Hoy os hablamos del juego más salado y especiado del panorama. Se trata de Kitchen Rush, editado en nuestro país por MásQueOca.

Se trata de un juego del diseñador griego Vangelis Bagiartakis (Among the Stars, Fields of Green) en colaboración con Dávid Turczi (Anachrony, Petrichor, Cerebria). El juego puede ser disfrutado tanto en solitario como por hasta 4 personas, con una duración de unos 45 minutos y una edad mínima recomendada de 12 años.


¿DE QUÉ VA?

Llevar un local de hostelería no es fácil, os lo aseguro. Menos aún cuando te dedicas a la restauración y te vas a encargar de TODO, desde atender a los nuevos clientes como comprar la materia prima y las mejoras en nuestros fogones y almacenes. ¿Te atreves a satisfacer a los clientes y llenar sus estómagos? Hazlo rápido, porque a la gente no le gusta esperar.

En Kitchen Rush se nos presenta un juego cooperativo de colocación de trabajadores en el que, además de basarse en un restaurante, tema original por su satisfactoria implementación, reemplaza los meeples de madera por los relojes de arena. En este juego el tiempo nos rige, teniendo que esperar a que se agote para poder desplazarte a tu siguiente destino y llevar a cabo otra acción.


¿QUÉ LLEVA EN LA CAJA?

La caja del juego contiene:

  • 110 cartas entre comandas, eventos, objetivos, bonificaciones y mejoras.
  • 108 fichas de madera personalizadas, representando carne, verdura, ensalada, pasta, queso y pan.
  • 56 cubos de madera, representando especias en dos tamaños distintos.
  • 10 relojes de madera que simbolizarán trabajadores.
  • 1 tablero de prestigio.
  • 4 tableros de jugador.
  • 2 marcadores de madera, para las rondas y el prestigio.
  • Una bolsa de tela blanca.
  • 1 tablero de juego espacioso.
  • 66 fichas de cartón troquelado, entre monedas, platos, fichas de bloqueo, de acción no disponible y de avería.

Esto es todo. Una caja bastante rebosante de contenido y con maderita personalizada, que siempre es de agradecer. El juego depende de idioma, dado que contiene cartas con texto, de lo que se ha encargado MásQueOca. La expansión que ha sido financiada recientemente en Kickstarter ya ha sido anunciada por la editorial de los logotipos estrambóticos, por lo que podéis estar seguros de que podréis obtenerla sin necesidad de adquirirla vía mecenazgo.


¿CÓMO SE JUEGA?

En Kitchen Rush los jugadores cooperan entre ellos para superar los objetivos propuestos en las cuatro rondas de juego. La preparación del juego es suficientemente compleja como para no perdernos en ella. En las reglas os cuentan paso a paso como preparar la partida: debemos llenar los almacenes, bloquear algunos elementos si somos pocos jugadores, preparar los platos y decidir si queremos usar los eventos.

Los eventos complican las cosas, por lo que se recomienda dejarlos de lado en las primeras partidas.

Cada ronda de juego se divide en tres fases:

  1. FASE DE PREPARACIÓN: En esta fase dejaremos todo listo para la fase siguiente, en la que, durante cuatro minutos, haremos tantas acciones como nos sea posible.
    A partir de la segunda ronda, será momento de avanzar el marcador para contar cuanto queda hasta el final de la partida.

    El juego se desarrolla en cuatro rondas.

    Este es el momento en que los jugadores pueden hablar libremente para preparar la siguiente ronda. Es importante organizarse, ver las comandas que actualmente están esperando en las mesas y decidir quién hace qué. Cuando creáis que lo tenéis listo, será momento de pasar a la siguiente fase.

