Por fin es el turno de AYA, un juego inspirado en el efecto dominó que tantas horas de nuestra infancia ha rellenado.

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El juego de Act in games ha sido diseñado por Thibaut Quintens con la colaboración de Olivier Grégoire y cuenta con las coloridas ilustraciones de Julien Hanoteaux y Cédric Michiels. El juego tiene una duración aproximada de 30 minutos y puede ser disfrutado de 2 a 5 jugadores a partir de 8 años.


¿DE QUÉ VA?

AYA significa Dios del agua, en el juego tomaremos el papel de aventureros que viajaremos a través de un río para visitar una gran cantidad de paisajes y terrenos, con tanta fauna como nos sea posible. ¿Te apuntas a este apasionante viaje?

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En cuanto a mecánicas, se trata de un juego derivado del toppling dominó, en el que a parte de formar una cadena de fichas que luego derrumbaremos, hay alguna regla añadida para endulzar la experiencia.


¿QUÉ LLEVA EN LA CAJA?

La caja de AYA contiene:

  • 156 fichas de madera con la que conformar el río.
  • 16 losetas de terreno.
  • 25 tokens de animales fotografiados.
  • 15 fichas rectangulares que conforman 5 panorámicas.
  • 10 tokens de relanzamiento.
  • Un reloj de arena de 10 minutos, aproximadamente.

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Como podéis ver, el juego incluye principalmente una gran cantidad de fichas de madera. Vale la pena remarcar que tienen una buena calidad y da una muy buena sensación al desplegar sobre la mesa todo el contenido. En cuanto al manual, pese a incluir tres idiomas impresos, ninguno de ellos es castellano y, ni siquiera, en inglés. Nuevamente, encontramos que uno de los principales problemas es idiomático, y recordamos lo apenados que estamos de ver juegos independientes del idioma en cuanto a componentes sin reglamentos en el segundo idioma más hablado en todo el globo.


¿CÓMO SE JUEGA?

Para empezar el juego, debemos establecer la zona por la que queremos permitir montar el recorrido. La mesa suele ser una buena delimitación, pero vale la pena reservar un pequeño espacio para el resto de componentes de cada jugador, así como las losetas y el reloj.

Tras establecer el área y repartir boca abajo las fichas a partes iguales entre todos los jugadores, podemos empezar a jugar.

La partida se divide en dos rondas de 10 minutos, estipuladas por el reloj de arena. Cabe a destacar que no son 10 minutos exactos, en nuestro caso dura algo menos, y puede usarse una cuenta atrás en cualquier otro formato para acotar de forma más precisa la duración de la ronda.

En cuanto demos la vuelta al reloj, el jugador inicial empezará a jugar del modo siguiente y de la manera más rápida posible, puesto que jugaremos a contrarreloj.

En cada turno un jugador revela una ficha de su propia reserva y puede o bien colocarla o bien reservarla y pasar, dejándola boca arriba formando una pila con todas las fichas que hayamos ido revelando y reservando en turnos anteriores.

Nuestro camino comienza en la loseta de inicio, de la cual saldrán dos ríos distintos. De ese modo, cada uno de ellos puede ser de dos paisajes distintos. En el juego, encontramos 5 entornos distintos, cada uno con sus fichas de río, sus animales y sus losetas de paisaje.

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Así, iremos avanzando haciendo coincidir el terreno que rodea el río. Evidentemente, iremos robando fichas que no coincidan con esos dos entornos iniciales, por lo que se nos permite empezar a colocarlas en algún lugar fuera del recorrido, con la posibilidad de conectarlo más adelante. ¡Cuidado con empezar tramos y no conectarlos antes de que acabe la segunda ronda!

Afortunadamente, el juego contiene unas fichas que nos permiten bifurcar el camino, de modo que podamos ir cambiando de terreno en cada uno de los brazos.

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Además de esto, encontramos fichas con una cámara impresa sobre su ilustración. Con estas fichas podremos, si lo deseamos, llevar a cabo una de las dos acciones del juego.

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Podemos colocar, si lo deseamos, un animal sobre esa ficha de un terreno coincidente con el tramo de río que estamos construyendo. Así, sobre una ficha de fotografía de los campos, podemos colocar una ficha al azar de sus animales, como por ejemplo el conejo o el caracol. Como veremos al final, debemos ponerlos lejos de las losetas de terreno si queremos puntuarlas.

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Un ejemplo de los animales, en este caso del campo, que podemos encontrar si les hacemos una fotografía.

Por otra parte, con una ficha de fotografía, podemos optar por colocar una loseta de terreno que coincida con el terreno de la ficha que hemos colocado. Estas redondas losetas, del tamaño de la loseta inicial, presentan un camino que debemos proseguir tal como nos indique su dibujo. ¡A veces tendrán curvas cerradas o incluso caminos sin salida! Es importante separar las losetas de los animales, ya que si caen sobre una loseta no puntuarán. Además, para que un animal tenga valor al final de la partida, su tramo de río debe llegar hasta una loseta de terreno del mismo tipo. ¿Sencillo verdad? Sobre la mesa es incluso más fácil de entender.

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La loseta de terreno nos obliga a modificar nuestro río y girar 180º

Así pues, tenemos diez minutos para ir colocando, rápidamente, tantas losetas como sea posible. Tras esta ronda, podemos hablar y replantearnos como continuar. Vigilar las zonas inconexas y priorizar en los tipos de losetas que más falta nos haga. Tras discutirlo con los compañeros, empezaremos la segunda y última ronda antes de puntuar.

