las que nos tendremos que adaptar durante la partida. Eso hace que los jugadores deban plantearse cada turno a corto plazo, incluso tras la acción de su rival, dado que su loseta de valle puede truncarnos los planes. ¡Esperamos que os guste la táctica y no te desesperes con cambios de última hora!

Este juego ha sido cedido por Catch Up Games para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.