  2. FASE DE ACCIÓN: En esta fase deberemos usar un cronómetro para estipular una cuenta regresiva de 4 minutos. Durante este tiempo los jugadores harán todas las acciones que quieran respetando las normas de los trabajadores. En este juego, cada jugador tendrá dos trabajadores en forma de reloj de arena de 30 segundos. Cada jugador solo puede usar sus propios trabajadores y deberá esperar a que se agote la arena antes de desplazarlo a otro lugar del tablero. Adicionalmente, empezaremos con un trabajador de color negro, el pinche de cocina, que podrá ser usado por cualquier jugador. ¡Intenta que ese pinche siempre esté ocupado!En el tablero encontramos una serie de acciones que os explicaremos brevemente. Dependiendo del objetivo de la partida revelado en la preparación, los jugadores deberán llevar a cabo más comandas o intentar generar más ingresos. El flujo de juego, en cualquier caso, suele ser aceptar comandas, preparar los platos con sus ingredientes y cocinarlos antes de que acabe el tiempo. Como os contaremos a continuación, hay otros detalles a tener en cuenta para mantener nuestra cocina.

    MAÎTRE: El maître es el encargado de recibir a nuevos comensales. El jugador que se coloque en esta casilla podrá revelar nuevas comandas en las mesas disponibles, para poder reponer las cartas o poder revelar una oferta más variada de comandas. Al recibir nuevas comandas generamos monedas, importantes para comprar ingredientes y mejoras para nuestro local.

    Sobre el tablero vemos casillas circulares que indican que ahí podemos colocar un solo trabajador, como en el caso del maître. Sobre las casillas encontraremos un recuerdo de la acción o acciones que se pueden llevar a cabo en ese lugar.

    CAMARERO: Si nos colocamos en las casillas de camarero podremos tomar nuevas comandas o entregar algunas puntualmente. Si cogemos una comanda debemos obtener los platos de los tamaños indicados en la misma y colocarlos en el nivel de cocción 0 de nuestro tablero de jugador. Si faltan platos limpios de algún tamaño puedes coger de algún tamaño superior. Más adelante veremos que para completar los platos pedidos por los clientes deberemos colocar ingredientes y cocinarlos una o varias veces.

    Las comandas usan un código de colores para identificar su dificultad. Las más sencillas solo nos reportarán dinero, mientras que las más complejas, en azul o verde, otorgan prestigio pero se componen de más de un plato.

    En esta casilla también se nos permite entregar un plato de forma puntual. Aunque al final de la ronda se llevará a cabo la comprobación de cada comanda, si queremos podemos enviar un pedido durante esta fase de acción, cosa que nos recompensará con una moneda inmediatamente, en forma de propina. Este recurso, al ser una acción, requiere 30 segundos, pero nos puede sacar de un apuro si nos faltan ingredientes o queremos comprar alguna mejora.

    Detalle de los distintos, numerosos y coloridos ingredientes.

    COMPRA: En la zona de compra, a diferencia del resto del tablero, no hay límite de trabajadores que podamos colocar. Al colocarnos sobre ella podremos adquirir nuevos bienes como alimentos o especias.
    Pagando una moneda de nuestra oficina, podremos colocar materias primas sobre los distintos almacenes. Por desgracia, deben ser cinco ingredientes del mismo tipo.
    Por otra parte, podemos adquirir especias. Éstas irán guardadas en la bolsa de tela, que puede ser revisada cuando sea necesario, incluso sin estar en esta casilla de acción. Por una moneda obtenemos tres especias comunes (cubos pequeños) o dos especiales (cubos grandes).

    ALMACÉN: Esta es la localización desde la que colocaremos los ingredientes para nuestras comandas. Una vez nos coloquemos aquí, tomaremos tantos ingredientes de este almacén como deseemos para colocarlos sobre alguno de los platos de nuestro tablero de jugador que se encuentren en nivel de cocción 0, es decir, tal como son colocados al obtener la comanda.
    Hay que tener en cuenta que hay varios almacenes en el juego, por lo que deberemos colocarnos en aquellos que tengan los ingredientes que buscamos, así como comprar ingredientes y distribuirlos adecuadamente por los distintos almacenes.

    FOGONES: Un plato no puede servirse sin cocinar. Cada vez que nos coloquemos en un fogón podremos bajar uno de nuestros platos del tablero de jugador a un nivel mayor de cocción. Solo avanzará uno de nuestros platos y solamente un nivel. Si nuestra comanda necesita que algún plato se cocine en varias ocasiones, deberemos colocarnos varias veces y esperar esos treinta largos segundos hasta que podamos movernos. ¡Recuerda que antes de cocinar hay que colocar todos los ingredientes sobre el plato!