Cuando haya acabado el tiempo, debemos parar de colocar fichas y puntuar. La puntuación es así de sencilla:

  • Cada loseta de terreno que esté cubierta con fichas de su mismo terreno, nos ofrecerá 1 punto.
  • Cada animal que se mantenga sobre la línea de río derrumbada y esté conectado con una loseta de su mismo terreno, sin pisarla, nos ofrecerá 1 punto.
  • Si hemos podido colocar las 3 losetas de un mismo tipo de terreno, conformaremos una panorámica con sus tres fichas rectangulares, lo que nos reportará 1 punto adicional.
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Las panorámicas compuestas por tres partes rectangulares.
  • Si no conseguimos derrumbar el recorrido con la ficha inicial, podemos ir usando cada uno de los 10 tokens de relanzamiento para dar un golpe a una nueva ficha. Tras derrumbar todo el recorrido, cada token sobrante nos concede 1 punto.
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Los 10 tokens de relanzamiento. ¡Intenta no usar muchos!

Al sumar todos los puntos, tenemos una comparativa en el reglamento que nos dice qué tal lo hemos hecho. Va de 10 a 55 puntos y, pese a que nosotros no tenemos una buena experiencia y solemos conseguir pocos puntos, nos parece una manera acertada de calcular la experiencia del juego.

¿Os apetece ver como se derrumba nuestra creación a cámara lenta?


¿CÓMO QUEDA EN LA MESA?

Curiosamente, AYA queda en la mesa como queramos que quede. Es un juego que se juega con el espacio que hayamos determinado previamente. Evidentemente, es mejor tener una mesa espaciosa, pero podemos amoldarnos a superficies más pequeñas si así lo queremos. Es, sin duda, algo diferente a lo que estamos acostumbrados.

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En nuestro caso decidimos usar la parte blanca como mesa de juego y fuera de ella los componentes que fueron entrando en juego.


¿QUÉ ME PARECE?

AYA es una experiencia más allá de un juego.

Tras leer la reseña muchos pensaréis que las reglas no ofrecen nada especialmente rompedor, pero creo que la diversión de AYA se concentra, principalmente, en los minutos previos a derrumbar el río que hemos estado creando durante los intensos minutos previos.

Cuando leímos las reglas nos dimos cuenta de que no nos interesaba, por ahora, como se puntuaba. La sensación general fue la de querer crear unos ríos con sus afluentes, pero si los animalitos puntuaban o no, no era nuestra prioridad. La experiencia fue divertida, la colaboración era constante, los nervios podían jugarnos malas pasadas y tirar al traste todo lo construido. Sin duda, es un juego que genera tensión y diversión a partes extremadamente similares. A la hora de finalizar la partida, la puntuación fue un desastre. Aun así, ese fue nuestro mejor aliciente para echar una partida más «en serio».

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Con las cuatro reglas de cómo puntuar los paisajes y los animales que vayamos avisando, el juego de Thibaut nos ofrece las complicaciones justas para que nos partamos la cabeza durante el trascurso de la partida más allá de ir buscando fichas que coincidan con el tramo de río que estamos desarrollando. Creo que ha sabido dejar un juego limpio y simple, sin ser llano e insípido.

El juego encajará en aquellos grupos de juego en los que los juegos de habilidad sean bienvenidos. Se acerca más a Villa Paletti que a cualquier otra cosa que pueda venirnos a la cabeza, y eso debemos saberlo antes de traerlo a casa. No es un juego para estar sentado, pensar, quemar neuronas y sonreír solo cuando la jugada nos salga redonda. Es, más bien, un juego en el que, si eres como yo, estarás de pie, midiendo los milímetros entre las fichas, sonriendo con las formas que coge el río por el que vamos a navegar y con ganas de ver si nuestra obra se desplomará del modo que todos esperamos y deseamos.

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En definitiva, en nuestra mesa tuvo una gran aceptación como algo distinto a lo que tenemos en las estanterías. Es algo distinto, desenfadado, pero que nos asegura una partida en la que no habrá descanso, por su contrarreloj, ni falta de cooperación para poder, si hay suerte, puntuar algo. Sin duda, en nuestro caso, ha vuelto a salir a la mesa por su duración, diversión y despliegue, pero nunca hemos acabado ni de conseguir una puntuación decente ni de preocuparnos por ello. ¿Importa eso si la experiencia es positiva? Nosotros estamos convencidos de que es secundario.


PUNTOS POSITIVOS

  • Experiencia diferente: no es un juego en el que las reglas ni la puntuación sean el eje central de la diversión.
  • Colorido y bien acabado: es un juego muy visual y han invertido tiempo y dedicación para que el resultado sobre la mesa sea de lo más atractivo.

PUNTOS NEGATIVOS

  • Algo caótico: el contrarreloj nos llevará a correr a veces demasiado, con el riesgo de que derrumbemos lo que ya hemos construido.
  • Sin reglas al español: otro juego a la gran lista que no está traducido al español y ni siquiera incluye el inglés de forma escrita.

Este juego ha sido cedido por Act in gamepara poder redactar la reseña así como tomar las fotos. Gracias por el detalle.