    ESPECIAS: En la casilla de especias podremos coger cubitos de la bolsa de tela. Como os hemos dicho, no es necesario colocarse aquí para ver el contenido de la bolsa. Las especias no necesitan ser colocadas en nuestros platos antes de la cocción, por lo que tenemos más libertad para echar sal y pimienta a nuestras creaciones.


    OFICINA: Desde la oficina gestionamos nuestro restaurante. Aquí se guardan todas las monedas que vayamos obteniendo al recibir nuevos comensales y completar comandas.
    Desde esta casilla podremos contratar a nuevos trabajadores, o algunos que no hayan podido recibir su sueldo en alguna ronda anterior, como os contaremos a continuación. También podremos adquirir mejoras para nuestro local. ¡Es muy interesante mejorar el local en las primeras rondas para gozar antes de los beneficios!

    Las mejoras nos permiten añadir un trabajador adicional, más platos o desbloquear zonas como un fogón o un almacén. ¡Úsalas pronto para disfrutarlas antes!

    FREGADERO: Tras entregar los pedidos los platos están sucios, por lo que van al fregadero y no podrán ser usados hasta que alguien les quite la salsa de tomate.
    Si un trabajador se coloca aquí podrá limpiar hasta tres platos, que colocará de nuevo en la zona de platos limpios. Lo sé, a nadie le gusta lavar platos, pero es necesario…

    Intenta tener platos de todos los tamaños o te verás forzado a usar platos más grandes de lo necesario para tus comandas.

     

  3. FASE DE LIMPIEZA: En esta fase hay tres pasos a realizar.
    Primero debemos comprobar las comandas que hayan adquirido los distintos jugadores. Para que la comanda esté completa y bien cocinada debemos tener todos los ingredientes y especias, y que sus platos hayan sido cocinados los niveles que estipula la comanda, ni más ni menos. Si no es adecuado, nos penalizarán restando puntos de prestigio y podemos llegar a perder los ingredientes, así que vigila con tus platos y no te cargues con más trabajo del que puedas asumir.

    La quiche ha sido preparada de forma adecuada: un plato de tamaño I con dos trozos de queso y unas verduras que alcancen el nivel de cocción 2. ¡Exquisito!

    Tras esto, debemos pagar los salarios de los trabajadores. Cada trabajador nos costará tres monedas por ronda, incluidos los pinches de cocina. Así, en una partida a tres jugadores, 18 monedas serán invertidas en los trabajadores, sin contar los posibles pinches. ¡Qué caro es mantener esto! Si no pagas a tus trabajadores perderás prestigio y deberás colocarlo tumbado cerca de la oficina, ya que pagando dos monedas podrás recuperarlo en alguna de las futuras rondas.
    Algunas comandas hacen aumentar nuestro prestigio. Si superamos alguno de los iconos sobre el marcador de prestigio, obtendremos ayudas permanentes muy interesantes. De la misma manera, si descendemos por debajo de -4 de prestigio habremos perdido, ya que nuestro restaurante no merece seguir abierto.

    Por ejemplo, si somos cuatro jugadores, al adquirir uno o más prestigio, y rebasar el icono de los cuatro gorros de cocina, obtendremos cartas de bonificación. Robaremos dos cartas de las que nos quedaremos una de ellas para el resto de la partida.

    Estas bonificaciones son mejoras pasivas permanentes. Por ejemplo, en el caso del detalle, nos permiten obtener tres ingredientes adicionales con una moneda más cuando estemos comprando. Nos ahorramos 30 segundos de nuestro valioso tiempo, pero obtenemos dos ingredientes menos que con la acción habitual.

Tras las cuatro rondas deberemos ceñirnos a la carta de objetivos que hayamos robado para esta partida. Si hemos completado lo que nos piden, habremos ganado como equipo. De lo contrario, habremos fallado.

Los objetivos tienen distintos niveles de dificultad. Mientras unos nos piden prestigio, otros monedas o completar muchas comandas. Todos los objetivos están ajustados al número de jugadores, por lo que el equilibrio está perfectamente regulado.

¿CÓMO QUEDA EN LA MESA?

Ojito con el despliegue de este juego. Aunque los tamaños son adecuados para que los relojes de arena no se molesten (mucho) unos a otros, nos encontramos ante un tablero con muchos espacios diferentes. Fuera del tablero necesitamos espacio para nuestro tablero de jugador, con tamaño considerable para poder colocar los distintos platos. Fuera de todo esto aún necesitaremos colocar las materias primas, el contador de prestigio y las mejoras para nuestro restaurante. ¡Que sí, que te pongas en la mesa grande!

Partida a tres jugadores, a punto de empezar.

¿QUÉ NOS PARECE?

Kitchen Rush introduce el concepto del tiempo real en un colocación de trabajadores donde el tema se implementa de forma agradable.

Este juego captó nuestra atención en el último Essen, dado que ver jugar a un grupo de gente es una experiencia de lo más reveladora. La gente suda, las manos chocan, los suspiros son intensos, y todo eso gracias a los relojes de arena. Si ya nos gustaba un cooperativo, esta mecánica y el tema de la cocina de un restaurante nos parecían suficiente para acercarnos a este proyecto.

Artipia no es una editorial que me enamore, mezclando unos apartados artísticos un poco peculiares en algunos de sus juegos, al lado de otros tan atractivos como los de Among the Stars. En este caso me encuentro con un diseño que a nivel gráfico, aunque simpático y colorido, me transporta a un par de décadas atrás, con fondos poco texturizados y algunas cartas un poco sosas, nunca mejor dicho. Pese a ello, hay que decir que la editorial griega ha sabido traernos algunos juegos de Bagiartakis que merecen ser probados, demostrando que sus diseños son sólidos.

Te guste o no la cocina, no puedes negar que en este eurogame el tema está implementado de un modo más que notable. No sé si lograrás sentirte en un restaurante, pero notarás que el tiempo te estresa como si estuvieras en cualquier cocina de un concurrido local. Notarás como odias tener que ir a fregar platos, pero alguien tiene que hacerlo. Notarás como la lista de la compra nunca está clara y acabas trayendo más lechuga de la que necesitas. Notarás que en la cocina hay que gritar, con o sin el mítico «oído cocina». Sin duda, es un juego que te hace involucrarte constantemente.

Fuera del concepto del tiempo real, elemento que vemos en otros juegos como Time Arena (aquí su reseña) en el que nos marcaba el refresco para poder volver a regenerar a nuestros luchadores, el juego no sorprende en sus mecánicas. No, para mí ese detalle no es ningún punto negativo. Introduce un elemento diferencial y el resto se mantiene conservador, haciendo que las mecánicas queden engrasadas y se haga familiar a muchos jugadores, ya que todas sus reglas son comprendidas a la primera.

La inclusión de distintos modos de dificultad es un acierto. Especialmente dado que el juego tiene una curva de aprendizaje en la que, una vez superada, las acciones que hagamos serán suficientemente eficientes como para que los relojes de arena no sean un impedimento, sino una variable que ya habremos integrado en nuestro modo de juego. En otras palabras, en las primeras partidas veremos que estamos todo el rato echando un ojo a la arena de nuestros cocineros pero, tras varias partidas, ya iremos más relajados y sabremos que nuestros relojes deben agotarse y no hay nada que hacer hasta que eso suceda.

Los relojes de arena son un elemento central en el juego, y ha habido cierto revuelo con ellos. Mientras que la editorial griega asegura que una duración de entre 25 y 35 segundos es aceptable, siendo este el rango en el que se mueven, algunos jugadores ven intolerable una variación del 40%. La verdad es que en nuestro caso la variación entre tiempos no es tan marcada pero, si me permitís que os diga, creo que 10 segundos de diferencia son muchos segundos en un juego en el que las rondas duran 240 segundos. Pese a ello, entiendo que se trata de un juego familiar y que, junto a su corte menos pesado, se une una dificultad de producir unos relojes de arena de plástico que sean precisos.

Si dejas de lado los relojes de arena, también hay que valorar los recursos de madera customizados. Si bien es cierto que algunos elementos no se parecen tanto como quisiéramos a los alimentos que representan, como esa pasta que es claramente trigo o esa lechuga que son gotas de agua, se agradece que no se hayan decantado por unos cubos de madera. Es más, os diré que tras una sola partida muchos coincidíamos que algunas formas de los alimentos los hacían difíciles de coger, dado nuestro nerviosismo y el contrarreloj. Estos componentes sí nos gustaron mucho, aunque los tableros de jugador y el contador de prestigio están producidos en un cartulina, recordándonos, con cierta tristeza, al increíble Castillos de Borgoña.

La duración del juego es la adecuada para lo que nos ofrece. Las rondas de cuatro minutos son suficientemente intensas y se equilibran con esa parte de premeditación en la que, sin tiempo en tu contra, intentas repartir funciones y plantear objetivos para cada jugador. Aun así, no dejes que la planificación haga que la experiencia sea aburrida. No calcules cada treinta segundos que deberías estar haciendo o la experiencia se verá mermada y se enfriará como los platos recién sacados del horno. Por el momento, y dado que el juego es sencillo de explicar, lo hemos estado disfrutando con compañeros que no son jugadores de culo duro, pero no quisiéramos caer en la matemática de programar cada acción que hagamos durante los cuatro minutos de juego. Por suerte, aunque lo hagas, el modo difícil es un reto que te mantendrá entretenido y que deja poco margen para los errores. Y es que los errores dan lugar a risas, porque no hay peor sensación que ver que has cocinado un paso más uno de tus platos y un paso de menos el plato de al lado; o que dejaste sin especiar ese plato que te iba a dar el dinero y el prestigio que necesitabas en esta ronda.

En cuanto al número de jugadores, el juego funciona adecuadamente a un gran número de ellos. Incluye un modo solitario, en el que Turczi habrá tenido algo que ver, y que nos propone un goce sin necesidad de compañía que, aunque se habla bien de él, pierde parte de la esencia que le vemos a este juego: esos gritos, esos brazos molestando y esa casilla ocupada por tu compañero que debía estar fregando platos. En pareja puede disfrutarse, pero nos parece que brilla más a tres y cuatro jugadores, donde notas los codazos, la presión de grupo y la necesidad de cooperar y comunicarte constantemente.

¡Y ya tiene una expansión en camino! Eso me abruma un poco. Es evidente que las expansiones suelen salir tras una tirada exitosa en el juego básico, pero no sabemos si aportará la misma frescura que aporta esta caja. Valga decir que estamos metidos en el Kickstarter de la expansión de Postres Deliciosos, sin saber que MasQueOca iba a publicarla, por lo que no la tendremos en español y porque somos unos completistas, pero tengo dudas de que mejore la experiencia de forma significativa. Aun así, me parece especialmente interesante la mecánica de los helados, con sus componentes esféricos que nos darán dolores de cabeza al tener que pescarlos, y esa tapa de nuestro arcón congelador. En definitiva, parece una mecánica similar a la de tener los productos dentro de la bolsa de tela, pero puede dar más juego y confusión.

En definitiva, un juego cooperativo con un elemento diferencial evidente, con el uso de los relojes como trabajadores. Ese factor de tiempo real, con rondas de cuatro minutos, transmiten el estrés que se vive en las cocinas durante los servicios. Un juego familiar que permite complicarse con unos objetivos más exigentes, que requerirán una coordinación excepcional y una buena planificación de la fase de acción para poder ser eficientes en nuestros 240 segundos siguientes.


PUNTOS POSITIVOS

  • Mecánica innovadora: usando relojes de arena en lugar de trabajadores. Ese elemento lo distancia del resto de juegos de colocación de trabajadores y transmite unas sensaciones muy congruentes con el tema de la restauración y el estrés que esto conlleva.
  • Dificultad modificable: pudiendo elegir entre varios objetivos y añadir otros elementos. Dada la variedad de objetivos y con el mazo opcional de eventos, el juego promete partidas y partidas que no dejarán de notarse frescas como las lechugas.

PUNTOS NEGATIVOS

  • Variabilidad entre relojes: haciendo que el tiempo, ese elemento tan diferenciador, no sea igual en todos los relojes. Es frustrante el margen de precisión que estipula Artipia como aceptable, dado que 10 segundos son una gran fracción de una ronda.
  • Apartado artístico: aunque la portada es colorida y detallada, hay varios mazos de cartas en los que se agradecería más que un color de fondo.

Este juego ha sido cedido por MasQueOca para poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.